En la madurez

Ane conoce a Antonio, acaban congeniando y no solo follan sino que ella se entrega a él y acaba siendo masturbada por Greta también

EN LA MADUREZ

Ane trabajaba en las oficinas de una multinacional. Su vida era muy rutinaria. Siempre había cumplido con lo que se suponía que debía de hacer y nunca se había rebelado, pero esto pronto iba a cambiar. Un día había ido a un concierto de música clásica en la ciudad. Se encontró con Antonio un ex proveedor de su empresa. Lo que no sabía Ane era que Antonio era el jefe de la empresa que les proveía. Era un hombre en la madurez que le sacaba más de 30 años. Ella en la mitad de la veintena y él en los sesenta. Después del concierto Antonio la invitó a tomar una copa.

Más que una cita fue una amigable charla. A esa cita fueron sucediéndose otras hasta que después de varias la temperatura había subido pero los gustos en materia sexual no estaba seguro Antonio si a ella le iban a gustar, aparte que requerían un comportamiento que él desconocía si ella sabría y si se lo decía no sabía si iba a asustarla.

Pensó como comentárselo y le envió un enlace a un post en internet que hablaba de lo que sentía una sumisa y como era lo que era el BDSM y muchas otras cosas que le interesaba que conociera. Si a ella le gustaba sería la leche. La verdad cuando cenaba con ella o salían a tomar una copa, se dio cuenta que tenía un cierto comportamiento sumiso dentro de un carácter marcado así que igual tendría posibilidades ya que según ella tenía una mentalidad abierta.

Ella leyó el enlace, suponía que en algún momento él le propondría follar y sabía que le iba a aceptar, pero lo que la envió no lo esperaba. Lo estuvo viendo y pasó por muchos sentimientos. Primero rechazo, un profundo rechazo, pero luego cuando empezó a leer entrelineas se dio cuenta que en el sexo es lo que siempre le había atraído y se calentó muchísimo. Sopesó que responderle y le escribió.

Si lo que me has enviado va con doble sentido quiero que sepas una cosa. Creía que me ibas a tentar para follar contigo y a eso te iba a decir que sí, pero para lo otro al comienzo me enfadó el enlace, lo rechacé, pero luego me he dado cuenta que me atrae mucho, pero necesito más tiempo.

Cuando recibió ese mensaje Antonio sintió vértigo. La cosa avanzaba y entonces se planteó solo follar primero y ver por donde Ane iba evolucionando. Se citaron para una cena en la casa de Antonio.

Antonio estaba cocinando cuando escuchó el timbre. Ane se había adelantado. La mesa ya la había preparado en el salón, pero no había terminado la cena. Salió a abrir vestido con una camisa blanca y un pantalón de traje. Ane venía muy sexy pero elegante, un vestido de lino corto por medio muslo que acariciaba todo su cuerpo y realzaba su figura.

Se dieron dos besos en las mejillas y Antonio le comentó que estaba terminando la cena, que le acompañase al salón y allí la sirvió una copa de vino y le mostró su biblioteca y le comentó que mirase lo que quisiera. El se fue a terminar la cena. Ella se quedó curioseando los libros en las estanterías. Estaban ordenados o por encuadernación o por colores menos alguna balda estaba el resto que no concordaban. A Ane le llamó la atención un cuadro que estaba colgado en una de las paredes donde una especie de hombre con cabeza de carnero y aspecto monstruoso sostenía en brazos a una bella mujer.

Entre los libros que había bajo dicho cuadro hubo varios que le llamaron la atención entre ellos uno que abrió y donde se mostraban fotos donde la mayor parte de los protagonistas portaban cuero y se veían muchos látigos. Inocente fue a la cocina con el libro y se lo mostró a Antonio.

Jajjajjajaja.antes de decirte nada, tu impresión cuál es, buena o mala? ------ respondió Antonio.

La verdad es que entre el libro y el cuadro que hay encima del libro si no te conociera igual hasta me hubiera marchado, pero respondiendo a tu pregunta te diré que me veo reflejada en el libro.

¿En cuál de los personajes?

En esas que salen atadas y obedeciendo.

Antonio de manera intuitiva la cogió de la barbilla y mirándola a los ojos la besó. El esperaba ahora un tortazo, pero no se produjo, sino que ella se dejó hacer y con la mano le atrajo hacia ella. La temperatura fue subiendo mientras las caricias subían de intensidad y los besos se transformaban en una danza en la que las lenguas pugnaban por juntarse y por separarse.

