En la fiesta de disfraces me convirtieron en chica

Era Carnaval y nos invitaron a una fiesta de disfraces. Mis hermanas me vistieron muy linda, y me sentía muy femenina. Pero lo mejor es que conocí a un chico que me convirtió en una auténtica mujercita, me desvirgó y hizo volverme loca de placer.

Era Carnaval y había quedado con mis amigos para ir a una fiesta de disfraces. Yo no tenía pensado ningún disfraz y ya quedaba poco tiempo, por lo que mis hermanas me propusieron que me disfrazara de chica, a lo que me negué rotundamente, porque aunque siempre me había gustado ponerme sus ropitas a escondidas, pensaba que ellas no sabían nada. En el fondo lo estaba deseando, pero tenía que comportarme como un varón (era el único de las casa). Finalmente acepté, diciéndoles que no me gustaba la idea, pero que si quería ir a la fiesta no tenía otra solución.

Fuimos a la habitación de mis hermanas y empezaron a enseñarme ropita; yo creía que me iban a vestir muy provocativa, muy escandalosa, para que se notara que era un chico vestido de nena, pero para nada. Sacaron ropa muy clásica, de señorita y me preguntaron si me gustaba. Por supuesto me encantaba, pero no quería demostrarlo, por lo que les dije que era indiferente y que me vistieran como ellas quisieran.

-"Creemos que este conjunto te sentará muy bien" dijo una de ellas

-"Además irás muy cómoda" añadieron

-"¿Cómoda?" respondí

-"Si, debes asumir el papel femenino cuanto antes"

No respondí, porque estaba en una nube y superexcitada. No quería que se me notara, pero disfrutaba con la historia. Me pusieron una braguitas rosa, con sujetador a juego, unas medias y un conjunto de faldita y blusa de encaje muy clásico pero a la vez sexy. Unos zapatitos de medio tacón y me arreglaron el pelo, que lo llevo un poquito largo. Me miré en el espejo y estaba encantada.

-"Pero todavía queda algo, hermanita, tienes que ir maquillada"

-"Y además tienes que buscar un nombre de nena. ¿Te gusta Laura?"

No dije nada, simplemente asentí con la cabeza. Me maquillaron en tonos pastel y me pusieron pendientes, pulseras y una diadema preciosa. Estaba encantada de verme tan femenina, pero no quería expresar mis sentimientos. Fuimos a la fiesta, había mucha gente y cada uno con su disfraz. Yo no me sentía disfrazada, sino algo mucho mejor, me sentía una chica vestida normal, que era mi sueño.

De repente se me acercó un chico que no conocía y me dijo:

-"Hola preciosa, porque no te has disfrazado, es obligatorio para venir a esta fiesta"

-"Bueno, es que sí voy disfrazada"

-"Pero, ¿Cuál es el disfraz?"

-"Voy disfrazada de señorita"

-"¿Como?"

-"Si, soy un chico y este es mi disfraz ¿Te gusta?"

Se quedó perplejo y me dijo:

-"Pues creo que llevas el mejor disfraz de la fiesta, porque realmente pensé que eras un chica"

Eso fue lo mejor que pude oír, ya que era mi ilusión, ser una nena y que todo el mundo me tomara por nena. Me invitó a una copa y charlamos un rato; era muy educado y amable conmigo y me trataba en femenino, como a una señorita. En un momento dado me propuso bailar a lo que accedí por supuesto, quería sentirme en los brazos de un hombre. Me rodeó por la cintura y me apretó contra él, yo me dejaba llevar, quería que él llevara la iniciativa, como debe ser. Bailamos abrazados y él empezó a tocarme un poco el culito, aunque me encantaba, le quité la mano y le dije que yo era un chico.

-"Si, pero creo que eres un poco mariquita, porque noto como me abrazas y eso sólo lo saben hacer las nenas" me susurró al oído mientras besaba mi cuello.

Me desarmó, porque llevaba toda la razón. Me había abrazado a él como una nena y me dejaba llevar como ellas.

-"Bueno, no me encuentro mal así vestida y creo que debo comportarme como una chica"

-"Claro cariño, pero debes comportarte como un chica para todo, y también con un macho al que estas volviendo loco con tu sensualidad"

-"¿De verdad te gusto?"

-"Si, muchísimo y aunque nunca he estado con otro chico, creo que esta vez tengo ganas de hacerte el amor"

Me cogió de la mano y me llevó hasta una zona reservada. Yo me dejaba llevar, estaba encantada. Me besó dulcemente mientras me acariciaba el culito. Ya no dije nada, simplemente le besé apasionadamente y me entregué a él.

-"¿Quieres sentirte de verdad mujer?"

No supe que decir, pero busqué con mi mano su paquete y empecé a acariciarlo.

-"Creo que te gusta, y que te gustará mas todavía ser mi putita"

Yo no decia nada, sólo actuaba. Le bajé la bragueta y cogí su polla en mis manos, la acericié y me arrodillé ante él. La lamí entera y me la metí en la boca, saboreando con placer. Estaba dura y jugosa, seguí chupando como loca, y le dije:

-"Si, quiero ser tu putita y que me folles, que me rompas el culito con tu verga"

Eso le excitó, lo noté en su polla, que bombeaba y estaba cada vez mas tiesa. Yo seguía chupando y chupando, era maravilloso. De repenté me levantó, me beso en la boca y me subió la falda. Me restrego la polla por mis braguitas, que escondían mi pene, que aunque pequeño estaba ya durito y asomaba por encima de mis braguitas. Yo gemía de placer y él estaba a cien. Me volteó, me bajó las braguitas y me metió un dedo en mi culito.

-"Tranquila, esto te gustará"

La verdad es que me encantaba. Poco a poco fue dilatando mi agujerito, luego me metió otro dedo mientras yo gemía.

-"Y ahora verás lo que siente una nena tan putita como tú"

Empezó a metérmela poco a poco, para no hacerme daño. Yo gemía y le pedía que no me hiciese daño, que era mi primera vez. Entraba un poco y salía y me provocaba un placer inédito para mi hasta entonces. Le pedí más y más y entonces me la clavó hasta dentro, a la vez que me pajeaba. Estuvo follándome un buen rato hasta que sentí su leche caliente dentro de mi, a la vez que mi pollita estallaba. Me la sacó y siguió corriédose en mi cara, yo chupaba ese jugoso manjar hasta dejarlo sin una gota. Me restregué su polla por la cara, mientras lo miraba con carita inocente.

-"Efectivamente eres una zorrita, lo haces fenomenal"

Me encantó el cumplido y seguí chupando con placer. Estaba encantada de ser follada, me había convertido en su putita y era un sueño para mí.

Me recompuse el vestido y me retoqué el maquillaje. Salimos del reservado cogidos de la mano y volvimos a la fiesta. La historia continuó, pero eso ya os lo conntaré otro día.

Besitos

Carolina