En la gloria con RG / Sorpresa en el glory hole

Las fantasías de Violeta 2. En la gloria con Richard Gere / Sorpresa en el glory hole


Este relato, al margen de lo que es mío original, incluye en buena parte una reelaboración del relato "Carta blanca para mi mujer, en un glory hole", cuyo autor es Furiousbaco, cambiando la perpectiva (el mío lo cuenta ella, no él) y tomando algunas cosas, a veces ajustándolas más mis gustos. Otras son totalmente mías.

Os recomiendo que leáis también el relato de Furiousbaco, que está en

https://www.todorelatos.com/relato/156400/


Normalmente los viernes por la noche nos ponemos unas copas con mi marido y vemos juntos porno por internet, conectando el ordenador a la tele. El último viernes Jorge estaba mirando la lista de los videos más populares y vi que había uno de un glory hole, que me llamó la atención. Le dije:

  • Pon ese. El del glory hole, que no he visto nunca ninguno.

Empezaba con la imagen de una chica rubia entrando en un sex shop. Había una sala grande llena de cabinas con agujeros de glory hole. En la sala había varios hombres apoyados en la pared. Al poco de meterse la chica en una de las cabinas aparecía por el agujero una polla enorme de color negro. Ella comenzaba a tocarla y a chuparla hasta que, cuando estaba bien dura y brillante, se levantaba y abría la puerta de la cabina contigua y se encontraba con un tío buenorro meneando un pollón enorme. Ella se quedaba como paralizada y entonces el tío empezaba a tocarla y a hacerle todo lo imaginable, para acabar corriéndose en sus tetas, chorreándole el semen hacia abajo, casi hasta llegar al coño.

  • Como me gustaría estar en la piel de la rubia. -Dije

  • Te lo pasarías bien, ehhhh, morena. -Dijo mi marido bajando su mano e introduciéndola en el interior de mis bragas mojadas. - Joder, estás empapada.

  • Me ha puesto muy caliente. Eso de no saber lo que te puede salir.... la excitación ante lo desconocido. Me pone, y mucho.

Seguimos viendo la escena, y cuando acabó, le pedí que pusiera otra parecida. Me puse de rodillas y empecé a hacerle una mamada intensa y muy húmeda, hasta que se corrió en mi boca, lanzando una buena cantidad de leche.

  • Que cachondo me pones cuando me la chupas. Me encanta -dijo.

Le miré a los ojos y le dije:

  • Mientras te la chupaba, fantaseaba con que estaba en un glory hole comiéndome una buena polla. Y que tú estabas allí conmigo y que lo veías y disfrutabas.

  • Cuando quieres ir? - me preguntó sonriendo.

Le contesté lo que ya sabía que contestaría, también con una sonrisa:

  • Dejemos las fantasías, que están muy bien, en el ámbito de las fantasías, pero ya sabes que en el mundo real es otra cosa y que de ninguna manera quiero ir ni hacer nada con otros hombres.

Más tarde, en la cama, antes de dormirme, en el limbo entre la vigilia y el sueño, en mi mente seguía jugando con la fantasía del glory hole, hasta que me quedé dormida. Pero la mente seguía trabajando, ya sin ningún control, y tuve un sueño muy excitante.

Mi marido, Jorge, llegaba a casa mientras yo estaba viendo la tele. Se ponía detrás de mí y me decía al oído:

  • Mañana ponte guapa que te voy a llevar a que te comas una polla en un glory hole.

  • Mmmmmm. Quieres verlo ehhh? - contestaba yo.

  • Por supuesto. No me lo perdería por nada.

Siguiendo con el sueño, esa noche cuando nos acostábamos para dormir, le hacía una mamada fuerte e intensa como nunca antes, y cuando estaba a punto de correrse, sacaba su polla de mi boca y masturbandolo con fuerza, hacía que se corriera encima de mis tetas, que quedaban llenas de leche, como en el video. Y yo decía: .

  • Así es como quieres que acabe mañana? Llena de leche? Si esto es lo que quieres, esto tendrás. Los ordeñaré para que veas lo guarra que puedo llegar a ser.

  • Mmmmmm. Si se la chupas igual que me has hecho a mí. Les vas a dejar los huevos vacíos. Y por mí, puedes ser todo lo guarra que quieras ser.

  • Todo lo guarra que quiera ser? Y si alguno me gusta mucho y quiero me lo quiero follar?

  • Pues te lo follas. - Respondía él con gran seguridad. - Es más, mañana tienes carta blanca para hacer lo que quieras. Eres libre durante todo el día.

  • Luego no te eches atrás. - Decía yo con los ojos brillantes por la excitación.

