En la mansión de la hermafrodita FINAL

Laura se decide a salvar a su hermana y su amiga, de las garras de una hermafrodita que ha tomado control de sus cuerpos. No será fácil, pues esta puede hacer con sus esclavas, absolutamente todo.

Haiye y yo regresamos a la  Tierra. María me dejó la dirección de esa desgraciada. Detuvimos mi coche frente a la mansión de esa hija de puta, al otro lado de la calle.

–¿Cuál es el plan?

–Tu serás su puta, y yo también, solo que yo me ganaré su amor. La engatusaré, y la enamoraré. Mientras tú intenta formar un vínculo con tu hermana gemela y sacar a tu hermana de su embrujo.

–No podemos simplemente entrar allí, y obligarla a liberarla.

–Tu hermana y su novia pueden confrontarte, o esa tipa puede ordenarles que se maten. Será como estar con María, pero con una desgraciada como ella.

–¿Y si caes bajo el control de esa hermafrodita?–pregunté y miré a Haiye.

–Tú seguirás con el plan. Ahora quítate las bragas y el pantalón, ponte una minifalda.–hice como me ordenó, y me dió la minifalda–Quítate el sujetador.

–No lo llevo.

–Quítate la camiseta y ponte una camisa desabrochada.

Entendí que quería que todo fuera más fácil a la hora de quitarme la ropa, lo hice y me puse una camisa desabrochada a rayas.

–Sígueme la corriente, Laura.

Una vez, "vestida", fuimos al portal de su casaza y llamamos a la puerta. Nos recibió Camille, y al verme se alarmó, pero se tranquilizó al verme de la guisa de la que iba "vestida". Tenía ganas de matarla allí mismo, pero Haiye se adelantó a ella, y se presentó como mi ama.

–¿Cómo has conseguido una puta cómo esta?

–Se la chupó a una hermafrodita llamada Semen Divino, fue bastante fácil someterla. Venimos aquí, por una zorra que estuvo aquí, ella lloriqueaba pero te juro que esta zorra no. La camisa, al suelo.

Me quité la camisa y dejé mi torso desnudo al aire. Camille lo contempló gustosa.

–Esta puta entrenada puede hacer de todo, pero hace unas mamadas como si de una diosa del sexo se tratara.–entendí sus palabras como una orden y me arrodillé frente a Camille, y dejé caer su pantalón.

Acaricié su miembro y se puso erecto. Ese fue el pistoletazo de salida para hacerle la mamada allí en la calle. Me metí toda su polla en la boca hasta la garganta, lo que pareció impresionarla. Así estuve algo de tiempo hasta que seguí con la mamada. Mientras entraba y salía de mi boca, la lamía con mi lengua, y la saboreaba. La miraba mientras mamaba su miembro, como si fuera devota hacia su polla.

–¿Cómo te llamas?–preguntó

–Haiye, tú debes de ser Camille. Tienes una buena mansión.

–Si, es lo que tiene tener un buen trabajo.

Me sentía muy zorra chupando una polla en mitad de la calle, con el torso desnudo. Sin embargo teníamos que hacerlo, ganarnos su confianza y encontrar el momento apropiado para salvar a mis hermanas. Además era algo que a estas alturas no me preocupaba demasiado.

–No te tragues el semen.

Seguí haciéndole la mamada hasta que sentí su corrida en mi boca. Abrí la boca y me hizo una foto. Me azotó varias veces  con su polla.

–Ahora eres mi esclava sexual, pasa Haiye. Me interesa tener cerca una mujer como tú.

Creí que vería a mi hermana dentro, pero debía estar arriba. Me quedé allí parada esperando a Camille. De verdad que quería matarla allí mismo, lo necesitaba. Solo me tranquilizaba cuando me tocaba meterme su falo en la boca. Mi mamada había funcionado de lujo, nos había dado la entrada a su mansión y ahora Camille parecía interesada en Haiye. Podíamos tener éxito si a Haiye no le tocaba chuparle la polla a la hermafrodita, en ese caso tendré que usar la fuerza bruta. Ambas se sentaron en el sillón, Camille se había quitado el pantalón y el calzoncillo. Me arrodillé en el suelo y me metí la polla en la boca con diligencia. Si no lo hacía, es posible que Haiye pudiera caer bajo sus encantos. Camille acarició mi pelo mientras estaba mamándosela con las tetas al aire.

