En la mansión de la hermafrodita 4

Laura es sometida por Nuria, una antigua puta de la Casa del Placer, también conocido como El Paraíso de las Putas en la actualidad.

Antes de que tuviera que irme a la mansión de María, la cual se iría a vivir con Camille un tiempo, Nuria requirió que se la chupase a toda hermafrodita presente, hasta su corrida por supuesto. Se lo que quería con ello, hacerme más susceptible a sus órdenes y enseñanzas, pero también a emputecerme. Yo normalmente ya debería estarlo, pero tengo una resistencia natural a la control y la influencia mental, por lo que no es tan fácil. Entonces cuando ya se la había chupado a las dos, dos veces, me pidió que me dejase encular por María, lo cual sí que no entendía.

–Se lo que estás intentando.–dijo Lucana–No te funcionará, no puedes condicionar mentalmente a la muchacha para que no sea una zorra.–María se detuvo antes de entrar–Si no sabrás disciplinarla, siempre puedes dejarsela a Eliana.

–Quería probarlo.

–Pues no funcionará, porque entonces será una puta con hombres y si no, lo será con mujeres.

–Pues entonces me la llevo, María, las llaves.

Fuimos la mansión de María, sin ella se sentía muy sola. Al llegar, Nuria me detuvo.

–Desnudate por completo, zapatos, todo.

La obedecí sin saber muy bien qué es lo que pretendía. Me despojé de mi vestido, del tanga y de los zapatos. Lo dejé todo en el suelo. Me miró de arriba a abajo.

–No voy a disciplinarte, no me da la gana.

–Entonces por qué…

–No puedo cambiarte si tú no deseas ese cambio. Te gusta esto de ser una zorra de una hermafrodita, ¿verdad? De alguna forma esto te está otorgando una libertad y un bienestar mental que nunca habías sentido. Si, Laura, conozco lo que te hicieron en el pasado, y ahora te sientes mejor que nunca.–agaché la cabeza avergonzada, no mentía–Haremos esto, aquí debes tener succionadores de clítoris, dildos y todo tipo de juguetes sexuales. Te dejaré a tu rollo toda la noche, y mañana, cuando se te haya pasado el efecto, te volveré a preguntar.

Tal y como Nuria dijo, me la pasé la mitad de la noche dándome placer y la otra durmiendo hasta las once. Nuria cuando yo tendría que estar durmiendo, también se la pasó pajeandose. Era toda una pajera experta. Cuando me desperté se oía un ruido como de aspiradora. Bajé y Nuria se encontraba limpiando. Me señaló la cocina y mientras yo me comía el desayuno, crepes y café, ella terminaba de limpiar. Me senté tal cual me levanté, desnuda y con mi collar de esclava.

–¿Entonces qué decisión has tomado?

–Cuando estaba emputecida por María, simplemente no pensaba en lo negativo. Su presencia, me provocaba un efecto positivo. Además, ella es una buena amante. No quiero cambiar, Nuria, no quiero volver a ser como antes. Quiero ser la zorra de María, quiero ser su amante. Quiero que me folle cuando a ella le apetezca, pero también quiero que solo me deseé a mi. Quiero ser yo quien decida si jugamos con otra persona, que esa era nuestra relación inicial. Tú tenías razón, me siento libre cuando estoy con ella.–Nuria sonrió de oreja a oreja

–Bien, esto era lo que querías. En ese caso, te convertiré en la mejor zorra que hayamos visto jamás. Creo que voy a necesitar el consejo de una sangrilunar experta.

–Tienes a Emilia,  y a Enariel. Enariel me mola mucho, la puedo llamar

–Llamala,  a ver si quiere venir.

Por suerte María la tenía en su agenda. Llamé a su número y por suerte cogió la llamada. Le expliqué lo que nos llevábamos entre manos.

–¿Estás de broma? Voy en cuanto pueda, tardaré cuatro horas.

–Va a venir. ¿Qué hacemos mientras?

–Te enseñaré a volver loquita a María. Voy a cambiarme y a ver si tiene algo apropiado.

Se fue durante unos diez minutos hasta que volvió, semidesnuda. Llevaba una tela fina que tapaba su entrepierna, bien atada a la cintura, y otra tela que cubría sus tetas. Me lanzó otras iguales a mi.

