En la disco

Mi primera experiencia con un hombre dominante.

Bueno creo que esta va a ser un relato que no esperaba realizar. Hace algún tiempo que entro a todorelatos, me gusta la lectura erótica, y en general la lectura. De ahí fue que conocí a un muy buen amigo, quien me motivo a escribir esta hazaña, que nunca la planee, pero de alguna forma, desee.

Durante varias semanas chateé eróticamente con mi amigo, Nuestras fantasías salían a flote, dentro de las cuales ser dominada era una de mis preferidas. En una de tantas ocasiones que platicamos y leía los relatos que me enviaba, se me ocurrió la idea de ir a una tienda donde venden artículos placenteros, diría yo.

La primera vez fui después del trabajo. Realmente me sorprendió la variedad que había de artículos, películas, vestimentas y cosas extrañas para mí, pues sólo las había visto en revistas o películas. Sentí las miradas de algunos tipos que estaban ahí, aunque no era la única mujer en el lugar. Eso me dio un poco más de confianza para de seguir mirando. Compré un consolador o dildo, como algunos lo conocen, algo de lubricante que me llamo la atención y salí de allí como si me siguieran, claro que por pena.

Cuando llegue a casa todo fue distinto. Lo primero que hice fue quitarme las zapatillas, dejé las cosas en el sofá, fui a la recamara, y me puse más cómoda…simplemente quitándome la ropa por completo y cubriéndome con una playera gigante que usaba para dormir en algunas ocasiones. Me acomodé en la cama después de haber sacado y limpiado mi nueva adquisición y le di uso. Supe que sería mi compañero todas las noches de soledad que tuviera.

Al otro día, como era costumbre, llegué a la oficina, empecé a realizar mis labores y entre una cosa y otra me conecte a mi correo, para revisarlo, y estar pendiente de cuando se conectara mi amigo. Después de un rato, ya avanzado el trabajo, se conectó mi amigo. Nos pusimos a platicar y a jugar con la imaginación. Le platique lo que hice, y le agradó. Al parecer se excitó con la idea de tener un encuentro y jugar al mismo tiempo con el juguete nuevo ja, ja… pero bueno. Le comenté lo que había visto, y como me sentí en ese lugar y momento, y eso nos llevó a una larga charla.

Uno de los relatos que me envió ese día hablaba sobre dominación, y de cómo le gustaba al hombre tener a su hembra bajo control. Me gustó mucho y como había visto en la tienda algunas cosas similares, fui a dar una vuelta más para poder comprar algo que me interesó… un collar negro. En esta ocasión fui después de llegar a casa, me puse algo más apropiado y cómodo. Un vestido algo más ajustado, negro, y como me lo había pedido mi amigo, sin ropa interior. Fue algo excitante para mí, y la verdad, nunca creí que lo llegaría a hacer.

Ya en el lugar me quede 5 minutos dando vueltas cerca de la puerta. Muchas cosas rondaban por mi mente, y sobre todo la adrenalina invadía mi cuerpo. Una ligera humedad surgía entre mis piernas. Di un último respiro y avancé, entrando al lugar, aunque me quede casi paralizada por un instante en la puerta. Pero logré mi objetivo, atravesar la puerta como en la primera ocasión.

En el lugar había algunas personas, y como pasó la vez pasada, algunos se me quedaron mirando. Empecé a ver algunas cosas de piel y fue cuando llegué a los collares. A mi lado llegó un tipo alto, fornido. Se veía que hacia ejercicio. Tenía una barba de candado que le hacía lucir muy bien.