–¡Eh cerdita, baja a ver a tu hermana la zorra!

Yo seguí chupando mientras hacía todo lo posible por tranquilizar mi temperamento. Oí a alguien bajando la escalera, debía ser ella. Yo no despegué la cabeza de la polla, así que permanecí escuchando muy atentamente.

–Esta cerdita está de cinco meses, vinieron por placer pero se quedaron forzosamente. No sé porqué creían que debían confiar en una hermafrodita como yo.

–¿Yo tampoco debería confiar en ti?

–Depende de lo que hagas aquí, y por qué habéis venido.

–Te diré algo que igual no sabes de ella, Laura es inmune al control mental directo. Ya ves que es una puta de cuidado, pero eso es gracias a Semen Divino y mi entrenamiento.

–¿Qué debería hacer contigo, Laura?

Me quedé paralizada y tuve que pensarlo bien mi respuesta. La misión dependía de ello. Di una respuesta que no sabía si sería buena para mí bienestar, pero que nos daría la entrada permanente a este lugar.

–Deberíamos hacerte un regalo como hermanas gemelas que somos, una mamada entre las dos. Además deberías pensar en preñarme a mi también. Mi ama Haiye no tiene intenciones ocultas, le encanta follar con amas como tú.

–Tu, cerdita, haz lo que dice tu hermana.

Sin decir absolutamente nada, y sin mostrar emociones, se arrodilló en el suelo y compartimos su miembro. Tenerla cerca era vital para realizar contacto con ella. Ambas tenemos un fuerte vínculo, nuestras mentes estaban fuertemente conectadas. Podíamos leernos los pensamientos, podíamos saber dónde y cómo estaba la otra. Si consigo restablecer ese vínculo podré hacer salir a mi hermana.

Ambas estuvimos allí chupando, y nos dimos la mano. En vez de sentir a mi hermana, sentí  una oleada de placer y una necesidad de sumisión como cuando se la chupé a Semen Divino. No obstante, ya estaba curada de espanto e inmunizada. Solo tuve que resistir su influencia hasta que la trampa de Camille no funcionó. Si no tuviera metida una polla en toda la puta boca, hubiera suspirado de alivio.

La entrada fue exitosa, Camille se creyó que veníamos en son de sexo y más sexo. Durante bastantes horas, nosotras nos quedamos allí mostrando nuestro cuerpo y sirviendo mientras ellas conversaban entre sí. Me costaba hacer salir a mi hermana, aunque sabía que estaba allí. No se si era justo que a mí me tocase ser puta y ella la novia, a mi me tocaba toda la humillación.

–Idos las dos a mi habitación, ahora voy a por vosotras.

Nos fuimos de la mano a su habitación. Sin saberlo, me estaba dando tiempo para hacer salir a mi hermana. Necesitábamos neutralizar a una sabandija como ella. Cuando estábamos lejos de ella, sentí como intentaba comunicarse conmigo mentalmente. Era como un hilillo de voz, casi inaudible.

–Vete que aquí, Laura.

–No, voy a sacarte y tengo un plan. Ella controla tu cuerpo, ¿verdad? Creo que se como hacerte salir y darte fuerzas. Te obligaré a mirarte al espejo y mostrarte tus errores.

Cuando Camille se acercaba, me coloqué en posición de perrito y contoneé mis caderas. Escuché como se reía, como supuse quería disfrutar de la nueva incorporación, y vaya si lo hizo. Frotó su polla en mi coño, y cuando vio que estaba algo húmeda, metió su polla. Dejé de pensar en lo mala persona que era Camille para disfrutar del sexo. Con cada penetración arqueaba la cabeza y gemía, sentía una descarga de placer cada vez que la metía.