–Antes de llegar a este mundo, me ganaba la vida como bailarina erótica en la corte de tus tíos, los caelianos oscuros. Bailaba para sus líderes. Hasta que una general se enamoró de mi, y yo de ella. Tu tía Alive me humilló delante de todos, y mató a mi chica. Pero bueno, no voy a contarte mi vida entera. Llegué a Enandrar, y pasé de prostíbulo en prostíbulo, cada uno peor que el anterior. Hasta que llegué a uno, excepcionalmente bueno. Su amo era extrañamente comprensivo, y bueno, y no me refiero en la cama, que también. Había como un compañerismo y hermandad entre las putas que en ninguna otra parte había visto, me sentí arropada. Bailaba y follaba porque las mamadas nunca se me dieron bien. Fui una puta en aquel lugar durante mucho tiempo, y enseñé a las que tenían ritmo, a bailar mejor, con mi arte. Y eso voy a hacer contigo, mi querida zorrita.–me dió un toque en la nariz

Puso una música oriental, y entendí a qué se refería. Movía su cuerpos y sus caderas de forma muy sensual. La hacía muy deseable, y excitaba mucho. Me quedé embobada observando sus movimientos, se acercó mucho a mi rostro mientras seguía moviendo sus caderas. Acerqué mi cabeza e hice el amago de comerle el coño, pero se apartó con una risita.

–Mis clientes estaban encantados con mis bailes, claro siempre había brutos idiotas pero la mayoría disfrutaba más de mis bailes que del propio polvo. También hay que decir que me ayudaba saber elegir clientes. Y ahora viene el final, que es para lo que todo hombre y alguna mujer, me pagaba. Se quitó la tela que tapaba sus pechos, y me la tiró. Siguió bailando, acariciando sus pechos y luego se quitó la tela que tapaba su pelvis. Siguió así por un rato más hasta que se sentó encima mía, y me besó. La besé sin dudarlo dos veces, la acerqué más a mi. Ella sacó sus alas y yo las mías.

–Mi exnovia me dijo:"Nunca he deseado a nadie hasta que te vi." Entonces me besó con una lujuria que probablemente ella nunca hubiera dejado a la vista hasta ese momento. Esa general me pagaba grandes sumas de oro por mi compañía, hasta que comencé a sentir algo por ella. Mi don era enamorar a los clientes apropiados, eran conocidos, buenos y pagaban bien.–dijo mientras se movía encima de mí como si tuviera una polla–Ahora, me dedico a grabar porno de forma amateur, no está mal.

–Pues si que eres buena. –dije entre jadeos mientras nos besábamos

–Cuando esa hermafrodita te vea bailar como lo hago yo, se volverá loquita por ti. Serás irresistible. Cuando vea a ese cuerpazo moverse con ritmo, solo tendrá un pensamiento en mente.

–¿Follarme?

Nuria se sentó en el sofá, y me levanté. La primera vez que lo intenté, daba vergüenza. Nuria estuvo dos horas dándome instrucciones, aprendía rápido así que a las dos horas ya lo hacía relativamente bien. Aunque Nuria tenía una gracia natural que a mí me costaba adquirir, como si formase parte de su ADN y además necesitaba mucha más práctica.

–Ya mejoras.

–Me está gustando esto de bailar, como tú lo haces, la verdad.

–Luego le bailamos a la sacerdotisa, pero tú sigue practicando. A este ritmo, en una semana e incluso dos lo harás tan bien como yo.

–Cuentamé más sobre tu pasado, me interesa.

–Como ya te he dicho era bailarina erótica, para los líderes de tus hermanos de alas negras. Formaba parte de un gremio que se dedicaba a eso. Una de esas veces me acerqué a una general, no me echó asi que le bailé. Me acerqué a ella mientras sus ojos no se separaban de sus curvas. Era muy tímida, y se sentía nerviosa. Le hice un baile privado, y mientras bailaba para ella, supe que le gustaba a esa mujer. Me contrataba para que le hiciera compañía, era una mujer solitaria, y yo le di amor. Dejé la vida que llevaba para unirme con ella. Desgraciadamente, tu tía Alive Stram, no estaba de acuerdo. Como tú bien sabes, es muy cruel y malvada, realmente sádica. Adora provocar el sufrimiento en las personas. Me obligó bajo amenaza de muerte bailarle frente a todo el mundo. Torturó cruelmente a mi amada, y la tiró llena de sangre y desnuda en la entrada de nuestra casa.–contó tranquila aunque un poco afectada

–Ojalá pudiera matar a mi tía Alive, nos ha hecho daño a mucha gente.

