En la ducha... Taras agua jabón y Marcos

En la ducha... Taras es agua entre los dedos de Marcos y la vida se vierte en los azulejos para dejar rastros que nadie borra... jabón y cuerpos que se deslizan y se doblan...

Adormecidos hasta la extenuación...envueltos los dos en la colcha...mirándonos a los ojos...viendo nuestras caras como en un espejo...sentíamos que por primera vez ninguno de los dos estaba sólo...

Sus manos se deslizaban sobre mi...y el suave roce de sus dedos sobre mi...era una hoguera de llamas diminutas que me quemaban más allá de la razón...

Indagaba en mis labios...bebía el borde húmedo de la comisura redonda de mis labios...los mismos en los que su falo había derramado placer para encontrar amor...

Había amanecido mientras el murmullo de la última oscuridad...se alejaba sobre los tejados...en la ventana...la lluvia golpeaba los cristales y se oía un rumor de luces y de sombras...escribiendo poesía sobre nuestra piel...

Levantados...juntos...comiéndonos la boca como poseídos...en el baño...Marcos abrió el agua de la ducha que manaba desde el techo con un caudal difuso de agua cálida...de la mano nos metimos juntos...

Marcos tomo el jabón líquido y sobre la palma de sus manos sin esponja...se cubrió el torso...el pene...los glúteos...y empezó a extender sobre mi cuerpo el mismo jabón...mientras miraba mi cuerpo... comenzábamos a tener una nueva erección...juntos...otra vez...

Me atrajo hacia él y comenzó a restregare sobre mi pecho provocando espuma...su glande junto al mío se mostraba voraz...hambriento de cuerpo...carnívoros del placer...

Se aceleraban nuestras manos...nuestros rectos enfrentados...de poder a poder...enloquecidos...movíamos los tallos el uno del otro apretando con los dedos en intensos estímulos cercanos al dolor...su queja y la mía...sus gritos y jadeos...yo le volvía para penetrarle el primero...pero no se dejaba...se volvía como animal enjaulado queriéndome dominar...él a mi...perdimos el equilibrio bajo el surtidor caliente del agua...y caímos al suelo en un golpe seco...dolía...¿y qué?...pensé.

Mojados...envueltos de jabón...mordió uno de mis hombros hasta dejarme los dientes clavados...la excitación animal...continuaba en una lucha de fuerzas y de falos...me dolía toda la piel...los testículos endurecidos...el glande acosado por su boca y por sus manos...no podía más...esta vez él iba a ganar...pues me rendía a su fuerza...su cuerpo está cincelado con las pesas...sus músculos brillan...así, afeitado y suave...con el jabón sobre ambos...entre el lavabo y la bañera...me tenía atrapado...levantó una de mis piernas sobre el borde del bidé...y empezó a lamerme los testículos...metía su lengua en mi ano...y succionaba...movía girándola veloz la punta de su lengua...mientras gritaba...¡Muévetela!...quiero ver como saltas sobre mi...mientras te atravieso...y se introdujo en mi con ira...con rabia...mientras yo aceleraba mi mano sobre mi verga...una y otra vez Marcos empujaba su falo hasta el fondo sin tener piedad de mi dolor...

¡y me gustaba!...¡sigue sigue! Gritaba yo...y el apretaba mi culo contra él...Estallé...alcanzando su cara...su boca...y sentí un suave y cálido liquido saliendo de mi ano...sangre y semen...mezclados...No hubo piedad para ninguno...en esta batalla no hubo vencedores...Ganó nuestra lujuria frente a los dos...

(Como tu propia lujuria...que ahora mismo salpica la pantalla de tu ordenador)