Mi plan funcionaba, mientras yo disfrutaba del sexo, podía sentir como el enfado de mi hermana aumentaba, como cogía fuerzas sobre el control de la hermafrodita. Incluso apretó su puño, pero no se levantó y la mató, lo que me decía que todavía quedaba mucho trabajo.

–¿Sabes? Creo que te voy a preñar como a tú hermana.–me agarró del pelo y aceleró la follada

Eyaculó dentro de mí, preñandome casi seguro. Me azotó en el culo, y salió de mi. Me di la vuelta y se la chupé.  Cuando estuvo limpia, ella guardó su polla.

–Os dejo a solas.

Me acosté en la cama, y di un largo suspiro, sería mala persona, pero joder, era increíble en la cama. Cuando se fue Camille, mi hermana me fulminó con la mirada.

–Veo que ha funcionado. ¿Ahora podemos hablar?

–¿Por qué no te vas de aquí?

–Voy a sacarte a tu amiga y a ti, de aquí.

–No puedes hacerlo, si lo haces, la matarán. ¿Crees que me va a dejar irme de aquí?

–Tenemos un plan.

–No funcionará, ella sabrá que planeais matarla.

–Tú déjanos eso a nosotras. ¿Sabes si tiene planeado algún viaje?

–Si, tiene un viaje de negocios a Japón en tres días.

–Mi idea es fortalecer tu fuerza mental, hacerte lo suficientemente fuerte como para que seas capaz de confrontarla.

–¿Cómo vas a lograrlo?

–Yo soy inmune a su polla. Seré su puta y actuaré en consecuencia hasta que sea la hora.

–La idea es que se aproveche de la nueva. Mientras tú te recuperas, entonces ejecutaremos el plan.

–¿Y qué harás si te quedas embarazada? Ella sabrá si usas tu poder para impedir uno.

–En ese caso no haré nada, tú tranquila, hermana. Está todo bajo mi control.

Mi idea había funcionado, y ahora mi hermana y yo podíamos hablar mentalmente. Necesitaba una semana por lo menos para que mi hermana estuviera libre del encantamiento de Camille. ¿Como hago yo en una semana para que deje libre a sus prisioneras embarazadas? Claro, puedo insistir en que me utilice a mi, pero si no llevo cuidado puede sospechar. Y si sospecha, se irá todo al traste. Podría haberme quedado en la habitación, pero tuve una idea iluminadora. Si quería que mantuviera su atención sobre mí, tenía que esforzarme en que se fije en mí.

Fui al salón de estar, y ambas tenían una agradable y picantona conversación. No me importaba la conversación en absoluto, en su lugar comencé a bailar para ella. Bailé como mejor supe, y llamó la atención de Camille que era mi objetivo. Me acerqué más y dejé que viera mis curvas.

–Tu esclava es ciertamente un tesoro. Está decidido, ella vendrá conmigo.

–¿A dónde?

–Un viaje personal, pero no puedo llevarte, cariño mío.

–¿Y me vas a dejar sola con tus esclavas preñadas?

–No, me llevaré a la cachorrita de loba conmigo, la gemela se quedará contigo. Confío en tí, y si me fallas, habrá problemas.

Llegó el día del viaje. Antes de él, lo ocurrido es bastante simple, me folló, se la chupé y Haiye la siguió tratando como su novia. Creo que follaron alguna vez. Yo por mi parte estaba contenta con el papel que había adoptado.

El viaje personal estaba relacionado con una tipa importante, ya que íbamos a ir en un jet privado. La mujer en cuestión era de pelo negro y de ojos grises. Sus agentes me pusieron unas esposas represoras, y una cadena.

Yo había podido acceder a mi hermana, y hacerla entrar en razón, pero porque como gemelas con alas, tenemos una conexión especial. No obstante, con su amiga loba no sabía qué hacer. Probablemente lo mejor era dejarlo estar. Puede que ayude a una, pero si libero a las dos, habrá problemas.