–Mi amada fue ejecutada años más tarde. Entonces viajé a Dekram y pasé de prostíbulo en prostíbulo haciendo lo que mejor sabía. No fue una buena vida hasta que llegué al mencionado prostíbulo, aquel lugar era extraordinariamente diferente. Se a lo que me he dedicado, pero no le recomiendo esa vida a nadie. Tuve suerte de encontrarlos.

Dejé de bailar y abracé a Nuria. Sentía que tenía que hacerlo.

–Siento lo que te ha pasado.

–Ahora me va genial en la vida. Follo lo que quiero y cuando quiero. Estoy asociada con una parejita adorablemente cachonda, y lo mejor es, que a pesar de nuestras dinámicas de dominación y sumisión, nos cuidamos entre los tres. Hacer lo que hacemos de forma casera, es lo mejor que me ha pasado nunca.

–¿Has probado la bicicleta dildo-estática que tiene María?

–Quería probarla contigo. ¿Vamos?

Me cogió de la mano y fuimos dónde estaba la bicicleta dildo-estática, como decidí llamarla al ver que María le tenía puesto un consolador. La primera en probarla fue Nuria, le puso algo de lubricante y la montó, la clavó en su vagina.

–¿Por qué Esmeralda quería me disciplinaran si ella folla mucho también?

–Porque ella no se folla a una hermafrodita. No estaríamos en esta situación si te follaras a una persona menos complicada.–dijo entre gemidos, me miró con una sonrisa–¿Has visto la cantidad de juguetes de autoplacer que  tiene tu hermafrodita escondidos?

–Alguno.

–Deberíamos transformar este gimnasio, en algo mucho más pervertido.–se calló cuando tuvo un orgasmo, entonces dejó de cabalgar el pene de mentira–Tengo una máquina folladora automática, que vendría perfecta a este lugar. Unas cadenas que  bloquean nuestra fuerza y poder, si os da por el BDSM. Además de una barra de dominadas que lleve un consolador para que le des sus mamadas. Date unas cabalgadas en la bicicleta dildo-estática, me voy a hacer un zumo.

Se retiró mientras yo me divertía con la bicicleta dildo-estática. Me pregunto qué estarán haciendo María y la otra hermafrodita. Me detuve porque quería estar a tono para cuando llegara la otra. Nuria también era una mujer muy cachonda, pero creo que entendía lo que ella quería decir. Así es como eran ellas, Nuria y Esmeralda, son perfectamente conscientes de donde se han metido. Sin embargo este nuevo yo es producto de hermafroditas y sangrilunares. Quiero decir, como soy ahora no es natural.  No obstante, creo que no quiero dejar de ser así. Quiero aprender todos los trucos de seducción de Nuria y quiero descubrir los entresijos del sexo. Volví con Nuria que disfrutaba de un zumo, pero en la piscina. Me dirigí allí, pero antes de llegar llamaron a la puerta. Era Enariel, que me abrazó al verme, mientras que su mano tocaba mi culo.

–Desde aquella vez que me comiste el coño, no he podido olvidarme de ti. Eres mi esclava no esclava favorita.

Nos dimos el lote en la entrada, y rápidamente fuimos a la piscina, a tocarnos y abrazarnos. Se sintió como si fuéramos una pareja que llevábamos tiempo sin vernos. Tras darnos cariñitos en la piscina. Enariel y Nuria me estuvieron enseñando sus mejores posturas, trucos. Mi postura favorita era en la que estaba encima, y la del perrito, con la diferencia de que yo movía mi culo.

