En la fiesta de despedida
Entonces le di la vuelta y la senté en la cama mirando hacia mí, se había ganado el comerse mi enorme polla tiesa como un bate de base bol. No se hizo rogar, la agarró y se la metió entera en la boca, la sacaba y lamía con esa calenturienta lengua suave como el terciopelo...
Me invitaron una pareja de amigos a su fiesta de despedida de solteros, no era la clásica fiesta de despedida en la que el novio se va con los amigos y la novia por otro lado con las amigas.
Era una fiesta en el chalet de los padres de la novia a la que invitaron a los amigos y amigas de ambas partes para hacer una barbacoa tomado unos refrigerios en el jardín.
El comienzo era a las ocho de la tarde yo me presenté sobre las nueve y media la fiesta ya estaba concurrida y conocía a casi todos los invitados e invitadas, saludé a los novios y a sus padres, después seguí saludando al resto de invitados según me cruzaba con ellos.
Me senté en una de las mesas que había repartidas por el jardín de la finca junto con otros amigos y amigas, tomábamos cerveza y trozos de carne de la barbacoa, choricillos y esas cosas, charlábamos y poco más.
Vi por allí a alguna que otra antigua novia y chicas que habíamos pasado juntos algún que otro buen rato hacía muchos años.
Al poco rato me levanté para ir al baño. Al entrar a la casa para ir al baño hay que pasar por la cocina, en la que estaba Sara, una compañera de instituto a la que hacía muchos años que no veía. Entré y le di dos besos al tiempo que la abrazaba por la cintura, por lo que se estremeció al notar mi mano.
Con ella estaba la novia que preparaban unos canapés para sacar a los invitados.
¿Nos ayudas? – preguntó Sara
Por supuesto, en dos minutos vuelvo –
No vi el baño por ninguna parte y subí a la planta alta, al pasar por una de las habitaciones estaba la madre de la novia cambiándose de vestido, al parecer se le había derramado alguna copa en el vestido. Me quedé mirándola pues tenía muy buen cuerpo, en realidad tenía un cuerpazo de muerte. Se conoce que hice algún ruido y se volvió viéndome en la puerta.
- Entra no te quedes ahí – me dijo
Yo un poco avergonzado dije – estaba buscando el cuarto de baño –
- Pasa y me ayudas a elegir otro vestido, se me ha manchado el que llevaba y no sé muy bien que ponerme –
Pasé y le dije – Cualquier trapito le quedará estupendamente, cuando la percha es buena todo cae bien y con el cuerpo que tiene Ud. aunque no se pusiera nada sería la envidia de la fiesta –
Por favor me voy a ruborizar, ¿en verdad lo que has dicho es cierto? –
Más bien creo que me he quedado corto –
Entonces se levantó el vestido que llevaba puesto dejando ver esos pechos hermosos grandes y duros como solamente podía tener una mujer de su talla. El tanga le quedaba perfecto con ese culito duro y respingón, las piernas perfectas, creo que la hija tenía mucho que envidiar de esa madre perfecta como mujer.
- Acércate y pásame el vestido rojo, por favor – me pidió
Le acerqué el vestido y se lo colocó sin esfuerzo alguno dándose media vuelta para que le dijera como le quedaba. Estaba preciosa, descalza sobre la alfombra con ese escote hecho a la medida para dejar entrever justo lo necesario para provocar a los hombres.
Con unos cuarenta y cinco años tenía una figura perfecta, se veía cuidada y ella lo sabía.
Bueno, como me queda por detrás – decía mientras se veía de frente en el gran espejo de la corredera del armario.
Compruébalo por ti misma – dije mientras le ponía mi polla gorda en su culo.
Agarró la polla con la mano, yo le subí el vestido y ella se la restregó por su culito.
Le quité el vestido y abracé sus pechos acariciándole los pezones que se pusieron duros como el acero, los pechos grandes, duros y en su sitio eran dignos de sobar desde atrás, se los apretaba contra el pecho, uno contra otro en movimientos circulares, ella me pajeaba la polla y se acariciaba el agujero del culo de vez en cuando con la punta del capullo.