La mujer me cogió de la cadena, y la seguimos hasta su avión. El avión estaba a doscientos metros, pero la mujer quería humillarme así que me desnudó. Yo que no tenía muchas opciones me dejé desnudar. Parecía estar en sus cabales, por lo que no debía ser hermafrodita. Los trabajadores en el aeropuerto privado me echaron unas miradas, que debía ser esa su intención. Montamos en el avión, la mujer quería tenerme para ella. Nos pusimos el cinturón y esperamos a estar en el aire.

–Soy Anyara, hija de Anyara y Taelia.

–Laura.

–Anda, la puta tiene nombre.

–Si.

Observé mejor a la mujer, a Anyara. Era ciertamente hermosa, sabía vestir bien y disfrutaba con las miradas que le echaba. Sus labios eran carnosos, me estaban pidiendo un buen beso. Una vez en el aire, me quité el cinturón y besé a Anyara. Mientras con una mano, levanté su falda y metí mis dedos en su entrepierna. No era una hermafrodita, pero joder como se sentía besar sus labios. Ella respondió a mi lujuria con la misma moneda, le quité la chaqueta y la camisa. Me puse a masturbar con mis dedos a Anyara.

–Soy yo, Anyara. Tú sigue besándome, soy una agente eclipse que está buscando por tráfico de personas a la mujer que tienes detrás.–oía su voz en mi cabeza, como si fuera un pensamiento mío.–El plan es llevarla a una mansión, y negociar con ella como si fuera una compradora. Esa mansión es donde la detendremos. ¿Y te preguntarás que se supone que estoy comprando? Mira hacia atrás.–dejé de besarla y miré a la loba amiga de mi hermana y a Camille–Más abajo, Laura.–¿vendía bebés?–Camille se dedica a hacer esclavas sexuales, de dos en dos, dejarlas embarazadas y vender a los bebés y a las esclavas. Usa los vacíos legales que deja el Sacerdocio Eclipse para llevar una red de tráfico. La chica embarazada es el producto a vender.

Ahora entiendo el que me hubiera puesto una pulsera represora. Anyara me echó una mirada de súplica, no quería que actuase contra ella. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir suspiré.

–Está bien, ama. Soy toda tuya.–Anyara sonrió feliz

–Gracias por dejarme este asunto a mí.

Le quité el sujetador a Anyara, me arrodillé en el suelo y le quité la falda y las bragas.

–He recibido esa esclava hace poco, pero es impresionante. Creo que ya he encontrado a mis dos esclavas perfectas. Unas gemelas a las que preñar hasta que me muera, son de lo mejorcito que me podía haber tocado.

–Pocos tienen esa suerte.

Se abrió de piernas y dejó que le hiciera sexo oral como yo sabía. Se aferró al  asiento mientras gemía gracias a mi lengua. Seguí así durante varios minutos hasta que hice que se corriera.  Anyara jadeó sonriente durante un rato. La besé después de haberle comido el coño. Ella me hizo una señal para sentarme en sus piernas, lo hice pero mirando hacia Anyara, que estaba apunto de tener sexo con la esclava.

–Eh, ven aquí hermafrodita.

–Tengo nombre.

Anyara echó el sitio hacia atrás, y cruzó sus piernas con las mías. Me abrí de piernas.

–Voy a entrar en tu cabeza, a partir de ahora mando yo. Tranquila, tú seguirás siendo quién eres. Quiero ver tus memorias.

Sentí como entraba en mi cabeza, era una sensación inconfundible. Mientras, Camille entraba dentro de mí, sin yo poder moverme en absoluto. Solo podía gemir, y mirarla mientras me follaba, otra vez. Se suponía que yo era inmune a la magia de control mental, pero no entiendo como podía Anyara entrar en mí, e inmovilizarme, no debería ser capaz de hacerlo.

–Si, tienes las pruebas que necesito para condenar a Camille por uso ilegítimo del control mental. Por suerte para tus amigas, mis sacerdotisas pusieron normas más estrictas, pero quiero condenarla por tráfico de personas, para que nunca vuelva a hacer daño a nadie. Cuando esté detenida, tendremos que interrogar a todas sus...víctimas. Ahora, tu serás una yegua muy dócil, necesito que te encargues de tener ocupada la polla de Camille.