-Tienes muy buen gusto- me dijo alguien cuando tenía un collar entre mis manos

Yo solo voltee y sonreí

-En realidad ando mirando, solamente…por curiosidad-

-Pues la curiosidad mato al gato… todo por no preguntar…-

Su comentario me hizo reír y relajarme un poco. Hizo que me olvidara en donde estaba. Me sugirió cuales podrían lucir bien en mi cuello, y seleccione uno que me recomendó, pero en eso llego su novia o pareja. Me sonrió no muy gratamente, y se lo llevó. Me reí un poco y luego continúe mirando por acá y por allá en la tienda. De vez en cuando volteaba a donde estaba él, y me miraba. Nos reíamos al mirarnos y así quedó ya que él y su novia se fueron. Ya no le di mucha la importancia y me fui con el collar que me dijo él y me fui a la casa.

Al otro día seguí con el trabajo normal, platiqué y le comenté a mi amigo lo ocurrido, y bueno, salieron mil cosas de eso. En la tarde que iba de regreso a casa. Se me ocurrió ir a algún lugar diferente, a uno donde no me conocieran, y decidí ir a un antro a bailar, a ver qué es lo que pasaba.

Llegué a casa y me bañé, relajándome un poco. Tomé unas copas mientras me cambiaba, cogí algunas cosas y me fui a un motel, ya que no quería salir y que algún vecino me viera y luego estuviera hablando y se llegara a enterar mi pareja.

Llegué al lugar y saqué lo que había seleccionado, un vestido negro, ajustado, que me llega a mitad de muslo, de tirantes, y el escote solo dejaba ver el inicio del valle que formaban mis senos, unas zapatillas de tacón alto que me fascinan. Me maquille no muy exagerada y me fui, no sin antes tomar el collar y colocármelo. Me gusto como se me sentaba y sin decir más me fui al lugar que ya había seleccionado y que ya estaba cerca.

Durante el trayecto al antro no faltaron los chiflidos y gritos de algunos que pasaban en carro. Llegué al lugar y no hubo que esperar mucho para que me dejaran entrar, el guardia me miró e hizo señas para que me acercara y así lo hice.

-¿Con quién vienes?- me preguntó

-Sola- le contesté.

De inmediato quito la cadena y me hizo la señal de pasar, y así lo hice. Entre y lo primero que hice fue divertirme, fui a la barra y pedí algo de lo que ya estaba tomando desde antes y me giré para ver el lugar y a la pista. No tardó en que me invitaran a bailar, cosa que aceptaba. Estuve bailando con varios tipos casi toda la noche, hasta que en una ocasión que me aproximé a la barra y me lo encontré, el mismo tipo de la tienda. Al verme me sonrió.

-Veo que seguiste mi consejo…te queda muy bien…- me dijo mientras esperaba su bebida.

-ah!, gracias,…si la verdad si lo seguí…y no me arrepiento de ello- le dije

Estuvimos platicando un poco más, hasta que después de un rato se tuvo que ir. Nos despedimos con un beso. El contacto de su piel fue lento. Cuando su fue, trate de seguirlo con la mirada, pero entre toda la gente desapareció. Seguí con mis planes de disfrutar de la noche, así que continué bailando y platicando con gente que no conocía. Estuve un buen rato hasta que fui al baño. Ahí me encontré a la pareja del sujeto que me había encontrado. Estaba enfadada, no le tome importancia y entré. Mientras hacía mis necesidades escuchaba que estaba muy enojada y me entere sin querer (ja, ja...claro) que había terminado con su novio. Todo por una estupidez a mi parecer. No me enteré muy bien del motivo en verdad, pero el saber que ella estaba ahí me daba la idea de que aun estaba él en el mismo lugar, y si ahora ya había tronado con ella pues se abrían muchas posibilidades. Después de salir de allí me di cuenta que estaba pensando como una zorra, y que sobre todo…me estaba gustando.

Cuando salí del baño, ella ya no estaba y fui directamente a la barra, pero tuve que pasar por la puerta de salida, y ahí los vi discutiendo. Cuando ella se marché, simplemente seguí mi camino y llegue a la barra y continúe con mi bebida. Poco tiempo después llegó él.

