En la distancia, con Ella,una chica encantadora

Mi primera experiencia en la red con "Ella" una chica encantadora y que no acabó todo lo bien que deseaba

Acababa de iniciarme en la lectura de relatos eróticos por pura casualidad. Empecé a leer algún relato de forma fortuita y he de reconocer que sentí fascinado por las personas, sus relatos, el lenguaje e historias. Al inicio de las lecturas pensaba, si no serían webs de depravados y salidos sexuales. Con las lecturas fui descubriendo que no. Qué había de todo.

Sí que había personajes tanto masculinos y femeninos que estaban realmente salidos y diría que incluso en el precipicio (alguno ya saltando) del trastorno mental. Algunos prepotentes envalentonados y pagados de sí mismos (en éstos, algunos de forma clara y otros con una pátina de falsa humildad), algunos cazadores, literatos, etc. Sería imposible describir la cantidad, ya que era mucha y mis lecturas no tantas). Los únicos que no leí fueron los de temática gay y de zoofilia, que no me gustan.

Sí que diré que me llamó la atención, y me enanché a sus relatos, un autor que era un self made man, alto, guapo, deportista, empresario-y rico por supuesto-(según se describía) y su gran cantidad de relatos en primera persona y reales (era el no va más). A su vez, también, y a través de él llegué a una entrevistadora de autores, que bajo el vestido de objetividad y neutralidad, se moría por sus huesos y sólo pensaba en follárselo (pero sin reconocerlo públicamente y quedando patente entre líneas). Lógicamente, él no le hacía ni caso. Ésta si era una cazadora, vestida de periodista (de las pocas que observé. Bueno si, había otra alocada y que le chiflaban los abuelos).

Las narraciones que observé también eran muy diferentes, desde muy elaboradas y atractivas, con un lenguaje y una construcción impecable (se notaba que detrás había mucho intelecto y cultura) hasta muy burdas y brutas (como un eructo en plena cara). En cualquier caso, todas eran estimulantes tanto en positivo como en negativo.

Era un mundo nuevo y desconocido y me fui adentrando en él con gran curiosidad. Me imaginaba como serían las personas que estaban detrás de estos relatos, desde su apariencia física, hasta la edad y su forma y estilo de vida. Lógicamente no podía comprobarlo, pero estimulaba mi imaginación.

En algunos casos sentía auténtica envidia de algunos autores (sobre todo si eran narraciones reales o supuestamente), empequeñeciéndome en la propia. En otros al contrario. Todo dependía del autor/a y de su narración.

En mi caso la narración de historias es muy reciente y tampoco tengo vocación por ella, pero me pica el gusanillo. Me considero uno más del montón (en la media de la curva de gauss) y con auténticos problemas para escribir (como por ejemplo, combinar los tiempos presente y pasado en la narración, entre otros…). La escritura me sirve como válvula de escape.

Estaba acabando mis últimos días de vacaciones, que habían sido de sol y playa, y estaba con mi familia en la ciudad (calor insoportable pero tranquilidad total). Había venido de las vacaciones, por diferentes motivos, con un calentón de mucho cuidado.

Había realizado un par de relatos para entretenerme y evadirme de mi calentón. Durante su realización me calentaba y me evadía, a la vez.

Había leído, fortuitamente, a una narradora con un estilo delicado, erótico y breve, que me llamó la atención. Nuestras diferencias de edad eran bastante significativas.

Le envié un mensaje a su mail personal, dónde me presentaba y le preguntaba de dónde era, que yo también escribía relatos y con lo caliente que estaba le ,preguntaba si quería conocer mi fantasía sexual.

Ya me había olvidado de ella y seguía enfrascado en otro relato y en los últimos días que me quedaban.

Pasados unos dos días, miro en mi bandeja de entrada de mi mail y veo correo electrónico en negrita. Qué expectación y curiosidad, ¿me había contestado?. Efectivamente, lo abro y veo su respuesta.

Me saluda y me indica que le gusta como escribo en el mail y que le pase el link de los relatos para leerlos. Me indica de dónde es (muy dejos de mí) y que también es casada como yo (aunque joven). Igualmente, me indica que estará encantada si comparto mi fantasía con ella o si la convierto en relato, acompañando esto último con un emoticono de felicidad.