Sus órdenes resonaron en mi cabeza, e inmediatamente me encomendé a ellas. Anyara se levantó, y le dió un beso a Camille.

–Follate a esta zorra por mi, yo quiero probar el "producto".  Camille salió de mi, y me di la vuelta, preparada para ser sodomizada.

–Hazlo, por favor.

–Ahora necesito saber cómo has acabado así, puta pelirroja.

–Se la chupé ahhh ahhh a Semen Divino, ¿sabes quién es?

–Yo también se la chupé a Semen Divino, pero no me convirtió en una puta, me dió poderes de control mental.

–Pues hizo de mi una zorraaa chupa pollas, chupar pollas de hermafroditas, ya no me hacía una esclava sumisa. Me convertían en una puta. Entonces...Haiye llegó.

–Ya tengo ganas de interrogarte así más a menudo.

–Yo también.

No sabía si las palabras que salían por mi boca eran mías o fruto de la magia de Anyara, me sentía confundida. La única certeza en mi situación era el placer que sentía al tener su polla en mi culo. Siguió con la follada hasta que anunció el piloto que teníamos que ponernos los cinturones, entonces tuvo que apresurarse para correrse dentro de mí. Miré a Anyara, se encogió de hombros y no quiso decirme nada. Tampoco sé cuál era mi destino, solo sabía que debía seguir a las personas que tenían mi voluntad. Camille puso su mano en mi espalda, lo que suponía que me estaba echando algún hechizo.

–Ahora todos te verán vestida.

No protesté, sonreí a Camille y esperé a aterrizar. Una vez estábamos en el suelo, Camille y Anyara se cambiaron de ropa y nos montamos en una limusina. Yo caminaba total y absolutamente desnuda, sin que nadie advirtiera nada. Tampoco me sentí avergonzada, me daba bastante igual.

Entonces caí en la cuenta de una cosa, si Anyara mentía yo había caído en su trampa directamente. Tenía la mente nublada por pensamientos de sexo, y por una fuerte necesidad de sumisión, pero nada sobre la misión. Este había sido su plan, me había salido bien. Montamos en la limusina, de camino al sitio donde detendrían a Camille. Me pareció demasiado fácil, quiero decir, nosotras nos estábamos encargando de esto hasta que se presenta Anyara. Volví mi atención rápidamente a las chicas, había que decir que Anyara era muy despampanante. Era hermosa y me encantaría tener una sesión sexo lésbico con ella. Camille era también muy guapa, pero lo único bueno de ella, era el sexo. Me encantaría tener sexo con ella fuera de esto, con desagrado porque es mala persona. En esto me había convertido, no me desagradaba pero me di cuenta todo lo que me  había pasaso en este momento. Y quizás habría tenido una reacción física más creíble si no hubiera estado bajo la influencia de Anyara...dioses esa era su intención, por eso lo había hecho.

Fuimos del aeropuerto, a nuestro destino. Nadie dijo nada, así que pasé en vilo todo el viaje.

–¿Conoces a mi amiga Emilia?–pregunté a Camille

–Si, es mi putilla.

–¿Cómo que putilla? Emilia odia mi persona, pero le encanta el sexo que tenemos, de vez en cuando quedamos para follar e irnos luego. Llevamos una relación tóxica, para ella por lo menos pero ella lo acepta, no sé por qué. Algo de culpabilidad quizás.

¿Culpabilidad? Creo que voy a tener que encargarme de Emilia después de esto. Llegamos a una casa en la playa. Nos bajamos, y nos dirigimos a ella. En este momento podía llegar a sentirme irritada por lo que Anyara me había hecho, literalmente no podía pensar libremente. No me importaba otra cosa que las pollas, y está muy bien follar, pero me gustaría poder pensar en que haré al llegar a casa. No obstante, Anyara no hizo nada, no se si podía leer mis pensamientos. Me sentía tentada a fastidiar a Anyara. Era curioso, me había vuelto una zorra desde lo de Semen Divino pero es que alguien toque mi cabeza y entonces pierdo la cabeza. Me daba igual fastidiar mi misión, no debería haberla dejado tocar mi cabeza. Nos sentamos, yo junto a mi ama, y la amiga de mi hermana junto a la tipa.