-Hola… ¿quieres bailar?-

-Hola... ¿pero no venías acompañado?-

-No, ya no… ¿quieres?-

-ok-

Y así salimos a la pista a bailar. Realmente lo que ya había bebido me había empezado hacer efecto desde hacía un rato, pero aún así bailaba bien todavía, y él no lo hacía nada mal. Las canciones pasaron una tras otra y el sudor hacia que se pegara más la ropa a nuestros cuerpos. Él llevaba una camisa blanca que se había pegado completamente a su cuerpo, dejando ver sus pectorales muy bien formados por el ejercicio que se notaba que hacía, ya que parecía que su camisa le apretaba lo justo y necesario para que se notaran sus músculos.

Después de un buen rato de bailar, ya algo cansados y agitados nos fuimos a un lugar aparte, platicamos un poco. Supe que se llamaba Luis. Sabía que la química que había surgido entre los dos estaba haciendo efecto, ya que el contacto físico era mayor y más cerca uno del otro. Por un instante me llegue a sentir mal porque no tenía mucho que había terminado con su novia, y ya estaba conmigo como si nada hubiera pasado, pero por otra parte no me importaba, deseaba estar con él y por lo que llevábamos de la noche pensé que él también lo quería.

-¿Qué tal si vamos a un lugar más privado…?- me preguntó en el momento que me tomaba de la mano

-Como gustes…-

Sin decir más nos levantamos. Caminaba muy rápido para mí, casi me llevaba arrastrando a la salida. Anduvimos unas cuadras hasta donde estaba su auto, en donde me giró contra el carro y comenzó a besarme. Me recargó en la puerta del copiloto, mientras se apoderaba de mi boca, sus manos recorrían mi cuerpo, era tanta la excitación, que lo deje hacer correspondiéndole el beso mientras acariciaba su fornido pecho.

Abrió la puerta del copiloto y casi me metió él, luego entro de su lado y lo primero que hizo entrando al carro fue hacer el asiento hacia atrás y volcarse nuevamente hacia mí. Casi hizo que me subiera sobre él. Empezó a besarme nuevamente. Recorrió con sus manos mi cuerpo y cuando llegó a mi muslo la metió por debajo de mi corta falda. Cuando llegó a estar entre mis piernas se dio cuenta de lo húmeda que estaba y que no tenía nada que le impidiera seguir adelante.

Besándonos él empezó a meterme dos de sus dedos, mientras con otro acariciaba mi clítoris, hizo que colocara una de mis piernas apoyándome sobre el tablero del carro, corrió el resto de mi vestido hacia arriba mientras la parte de arriba la hacía para abajo con algo de brusquedad, dejando mis senos libres no por mucho tiempo, ya que su boca se apoderó de ellos.

Estuvimos así un buen rato hasta que me arrancó dos orgasmos. Dejé su mano bañada en mis jugos al igual que el lugar del carro. Dejó que tomara aire mientras vi que se acomodaba en su lugar, bajo sus pantalones y su ropa interior, saco un condón de sabores y se lo puso.

-Vamos…ven- dijo mientras se acomodaba

Voltee a verlo y fue cuando me tomó por la nuca con su poderosa mano y me puso enfrente de su miembro. Lo tomé con una mano y empecé a mamársela. Se me hizo raro chupársela con el condón, ya que la única que había probado era la de mi pareja. La de Luis era más gorda y más larga, no podría decir los centímetros que tenía, pero no lograba meterla por completo en mi boca. Empecé una guerra con aquella tremenda cosa que trataba de tragar sin lograr mi objetivo. Estuve un buen rato, acariciando con mi lengua ese miembro. Sólo escuchaba los gemidos de placer de Luis hasta que sentí que aprisionaba mi cabeza con su mano, impidiendo que me moviera. Sentí como el condón empezó a llenarse con su espesa leche, después de tensarse poco a poco recubro la compostura y fue cuando me liberó de la presión de su mano.

