En la mansión de la hermafrodita 5

Laura se convierte en la puta que estaba destinada a a ser, y así lo demuestra en el escenario. No obstante, después aparece la razón de que esté en otro mundo, pero es demasiado pronto. ¿Qué habrá pasado?

Otro hombre me daba por el coño, mientras una mujer con arnés, me follaba la boca. A Enariel, cachonda como ella sola se dejó cabalgar en la cama por otro hombre. El hombre se corrió, y eché a la mujer de mi boca. Nuria permanecía en el fondo de la habitación observando, ella era la única que ni follaba ni se tocaba.

–Te pondría a follar hasta que no puedas más pero Haiye quiere que bailes con ella en el escenario. Irás a los baños a hablar con ella.

Asentí y tapada con una toalla me fui hacia los baños. A pesar de ser una zorra en este lugar, no trabajaba como puta. Me aprovechaba de sus servicios, de ambos sexos a cambio de que me deje mirar. A mi me parece bien, y Cyra disfruta de las vistas. Lo cierto es que les atraía a los clientes que frecuentan este lugar, una pena para ellos que no venda mi cuerpo. Haiye estaba sola en los baños, dejé caer mi toalla.

–Primero quítate el semen. Luego entras.

Hice tal y como había que hacerlo. Haiye descansaba en el agua. Me uní a ella y me puse enfrente.

–¿Así que Derya te ha traído hasta aquí?

–¿Derya?

–Nuria

–Ahh si, ha sido idea suya.

–Me cuesta entender cómo alguien como tú, podría elegir meterte en este estilo de vida. Solo lo explica que seas sangrilunar.

–Es posible que lo sea, pero no es por eso. Tampoco voy a hacerme puta, pero me siento más libre así.

–Hasta que alguien se toma ventaja de ti, y te hace daño

–¿Ves mi cuerpo? Si alguien me hace daño, le rompo el cráneo de un puñetazo. Así de fácil.

–Has trabajado tu cuerpo, eso se ve, y me alegro que no lo suficiente. Tienes un cuerpo perfecto para bailar, supongo que Derya te ha enseñado.

–He aprendido con ella, si.

–Yo doy dos tipos de espectáculos, privado y público. El espectáculo público es una vez a la semana, después del baile a la gente le gusta ver cómo fornican los bailarines. Está también el privado, el cual es muy caro, y suele "agradecerse en privado". Esta noche vas a trabajar de puta conmigo y puedes elegir. Trabajas esta noche, en un espectáculo público que acabará en un acto sexual, o en privado, bailando para algún político, ricachón o dignatario. No obstante antes de que elijas quiero saber porqué estás aquí,  de verdad.

–Después de chuparle la polla a una hermafrodita llamada Semen Divino, caí en una espiral de emputecimiento sin límites y me crecieron las tetas. Pero al mes, ya era inmune a su efecto, con un pero, nunca olvidé como me sentí cuando era víctima del efecto del semen hermafrodita. De alguna forma, aunque soy libre de su efecto, sigo siendo esclava de los placeres mundanos, y no quiero dar el frenazo. Me gusta como soy ahora.

–Entonces no eres libre de su efecto.

–No, soy inmune al control mental, su influencia desapareció.

–Y yo te digo, que sigues bajo su influencia, es más, ha conseguido su propósito. O una de dos, su semen es divino y afecta a la mente sin mucho esfuerzo, o siempre has sido una puta sangrilunar. Solo que ahora eres libre de elegir, ¿voy desencaminada? Tu no quieres ser una esclava, quieres disfrutar del sexo por el resto de la eternidad.

–Tienes razón, ¿pero todo este palabrerío a dónde lleva?

–Me da la impresión de que vas a tener que elegir, entre seguir en esto o volver a retomar tu camino.

–¿Y porqué piensas que voy a elegir? A lo mejor ya he tomado una decisión.

–Pues entonces te espero esta noche en el escenario. Cuando salgamos de aquí, veré qué sabes hacer.