Me sorprendió su respuesta y su emoticono. No soy de emoticonos (soy de vieja escuela). Aunque he de reconocer que enfatizan, envuelven, emocionan y crean un ambiente especial en torno al texto.

Su respuesta me produjo excitación y un subidón.

Le respondo, muy cordialmente, le paso el link de mis relatos y a la vez le aviso de que el mail asociado a mi Nick es un poco burro. De hecho es bastante burro, lo cual le hace gracia y así me lo indica posteriormente (nada que ver con el que estoy utilizando en nuestra conversación). Le indico que los lea y cuando los acabe le contaré mi fantasía.

A partir de este mail, nos intercambiamos a lo largo del día unos diez mails, dónde hablamos de mis relatos, que le gustan tanto en el estilo como en el contenido.  Con mails, muy cordiales y dónde nos vamos conociendo, poco a poco, a través del intercambio de información.

Al día siguiente, nos intercambiamos unos doce mails, dónde seguimos hablando de los relatos, de su nuevo relato que están a punto de publicar (que leo y me encanta y así se lo traslado en su momento). De los relatos vamos pasando, poco a poco, a nosotros mismos. Hablamos de nuestros gustos, de como somos. Cada vez le introduzco más emoticonos en el texto: corazoncitos, sonrisas, etc. Ella, de momento los justos o ninguno.

Observo que conforme yo avanzo tocando temas calientes y enfatizando con emoticonos, sus respuestas son más neutrales. Como un toma y daca de avanzo y retrocedo.

En uno de los últimos mails del día, me pide que me describa más concretamente y las partes de mi cuerpo, con algún emoticono más subido de tono. Le respondo y a la vez le pido lo mismo hacia ella. Yo me describo como soy: moreno, 1,75 de altura, bien proporcionado y que practico deporte. Ella se describe también, más bajita, ojos grandes, algo morena y con sus curvas justas (cuando la veo en imágenes, es infinitamente mejor de lo que dice de ella misma).

Esa misma noche, me pide que le envíe una fotografía de una parte de mi cuerpo que a ella le gusta, pero que no es erótica (en principio). Le respondo que sí, que se la envío pero con la condición que ella también me envíe una suya. Su respuesta fue enviarme una foto de su mano y antebrazo, indicándome que era un buen negociante y como premio me la pasaba primero. Estábamos en buena onda.

Era una foto, normal, pero cargada de sensualidad, con un antebrazo precioso y una mano delicada y sugerente. Me encantó.  A partir de la mano intenté imaginarme como era el resto de su cuerpo. Pasé la noche pensando en ella, en su dulce comunicación, su tono tímido y reservado, pero a la vez determinado, y que iba aumentando en intensidad conforme íbamos aumentando el intercambio de mails.

A la mañana siguiente, le envío diferentes fotos de mis pies. Le gustaron. Me hice las fotos después de ducharme, en el lavabo y con discreción de que nadie me viese con el móvil haciendo fotos.

Nuestra comunicación va subiendo de tono y le comento que su relato me la ha puesto dura (con bastantes emoticonos).

Le hace gracia y le alegra que me la haya puesto dura. Me explica cómo escribe los relatos, desnuda y acariciándose y que lo pruebe yo también, a la vez que nos intercambiamos “besos guarros”. De pronto me dice que tenía curiosidad por saber lo dura que la tenía.

Aquí yo estaba como una moto, tecleando en el pc, ya con la polla tiesa. Pero no sólo por estos comentarios, sino por su forma de ser. Iba soltándose poco a poco y llegando a temas muy calientes. Yo me encontraba embriagado, como si su dulce voz, que imaginaba, y su cuerpo hubieran traspasado mi pantalla y sintiese su cálido y afectuoso aliento sobre mi boca.

En ese momento, me pide que me descargue un aplicación que sirve para comunicarse con mensajes e imágenes y en la que se produce eliminación automatizada temporalmente, de las imágenes. Aplicación que no conozco pero que me suena.