Después de que me incorpore en mi lugar, vi como se quitaba la funda de plástico, la cual estaba llena realmente. Había tenido una gran descarga de semen. Lo que me sorprendió fue que lo guardó. Le hizo un nudo y lo guardó.

-¿Es la primera vez que haces esto verdad?- me preguntó mientras me miraba recargado en su lugar.

-Sí, la verdad sí…nunca le había puesto los cuernos a mi pareja- le contesté mientras me acomodaba el vestido.

-No te lo acomodes que la noche todavía no termina…y nosotros tampoco-

Se acomodó en su lugar y puso en marcha el motor. Me quede sorprendida por lo que había dicho.

-¿Cómo sabes que es la primera vez que hago esto?-

-Fácil, desde la disco noté que andabas en búsqueda de algo más que divertirte. También porque percibí algunas dudas el momento que te lleve a mi paquete, por eso es que le había puesto protección antes. Pero no temas, estoy limpio-

Simplemente me le quedé viendo mientras me decía todo eso. El camino a su casa fue tan rápido que me pareció un parpadeo cuando estaciono el carro, en un edificio. La zona no parecía ser de muy bien ver, y tampoco la gente que rondaba por ahí. Un montón de dudas volvieron a surgir en mi cabeza, pero él me dio un poco de confianza. No sé si las ganas de seguir con esa aventura, o algo que no sabía, me llevó dentro del edificio.

Entramos en un departamento, algo desarreglado, había algunos sujetos más. Al parecer estaban algo tomados, se sobresaltaron al vernos llegar. El me tomó de la mano y me llevó a la última habitación del lugar. El cuarto olía a licor y cigarro, no tenía puerta más que una cortina, que era lo que separaba del pasillo a la habitación. Había una cama completamente desarreglada y una mesa de noche con latas de cerveza y algunas colillas de cigarro. La luz del lugar era tenue y ligeramente en tono rojo. El televisor al fondo junto con algunos aparatos electrónicos.

Mientras miraba mis alrededores él se despojaba de su camisa dejando su torso desnudo y así pude comprobar lo marcado que estaba, realmente estaba hecho un cuero. Cuando mi vista regreso con él, fue cuando me entregó una hoja la cual abrí. Eran los resultados recientes de unas análisis de sangre y algunos análisis más indicando que estaba libre de infecciones. Al principio no entendí el porqué me lo había entregado; con un gesto en el rostro lo miré.

-Es para que veas que estoy limpio…y no tengas miedo de correr algún riesgo de enfermarte, ya sé que el lugar no debe de ser de los que estés acostumbrada, pero vas a ver que te la vas a pasar muy bien…y te va a gustar-

No dije nada, lo miré mientras se acostaba en lo que supuestamente era la cama. Me hizo una señal para que me acercara y obedecí. Dejando el papel a un lado me aproximé mientras él se acercaba a la orilla de la cama, acomodándose y tomarme de la cadera.

-¿Y porque tan confiando de que yo no esté enferma de algo?-

-Es fácil, es la primera vez que haces esto, aparte no creo que seas de las mujeres que con facilidad engañen a su pareja y si haces esto es porque buscas algo que no encuentras con quien estás ahora-

Simplemente sonreí, y de alguna manera lo tomó como una contestación afirmativa a lo que me estaba diciendo. Movió sus manos hasta mis muslos, los que acaricio suavemente y fue subiéndolos por debajo de la minifalda, empezando a subir más y más hasta llegar nuevamente a estar descubriendo mi intimidad. Me tomó de mis glúteos y me aproximó más a él, para empezar a lamer mi piel. Comenzó a sobar mis nalgas, y luego poco a poco me separo de él.

-Vamos, quítate la ropa, que quiero hacerte gozar- prácticamente me lo estaba ordenando mientras él se levanto para hacer lo mismo.

