En la ducha

Después de un día intenso y agotador al fin estaba en mi casa, dejando la ropa tirada que me iba sacando por el camino me fui directo a la ducha, mi cuerpo acalorado lo estaba necesitando y yo deseando. Es mi primer escrito, corto, espero que les guste, deseo leer sus coementarios, gracias. Martina.

Después de un día  intenso y agotador al fin  estaba en mi casa, dejando  la ropa tirada que me iba sacando por el camino  me fui directo a la ducha, mi cuerpo acalorado  lo estaba necesitando y yo deseando.

Abrí el grifo,  y me introduje en ella…  que placer tan grande me dio sentir sus gotas pegando en mi cara, cayendo  por mi cuerpo refrescándolo al pasar. De pronto me sorprendieron  unas manos que me tomaron por detrás,  sin reparar de quien se pudieran tratar, mágicamente me dejé llevar. Se posó sobre mi espalda y como haciendo firuletes  con movimientos suaves y envolventes subió hasta mi cuello,  mi cuerpo se estremeció por completo cuando una boca pulposa comenzó a succionarme la piel de mi  erguido cuello de una manera excitante, abrí los ojos de repente y vi la erección de mis  pezones a flor de piel,  mientras, el agua caía en forma de cascada  sobre ellos arrancándome un gemido de placer infinito

Dejándome percibir la  suavidad de sus manos  que bajaron  por la espina dorsal sintiendo un cosquilleo que me hacía  tiritar. Deteniéndose en el nacimiento de  la cintura donde se quedó tan solo unos segundos para luego continuar  bajando por  el contorno de mi trasero, con una de sus manos recorrió el surco de mis nalgas, y con la ayuda de la otra separó lo suficiente  como para apoyar su barbilla haciendo lugar para introducir su áspera y caliente  lengua en  él, lamiendo  desde abajo hacia arriba y viceversa, esto más el agua pegándome en la piel fueron una dupla  perfecta que desató un poderoso temblor, provocándome  diversos jadeos a la vez que  mordía con desmesura mi labio inferior.

Repentinamente y sin dejar de lamerme el ano, recurrió a  una de sus manos para introducir algunos dedos  en mi  candente vagina, propinándole  suaves movimientos  al principio que fueron aumentando vertiginosamente  en el que no tardé en entregarle  el fruto de mi sobreexcitación. Él continuaba en silencio, pero pude percatarme de  su respiración  resoplando en mi nuca.

Mientras el agua se llevaba consigo mis jugos abrí los ojos y giré en busca del rostro de mi  amante furtivo, que tan bien me había hecho sentir La puerta del baño permanecía cerrada,  la mampara también,  gire en busca de él, pero no había nadie,   estábamos tan solo yo y el sonido del agua muriendo a mis pies.

Limpie el espejo semi empañado buscando una explicación, me sonrojé  frente  a él y  sonreí  al darme cuenta  que solo había sido mi imaginación. -¿me estaré volviendo loca?- pensé- Lo sentí tan real, que me hizo delirar Fresca y relajada me fui a la cama sin cenar. De día, de noche, despierta, dormida sigo esperando  que vuelva a  aparecer mi amante irreal.