–A mi me gusta estar encima, a no ser que sea la sumisa de alguien.–comentó Nuria

–Tiene su rollo, pero no hay nada como estar a cuatro patitas.–dije–Me gustan todas, y quiero probarlas con María, pero me gusta mucho esa. ¿Qué dices tú, Enariel?

–Esas posturas dependen de la situación, y la persona. Con una pareja probaría las dos, pero todo depende. Si estoy teniendo un polvo, pues depende del otro acompañante. Nunca me pondría como perrita con un noble, la verdad sea dicha pero si Laura tuviera polla, joder, me dejaba encular por ella todas las veces que ella quisiera.

–¿Te dejarías encular por mí?–pregunté con el ceño fruncido

–Por supuesto, estás buenísima, Laura. Además la forma que tienes de hacer sexo oral, uff, me matas.

–Bueno...me agrada saber que tienes esa imagen de mi. Me aburro, hemos estado todo el día aprendiendo posturas pero no tiene sentido aprender algo que no voy a poner en práctica.

–Tenia pensado ponernos de acuerdo con Camille para que Laura y ella puedan practicar sus avances, de vez en cuando. O llevarla al Edén; allí será todo más fácil y placentero.

–¿El Edén es el prostíbulo del que tanto hablabas antes?

–Si, el mismo.

–¿Y si hacemos un poco de las dos?–pregunté

–Es cierto, podrías llevarla al Edén, y luego ir yo un par de días después.

El día pasó con cierta normalidad, follando hasta que no podíamos más y nos echamos en la cama. Al día siguiente nos íbamos al Edén, nos llevaría Nuria. Por suerte, pudo llevar a Enariel también. Aunque cuando llegó, terminó muy agotada. Le dimos diez minutos para recuperarse. Yo venía con poca ropa, la suficiente de poder decir que iba tapada. Cuando recuperó las energías, se levantó y comenzamos a andar.

–Recordadme que nunca vuelva a hacer eso.

–Tú insiste en llevarme a mi también.–dijo la sacerdotisa.

Fuimos las tres hacia un edificio en la lejanía, se encontraba protegido por un muro, pinchos por encima del muro. Nos detuvimos en la puerta, porque estaba cerrada, pero Nuria saltó la puerta, y las dos tuvimos que hacer lo mismo. Era de día, por lo tanto el momento donde la mayoría de putas descansaban. Se sorprendieron al vernos, pero se tranquilizaron al verme a mí. Suponían que yo sería una de ella, o podría serlo.

–Os llevaré con la madame, no se quien será en estos momentos.

Nuria llamó a la puerta. La puerta se abrió y pasamos, la mujer se encontraba leyendo un libro, lo cerró y se alegró de ver a Nuria.

–¡Como me alegro de verte! ¿Qué haces aquí?–me miraron

–Mi amiga Laura está con una hermafrodita, y en vez de rechazar su influencia quiere abrazarla de la mejor manera. La he traído para entrenarla en un espacio más... apto.

–¿Hermafroditas?–me miró y frunció el ceño–¿Puedo preguntar por qué?

–Me gusta como estoy siendo, no me avergüenza. Me siento libre.

–Bien, luego probaré tus... habilidades.

–¿Dónde están las chicas?–preguntó Nuria

–Elia y Ava dejaron esta vida, cuando Elia se quedó embarazada. Se largaron bien lejos y no volvimos a saber de ellas. Carin fue comprada por Tinuviel y se fueron a la corte. Jana, oh dios Jana. Tras la ida de Tinuviel ésta cayó en la locura, no sé de qué hablaron o que hicieron, pero el estado mental de Jana empeoró a niveles preocupantes. Se autolesionaba, hacía daño a los demás, casi mata a uno de los clientes. Encontramos un trozo de piel que debía ser dónde la habían marcado, y no la hemos vuelto a ver. Haiye es la única que queda del viejo grupo, somos socias en este lugar.

–¿Puedo verla?

–Ahora estará durmiendo, has elegido mal momento para venir.

–Nuria me ha hablado de este lugar. Lo llama Edén.–comenté

–Edén es un término humano, debería haber usado un término menos humano, como Paraíso. Pero si, durante mucho tiempo este lugar fue considerado un Paraíso por las putas de todo el mundo. Un lugar donde las putas eran respetadas, no eran explotadas y más importante, eran felices, la mayoría.

