En la estación de autobuses

Tenía que viajar, así que fui a la estación de autobuses para sacar el billete. Al llegar me encontré una larga cola. Al llegar al chico que parecía el último, le pregunte si era el último de la cola, a lo que respondió afirmativamente con cara de cierto agobio, lo cual no era para menos, y yo también me sentía agobiado, ya que no soporto hacer colas, ...

En la estación de autobuses

Tenía que viajar, así que fui a la estación de autobuses para sacar el billete. Al llegar me encontré una larga cola, más de lo que ya me imaginaba, aunque por suerte, esta vez la cola era única, en bifurcar en varias a mitad de cola, como otras veces así era. Que fuese una cola única hasta llegar a las ventanillas donde se adquiere el billete, garantizaba el orden para adquirir el billete en función del rato que se hace cola, y no en función de lo ágil en obtener el billete en función de que pudiera ser determinada cola al bifurcarse la cola inicial en varias.

Al llegar al chico que parecía el último, le pregunte si era el último de la cola, a lo que respondió afirmativamente con cara de cierto agobio, lo cual no era para menos, y yo también me sentía agobiado, ya que no soporto hacer colas, las evito siempre que puedo. El chico se le veía bastante joven, diría que entre 16 y 19 como mucho, guapete de cara, de pelo oscuro, y algo largo, tenía labios bien definidos, y algo carnosos, tal como me gusta, ojos claros, estaba moreno por el sol, pero sin ser un moreno muy oscuro, era algo delgado, mediría sobre 1’85, y debía pasar unos 70 kilos, se le veía algo de musculatura, pero no exageradamente fibrado, cosa que me gusta, llevaba una mínima perrilla sin bigote, un pendiente en la oreja izquierda, era de espaldas anchas, con unos brazos ciertamente algo musculoso, llevaba una camiseta sin mangas, abierta por los costados hasta casi la cintura, por cierto, era de estilo alternativo todo lo que llevaba, la camiseta a ser tan abierta, y además algo amplia, dejaba ver sus cuerpo en función de su postura, lo cual me encantaba, los pantalones también eran amplios, por lo cual no era el mejor pantalón para marcar paquete, y eso ya no me gustaba tanto, pero debo admitir que le quedaban bien, iba calzado con chanclas, eso me permitía verle los pies, cosa que me mola cantidad, así mismo en el cuello llevaba collares alternativos, así como también pulseras en las manos, naturalmente, del mismo estilo que los collares, e iba con una bolsa de estilo alternativo claro, llevándola puesta en bandolera, quedándole colgada al costado.

Por cierto, yo también soy de ese estilo, digamos que los dos éramos hyppie, ya sabéis de amor libre y esas cosas tan guays.

Como la cola era inmensa, abría que pasar allí un buen rato, así que aprovechando la agobiante situación de tener que hacer cola un buen rato, le comente a él vaya coñazo tener que estar aquí haciendo cola, con lo bien que se estaría en la playa en compañía de alguien, y él lógicamente entendía mi comentario, puesto que me dijo, y tanto, ya me gustaría.

Tras este primer intercambio de comentarios sobre estar en la playa en vez de estar haciendo cola. Empezamos hablar de a donde nos dirigíamos cada uno, y cuantos días íbamos a estar fuera. Al principio, yo esta un poco detrás de él, mientras que él estaba ligeramente girado hacia mi, pero aprovechando que la conversación iba a más, me acerque a él, quedando ya casi a su lado, aunque seguía estando detrás de él.

El colega de cola, me gustaba, empezaba a sentirme excitado, por lo que permanecía muy cerca de él, prácticamente estaba pegado a él. Entre tanto seguíamos charlando de cosas, entre ellas de la playa, así como le dije que con su moreno y esos brazos, seguro que se fijaban en el. Y al rato de estar hablado del tema playero, le pregunte sí alguna vez había ido a una nudista, a lo que respondió que no, pero que hace tiempo que piensa en ir, yo entonces con una sonrisita picarona, le dije que quien le viera desnudo, tendría un buen entretenimiento.

Después de hacerle ese comentario, él pego su culo a mi por unos instantes, yo por supuesto no me retiré, permanecí inmóvil en parte porque no me lo esperaba, pero también era por sentirme bien con su movimiento para pegarse a mi, como si me estuviera diciendo que podía haber algo entre nosotros. Naturalmente, ese contacto fue claramente perceptible para ambos, ya que como he mencionado, los dos íbamos con pantalones alternativos, los cuales son más que finos.