Me quite mi ropa menos mis zapatos; él si se llego a quitar todo. Tenía un cuerpo espectacular, ya que se notaba considerablemente que hacia pesas. Su miembro estaba tomando tamaño nuevamente, pero él fue por una cadena. Me quede extrañada, pero cuando vi que me la estaba poniendo en el collar entendí que quería jugar. Me jaló de la correa juntándome hacia él. Sintiendo su cuerpo caliente, mirándome a los ojos, sentí en mi vientre algo más caliente que su piel. Era su miembro semi-erecto ejerciendo un poco de presión sobre mí.

-Ahora vamos a empezar a disfrutar…vas a ver, que no te arrepentirás…- solo dijo eso y empezó a comerme con su boca.

Mientras con una mano apretaba uno de mis senos, su boca devoraba el otro jugando con mi pezón. Me llevó hasta la cama, donde se sentó en la orilla, y de la cadena jalo hacia abajo hasta tenerme de rodillas frente a su erecto miembro. Jaló una vez de la cadena acercándome a él, sus intenciones eran claras y sin decir más empecé a sobarle y luego lo introduje en mi boca, lamiéndolo, jugando con su glande. Ahora si estaba probando su carne ya que en esta ocasión no tenia condón. Estuve trabajándole su palo por un buen rato, solo miraba la cara de satisfacción que ponía y los gemidos que hacía, hasta que hizo que me levantara.

Me jaló y me posé sobre él con mis piernas a sus costados. Con su palo entre mis piernas me tomo de las cadera y empezó a bajarme poco a poco, haciendo que desapareciera todo su tubo de carne dentro de mí. Lo hizo de una forma lenta para que fuera sintiendo cada cm que entraba, el último tramo lo hizo con fuerza haciendo que gritara un poco.

Empezó a moverme tomándome de la cintura, mientras se levantó un poco para seguir comiéndose mis pechos. No tarde en tener un orgasmo el cual me arrancó unos gritos, pero él seguía con sus embestidas, levantándome de las nalgas y dejándome caer sobre él. Movía mis caderas en círculos haciendo que entrara más, me levantó y se colocó detrás de mí y empezó a penetrarme mientras seguía en cuatro sobre la cama. Con su dedo índice que hizo que lo chupara para luego empezar a jugar con mi ano, acariciándolo levemente por afuera, tratando de penetrarlo en algunas ocasiones, cosa que consiguió casi al final de mi otro orgasmo. Parecía que no tenía fin y que era una maquina con la que estaba. Por fin empezó a acelerar el ritmo hasta que la saco repentinamente de mí, me volteó y empujo mi cara contra su miembro envuelto con mis jugos. Me la metió en la boca casi a la fuerza, después de que hiciera que se la chupara un par de veces empezó a eyacular en mi boca. Empecé a tragar como loca para evitar que me ahogara ya que para ser su segunda vez, era abundante.

-ah que rica panocha tienes…pero aun no acaba…-dijo mientras se levantaba

Me quedé ahí sobre la cama, recostada. Volteé a ver a donde iba. Pasó por la cortina de hilos por donde habíamos entrado y se escuchó que hablaba con alguien. Pensé que era con alguno de los tipos que estaban en la otra habitación. Luego algunas risas - una televisión se escuchaba en el fondo pues al parecer es lo que estaban haciendo los otros sujetos, viendo la televisión- . Luego solo se escuchó que destapaban una botella, y fue cuando lo vi asomarse entre los hilos.