–En lo que relaciona a esta vida me cuesta creerlo.

–Nuestro primer amo, era un sangrilunar. Era muy bueno con las mujeres en los dos significados de la palabra, lideró este antro y lo convirtió en un lugar de renombre y  con cierta clase. Sin embargo acabó por dejarme a mi este lugar, a su hija.

–¿Su hija?

–Yo también era sangrilunar, una gran inclinación por los placeres del cuerpo, muy activa sexualmente. Estaba con un humano, pero los humanos se marchitan y mueren más rápido de lo que me gustaría así que aquí estamos. He intentado ser como mí padre, y nos va bien.

–¿Entonces podré aprender en este lugar?

–Podrás hacer más que eso, si tú quieres.

–¿Por dónde empiezo?

–Desnudate, pero hazlo lentamente.  Como si fuera esa hermafrodita a la que quieres atraer.

Me levanté y me acerqué a la madame. Lentamente me quité la camisa medio abierta. Se la di a la mujer. Bajé la minifalda, mientras no le quitaba un ojo de encima. Intenté bailarle como lo hacía Nuria. La mujer no me quitaba un ojo de encima, miraba mis curvas, mi culo, mis pechos, le gustaba a esa mujer. Cogí con mis dedos el elástico de mis braguitas, y me la quité lentamente. Mostrándole mi pelvis poco a poco. Finalmente cuando ya podía ver mi coño, dejé caer la braguita. Me quité el sujetador, la mujer se mordió el labio inferior. Enariel tenía una visible excitación, con una se abanicaba y la otra había desaparecido en su entrepierna.

–Tienes a dos mujeres cachondas por tu culpa. ¿Qué vas a hacer?–preguntó la mujer

–Nuestra amiga sacerdotisa parece que ya se está encargando.–me senté en sus piernas, y la besé.

–Dioses, que buena eres, así se hace.–dijo Nuria–¿De dónde ha salido esta Laura?

–Pensé que sería buena idea ponerme un poco más sensual.–la mujer agarró mis glúteos con sus manos.

–Necesita más práctica bailando, pero desnudarse sensualmente se le da bien.

–En la Tierra lo llamamos striptease.

–Quiero ver qué tal eres en la cama.

–De acuerdo.

–Lo haremos tú y yo.–dijo la mujer

–A todo esto, quién eres.

–Cyra, encantada de conocerte. Tú debes de ser Laura, por los ojos violeta.–me cogió de la mano y se puso de pie.

–¿No quieres que me vista?

–No, el arte no debe ocultarse. Vamos a un lugar más cómodo.

–¿Qué necesito para convertirme en la amante que quiero ser?

–En realidad lo que Nuria quiere enseñarte es la actitud. Cabalgar una polla es bastante sencillo, pero ser una amante irresistible es otra cosa muy distinta. Tú quieres ser lo que Nuria en otro tiempo fue. Fue llegar al Paraíso y a la semana ganaba más dinero que la mayoría aquí. Entrenó a Haiye para ser bailarina erótica, y enseñó a las putas y putos a tratar de la mejor forma con nobles. Fue una notable mejora en el prostíbulo. Sin embargo como las otras chicas, acabó por dejarlo para irse de este mundo. La muy zorra me dejó sola.

–No te dejé sola, como si no hubiera coños y pollas en este prostíbulo para saciar tu hambre de sexo.

–La única amiga que se quedó fue Haiye.

–Ava estuvo en una misión. ¿No te ha visitado?–preguntó

–Si, pero dijo que no volvería como trabajadora. Vendría como amiga. Al menos recibo la visita de la familia real elfa de vez en cuando. Su Majestad Tinuviel o su hija gobernante de Licimasia, y otros miembros de la familia, de vacaciones.

Llegamos a la habitación.

–Este lugar también sirve a clientes  de alta posición social. No obstante, dejemos de hablar de este lugar. Primero le comerás el coño a nuestra amiga sacerdotisa, está muy cachonda y no vamos a ser malas con ella.

Enariel se tiró en la cama y se abrió de piernas. Ya se ha había bajado la ropa que tapaba su sexo. Pensé en comerle el coño a la sacerdotisa pero quería torturarla un poco antes de comenzar. Miré a Nuria y se nos dibujó una sonrisa cómplice.