Continuamos conversando, pero ahora la cosa ya iba sobre lo mucho que él debía ligar con sus encantos. De pronto, como sí estuviera algo incomodo con la bolsa que llevaba en bandolera, llevo su mano hacia atrás para recolocarse la bolsa, momento en que yo acerque mi paquete hasta pegarlo a su mano. Yo por supuesto ya estaba bastante cachondo, así que con mi pantalón fino, era fácil de notar mi estado, e incluso de distinguir con claridad que estaba junto a su mano.

Por supuesto, los movimientos que hacíamos, pasaban desapercibido para la gente, ya que eran muy sutiles. Teniendo presente también, que los dos llevábamos las bolsas colgadas en bandolera, que permitían camuflar la situación, y además estábamos situados de forma que a un lado había la pared, y el otro lado quedaba tapado por nuestros propios cuerpos.

Además, delante teníamos a dos parejas de guiris de mediana edad, los cuales eran ajenos a lo que hacíamos nosotros, y detrás, había tres mujeres magrebies entradas en años, hablando todo el rato, sin mirarnos. Y encima como hablamos en el idioma local, que es distinto al estatal, eso nos facilitaba a charla sin que entendieran lo que decíamos, más aun cuando al decir ciertas cosas, lo decíamos en voz baja, casi susurrándonoslo al oído.

Después de tener mi bulto pagado a su mano, él como intentando no darme mala impresión, me dijo que había sido involuntario, yo le dije que no se preocupase, momento en el que con la excusa de que no veía bien las chapas que decoraban su bolsa, tire mi mano hasta su bolsa, para tras ver lo que supuestamente no veía, retirar mi mano, instante en el que rocé su paquete, notando que él también parecía estar algo excitado, al hacer ese movimiento le sonreí, y acercándome sus oído, le dije, vaya, a mi mano le a pasado como a la tuya. Tras ese comentario, ambos nos reímos.

Continuamos hablando, pero la conversación ya era claramente caliente, incluso me atreví a preguntarle si había hecho algo con algún chico, pero antes de que contestara, para que se sintiera mejor, apostille mi pregunta, diciéndole que no pasaba nada, que muchos han hecho eso por probar una sensación diferente. Después de darle confianza para que me lo dijera, él, algo cortado, me dijo que a veces se la había pelado con dos colegas, y que incluso en un par de ocasiones, que empezaron a menarse cada uno la suya, acabaron pajeándose entre ellos.

Después de decirme su experiencia con chicos, volví a llevar mi mano a su paquete, y se lo sobe un poco. A la vez le decía que si le apetecía, yo se la menearía, y él creyendo que iba a pajearle allí mismo, dijo todo exclamado, aquí con toda esta gente. Al oírle decir eso, me reí, y le dije no hombre, podemos ir al servicio, allí sí lo podemos hacer, es un buen sitio para conocernos mejor. Entonces, él llevo su mano a mi paquete, y mientras me los estrujaba, me dijo, ahora tengo mas ganas de dejar esta cola con el billete del bus, y poder coger otra cola. Tras decirme eso, se sonrió maliciosamente. Por su puesto, esto significaba que iba a pasarlo bien con él.

Mientras permanecimos en la cola para sacar los billetes, ya no cesamos en sobarnos el paquete uno a otro. En ocasiones mutuamente a la vez, otras solo él a mi, o yo a él solo. Y durante todo el rato diciéndonos cosas guarras, y/o dedicarnos uno a otro alabanzas del físico.

Al tener los billetes, nos dirigimos al wc de la propia estación, por suerte, en el momento que entramos, solo habían cinco o seis tíos. Para ser discretos él fue directamente a uno de los habitáculos con taza y puerta, mientras que yo fui a refrescarme a una de las picas. Me refresque a conciencia, para así dar tiempo a que la gente que vio entrar a mi nuevo colega de sexo en el habitáculo no estuviera.

En cuanto ya no quedaba ninguno de los tíos que podían darse cuenta de lo que pasaba, fui a donde estaba mi coleguita, para que me dejase entrar, dije como suspirando, vaya calor hace en está estación, así disimuladamente le estaba diciendo que era yo el que iba a entrar donde estaba él.

Por suerte, mi entrada no suponía ningún problema de que alguien viera que él ya estaba dentro, ya que era el ultimo habitáculo, y la puerta se abría de la pared hacia el vacío del wc. En cuanto entré, ahí me lo encontré con su mano metida bajo su pantalón, no tarde en sacarle la mano, y meterla dentro de mi propio pantalón, a la vez que introducía mi mano en su pantalón. Mientras uno a otro nos sobábamos los paquetes, empezamos a decirnos frases obscenas.