–Pensaba que no volvería a poder hablar contigo, hermanita.

–Una agente eclipse está con nosotras.  Van a detener a Camille.

–¿Y confías en ella? No podemos saber si qué harán con ella.

–No puedo hacer nada.

–Joder, te han puesto ataduras mentales. Voy a usar ahora mismo mi magia para ir allí.

–Hermana, no deberías. No te has recuperado.

–¡Te han puesto ataduras mentales! ¿Y si Anyara quiere entregarte cómo esclava a Camille? Las sacerdotisas tienen reglas muy estrictas, y una testigo no debería ser capaz de estar bajo la influencia de un agente, porque su testimonio puede verse corrompido.

–Tengo una idea.

Mi plan no iba contra mi naturaleza impuesta por Anyara. Quizás me estaba precipitando pero quería confirmar que en efecto, yo era la que iba a ser vendida a Camille o a Anyara. Tenía que aprovechar rápido este momento de lucidez.

–Ama, mientras tú negocias ¿podría irme con la zorra loba un momento?

–¿Y con qué intención?

–Discutir sobre la existencia o no de un ser superior llamado Dios que controla nuestras vidas–mi comentario le sacó una risa a Camille

–Vete, Laura. Quizás debería pasar de convertirte en esclava a cómica.

Cogí de la mano a su amiga, y nos fuimos a los baños. Necesita confirmar o desmentir algo de vital importancia.

–¿La ama te habló de ser vendida? ¿Quién es de aquí la venta? Necesito que me respondas.

–Yo...la ama te habló de ser vendida.

–La ama no mencionó nada de venderme.

–¿Y al bebé que llevas dentro? ¿Han habido otras antes de ti?

–No lo sé.

–He dejado a esa mujer entrar en mi cabeza, y si el plan maestro de Camille se cumple, seré su esclava para siempre.

–Yo...–comenzó a balbucear, de pronto le costaba hablar–Yo...ella... Laura...tu…

Entonces me di cuenta de lo que estaba ocurriendo. Ella estaba intentando deshacerse del control al que estaba sometida.

–¿Cómo has acabado así?

–Todo esto ha ocurrido por Semen Divino. Descubrí que cuando se la chupaba a una hermafrodita, mi personalidad cambiaba a una más confiada, segura de mi misma y libertina.

–Debes hacer la mamada de tu vida. Esa mujer podría haber sido contratada en secreto para someterte, al fin y al cabo eres inmune a las magias de control mental comunes. Camille es millonaria e inteligente, no me extrañaría que hubieras sido engañada todo este tiempo. Hazle una mamada, creo que la hermafrodita bendecida por los dioses te ha hecho algo, y es tu salvavidas en esta situación.

Asentí con la cabeza y centré mis pensamientos en una sola cosa. Hacerle una mamada a Camille. Volvimos y sonreí complaciente, y me senté bien pegada a Camille. Me puse cariñosa, a besar su cuello. Me arrodillé en el suelo y bajé su pantalón.

–¿Qué haces, Laura? Nadie te ha ordenado chupar nada.

La miré como un gatete asustado.

–¿Me vas a decir que no quieres una de mis mamadas?–Camille no supo qué responder, pero la simpleza de las hermafroditas pudo con ella.

–Deberías dejar el sexo oral para luego, tenemos una negociación que terminar.

–Laura puede esperaaah dios que bien lo hace.

Mas palabras de las dos las delataron solas, a ese punto el primer paso ya estaba hecho, había logrado mi sumisión total. Además era un objetivo muy fácil, Semen Divino había hecho parte del trabajo. Conforme más chupaba más fuerza de voluntad recuperaba, y más fuerte era capaz de apretar los muslos de Camille. No me detuve de chupar hasta que sentí todo su semen en mi boca. Anyara había cometido un error no poniéndome ataduras más fuertes, puede que llevase pulseras represoras, pero yo he estado yendo al gimnasio durante el tiempo suficiente para tener una buena forma física.