Pasamos todo el resto del día entrenando, y ensayando lo que íbamos a bailar. A Haiye le gustaban mis movimientos. Seguimos así hasta que se hizo de noche. La gente esperaba el espectáculo. Haiye me hizo una señal, y salimos a dar un espectáculo. Todo estaba bien, la gente nos prestaba atención, y miraban nuestras curvas. Nos desnudamos lentamente y aplaudieron cuando ya lo estábamos. Entonces salieron dos personas, desnudas. Una hermafrodita y un apuesto hombre. Me había dicho que habría sexo al final. Nos besamos, y bajé hasta su miembro. Lo chupé delante de todo el mundo. Para luego, que trajeran una mesa para ser enculada, con la diferencia de que me abrí de piernas. Mientras la hermafrodita me follaba vi a alguien en el público que me resultó familiar, era María. Se supone que estaba con la tipa esa que la ayudaría a controlarse. Me da a mí que no es la única que ha cambiado de idea respecto a su futuro. María me animaba y aplaudía como los demás. Ambos se lo montaron de alguna forma para lograr correrse a la mismo tiempo sobre nosotras.  Cuando me retiré, vi como María me seguía. Me metí en mi habitación, y le sostuve la puerta.

–No estabas con esa tal cómo era...nah no le acuerdo. ¿Qué haces aquí?

–¿Recuerdas que quería aprender autocontrol? Resulta que la mujer a la que acudí quería controlarme mentalmente. Así que aquí estoy, veo que estás teniendo diversión sin mi, ¿te parece eso bonito?–agaché la cabeza avergonzada

–Yo…

–A partir de ahora, no te divertirás sola. Estoy segura de que ese incidente con Esmeralda ya estará solucionado, y no lo volverás a repetir.

–¿Y ahora qué hacemos? ¿Follamos hasta el amanecer?

–A mi me parece buen plan.

–Acabas de follar en público, ahora te toca darte un baño. Yo voy contigo.–me encogí de hombros

Me fui hacia los baños y me encontré con Cyra, y Nuria. Las dos se estaban pegando el lote. Cyra con su mano nos invitó a entrar. Me lavé un poco y entré. María se desnudó y entró también. La mirada de ambas se dirigió a mi hermafrodita, la cual portaba una erección de narices que les llamó la atención.

–Ahora entiendo que Laura quiera ser una puta zorra, menuda mujer hermafrodita.–comentó Cyra, María respondió con una sonrisa y rodeándome con su brazo.

Nos besamos y me apoyé en su brazo. Mariana acariciaba mi cabeza. Cerré los ojos y me relajé. Segundos después noté como me besaban, pero seguí con los ojos cerrados. Le seguí el juego a la que me estuviera besando. No era María, y no parecía Enariel por mucho que ella estuviera atraída por mi.

–Cyra.

–Si, no abras los ojos, voy a meterte algo en la boca.

–¿Una polla?¿Tu coño?

–A mi me gusta que me lo coman en la cama, o sentada, si quisiera ese tipo de sexo oral te llevaría a mi oficina.

No era ni una cosa ni la otra, me puso una mordaza en forma de bola en la boca. Abrí los ojos y miré a Cyra.

–¿Cuánto aguantará Laura sin dar sexo oral? La cuenta empieza desde hoy.

Puedo aguantar mucho pero no de porque lo han hecho sin preguntarme. Cyra se animó a hacerle una mamada a María. Desde donde yo estaba podía ver perfectamente a las dos, a Cyra chupando y mimando el miembro de María y a María disfrutando el momento. De vez en cuando me miraba, como queriendo darme envidia. Lo conseguía, sentía cada vez más ganas de estar en esa posición, solo lo impedía mi mordaza. Seguí mirando a Cyra mamar, muy hambrienta.

–Sabes que eres una zorra sangrilunar cuando deseas meterte una polla hasta la garganta.–comentó Nuria sonriendo–Cyra te la acaba de poner, y  ya estás tú deseando quitartela para comerte una buena polla. Hagamos esto, te la puedes quitar mientras hagas sexo oral, pero mientras no lo hagas, llevarás la mordaza.–acepté con la cabeza, y Nuria me ofreció su entrepierna.

Le comí el coño con toda mi dedicación posible, sacándole los gemidos más ruidosos. Ahí estuve sin levantar cabeza hasta que Nuria me la sacó de ahí. En vez de decir algo, me quedé callada como yo había acordado. Cyra volteó mi cabeza, y dejó caer el semen en mi boca. Lamí su boca para limpiarla de semen. Después besé su boca como si fuera una polla hermafrodita.

–¿Y si te pido que me hagas a mi también sexo oral?–preguntó Cyra

–Ella no puede hablar, solo chupar y satisfacer.–dijo Nuria

Cyra se acostó fuera de la bañera y se abrió de piernas. De nuevo, volví a acudir a hacer sexo oral.

