En la escuela

Pequeño relato de mi experiencia con un amigo en la escuela.

Era yo un estudiante y tenia 15 años estudiaba la secundaria, como mi escuela era un internado para hombre pues casi no tenia contacto con niñas solo los fines de semana y solo me consolaba con la visita de “Manuela” pero la verdad es que desde hacia unos años empezaba a ver a algunos compañeros atractivos, tal era el casa de mi amigo Mayo que era un chavo alto rubio de ojos miel, atractivo y con un cuerpazo increible. El y yo llevábamos una relación normal de amigos y nada mas , o nunca me habia atrevido a confesarlo lo que sentia por el aunque se rumoraba ya de varios compañeros incluso de el que habian tenido encuentros sexuales con chavos de la misma escuela.

Sin embargo yo simepre lo veia como un imposible ya que el a veces presumia de actos de hombre con niñas que tenia como vecinas y pues pense que nunca podria llevarme intimamente con el, hasta que un dia me lleve una ligera sorpresa iba yo caminando hacia mi habitacion cuando vi que venia y cuando me vio me sonrio y me guiño el ojo yo lo tome como algo simple y no imaginaba la verdad de ese gesto.

Recuerdo que era un dia con mucho viento, día típico de otoño en el que las hojas caen y el aire rosa tu cara, estabamos sentados varios amigos entre los cuales se encontraba Mayo y estabamos charlando de cosas cachondas y el no dejaba de mirarme y sonreirme, de pronto comenzo a llover y todos corrieron a los dormitorios, peor cuando ya iba yo hacia alla Mayo me jaló y me dijo que lo siguiera. Entonces lo obedeci y me llevo hacia el salón de actos ya que el es el encargado de las llaves y tiene acceso a el y a todos los camerinos. Por lo fuerte que estab la lluvia no pregunte porque ahi pero una vez adentro le pregunte que que haciamos ahi en vez de estar en los dormitorios.

El solo me dijo que no hablara y que lo siguiera entonces me llevo por un pasillo obscuro hasta una puerta la cual abrio y acto seguido estabamos en cuarto pequeño con poca iluminacion pero acogedor, tenia un pequeño sillon y una mesa el prendio unas velas y me dijo -Quiero confesarte que siempre me has gustado y hoy que estamos solo quiero hacerte mio- yo le conteste que era inexperto y no sabia lo que pasaba el me dijo que no tuviera miedo que el iba a ser mi maestro yo no pude mas y le confesé mis deseos entonces comenzó mi fantasía.

El empezo a desnudarme poco a poco en lo que besaba todo mi cuerpo yo estaba en shock y no sabia que hacer el me dijo que me relajara y me dejara llevar por el momento que todo iba a ser maravilloso y asi empezaba a ser yo estaba desnudo enfrente de el y el empezaba a desvestirse poco a poco de pronto me dijo que le bajara su trusa lo hice cuidadosamente y de ella salio una enorme cosa de casi 18 cms pense que era muy grande para el pero sin pensarlo dos veces empeze a succionar poco a poco su pene una y otra vez hasta que el me tomo de la cintura me tiro en el sofa y con suave tacto empezo besar y acariciar todo mi cuerpo pero esos besos se transformaron en chupetones e inlcusive mordidas mis labios estaban secos de tanto besarlo y tocarnos una y otra vez tirados en el suelo yo me sentia una zorra dejandome llevar por mis bajos instintos el me tomo de las piernas las abrio y me dijo que cerrara los ojos que iba asentir lo mejor de mi vida entonces senti como poco a poco introducia su pene en mi virginidad el lo metia suavemente que yo no sentia dolor alguno sentia el goce mas hermoso en cada entrada y salida una y otra vez sintiendo esa carne tan viril golpearme yo gritaba cada vez mas fuerte al fin nadie nos escuchaba estuve tendido entre sus muslos por largo rato cambiando de posiciones y sin preocuparnos de nada mas yo estaba apunto de estallar del inmenso placer que eso me provocaba repentinamente la saco y yo dejandome llevar solo abri la boca y toda su leche salto hacia mi la cual me comi enterita gota por gota terminando exhausto tirado sobre su pecho

Ya habiendo acabado nuestro acto solo me vesti y me di cuenta que ya era de noche el me llevo al dormitorio y descanse toda la noche pensando en el y en la ocasión y en que se repetiría nuestro encuentro.