–Dime, loba de mierda, ¿este era tu plan? ¿has contratado a esta zorra para que me convierta en una esclava?–su rostro mostró miedo, y shock.

–Tu…

–Muy astuta. Dime, ¿Anyara es eclipse o es una visionaria que se ha dedicado a observarme?–me tragué el semen, y le propiné un puñetazo en toda la nariz.

Anyara me tiró del pelo, y me empujó al suelo. Una vez en el suelo, me dio un pisotón en todo el estómago. Me encogí de dolor.

–Había estado planeando este momento con esa escoria durante un año entero. Desde que me enteré de que participabas en la caza de una proxeneta, supe cómo hacerte comer pollas por toda la eternidad.

Me dió otra patada, esta vez en el costado.  Se sentó encima de mi, con la intención de acabar conmigo dándome una paliza. Por suerte me iba a dar un puñetazo que detuve con la muñeca, su fuerza fue suficiente para romper la pulsera.

–Te voy a hundir la vida, zorra.–dije llena de ira, en ese momento era una gran masa carne de ira imparable.

Me la quité de encima, y rompí mi collar. Le respondí, con un puñetazo que paré. Entonces le lancé la magia que mis instructores me habían enseñado. Le lancé una lanza de luz abrasadora, y luego otra, y otra. Todas le impactaron, y le provocaron quemaduras. Se intentó levantar pero entonces le di una patada en la cabeza. Iba a terminar con ella cuando vi que Camille iba a huir. Salté sobre ella, y la agarré de los pelos como Anyara había hecho conmigo.

–Me gusta follar, pero odio la esclavitud. Zorra licantropa, os voy a joder la vida.–estampé su cabeza contra la mesa, eso la dejó inconsciente.

Mi hermana en efecto usó la magia de teletransporte. Allí estaba con una mochila en la mano. Entonces me derrumbé en sus brazos.

–Por fin se ha acabado.

Mi hermana y su amiga aparecieron, pero sin embarazo.

–Te habían tendido una buena trampa, hermanita. Camille usó el hechizo de ilusión para hacerte creer que estábamos preñadas. Su única ambición era controlarte. De hecho, quería controlarnos a las dos, las gemelas. Lucia era solo un pretexto.

–¿Cómo está…

–Estará bien, pero primero tenemos que encargarnos de las dos.

Llevamos a Anyara y Camille a las autoridades sacerdotales. Un grupo formado por sacerdotes y sacerdotisas nos dió la bienvenida. Pasó un mes desde todo aquello, Lucía, la amiga de mi hermana, estaría dos años en terapia por lo sufrido por Camille, aislada de todo aquello.

–Soy Andras, sacerdote y jurado en asuntos sacerdotales. Ella es mi compañera, Desivian, jurada por parte de las eclipse. Vamos a necesitar vuestro testimonio, y entonces recibirán el máximo castigo.

Me explayé en los detalles sobre los días con Camille, e incluso retrocedí para hablar sobre María. La novia de Eliana resultó sospechosa, pero fue rápidamente descartada. Me pudieron confirmar que en efecto ella curaba los efectos del control mental, simplemente había pecado de ignorante. Anyara en efecto era la hija de una caeliana llamada Anyara, la cual se presentó en uniforme militar. Con toda la confesión hecha, y ellos habiéndose asegurado de que decía verdad, el castigo quedaba pendiente. Anyara nada más ver a su hija, la derribó de una hostia.

–¡No te he educado para esto!–gritó enfadada.–¡Desde ahora ya no eres mi hija! Quedas despojada de herencia y apellido, si te veo bajo mi techo te mataré con mis propias manos.

–Camille será ejecutada. Todavía queda pendiente el asunto de Anyara. Podemos lavar su cabeza, y volverla buena, convertirla en una sirvienta o dejarte este asunto.–dijo la otra jurado la tal Desi no se que. Miré a Anyara y la confronté

–¿Por qué?

–Acaso eso importa.

–Te diré lo mismo que les digo a los que me odian por culpa de mi padre. Si odias a mi padre, te doy la dirección de su tumba y haces lo que tengas que hacer, pero no lo paguéis conmigo.  Castigadla como veáis conveniente, pero no quiero volver a verla. Supongo que ahora me voy.