Se aproximó hasta la orilla de la cama, me mostró la botella de cerveza invitándome a darle un trago. Me acomode y bebí un poco y le regresé la botella. La tomó y la dejo a un lado de la cama. Jaló la cadena y me coloco frente a él, pegando mi rostro con su pene, el cual pasó por toda mi cara. Disfrute de ello y termine metiéndolo en mi boca, chupándolo y haciendo que tomara forma nuevamente. Me tuvo así hasta que note que se había terminado de tomar la cerveza por el ruido que hizo la botella en la mesa de noche. En eso hizo que me colocara en medio de lo que era la cama y empezó a besar mi cuello, bajando por mi pecho y besándolos, hasta que llego a mi clítoris con el que jugó, deleitándome y haciéndome gritar y gemir, consiguiendo que tuviera dos orgasmos. Cuando abrí los ojos no éramos los únicos en el cuarto, el otro sujeto que había estado viendo la tele afuera ahora estaba en el marco de la entrada al cuarto, viendo como Luis estaba entre mis piernas, separándolas con una mano y con la otra junto con su lengua haciéndome gritar.

-Que buena perra traes ahora- dijo quien nos observaba

Después de tener mi segundo orgasmo, creí que me daría oportunidad de descansar y tomar aire, pero no fue así. El pequeño lapso que me dejo fue para acomodarse entre mis piernas y colocarlas en sus hombros, guiar bien su miembro y de una estocada introducirla de un solo golpe, cosa que hizo que gritara por un buen rato ya que las arremetidas eran considerables. Empezó de forma ruda y fuerte, no tuvo consideración, pero no me importó. Lo estaba disfrutando en gran manera. Llegué a tener otro orgasmo genial al tiempo que él empezó a disminuir la intensidad, empezando hacer las penetraciones lentas, mientras su sudor caía sobre el mío, su mirada era desafiante y fuerte.

-¿Te gusta...eh? ¿Te gusta así perra?- me decía mientras no dejaba de moverse

-Ah… si…me encanta-

Sus palabras, a pesar de que al inicio me llegaron a desconcertar, hicieron que mi excitación fuera mayor. En ese momento no me importara que me llegara a tratar como una prostituta o como una perra, lo único que deseaba es que siguiera penetrándome, que continuara llenándome por completo.

Se detuvo por un momento, haciendo que me diera vuelta para ponerme en cuatro, como si fuera una perrita. Entonces nuevamente puso su glande en la entrada de mi vagina y sin miramiento de un solo empujón arremetió contra mí haciendo que gimiera con fuerza. Me sostenía de mis caderas mientras se movía de manera frenética, mis senos se movían al compas de sus embestidas. En eso dio una última gimiendo fuerte casi gritando, en ese momento sentí como empezó a llenarme con su esperma, cosa que hizo que también llegara nuevamente a un orgasmo. Se dejo caer sobre mí quedando unidos, lamió mis hombros y cuello.

-Sabes delicioso- dijo mientras se levantaba de la cama.

No dije nada ya que quería recuperarme. Sentía que había pasado un camión sobre mí. El tipo aun seguía en la entrada a la habitación masturbándose por lo que había visto, empezaba a acelerar el ritmo y en eso Luis tomó un vaso.

-¿Por qué no vas a que te haga el favor…?- y me señaló.

El tipo se acerco y me tomo de la mano para ayudar me a sentarme y luego dejó mi mano sobre su miembro, el cual no era más grande que el de Luis. Lo empecé a sobar y a masturbar, trató de que se la mamara pero me negué rotundamente. Cuando empezó a eyacular lo hizo en mi pecho, los cuales acaricio y esparció su corrida sobre ellos a la vez que los masajeaba.

Acostada en la supuesta cama, el extraño aún me acariciaba y poco a poco empezó a bajar, sus caricias me habían puesto cachonda nuevamente. Sentí como empezó a olfatear mi pubis, cosa que me exaltó. Trate de retirarlo de ahí pero no pude. Entonces fue como sentí que tiraba de la cadena Luis y voltee a verle.

-deja que lo haga…mientras tu entretente con esto- y se coloco a un lado de mi rostro ofreciéndome su verga semierecta.