Le indico que no puedo ya que estoy en casa y tampoco puedo hacerlo de forma inmediata, que es mejor que nos planifiquemos. Me indica que perfecto, que otro día, pero yo estaba demasiado caliente y ya no podía parar. Estando sólo en la cama, me hago una foto de primer plano de mi polla totalmente erecta y se la envío por mail (viendo posteriormente parecía como un cañón a punto de disparar al cielo. Me contesta con emoticonos de impacto. Le ha gustado e impactado. Le ha encantado su tamaño y proporción. Le pido que me mande una de ella, en términos parecidos. Me dice tendrá que ser menos explicita porque no quiere que se guarde en mail, y me recuerda si puedo descargarme la aplicación.

Como no la conozco me indica su nombre y que con un mail y nombre de usuario es suficiente para conectarnos.

Así lo hago, me la descargo, me creo usuario y mail, y nos conectamos.

A través de la aplicación, me muestra partes de su cuerpo de forma estática como dinámica, en bucle temporal corto. Su coñito, sus tetas y casi todo su cuerpo. Yo le muestro también mi polla y partes de mi cuerpo pero solo en fotos porque todavía no domino la aplicación y las imágenes en movimiento.

Su cuerpo es delicioso, precioso, suave, con un coñito depilado y con la piel del entorno de sus labios externos y su monte de venus más morena que el resto de la piel. Me daban ganas de perderme allí dentro y comérmelo todo. Estaba muy caliente.

Seguimos en estas comunicaciones entrecortadas por que ambos no disponemos de total libertad para hacerlas.

En un momento dado y como no aguantaba más, me grabo (ya estaba controlando la aplicación) la polla haciéndome una paja y se la envío. Ella la observa y me indica que si me estoy pajeando. Yo no contesto nada y le envío varios videos consecutivos de la paja en marcha. Ella comienza a enviarme vídeos, masturbándose y metiendo su dedo en ese coño delicioso. El dedo introduciéndose, arqueado, y saliendo de forma simultánea en su coño, mostrándome el entorno de sus labios interiores y su dedo, mojados. Ella estaba muy caliente y se iba a correr. Yo, también, dándole a mi polla con fuerza hacia arriba y hacia abajo. Nos intercambiamos videos masturbándonos mutuamente, con ligero sonido de fondo. Yo estaba frenético con mi paja y viendo la suya. Ya no puedo más y me corro, mostrándole la salida de mi leche junto con mis gemidos. Ella me envía sonidos de sus gemidos, también se ha corrido.

Ha sido apoteósico, nunca había tenido una experiencia así por la red y me ha encantado. Nos intercambiamos mensajes sobre como lo hemos pasado y nos emplazamos al día siguiente.

El resto de la noche lo paso pensando en lo que me ha gustado que nos masturbemos mutuamente en la distancia, sus gemidos (con esa voz deliciosa) y me hago otra enorme paja pensando en ella, en su pechos (hermosos, contundentes, abundantes) y su coñito, una preciosidad que no me gustaría dejar de lamer y de introducir mi lengua eternamente en él, sintiendo sus flujos y saboreándolos. Su cuerpo entero es precioso y de proporciones sublimes.

Al día siguiente, nos intercambiamos mensajes a lo largo de todo el día a través de la aplicación. Le comento lo impresionado que estoy con ella y con su cuerpo, que es una belleza y que no tiene motivos para considerarse tan “normalita”. Es una diosa.

Le envío varios videos e imágenes de mi polla totalmente empalmada y pajeándome, recordando la noche anterior. Ella me contesta con palabras muy calientes y llenas de deseo, pero sin poder mostrarme imágenes porque no podía (teníamos una considerable diferencia horaria y aunque yo estaba en mis últimos días de vacaciones, ella ya no).

Así pasamos el día, yo provocándole y ella conteniéndose.

Me encantaba la relación con ella, por la conexión que habíamos tenido y por el intercambio de placer que nos habíamos proporcionado. A la vez que habíamos conectado e intimado sexualmente en la distancia, yo mantenía un gran respeto por ella y su forma de ser, como una gran amiga con derecho a roce.