–¿Como se pide, Enariel?–pregunté cuando ya estaba en su entrepierna lista

–Por favor, hazlo ya.

–¿Por favor que?

–Por favor, Laura.

Agarré sus piernas y comencé a comerle el coño. Nuria y Cyra me observaban a cada lado de la cama mientras las dos estábamos en plena acción. Me incomodaba pero lo dejé pasar.

–La sacerdotisa se retuerce de placer, lo está disfrutando.

Estuve así durante cinco minutos hasta que hice correrse a Enariel, la cual terminó encantada.

–Es una maestra con el uso de la lengua, se nota que está acostumbrada.

–¿No quieres tú ración de comida de coño, Cyra?

–Después, yo puedo aguantar. Quiero verte hacer mamadas, si te place.

–Vamos a ello.  ¿Cual es el punto de todo esto?

–Quieres ser una zorra, pues haremos de ti la mejor.–respondió la ama de todo el lugar.–Tenemos a una sola hermafrodita en este lugar, una sola o tenemos a hombres entre los que te traeré el que a mí me gusta más.

–Lo que quieras.

Se ausentó y me senté en la cama.

–Este lugar te convertirá en lo que quieres ser para María. Puedo trabajar mejor si estoy con otras... profesionales.

–Si no fuera inmune al control mental  de forma natural, sería tan sencillo como programarme para ello.

–Pero el control mental a largo plazo no es rentable. –dijo Enariel–Durante un tiempo es efectivo, pero si no se trabaja con el objetivo, el control mental se va desvaneciendo hasta desaparecer.

–Pues si que sabes del tema.

–Tengo cierta experiencia en el tema. ¡No me miréis asi! Hace tiempo que fue prohibido. Ahora hermafroditas y sangrilunares nos dedicamos a cazar a gente que hace uso de él, con fines esclavistas.

–Las hermafroditas provocan en sus víctimas algo parecido.

–Legalmente no es un problema, si solo controlan a una persona a la vez. Si esclavizan a una sola persona, pero luego la liberan, no pasa nada.

–Está el problema cuando las hermafroditas usan sus habilidades de control mental, de forma sistemática.

–¿Entonces si aquella sociedad criminal se hubiera limitado a esclavizarnos a mi hermana, a su novia y a mi, no habría pasado nada?

–No, no habrían dado una orden de búsqueda y captura si se hubieran limitado a esclavizaros a las tres. Aunque dudo que tu Esmeralda lo hubiera dejado estar.

Cyra entró en la habitación poco después con un elfo oscuro bien dotado. Me recordaba a esas películas porno interraciales.

–Manos a la obra, o debería decir, boca a la obra.

Tal y como estaba, sentada desnuda en la cama, atraje al puto. Toqué su miembro y lo lamí, se le puso dura con bastante facilidad por suerte para mí. Su polla era demasiado grande para mi gusto, a mi me gustaban de un tamaño medio-normal, como la tenía María.

–¿Podéis traer a alguien que no la tenga tan grande?

Echó al elfo oscuro, su polla era demasiado grande para mi gusto, así que no iba a chupar un falo que me incomoda. Trajo otro elfo oscuro, con suerte Cyra había elegido bien esta vez. Su polla seguía siendo algo grande pero ésta vez era todo más chupable. Abrí la boca, y metí hasta la garganta aquél falo. Me puse a hacer la mamada que las mujeres presentes querían que hiciera. Nuria sacó su teléfono.

–En este mundo los teléfonos no tendrán cobertura, pero aún puedo grabar.

Yo conocía lo suficiente a la hermafrodita para saber qué le gustará oír lo que haré aquí, si no, habría elegido ponerme a prueba con María. Le di la mamada de su vida a aquel tipo, mientras las tres disfrutaban del espectáculo. En vez de continuar mamando, me puse a cuatro patas y el elfo acudió a mi llamada. Él la metió por mi vagina, puso sus manos en mi cintura y comenzó a cabalgarme.

Y así es como comenzaría mi camino hacia el emputecimiento, con la polla de un desconocido en la vagina.