El sueño continuaba y a la mañana siguiente le despertaba tocándole la polla y luego me la metía en la boca y se la chupaba hasta que volvía a correrse sobre mí.

  • Entonces lo que quieres es tener dentro de un rato el cuerpo lleno de la leche de otro, no? -me preguntaba él

  • Hoy quiero probar otra polla, o varias, y ordeñarlas hasta que me den lo que yo quiero. - Respondía yo

Después me levantaba y empezaba a vestirme. Mi marido salía de la ducha y miraba sonriente la ropa que estaba preparando para ponerme.

  • Veo que quieres ir vestida muy provocativa ...

Me había preparado una blusa blanca, muy fina y ligera, un poco transparente, con una falda negra por la rodilla, estrecha. La blusa tenía unos tirantitos finos y un escote gereroso. Unas medias negras, con liguero de encaje negro. No había preparado bragas ni sujetador. Me sentía muy sexy, rezumaba sexualidad por cada poro de la piel. Para acabar, unos zapatos con algo de tacón, sin excesos para no estar incómoda, que sonaban a cada paso que daba, avisando a todo el mundo que llegaba una mujer pisando fuerte.

Había decidido que primero iríamos a tomar algo y nos fuimos a tomar unas cervezas para entonarme y desinhibirme.

  • Por perder la vergüenza. - Brindó Jorge con la primera cerveza.

Cuatro cervezas después yo ya estaba totalmente animada y desinhibida y decía:

  • Vamos ya, no?.

  • No, no vamos. Vas. Entra tú sola y yo entraré a los díez minutos. Ponte en una de las cabinas con glory hole grandes. Por si quieres compañía, y ya sabes... carta blanca.

  • Vale. Entraré yo sola y si me aparece una polla por el agujero de la pared de una de las cabinas vecinas y me gusta, iré a su cabina y si me abre un buenorro usaré la carta blanca y querré que me folle. Que lo sepas. (Obviamente, yo nunca pensaría ni diría esto en el mundo real, pero en el sueño parecía totalmente lanzada.)

  • Yo voy a dar una vuelta y en diez minutos vengo a la sala de cabinas. Mándame un mensaje para decirme en cual estás.

Entraba sola en el sex-shop. No era oscuro ni sombrío, todo lo contrario. Era un sitio muy luminoso y con grandes ventanales que lo inundaban de luz natural. Había varios hombres atractivos mirando los productos. Al pasar yo dejaba caer deliberadamente, pero aparentando descuido, una de las tiras de mi blusa y asomaba un pezón duro ... Lo cubría inmediatamente, pero percibía que lo habían visto y que me miraban con interés y excitación. Me excitaba sentirme deseada y pensaba que quizas después me follaría a alguno o algunos de ellos en la cabina. Eso me animaba a provocarlos un poco más y dejaba caer el mechero al suelo para tener que agacharme a recogerlo, asegurándome de exponer el coño. A partir de ese momento ya habían visto que no llevaba bragas ...

Me metí en la cabina 3, notando las miradas de esos hombres en mi espalda y mi culo. Mandé un mensaje a Jorge para que supiera donde estaba y dejé la puerta sin bloquear para que pudiese entrar. Puse en marcha la pantalla y seleccione una película de lesbianas en la que una llevaba un arnés con polla y se la empezaba a tocar como si de verdad fuese parte de su cuerpo y tuviese sensibilidad. Después se follaba a otra chica, por detrás, por el coño, tras ponerla a cuatro patas. No había visto nunca un video de estos y me excité todavía más ...

Empecé a oir ruidos en la pared con la cabina de la izquierda y al poco asomó una gran y hermosa polla por el agujero del glory hole. Me senté en el suelo y empecé a tocarla. Estaba muy dura y caliente. Era suave y muy gruesa. Mi coño correaba como nunca. En esas entró Jorge y le dije: .

  • Sientate, siéntate y disfruta de lo caliente que estoy y lo guarra que soy. Yo voy a aprovechar mi carta blanca.

  • Buffff, como me pones. - dijo él sentándose en el sillón.

Sin prestarle apenas atención, me giré hacia el agujero de la gloria y empecé a lamer la polla que asomaba por él. Notaba como se tensionaba al pasar la lengua o los labios. Me puse el glande en la boca y lo absorbí fuerte. Luego aflojé y empecé a chuparla arriba y abajo. Me encanta cuando empieza a salir el dulce liquido preseminal ... era delicioso. Estuve un rato, hasta que me la saqué de la boca y dije en voz bien alta:

  • Pásate a mi cabina que quiero que me folles.