Sentí la lengua del extraño sobre mi clítoris, sentí como lo acaricio y me hizo estremecer. Luis lo noto y vi en su rostro una sonrisa. El extraño recorrió con su lengua mis labios, los separo con sus manos y nuevamente recorrió mis pliegues acabando con mi botoncito, haciendo que me arqueara, Luis me jaló de la cadena y sujetándome hizo que me pusiera en cuatro sobre la cama frente a él. Después de un rato ya tenía nuevamente erecto su verga, lista para actuar. Su amigo me había estado comiendo mi chochito y me tenía apunto. Luis lo alejo y le dijo que se fuera. Él sin protestar se retiró. Sin miramientos se colocó detrás de mí y de una me llenó nuevamente el chochito, que si ya estaba con ganas de que lo hiciera, no pude evitar gritar, cosa que a Luis le gustó, porque me empezó a dar de nalgadas de vez en cuando, dejándomelas rojas.

Estuvo así un buen rato hasta que se detuvo y me tomo de mis nalgas, las separo y se agachó a lamerme mi ano. Fue una sensación deliciosa que hizo que se me doblaran mis brazos y terminara mi rostro sobre el colchón. La sensación hizo que tuviera otro orgasmo muy intenso, pero me hizo reaccionar el sentir su glande tratando de entrar por mi ano. Me quedé quieta, pero no pude dejar de gritar, el dolor fue inmenso cuando entró. Traté de aferrarme al colchón pero solo logré arrugar las sabanas.

-Tranquila, respira hondo, que apenas entro una parte, trata de relajarte que lo vas a disfrutar más- me dijo mientras empezaba a empujar más.

Cuando sentí su piel llegar a mis nalgas y sus bolas sobre mis labios vaginales supe que la tenia totalmente dentro. No se movió y dejo que me acostumbrara. Yo respiraba hondo y trataba de acostumbrarme y en eso lo empezó a retirar y a meter nuevamente. Poco a poco tomó ritmo. El dolor fue desapareciendo hasta convertirse en placer y le tomé de alguna forma gusto. Llegó un momento en el que llegaba a sentir un vacio entre mis nalgas que era nuevamente llenado en cuestión de segundos. Todas las sensaciones que empezaba a sentir trataban de entrar en mi cerebro al mismo tiempo, y cuando lo hicieron tuve un orgasmo intenso, delicioso, distinto a los otros que me había hecho tener esa noche. Después de eso no tardo mucho en que sentí como depositaba toda su carca de semen, aunado a un fuerte gemido cuando empezó a soltar todo. Mis nalgas fueron el apoyo que tenía ya que las apretó mucho, nos quedamos recostados sobre el colchón.

Se levantó y cuando se separo de mi, sentí como un gran hueco me había quedado atrás, sentí su semen salir de mi culito manchándome la pierna. Me sentía rara, pero había sido delicioso. No vi a donde se dirigió, pero luego sentí como me embarraba mas semen, Cuando miré, había tomado el condón que había llenado en el carro y me lo embarro por todos lados. Vi la hora y me levante rápido.

-¿ Me puedes llevar por favor?- le dije mientras trataba de encontrar mi ropa

-ok...-

Salimos de ahí y me llevó al motel por mi ropa. Cuando traté de cambiarme y de darme un baño no me dejó. Me pidió que me fuera así sin bañarme, que me durmiera con su olor. Al principio lo dudé, pero sabía que mi pareja no iba a estar así que le obedecí. Me llevó a mi casa y traté de que no nos fueran a ver. Intercambiamos teléfonos y se fue.

Eran las 6 de la mañana. Cuando por fin iba a dormirme sonó el teléfono y era mi pareja, que no llegaría hasta el día siguiente, ya que se había retrasado el negocio que estaba por cerrar.

Cuando terminé de hablar con él, me quede dormida como una piedra, hasta que el sonar de mi móvil me despertó. Cuando vi la hora ya pasaba del medio día. Lo primero que sentí fue el olor a semen en mi cuerpo y todo lo sucedido la noche anterior me vino a la mente en eso vi mi móvil. Era él.

-Hola- conteste..

CONTINUARA