Esto nos estaba poniendo muy cachondos. La puse a cuatro patas encima de la cama y yo de rodillas le comencé a comer el coño, esos labios tiernos y jugosos, esa rajita humedecida ya de querer que le den caña, yo subía y bajaba mi cabeza para con la lengua hacer todo el recorrido vaginal, caliente, muy caliente estaba el chochito de esta tía buena. Gemía y se pasaba la lengua por los labios en actitud de querer comerse una polla. Me levanté y con la mano le acariciaba todo lo largo y ancho de ese encantador chochito totalmente rasurado, suave y jugoso, llegaba hasta el clítoris y rozaba el punto “G”, lo acariciaba con mi dedo corazón mientras tenía metido el dedo gordo en su cálido chochito con movimientos circulares, cambiaba y metía el dedo corazón en la cavidad vaginal y el gordo humedecido de sus flujos vaginales lo empleaba en acariciar e introducirlo en el agujero del culito, se lo estaba preparando para lo que estaba por venir. Ella gemía y se abría las nalgas para que le introdujera algo en ese agujero que yo acariciaba con frenesí.
Desde mi postura de pie me agaché y le metí la lengua en el orificio del culo, ella la notó caliente y se deshacía con movimientos culares queriendo que entrara toda como si fuese una polla, gemía y comenzaba a gimotear.
Entonces le di la vuelta y la senté en la cama mirando hacia mí, se había ganado el comerse mi enorme polla tiesa como un bate de base bol. No se hizo rogar, la agarró y se la metió entera en la boca, la sacaba y lamía con esa calenturienta lengua suave como el terciopelo, el capullo me lo empapó de saliva para que le resbalara bien entre los senos cuando me empezó a pajear con ellos, después se la volvía a comer, estaba enloqueciendo, la gusta follar, es una máquina y no me va a dejar escapar así como así.
La quise hacer sufrir un poco y le retiré la polla de la boca, le cogí las dos manos por encima de la cabeza para que no pudiera hacer nada y le golpeaba las mejillas con la polla, después paraba y le acercaba el capullo a sus labios, ella abría la boca con la intención de introducírsela y lamerla, entonces yo la retiraba y le volvía a pegar en la cara y labios con todo el tranco. Esto la hacía enloquecer, su cabeza no paraba, la movía de lado a lado queriendo coger mi polla con la boca, los grandes pechos se meneaban al unísono, le solté las manos y le puse la polla en los labios, ella se agarró las dos tetas y las subió hasta su lengua por lo que lamía mi polla entre sus tetas y a la vez se comía sus propios pezones, era una escena espectacular. Mi polla estaba para reventar, su vagina empapada en flujos vaginales, viendo que estábamos a punto de corrernos, le quité la polla para alargar el momento y la bese en la boca, retorcíamos nuestras caras queriéndonos lamer y comer uno al otro. Mi polla la cogió con las dos manos y la acariciaba desde el tronco hasta el glande subiendo la piel tapando el glande para después bajarla lubricando esté con los fluidos pre orgásmicos que comenzaban a salir de mi polla.
Me bajé al pilón tal y como estaba sentada encima de la cama, la tumbé boca arriba, levanté sus piernas y cuando tenía ese chochito a mi disposición metí de lleno mi cara para comérmelo y lamer los fluidos vaginales que salían de él. Esto de nuevo la hacía enloquecer hasta que me levante y puse mi polla en la entrada de su vagina, ella se abrió los labios para dejar la entrada libre y todo lo abierta posible, me miraba con cara de ansiedad, ansiedad por tenerla dentro por que la rompiera con el grosor de mi polla, pero no seguí sus instrucciones, primero la penetré el culo del tirón, ella me miraba como incrédula, se le cortó la respiración, no lo esperaba y le encantó lo que le hice, se acariciaba el clítoris mientras me miraba a los ojos pidiéndome por favor que no la dejara, que siguiera hasta correrme dentro, quería sentir mi cálido semen en sus entrañas, se pajeaba el clítoris con desesperación y yo arremetía contra ese culito encantador con unos pollazos bestiales que nos estaban enloqueciendo a los dos. Perdimos el sentido, yo solamente arremetía y ella solamente disfrutaba, yo disfrutaba y ella se pajeaba, era una compenetración total hasta que comenzó a gimotear para pasar a gritar enloquecidamente porque había llegado al orgasmo, se le llenó el coño de fluidos orgásmicos, yo al verla y oírla metía la polla todo lo que podía en el culo hasta que me corrí dentro lanzándole esos tremendos chorros cálidos de semen. El culo parecía que se rompía a cada nuevo chorreón pues el capullo no perdona y se embrutece con cada uno de ellos. Lentamente se dejó de pajear el clítoris pasándose todas las yemas de los dedos por el chochito restregándose sus fluidos vaginales por toda la almeja. Saqué la polla y salió un rio de semen de aquel abierto culito manchando la sabana, retiré su mano del chochito y le puse la punta del capullo para repartir esos fluidos por su almejita.