Yo: Parece que la tenemos bien dura los dos.

El: Sí tio, eso parece.

Yo: Lo vamos a pasar bien, ya verás.

El: Y tanto, quiero disfrutar mucho.

Yo: Te ha gustado que nos la sobáramos estando en la cola con toda aquella gente allí?

El: Sí, ha sido una situación muy morbosa.

Yo: Como me gusta tocarte la polla, la tienes bien dura.

El: Estoy a mil tio.

Yo: Quieres que te la chupe?

El: Sí, chupamelá tío

Seguidamente, me puse en cunclillas, le baje los pantalones y slips hasta bajo, y tras admirar unos segundos la maravilla que tenía mí colega entre las piernas, empecé a meneársela pausadamente mientras le daba lametones en los huevos, chupetones, y algún pequeño mordisco sin llegar a clavar los diente. Y con la otra mano, la sobaba la pierna que me quedaba más cerca. El empezó a emitir jadeos de placer, ah! Si! Oh que bien, ah! Yo viendo que alguien podría oírnos, le dije que intentase controlar los decibelios de sus muestras de placer.

Entre tanto él se había quitado la camiseta, y se sobaba el tórax, sobre todo los pezones, así como también el abdomen, y en ocasiones una de sus manos la llevaba hasta mi cabeza, para así acariciármela.

Tras estar un rato dedicado con mi boca en sus huevos, a la vez que seguía pajeándole suavemente. Empecé a usar la boca para ya dedicarme a su polla, primero le di lametones por toda su polla, desde la base, hasta el glande, después chupetones, y a continuación algún que otro pequeño mordisco. Tenía la polla bien dura, se le marcaban las venas, y sin duda desprendía cierta temperatura debido a lo caliente que estaba. Su glande estaba bastante morado, lo que evidenciaba su estado de excitación por el placer que estaba sintiendo.

De tanto en tanto, golpeaba su durísima polla sobre mi lengua y boca, o me la refregaba por la cara. Eso me encantaba, era como notar claramente lo dura que la tenía por todo el placer que estaba teniendo.

Por supuesto, él no era el único que sentía placer, yo estaba fascinado por estar allí con él, dándole placer, me encantaba la situación en la que estábamos. Además, pensaba en que a lo mejor era la primera vez que le hacían una mamada, y eso me gustaba, y al menos lo que era seguro, es que era el primer tío que se la chupaba, estaba teniendo el honor de ser el primer tío que le daba placer al comerle la polla, y quien sabe si hasta entonces alguna chica se la habría mamado. Todos esos pensamientos mientras gozaba con su polla, me ponían a mil, más teniendo en cuenta de lo guapo que era, por su puesto su edad de adolescente, y que verdaderamente, estaba bien servido en lo que se refiere a atributos viriles.

Me daba mucho morbo hacerlo en un wc público, y además, en un sitio donde no cesaba de entrar y salir gente. Pero el morbo estaba incrementado por ser él con el que tenía placer, era como estar viviendo un fantástico sueño, al hacerlo realidad. Así que tenía intención de disfrutarlo a tope, y como no, de que él también lo disfrutase tanto como yo.

Tras los preliminares que le había dedicado a su magnifica polla, inicie a mamársela a conciencia, metiéndomela toda dentro, teniéndola introducida en mi boca unos instantes, momento en que paladeaba con la lengua por su polla, sacándola del todo para volvérmela a meter entera, así varias veces. Se la mamaba a conciencia, pero eso si, de forma pausada, quería retardar el momento en que se corriera, así gozaríamos de más rato de placer para ambos, y por supuesto, al retardar el momento, seguro que la corrida sería más abundante, y como no, el orgasmo, mucho mayor.

Depuse de un rato comiéndosela pausadamente, intensifiqué la mamada, primero metiéndomela y sacándola a mayor ritmo, para a continuación, pajearle a la vez que se la chupaba, así hasta que empezó a tensar los músculos de su cuerpo, a la vez que su respiración era mas entre cortada, y sus jadeos ya eran prácticamente incontrolables por él, por lo cual, le puse la otra mano en la boca, y así intentar que sus sonidos producto del placer, no fuesen tan evidentes para la gente que entraba y salía del wc.

La situación placenteramente en la que se encontraba mi amado colega, era el preludio de que en cualquier instante iba a correrse. Y así fue, entre convulsiones por el gusto que sentía, empezó a sacar leche, llenándome la boca con su delicioso néctar fruto del placer, sin duda se corrió en cantidad, lanzándome diversos chorros de semen, de los cuales, los primeros salieron con gran fuerza, llegándome directos a la garganta. Cuando cesó de eyacular, le lamí los restos que la quedaban en su polla, y así tragarme toda la leche que me había obsequiado. Por su puesto me relamí los labios, paladeé y saboreé la leche que aun no había tragado.