–Cuando Cyra llegó aquí, comenzamos a jugar. Yo era su esclava y ella mi ama, esa relación, ama-sumisa se alargó en el tiempo durante muchos años. Era su zorrita particular, da gusto ver a otra ser su zorra. Estoy deseando verla comerse pollas de dos en dos.

–Cuidado con lo que habláis que esa zorra es mía. Ahora que habéis transformado a Laura en una zorra, ella es mía.

–Pues hasta ahora se habrá comido unas cuantas pollas. No veo el problema a que se coma más.

–Laura es mía, y como sigáis discutiendome, dejaré preñado a medio prostíbulo.–dijo con tono muy serio

No volvieron a discutir a María. Yo terminé con Cyra y María se levantó del agua, y me mostró su ariete. Yo gateé hasta su entrepierna, como la zorrita que era ahora, me metí su polla de lleno en la boca. Comencé a meterla y a sacarla de mi boca, mientras lamía su miembro, lo hice con absoluta devoción.

–Pásame una toalla.–dijo María

Le lanzaron la toalla y la usó para secar mi pelo, y envolver mi cabeza en la toalla.

–Como se nota que me estabas esperando, eh putita.–yo la ignoré y seguí chupando.–Me voy a correr.

Sentí el semen de María por toda mi boca. Se lo enseñé y me lo tragué todo. Entonces volví a ponerme la mordaza. Ella salió también y se secó. Se vistió, y me miró durante unos segundos. Me lanzó una toalla, y me envolví con ella.

–Voy a ver a esa tal Haiye.

Cruzamos el local hasta llegar a la habitación de Haiye. Llamé a la puerta, y habló María.

–Soy la ama de Laura, puedes dejarme pasar.

–Adelante

Haiye descansaba sobre su cama, desnuda pero tapada en parte por las sábanas.

–Así que eres tú quien la ha convertido en un zorra.

–Ya lo era, solo he tenido que hacer un poco de magia.

–Y con magia te refieres a tu polla. Anda, desnúdate y deja que  vea cuánto vales.

María se quitó la ropa poco a poco, mientras Haiye no le quitaba un ojo de encima. Se mordió el labio cuando la vió quitarse el pantalón. Haiye se envolvió con la sábana y se levantó. Cuando estaba por quitarse el sujetador, ella se lo impidió, y la prostituta se lo quitó por ella. María dejó caer su calzoncillo, y la puta recogió la ropa interior y se la guardó.

–Ahora tu ropa interior es mía, me la quedo como pago.–Haiye usó un hechizo para quemar la ropa interior–¿No te basta con una sola puta, que necesitas dos?

–Te vi en el escenario y me gustaste. Nunca en mi vida he deseado follaros como lo he hecho al veros bailar.

María se acercó a pocos centímetros de María. Sus rostros se rozaban, y sus tetas se tocaban. La puta acarició a la hermafrodita, pasó sus manos por sus curvas, tocó bien su culo, y puso una mano sobre su pene erecto.

–Estoy deseando meterme tu polla en la boca, lamerla, chuparla, y besarla. Tener tu trozo de carne metido hasta la garganta.–dijo mientras la masturbaba

–¿A qué esperas?

–Me gusta ser dueña de mis deseos y si te la chupo...Ya me entiendes.–se besaron mientras Haiye la masturbaba.

–Si, es una gran pena.

Siguieron besándose hasta que los besos siguieron en la cama. Viendo que la cosa iba para larga, decidí sentarme cómodamente en el sillón mientras esas dos hacían de todo. No, Haiye no le chupó la polla a mi hermafrodita, pero hicieron de todo y en todo tipo de posiciones. Primero follaron en la posición del misionero, cuando las dos acabaron, cambiaron a la posición del perrito para acabar Haiye encima cabalgando. Cuando acabaron, María terminó muy cansada y se acostó. Cayó dormida relativamente rápido. Haiye se levantó con cuidado y me sentó conmigo.

–Ahora entiendo que le ves a María, es toda una semental.–dijo con una sonrisa y me miró. Me quitó la mordaza, y la dejó en el sillón.–Habla.

–Maria suele aguantar mucho más, nuestras sesiones suelen durar varias horas.

–Si tu lo dices. Entonces es algo muy raro.

–Se me había ocurrido, que al haber durado solo poco más de media hora, es posible que... esté embarazada. Dijo que estuvo con esa hermafrodita, pero no dió detalles de lo que ocurrió.