Se conoce que debido al escándalo que hicimos alguien oyó nuestro ajetreo y subió rápidamente las escaleras para asomarse en la habitación, yo oí los rápidos pasos y me escondí detrás de la esquina de la habitación. La madre de la novia se tumbó y tapó su cuerpo con la sabana. Era la novia, que había oído ruido y subía por si pasaba algo. Ya lo creo que pasaba, jajaja, jajaja, jajaja.
Le preguntó a su madre si estaba todo bien, ella le contestó que sí, todo bien, solamente se había echado un rato porque se encontraba mareada, ahora bajaría para unirse a la fiesta en cuanto se duchara.
Fui al baño y después bajé de nuevo a la fiesta, antes de salir al jardín volví a pasar por la cocina, allí estaban Sara y la amiga del instituto.
En que puedo ayudar – dije
Puedes ir metiendo cervezas en el frigorífico –
Al agacharme para coger cervezas de la caja me quedaba la cara junto a las nalgas de Sara y no se me ocurrió otra cosa que darle un mordisco.
- Eh, que haces aquí no, que hay más gente y nos van a ver –
Con esto me estaba diciendo que estaba dispuesta a follar pero no en la cocina.
La amiga salió en ese momento con una bandeja de canapés para el jardín y al quedarnos solos y decirme esto, me levanté y por detrás de ella le agarré los pechos al tiempo que la mordisqueaba el cuello y le arrimaba la cebolleta por las nalgas.
- Nos van a ver – volvió a decir - vamos a otro sitio –
Le apreté con fuerza las tetas mientras restregaba mi paquete contra sus nalgas y se las movía una contra otra. Los pezones se le empezaron a poner duros, soltó lo que tenía en las manos y se volvió hacia mí abrazándome por el cuello, dejando descansar sus senos en mi pecho. Le desabroché los botones de la camisa y se abalanzaron sobre mi dos enormes tetas entre las que no pude evitar meter mi cara y restregarla lamiendo, acariciando y mordisqueando esas dos enormes y calientes tetas.
Como la gusta follar a esta novia que mañana se casa y hoy se está despidiendo porque piensa que no volverá a trincar otra polla por estar bajo la vigilancia de su futuro marido.
Desde mi postura le desabroché el pantalón vaquero y lo bajé junto con las braguitas, entonces quedó al descubierto ese peludo chochito, atractivamente rubio. Metí mi mano en esa mata peluda abriéndome paso con los dedos para llegar a esa rajita ya humedecida por los fluidos vaginales.
Acaricié su vagina mientras ella sobaba mi aparato por encima del pantalón. Nos comíamos la boca, labios carnosos y sensuales, tiernos y sabrosos.
La abracé por las nalgas y la subí en la encimera de la cocina, le quité los zapatos , los pantalones y las braguitas, ya no decía “no, aquí no”.
Me bajé los pantalones y salió mi polla dura que le puse en la entrada del coño, se la restregué por la vagina, ella suspiraba y jadeaba de la sensación de placer. Las estupendas tetas estaban a mi disposición para meter la cabeza entre ellas como hice y la movía mordisqueando y lamiendo esos pezones duros mientras con mí mano restregaba la polla en el chochito. La sensación de placer era mutua y placentera. Ella agarró con fuerza mi cabeza y la apretaba contra sus pechos, lo que me provocaba asfixia.