Mi intención era continuar con nuestros juegos y masturbaciones mutuas por la noche, pero no pudo ser, no tenía disponibilidad para hacerlo. Esa noche me volví a masturbar varias veces pensando en ella y pensando en como le gustaba ver mi polla, dura, grande, en movimiento. Ella, no tenía reparo en indicarme que le encantaba y que se la comería al igual que yo tampoco lo tenía en indicarle que me comería su coño como un rico manjar.

Al día siguiente. temprano y por la mañana, seguimos con el intercambio de imágenes, yo de mi polla, frotándola y lanzándola hacia ella y ella desnuda de cuerpo entero (siempre sin mostrarme su rostro al igual que yo) mientras se duchaba, acariciándose las tetas y ese coño tan precioso.

Quería retener la imágenes para verlas una y otra vez, pero estás se eliminaban. Me indicó como retenerlas pero que no las guardase en pc.

Me envío cuatro videos espectaculares de ella tocándose. Uno tocándose el coño en bucle (me emociono solo de recordarlo), otro de su coño en primer plano (que belleza) y otras dos destapándose y tocándose las tetas (una preciosidad de tetas. Como cántaros de miel) y sus bellísimos pezones, grandes, puntiagudos y con areolas de gran tamaño (me sigue entrando fiebre al recordarlos).

Ese día y por la tarde, como había guardado las imágenes en  el móvil para verlas una y otra vez antes de que desaparecieran, se me ocurrió la feliz idea de verlas más grandes, en el pc. Como no podía hacerlo directamente, tuve que descargarme un programa que permitía duplicar la pantalla de mi móvil en el pc. Después de un rato largo de búsqueda y configuración, lo conseguí. Conecte mi móvil y pc vía wifi y dupliqué la pantalla, pudiendo ver las imágenes de sus tetas y a ella tocándoselas a todo placer. Era un espectáculo maravilloso. Me toque la polla e iba a pajearme pensando en ella. Mientras estaba dando a mi polla hacia arriba y hacia abajo, la pantalla vuelve al contenido de los mensajes y veo que en el video que me estaba sirviendo de fuente de inspiración aparece el mensaje de que se había grabado de forma externa la imagen.

Ostias, pensé, desconecté la duplicación de pantallas de móvil y pc y a continuación le escribo un mensaje diciéndolo que había sido un error, que no había grabado nada, solo lo estaba duplicando.

Esto me dejo más frio que el hielo. Pasaron varias horas y yo estaba expectante por su reacción, que imaginaba no sería positiva, dado su celo a sacar imágenes del móvil.

Efectivamente al final de la noche me llegó el mensaje de enojo total con emoticono incluido y que dejamos de estar conectados. Intento responderle pero ya no llega el mensaje.

Le envío un mail explicándoles lo sucedido y me transmite su total enfado conmigo, que dejamos de estar conectados a través de la aplicación.

Continuamos varios mensajes por mail hasta altas horas de la madrugada (para mí). Su enfado era muy fuerte y noté un cambio drástico en su manera de ser. Ahora era distante, seca y fría conmigo (me hería enormemente esa reacción).

Le pedí disculpas en varias ocasiones, disculpas que ella no aceptaba dado el celo que guardaba con su información. Yo pensaba que no tenía motivos para tanto puesto que no las había grabado, pero ya era tarde.

Le envíe varios mails para mantener buena relación, con la esperanza de que lo reconsiderase, y su respuesta a los mismos era fría y distante. Se había producido una fractura insalvable entre nosotros.

Mientras elaboro este relato no hay momento en que no deje de pensar en lo estúpido que fui al realizar aquella duplicación de pantalla y el maldito mensaje incorrecto de la aplicación.

Perdí una amiga, una confidente, una persona a la que realmente respetaba y tenía todo el deseo del mundo hacia ella, pese a que habíamos tenido solo unos días de contacto (la conexión había sido brutal tanto sexual como mental), no nos habíamos visto la cara (me hubiera gustado llegar a que nos describiéramos nuestras caras con todo lujo de detalle) y sabiendo que nunca sucedería al igual que vernos en persona (lo cual producía una mayor desinhibición y morbo). Todo por la maldita aplicación, de la que no hay segundo que me arrepienta de haber utilizado.