Naturalmente, no acostumbro a tragarme el semen, pero él me inspiraba confianza debido a su poca experiencia en sexo, por no decir su inexperiencia. Así que prácticamente, no había peligro de tenar algún problema del que me tuviera que lamentar después.

Mientras él recuperaba el aliento, yo me incorporé para inclinarme sobre él, y acariciarle las piernas, el abdomen, el tórax, la cara, y la cabeza. Así como también, le besa por todo su cuerpo. Besos fugaces en todo momento, pero en cierta cantidad. Solo le daba beso algo prolongado en las mejillas, y algún que otro beso no tan fugaz, en los labios, pero solo eran picos, sin llegar a ser morreos.

Una vez ya se recuperaba del éxtasis del orgasmo del que había gozado tan placenteramente. El permaneciendo sentado, me bajo los pantalones, y sin perder ni un segundo, se introdujo me polla en su boca, así que me erguí apoyando la espalda a la pared. Al principio coloco sus manos en mis piernas mientras se metía toda mi polla en su boca. Se notaba que era la primera vez que chupaba una polla. Pero enseguida empezó a cogerle el tranquillo, de lo cual se podía pensar que le estaba gustando eso de comerse un rabo. Sus manos ya no las tenía en mis piernas, una la dirigió a mis huevos, sobándomelos de maravilla, y la otra la llevo hasta mi culo, estrujándome las nalgas en un principio, para poco después iniciar un agradable trabajo anal introduciendo un primer dedo dentro de mi ano, para posteriormente, ser dos dedos los que ya me metía dentro de mí culo, los cuales sin sacarlos, los movía por el interior de mí culo, para posteriormente, sacarlos del todo y meterlos de nuevo, así una y otra vez, por lo que me estaba follando con sus dedos mientras a su vez no cesaba de comerme el nabo, así como seguía sobándome los huevos con la otra mamo.

Tras un rato comiéndome la polla, sobándome los huevos, y follándome el culo con dos dedos. Se saco la polla de su boca, e inicio un pajote con todas sus ganas, a la vez que seguía metiendo y cando sus dedos de mi culo.

Al poco rato, de mi polla comenzaron a salir trallazos de leche, llenándole la cara de semen, así como también su cuerpo, incluso parte de mi leche, fue a parar a su polla. Cuando ya prácticamente dejé de eyacular, se flotó mi polla en su cara.

Instantes después, me recliné hacia él, y lo volví a besar, teniendo restos de mí semen en sus labios. Pero esta vez el beso inicial, que fue un pico como los de antes, se convirtió en un autentico morreo, ya que él abrió la boca, y me rodeo el cuello con sus manos, para así comernos la boca con pasión.

El apasionado morreo se prolongo un cierto rato. Naturalmente, al él tener restos de mi semen en sus labios, dichos restos acabaron dentro de nuestras bocas. Ese apasionado morreo, era un magnifico final para concluir nuestro placentero encuentro en la estación de autobuses.

Después nos vestimos, y una vez vestidos. Le pregunte la edad, y me dijo que le quedaba algo mas de cuatro meses para cumplir los 17 años. Seguidamente, nos presentamos, nos intercambiamos los móviles, y quedamos en que a este encuentro, le precederían otros.

Finalmente, volvimos a morrearnos durante un rato mientras nos abrazábamos. Tras lo cual él salió de nuestro habitáculo de placer, se dirigió a la pica, donde se refresco tranquilamente, y en el momento en que no quedaba nadie de los que le vieron salir del habitáculo, silbó tal como habíamos convenido, lo cual significaba que ya podía salir yo también, y me puse en pica contigua a la suya, para también refrescarme. Instantes después, nos guiñamos el ojo, y él salió fuera del wc, para poco después, yo también salir de allí.

Una vez ya estaba en la zona de andanas de los autobuses, las cuales estaban dentro del recinto, pero al aire libre, me fui hasta donde me dijo que estaría, y me acerque a él a pedirle fuego, lo cual era la excusa para seguir con él tal como habíamos quedado, y así de cara al resto de la gente no llamaría la atención. Nos pusimos hablar de cosas aptas para todos los públicos, estuvimos juntos hasta el momento que el subió al bus que lo llevaba a su destinación. Justos antes de subir, el uno al otro puso el brazo sobre los hombros estando de lado, y nos dimos un apretón de manos.