–¿Estás segura? Igual estás sobre analizando,

–Si, María es capaz de durar en la cama varias horas cuando alguien le encanta y tú le atraías.

–Entonces tendremos que ver a una sacerdotisa lunar, son las que conocen la fisionomía hermafrodita mejor incluso que las propias hermafroditas.

Como no sabíamos donde estaba Enariel, fuimos a ver a Cyra, la jefa del lugar. Allí estaban Nuria, y Cyra. Nuria llevaba un collar de esclava, y una cadena que le colgaba del collar, estaba sentada sobre las piernas de Cyra. Mientras las dos se daban cariñitos, yo carraspeé.

–¿Dónde está Enariel?

–Está en la sala al fondo del pasillo, donde tú habitación. Está atendiendo a una prostituta.

–Poco has tardado en saludar a tu antigua amante, Nuria. Os dejo solas otra vez.

Asentí y nos fuimos de allí a buscarla. La encontramos, y llamamos a la puerta.

–Soy yo, Laura.

–Espera.

Nos tuvo en vilo un rato largo, mientras atendía a la prostituta. Se oían gritos al otro lado de la puerta. Cuando terminó abrió la puerta, se estaba lavando las manos de sangre, se oían los llantos de un bebé.

–¿Qué ha pasado?

–Una puta ha dado a luz, hablaré con vosotras y después continuaré atendiendo a la muchacha a ver si necesita algo. Vámonos a tu habitación, necesito algo de beber.

Enariel acarició mi culo, y me miró con una sonrisa.

–Tu culo es terapéutico, ¿lo sabías? Me siento muy bien cada vez que contemplo semejante obra de arte.

–Gracias, supongo.

Entramos en mi habitación, y le serví agua fresca. Ella la aceptó encantada, y se sentó.

–Debo decir que esperaba que estuvieras follando.–la sacerdotisa se rió

–Antes de hacerme sacerdotisa fui matrona, y he asistido bastantes partos. Además de estudiar sanación, para atender a otro tipo de heridos.

–Nos vienes muy bien. Queremos saber cuáles son los síntomas de un embarazo de una hermafrodita.

–Una hermafrodita normal es capaz de durar unas quince veces teniendo sexo antes de fatigarse, pero normalmente si una hermafrodita está encinta, dura la mitad. Eso durante los primeros tres meses, los seis meses restantes su necesidad de sexo se reduce a cero. Los demás síntomas, son los de una mujer común. ¿Qué ha pasado?

–Me ha parecido extraño que María durase tan poco. Tuvo actos sexuales unas seis veces antes de caer dormida justo después de terminar.

–Me gustaría verla, y comprobar si vuestra suposición es cierta.

–Está durmiendo.

–A ser posible ahora mismo.

Nos levantamos y nos fuimos de nuevo a la habitación de Haiye, donde dormía plácidamente María. Me acerqué a María y la desperté. Se frotó los ojos, y me miró confundida.

–¿Por qué hay tanta gente en la habitación, Laura?

–Necesito que te sientes.

Nuria se cubrió con la sábana, y se sentó conmigo.

–¿Qué ocurrió con esa hermafrodita, María?

–Cuando llegué, me exigió desnudarme, yo lo hice. Me pareció extraño pero era relativamente normal. Tenía como esclavas a tu hermana y a su amante, ambas estaban embarazadas. Eso primero me pareció sospechoso, pero admitió que las tenía como novias, y ellas estaban encantadas con ella. Allí debí darme la vuelta, pero pronto caí en su embrujo. Me estuvo follando como ella quiso hasta que huí como podía a mi mansión.

–María, no folló contigo, te violó.–me puse seria y lo dije con mucha delicadeza.

–Yo…–abrió los ojos y se cayó su mascara.–Solo quería distraerme de este trauma.

–Iré a por mi hermana.–me levanté decidida

–Ella es muy poderosa, si vas a por ella, te someterá y no podré volver a verte.

–Soy inmune al control mental, ¿recuerdas? Iré y las sacaré de allí.

–Yo voy contigo, me necesitas.

–Tu no eres inmune al control mental.

–Soy inmune al control mental directo, pero no a la influencia hermafrodita. Me necesitas, se me acaba de ocurrir un plan.–dijo Haiye

–¿Se te ha ocurrido ahora mismo?

–No, pero lo acabo de recordar porque lo ideé contra  mi violador.