La polla desapareció del agujero, y no tardó ni un minuto en aparecer en la puerta un chico muy guapo y con un cuerpazo espectacular, aunque de entrada no le vi bien la cara. Nada más entrar se quedó mirando a Jorge y le aclaré:

  • Es mi marido, tranquilo que solo quiere mirar. No te cortes.

  • No hay problema. Hola, me llamo Julian Kaye. - Dijo el invitado, con un acento americano. En ese momento, en el sueño, se le desveló la cara. Uff, vaya sorpresa !!  No me lo podía creer !! Era nada menos que Richard Gere en su papel de American Gigolo. Siempre me ha encantado Richard Gere, es el hombre más atractivo y el nombre que siempre digo cuando en las reuniones de chicas se plantea el tema de si te gusta este o el otro. Pero nunca había aparecido en mis fantasías sexuales. En el sueño, claro, me pareció normal y me encantó, sin plantearme nada más.

Richard dijo: trabajo normalmente en Los Angeles como acompañante de mujeres ricas que quieren que me las folle por todos sus agujeros.

Me miró profundamente a los ojos y empezó a tocarme suavemente las tetas, por encima de la blusa. Me bajé un tirante y quedó a la vista el pezón grande y duro. Cogió el pezón entre sus dedos y lo masajeó, luego hizo lo mismo con los labios y la lengua en lugar de los  dedos, y me lo untó bien de saliva caliente. Después lo succiono con delicadeza hasta que buena parte de la teta quedó dentro de su boca, con la lengua caliente que seguía recorriendo la punta del pezón. Esto me pone a mil. No sé por qué, pero tengo una especie de conexión directa entre los pezones y el clítoris, de modo que un latigazo de placer recorría mi cuerpo desde el pecho hasta el botón del clítoris, como si también me lo estuviese chupando.

Me quitó o me quité (no sé, hay partes de los sueños que quedan borrosas) la blusa y la falda y me quedé sólo con el liguero y las medias negras. Richard se bajó la bragueta y sacó la polla. Si por el agujero ya se veía muy apetecible, así juntos y viéndole era irresistible. Me lancé a comerle la boca mientras le sujetaba la polla. El bajó su mano buscándome el coño y sumergió en él sus dedos, empapandose con mis jugos. Se pasó los dedos mojados por los labios y me dijo

  • Esto es tuyo, lámelo. - Eso me excitó aún más y le lamí y besé los labios y metí mi lengua en su boca como si fuera mi polla y me lo estuviedra follando. El hizo lo mismo.

Jorge miraba y ya se había sacado la polla y la meneaba suavemente, mientras Richard se quitó la camiseta y los pantalones que llevaba, dejando al aire un cuerpo muy cuidado, impresionante.

Yo miré a Jorge y le dije:

  • Ves, cariño, voy a aprovechar mi licencia de un día para follarme al buenorro de Richard Gere. Y voy a disfrutar de su rico pollón en todos mis agujeros todas las veces que podamos aguantar, y a ti no se te ocurra correrte que después querré que me folles también y notes lo lubricada y chorreante que estaré ....

Jorge no respondio y siguió meneándose la polla mientras nos miraba. La verdad es que a mi también siempre me ha encantado ver como se masturba un hombre, y más si es mirándome o pensando en mi.

Richard me puso la mano en la espalda y empujó un poco, firme pero delicadamente, y me la bajó hasta que quedé en cuatro o a cuatro patas, con el coño y el culo expuestos apuntando hacia Jorge.

Entonces Richard me dijo:

  • Prepárate que te voy a follar como nunca te lo han hecho

  • Vamos, menos palabras y más follar, decía yo (joder qué cosas digo en los sueños). Que tengo ganas de sentir tu polla dentro de mí, pero es muy gruesa no sé si me cabrá ....

Richard puso una de sus manos en mi cadera, mientras la otra dirigía su enorme polla a mi coño abierto y anhelante. Me metió la punta, era delicioso.

  • Métemela toda ya, hasta el fondo, puto actor de mierda

Empezó a bombear, entrando y saliendo cada vez más rápido. Yo gemía como nunca antes había hecho. Me encanta que me follen el coño desde atrás en la postura del perrito. Tuve un orgasmo enorme en muy pocos segundos. Pero sentía que era solo el principio, que ni siquiera me había metido la polla hasta el fondo de tan gruesa como era...

Dije: - Vamos a cambiar de postura, que quiero controlar yo. Jorge, levanta del sillón, y tú, Richard, siéntate ahí.