–En realidad, queríamos hablar contigo sobre varios asuntos.

–¿Qué asuntos?

–Semen Divino era célebre por dar bendiciones.–señaló mi cuerpo, y señaló su propio cuerpo–No obstante, esa es solo la punta del iceberg, como decís en la Tierra. Ella otorgaba bendiciones exclusivas y aleatorias. Eso dependía de la voluntad de nuestra diosa, yo por ejemplo soy inmune a todo tipo de magia mental. Creo que  ella hizo de ti el principio de lo que podría ser una extraordinaria agente.

–¿Quieres que sea vuestra agente?

–Verás, hay cuatro tipo de magias mentales en total. La común, meter la mano en la mano de una persona, abusar de la influencia del sexo hermafrodita, cambiar los recuerdos (una magia algo arriesgada por cierto) y las alfarería psicológica como llaman algunos. Esta última es muy poderosa, pero dañina para quien la hace. Tú la has vivido, y tendría que haber separado tu propia conciencia del control de tu cuerpo.

–Me estás diciendo que se suponía que a Anyara le tenía que salir todo bien.

–Si, tú hubieras sido consciente de todo lo que pasaba mientras pasabas a ser prisionera de tu propio cuerpo, con la diferencia de que entonces Anyara habría torturado tu conciencia y te habría moldeado como a un jarrón de barro. Eso tendría que haber pasado, pero solo te hizo un poco zorra y sumisa, hizo lo que ella esperaba que creyeras.

–Entiendo.

–Quiero que nos ayudéis, María y tú, a atrapar a más criminales cómo estas. No quisiera tener que suplicarlo, pero lo haré si eso ayuda a convencerte.

–Tendré que hablarlo con ella.

–Os entrenaremos, y de paso deja que lo hable con ella. Quiero pedirle perdón en nombre de la diosa.

–¿Cómo?–me echó una sonrisa cómplice.

La sacerdotisa se presentó en la habitación, donde las hermafroditas la habían hospedado. Dejó caer su túnica y le mostró su cuerpo desnudo.

–Vengo a pedirte perdón en nombre de la diosa, por la esclavitud que sufriste a manos de una de las nuestras.

–Ohh. Ven, sacerdotisa.

Cuando dijo que le iba a pedir perdón pensé que sería una mamada y ya. La sacerdotisa jurado se arrodilló ante María, y le bajó los pantalones. Metió su polla en la boca, y la chupó muy bien a decir verdad. Le estaba haciendo una buena mamada, y María lo confirmaba con sus gemidos.

–La sacerdotisa quiere que seamos sus agentes, está interesada en que la ayude a cazar esclavistas. Tú y yo entrenariamos aquí.

–¿Qué tal si me pides perdón durante un tiempo indefinido?

No dió ninguna respuesta, solo siguió chupando. Hasta que María eyaculó en toda su boca, entonces besé su boca. Tuvimos una larga e increíble sesión de "pedir perdón", las tres. No sé me olvidará la pasión con la que la sacerdotisa cabalgaba a María. ¿Y qué pasó al final? Joder, acepté. La intención era buena, y resultaron decir la verdad. Atrapamos a una gran cantidad de esclavistas. Enariel, la sacerdotisa, vino conmigo y me ayudó en muchas misiones. Al final, acabó volviendo a sus labores como sacerdotisa hasta que la llamaba. Mi hermana y Lucía fueron a terapia, y decidieron irse de este mundo. Lamenté su ida, pero la acepté. Aunque estaríamos en contacto. Emilia acabó tocada mentalmente, se sentía muy culpable y  acabó en una relación abusiva con una sacerdotisa cabrona. Acabó uniéndose a mi relación, acabando en una sana relación. María y yo teníamos una relación de sexo, mientras que las dos con Emilia nos sentíamos emocionalmente atraídas. Lo mejor era verla cocinar desnuda, cuando le daba por ello. Las tres decidíamos cuando y como tener sexo, lo que dejaba claro que teníamos un futuro por delante.