Antonio apartó del fuego lo que estaba cocinando y siguió besando a la vez que la conducía hacia la mesa y cuando estaba a su altura la giró e hizo que pusiera su torso contra la mesa y levantó la falda de su vestido y rompió sus bragas. Ane en lugar de enfadarse sintió una punzada de excitación antes de sentir que las intenciones de Antonio era sodomizarla. Intentó penetrarla y no pudo. Volvió a intentarlo y logró abrirlo un poco, pero la sacó, luego lo volvió a intentar y entró el glande y entonces embistió y la metió entera hasta sus huevos chocar con las nalgas.

La folló con vigor durante varias embestidas mientras apoyaba la cabeza en la mesa hasta que no pudo más y entonces eyaculó sobre sus nalgas quedándose tumbado sobre ella.

Ahora vamos a cenar y si quieres te cuento lo que sé sobre el mundo del libro y lo comentamos.

De acuerdo. ---- dijo ella asintiendo con la cabeza.

Primero vamos a ducharnos----- ordenó Él.

Él la condujo hasta el baño de la primera planta y se desnudó y ordenó que ella hiciera lo mismo. Había una ducha de dos por dos enorme. Entraron. Él accionó el grifo y el agua en forma de fina lluvia junto con varios chorros que partían de la pared se pusieron en marcha. Entonces se besaron, apasionadamente. Las manos pugnaban por acariciarse mutuamente antes de coger Antonio las manos de la chica y elevarla en volandas y haciendo que se deslice hasta penetrarla y follarla contra la pared de la ducha a la vez que el agua cae sobre sus cuerpos. Ella luego se arrodilló para seguido meterse toda la polla del hombre en su boca hasta la garganta para luego mamársela hasta que Antonio se corrió en su cara a la vez que Ane que se había masturbado tuvo también su orgasmo.

El la dio la mano y la ayudó a levantarse y la colmó de besos y caricias, toda dulzura. Luego se vistieron y fueron a la mesa para cenar. Allí la explicó todo con pelos y señales e indicando que si quería obedecerle tenía que tener claro eso que Él mandaba. Ella marcaba los límites, pero Él mandaba. Ane aceptó. Terminaron la cena y entonces Él le dijo que tocase un embellecedor de la biblioteca en forma de gárgola y sonó un clic. El mueble se abrió y dio paso a un corredor. Iban a traspasar el corredor y él le ordenó desnudarse, cosa que ella hizo. Cuando acabaron el corredor llegaron a una gran habitación. Ane abrió la boca asombrándose. Parecía la habitación de los horrores si lo que vio no la excitase tanto. Se acercó a las fustas y las acarició y olió el olor a cuero.

Ahí al lado hay un baño, vete a orinar y espérame tumbada en la camilla que voy a retirarla mesa.

Antonio fue a retirar la mesa, pero a la vez a llamar a su amiga Ama.

Puedes venir, dáte prisa. Se ha entregado como te dije y quiero que disfrute de su entrega pero que vaya superándose.

En cinco minutos abría la puerta Greta, una Dómina amiga de Antonio. Este la saludó y la indicó que esperase en el salón hasta que la tapase los ojos. Antonio volvió a la habitación y allí estaba Ane tumbada boca arriba esperando. En cuanto entró Antonio lo saludó con una sonrisa. Él ató sus muñecas y sus tobillos. Las piernas solo ligeramente abiertas. Luego Él vertió aceite para masajes con efecto frio y comenzó un masaje. Ane se fue relajando. En ese momento entró Greta, se untó las manos con el aceite y siguió ella con el masaje. Con los dedos fue penetrándola. Introdujo dos dedos y buscando en la zona anterior como si fuera un tesoro. Cuando encontró el punto que buscaba comenzó a frotarlo con los dedos.

Ane comenzó a excitarse enormemente, pero a la vez sentía ganas de orinar. Pensaba que se meaba encima y se lo decía a Antonio que le sacó el antifaz con el que le había tapado los ojos y justo en ese momento Ane vio a Greta a sus pies follandola con sus dedos y con la excitación que sentía en lugar de cerrar las piernas hizo un gesto de abrirlas más aún justo cuando sintió el orgasmo invadirla y hasta ella se sorprendió porque le salió como un chorro como si se estuviera orinando, a este le siguieron dos más. Su coño palpitaba. Miró a Antonio como buscando su aprobación y éste se inclinó sobre ella dándola un beso y acariciando su cara.

Este relato es imaginario, pero me encantaría escuchar vuestras opiniones. Hacerlo a:

Picante100@hotmail.com