Cogí a Richard y empujándolo lo senté en el sillón. Ahora, sentado en el sillón con la dura polla en la mano apuntando al cielo, parecía el cadete Zack Mayo de Oficial y Caballero. Me puse delante de él, mirándolo. Dios, cómo me ponía!.  Le pasé una mano por detrás del cuello y con la otra le agarré la polla y me la puse en la entrada del coño, metiendo también solo la punta. La solté y pase la mano también al cuello, quedándome unos segundos quieta con las dos manos agarrando el cuello de Richard y sentada en la punta de su polla. Dije:

  • Qué quieres ahora, cadete?

  • Follarte, que me folles, ya ...

Me dejé caer sobre su polla tan dura como una roca y en un instante mi coño la engulló y me llenó completamente, pero no entró toda. Ahora yo tenía el control y empecé un sube y baja rítmico y rotundo, después un movimiento ondulante que me llevaba a la gloria. Sentía como cada vez se me abría y dilataba más el coño, como salían los flujos de su interior y me iban mojando las piernas, y las piernas de Richard, y sus huevos ... En cada movimiento bajaba un poco más abajo, hasta que me paré otra vez en la parte de arriba con casi toda la polla fuera y me puse a comerle la boca a Richard mientras me dejaba caer poco a poco hasta que me senté del todo, haciendo tope y con toda la polla dentro. Dije:

  • Dios qué bueno. Me llenas del todo. No puedo parar de follarte. Joder que pollón. Me tienes abierta del todo.

  • Sigue follándome, que te voy a llenar de leche. Donde quieres que te la eche? - dijo Richard.

  • Quiero que te corras dentro, quiero notar como se te hincha y como te palpita la polla dentro de mi justo antes de correrte y notar tus espasmos corriéndote.

  • Pues prepárate que estoy a punto.

En ese momemto me volví para mirar a mi marido y sonriéndole con cara de vicio le dije:

  • Prepárate que cuando acabe con él, el siguiente eres tú. Que me voy a quedar con ganas de más.

Mire a Richard y empecé a subir y bajar sobre su polla de manera salvaje. Le agarré del pelo. Le tiré la cabeza hacia atrás y le dije:

  • Vamos lléname de leche, párteme en dos. Quiero que te corras para mi.

Me puse a comerle la boca mientras seguía saltando sobre esa polla deliciosa, que no tardó ni diez segundos en empezar a hincharse y palpitar. Yo me había empezado a correr al notar como se hinchaba la polla justo antes de eyacular, tuve un orgasmo brutal, las contracciones eran cada vez más fuertes y no paraban, y gritaba:

  • Si, si, así. Córrete vamos lléname de leche. Vamos fóllame más. Joder que polla, ahhhhhh me has llenado entera.

Sentía cómo los chorros de semen me rebosaban del coño y me bajaban por las piernas.

Jorge observaba todo desde un rincón mientras se masturbaba lentamente para no correrse.

Cuando noté que Richard había terminado de correrse, me senté hasta el fondo, atrapando toda la polla en mi interior.

  • Me has exprimido la polla como nunca lo habían hecho, tienes un coño espléndido ...

  • Gracias, ha sido la mejor polla que me ha follado. Me has llenado entera ... Pero ahora quiero que me la metas por el culo, como dijiste al principio que hacías con las señoras ricas que te follabas por todos los agujeros. Despacio, con cuidado, dilatándolo poco a poco ....

Y aquí me desperté del sueño. Eran cerca de las 5 de la madrugada. Jorge dormía como un bendito, boca arriba, con las piernas abiertas. Yo estaba hiperexcitada, en realidad tenía el coño tan chorreante como en el sueño, con las bragas y el pijama empapados, no de leche pero sí de mis propios jugos. Empecé a tocar suavemente la polla de Jorge. Quería follarmelo ya, pero sin despertarle. Como primero no reaccionaba, decidí metérmela en la boca para que fuese más rápido. Primero sólo lamiéndola, después besándola y succionándola rítmicamente. Buff, noté como crecía en mi boca hasta que estuvo como una piedra. Entonces me subí encima de él, que hacía ruiditos pero no parecia despertarse del todo, y me metí la polla en el coño y empecé a cabalgarle y le dije:

  • Fóllame duro, cadete ...

  • Qué dices, María ...? No duermes?

El ya estaba bastante despierto, pero se dejaba hacer, era yo quien mandaba y marcaba el ritmo y la profundidad de la penetración y hacía el trabajo, cada vez más rápida y furiosamente, hasta que me volví a correr.

  • Me encanta que veamos videos guarros los viernes, cariño -dije. Duérmete ...

Para los que siempre me escriben preguntando por el próximo relato, sabed que no tardará mucho. Ya lo estoy preparando.