En la consulta del médico.

Empezó a oscultarme y...

Llevaba varios días follando con mi novio como una fiera, cuando me empezaron unos picores en la zona genital. Al principio no le hice mucho caso, porque sólo aparecían cuando mi vagina estaba rebosante de los líquidos que quedan después de un largo y placentero polvo. Pero empezó a preocuparme cuando me picaba a todas horas. Después de aguantar con ese puñetero picor durante muchos días, decidí ir a mi médico de cabecera.

Mi médico: un tío bajo, ojos azules, guapo, muy simpático... y con unas manos, uf! que manos. Me dieron cita para media mañana (yo estaba como un flan: le iba a enseñar mi coño al médico y si resulta que era una tontería sin importancia?).

Entré en la consulta y le conté lo que me pasaba; antes de que él pudiera hablar le comenté que en otra ocasión me habían recetado una pomada, para que me la diera y no me mirara; pero quería conocer la causa de los picores. Me dijo: "Túmbate en la camilla y desnúdate de cintura para abajo", y muy sigilosamente obedecí sus ordenes.

Se puso los guantes, me flexionó y separó las piernas, y se puso a hurgar en mi chochito. Estuvo un largo rato observándolo, con sus dedos tocaba mis labios menores y mayores; eso no me importaba, lo que me alucinaba es que me gustaba como lo hacia y mi coño lo daba a entender: se estaba humedeciendo (¡¡qué corte!!).

Seguía explorando y dijo que era irritación, pero seguía moviendo sus dedos acercándome al placer. Cuando se dio cuenta de que estaba mojada, se quitó los guantes y dijo: "esto hay que disfrutarlo", y me metió los dedos. En ese momento solté un leve y profundo gemido; él me miró con cara de deseo, metió la mano debajo de mí top y volví a gemir, pero ahora de placer. Le dije que siguiera, que no parara; ya que lo había empezado tenía que acabarlo: me miró y dijo que es lo que pensaba hacer. Nada más acabar de decir esto; me apoyé sobre mis codos, me incorporé un poco y buscando su boca, le besé con deseo y pasión. Mi mano se aproximo a su paquete "¡jo, que paquete!", pensé yo. Bajé la cremallera de su pantalón y me puse a cascársela mientras él seguía entretenido con mi coñito.

A continuación se quitó la bata, se tumbó encima de mí, y dijo: "voy a comprobar la gravedad de esta irritación", y acto seguido, metió su polla en mi chocho mojado. Entonces empezó a bombear ¡zas, zas, zas! Me preguntó que por donde me dolía mientras me follaba y yo le dije que lo que sentía no era dolor sino placer. Abrió su boca y mordió mis pezones por encima de la fina y provocadora tela de mi top. Yo seguía gimiendo y con mis piernas apretaba las suyas contra mi cuerpo para que no se alejara y todo quedara dentro de mi coño.

Nos corrimos varias veces y hubiéramos continuado de no ser por alguien que llamó a la puerta; rápidamente nos vestimos, nos peinamos, nos besamos, nos despedimos y antes de irme me dijo: "te espero la próxima vez" y guiñándome un ojo me despidió.

Espero que os haya gustado. Besos.