Saqué la cabeza de sus pechos y le acaricié con mi lengua hasta llegar al chochito. Me abrí paso con la lengua entre la selva púbica y metí la lengua en esa rajita vaginal formada por ambos labios, carnosos. Comencé a lamer todo hasta el clítoris, ya estaba humedecido y resbalaba mi lengua de arriba abajo, sorbía los labios provocándole gran placer, ella se apretaba los pechos tratando de lamerse los pezones.
La amiga que volvía con la bandeja vacía, entró en la cocina encontrándose el espectáculo, se quedó parada mirando sin pronunciar palabra, ella la miró y le dijo si quería unirse para hacer un trio. Esta no se lo pensó, pero yo dije que aquí no, porque podía llegar más gente y no estaba bien. Entonces subimos a su habitación en la planta de arriba.
Nos desvestimos y las dos se tumbaron en la cama haciéndose un 69, la novia estaba encima de la amiga con el culo en pompa, una estampa espectacular, la amiga le comía la almeja mientras yo miraba y me sacudía la polla. Cuando la tuve dura se la puse en la boca a la amiga, ésta la succionó y lamió llenándola de saliva y fluidos vaginales. Una vez hidratada la puse en la entrada de su culito que la novia abría para dejar entrar esta tremenda polla y apreté metiéndose de un golpe todo el capullo, soltando ella un grito de dolor, la amiga seguía lamiendo ese florido coño y yo empecé a penetrar el culo de la novia dándole un gusto tremendo mientras ella comía y lamía desesperadamente el coño de la amiga la que a su vez desesperada por esas lamidas y ver la polla dentro del culo de la novia se estremecía de placer llenando la boca de la novia con los flujos que salían de su vagina.
La novia sintiendo la humedad y el placer de la chica, apretaba el culo para que la penetrara profundamente, lo que hice muy gustoso agarrándome a esas caderas delgadas y prietas hasta que viendo que me corría saqué la polla del culo y la puse en la boca de la amiga. Ella chupó hasta que la dejo limpia para después cogerla y con su mano meterla en el chochito de la novia. Penetré este chocho con suaves arremetidas casi llegando al sufrimiento hasta que la hice correrse de placer mientras la amiga le seguía lamiendo ese coño encharcado, Saqué la polla del coño y se la volví a meter en la boca a la amiga que se la comió durante un buen rato.
Yo estaba para reventar, la amiga tumbada boca arriba con el capullo metido en su boca me estaba pajeando la polla, el placer era inmenso pero no quería que esto acabara así, tan pronto. Le saqué la polla de la boca, le dí varios pollazos en la cara, le golpee la los morros, quité a la novia de encima y a esta le di la vuelta, la puse mirando hacia mí, con fuerza la agarré de los muslos yle levante el coño de la cama poniéndola boca abajo para desde mi posición de pie comerle el coño. Se lo empecé a comer abierto y mojado como estaba, la novia se agachó poniéndole el coño en la boca, esta lo chupaba con desesperación y la otra se acariciaba los pezones y apretaba las tetas dándose placer. Así estuvimos un rato hasta que puse a cuatro patas a la amiga y le metí el pepino el coño, primeramente se lo restregué por la almeja humedecida hasta que lo introduje de un solo apretón, entro solo, se quedó sin respiración por lo que la novia desde el otro lado le hizo un boca a boca mientras yo la penetraba con mis ventidos centímetros de polla.
Al poco rato de estar dándole arremetidas noté que se corría de gusto, entonces saqué la polla de ese chorreante chochito y puse a las dos a chupármela una por cada lado, dándome lametazos y entrecruzando sus lenguas hasta que solté el primer chorreón que cayó en la frente de la novia, ahora se peleaban enloquecidas por coger los siguientes en sus bocas.
Lamieron mi verga hasta que la hicieron pequeñita, yo las besé las nalgas y me fui a duchar.
Salí al jardín y me mezclé con la muchedumbre bebiendo cervezas.