En la comunión de mi hija pequeña

Como serví de parapeto a mi mujer, su novio y mi primo para que me pusieran los cuernos mientras festejaba nuestra niña la primera comunión.

¿Cómo describir lo que sucedió?

Yo soy Ángel, 45 años y cornudo motu proprio y maricón por exigencia de mi mujer. Mi mujer está, como diríamos por aquí “Que te cagas”. Alta, morena pero teñida de pelirroja, le queda fantástico, por cierto. Cuerpo escultural, pecho 100, atractiva, sexi y muy zorra.

Antiguamente me ponía los cuernos de vez en cuando, siempre de mutuo acuerdo. Unas veces el corneador sabía que yo consentía y otras veces le hacíamos creer que no lo sabía, según el caso.

Hace ya dos años mi mujer tiene novio habitual y es muy celoso, por lo que le tiene que engañar y a escondidas me hace cornudo a mí y a su novio.

Tenemos dos hijas, Mónica que ya tiene 19 años  que es lesbiana por la gracia divina y la pequeña que no diré su nombre.

Por expreso deseo de mi mujer, contaré lo que sucedió el día de la comunión de la pequeña, que ya tiene 10 añitos.

Lo de la comunión fue un poquito fuerte.

Desde que mi mujer, Elisa, se echó novio formal se va a una ciudad cercana a donde nosotros vivimos, a unos 75 km. Se va todos los martes y jueves allí, pues es donde reside habitualmente su novio.

Para la familia me tuve que inventar que esos días tenía que trabajar allí en la otra clínica que tiene su empresa y entraba a trabajar muy temprano, por eso era mejor que durmiera allí. Habíamos alquilado un apartamento y eso nos salía más rentable que desplazarse desde nuestra ciudad.

Toda la familia se lo creyó, pero Mónica, mi hija mayor no. Ella ya sabe que soy un cornudo y al principio se enfadaba, hasta que se dio cuenta que me insultara y me humillara me gustaba. Le dejé claro cuál es nuestra forma de ver el sexo y me dejó por imposible. Más adelante lo entendió y actualmente ya está más integrada en nuestros juegos sexuales.

Con el paso del tiempo Félix se ha convertido en un amigo de mami y viene a casa muy a menudo. Ya es como de la familia. Ella dice que es un amigo del trabajo y que muchas veces tiene que trabajar juntos. Mentira y goda, pero es su tapadera ante nuestras familias y amigos.

Hace unos meses la pequeña celebraba su primera comunión e invitamos a familiares y amigos más allegados. Yo no quería que Eli invitara a Félix, pero cuanto más se lo decía más insistía ella que vendría.

En la ceremonia se sentó en las filas de atrás. Le vi llegar y me puse un poco nervioso. Tenía miedo que se delatara y que me dejara en ridículo delante de mis allegados. Se lo dije a mi mujer, ella sonrió y miró para atrás sonriendo y el respondió con otra sonrisa.

No te pongas así cariño, tranquilo que todo va a salir estupendamente, te lo garantizo. No tienes de qué preocuparte.

¿de verdad?, prométeme que no haréis nada sospechoso, por favor.

Jajaja , rió mi mujer.

Lo justo y necesario para que todos estemos contentos, salidillo.

Cuando acabó la ceremonia, todos fueron a felicitar a mi hija, incluido Félix. Se me revolvía el estómago cuando le vi con ella dándole dos besos y achuchándola como si de su propia hija se tratara.

De ahí nos fuimos la restaurante, cogimos los coches y mi mujer se vino conmigo y con mis dos hijas. Él se fue en su mercedes descapotable, que era la envidia de la comitiva.

Una vez en el restaurante coloqué a los invitados y Félix el coloqué con mis primos, cosa que nunca tuve que haber hecho, pero surgió así la cosa.

A mitad de la comida mi mujer ya empezó a calentarse, notaba como se miraban, como movía las piernas nerviosa, como tenía ganas de acercarse a su novio que lo tenía abandonado.

Se empezó a levantar disimulando, preguntando a los invitados a ver qué tal estaba la comida si estaba todo su gusto, cuando acabó se fue a la mesa de mis primos, donde estaba Félix, sentándose allí con ellos riendo y pasándoselo genial.

Mis primos no le conocían y estuvieron charlando mucho rato. Al cabo de una hora ya era como de la familia. Lo cierto es que Félix tiene don de gentes y es un embaucador. Toda la gente le adora.

Él fue prudente, hasta que se levanto la veda cuando mi mujer empezó a ponerle caliente con las miradas, insinuaciones, tocamientos leves, acercamientos…

Hizo buenas migas con mi primo Manuel y se tomaron varias cervezas juntos. He de decir que mi primo Manuel fue la primera persona con la que hicimos un trío, abriéndonos la puerta a otro tipo de sexo, de sensaciones que jamás habíamos vivido. Por eso me daba miedo que hablaran mucho y contaran cosas nuestras, que con unas copas, se les va la lengua y como se enteren que ambos hemos follado juntos y ambos se han beneficiado a mi mujer, no quiero ni pensar lo que puede suceder.

Yo, mientras, me encargaba de todo y Elisa yendo cada dos por tres a donde estaban ellos dos.

En una ocasión vi como se reían los tres y me miraban. Mi miedo era patente, supuse que mi mujer sería el detonante de aquella risa.

Así que me acerque al fondo de la barra, donde estaban los tres solos y Manuel, en ese preciso momento le agarro del culo a mi esposa sabiendo que solo lo veía yo. El corazón me dio un vuelco cuando después del agarrón le pasaba el dedo anular por la rajita del culo, por encima del vestido. Me puso a 100 esa escena.

Cuando me acerqué, me puse enfrente de ellos para que nadie más pudiera ver como mi primo le metía mano a mi esposa allí mismo en la barra del bar.

Manuel, joder, céntrate, no ves que hay mucha gente aquí?

Mientras decía eso, le tocaba el culo con una mano y le pasaba la palma de la otra mano por el coño, levantándole disimuladamente el mini vestido que llevaba....

Pero, mira como disfruta esta putita, querido primo.

Félix me miraba fon cara de superioridad y ella se dejaba hacer y ponía cara lasciva y de puta sexi.

Volví a recriminarle pero…

Saltó Félix diciendo...

¡¡Estúpido!!,  le he dicho yo que lo haga, así que ¡¡cállate imbécil!!

Por Dios, que aquí es muy cantoso lo que estáis haciendo.

Tú quédate ahí para que nadie sospeche y parezca que estamos hablando. Si te quitas todo el mundo verá como tu primito le está metiendo la mano en el coño a tu querida mujercita en tus narices, ¡cornudo!

… Y eso hice. Mi primo flipaba. Ya sabía que éramos unos golfos en lo que al sexo se refiere, pero desde que él nos enseñó, hemos aprendido muchas cosas.

Luego se incorporó Félix al toqueteo. Los dos estuvieron magreando a mi señora un buen rato. Yo, mientras, hablando y gesticulando para que no se notara que estaban metiéndole la mano en el coño, culo y tetas a mi esposa, todo el rato.

Después de un buen rato de magreo, dije que tenía que irme, que debía seguir organizando la fiesta, que por favor se comportaran un poco en mi ausencia. Lo cierto es que lo hicieron relativamente. El juego anterior simplemente era para verme ruborizado y comprobar que mi polla reaccionaba ante dicha situación. Así fue, cuando me di la vuelta, tenía la polla como una tienda de campaña que no podía disimular más que colocándome las manos delante.

De vez en cuando miraba donde estaban ellos y una vez estaba mi primo solo. Me acerqué y le pregunté donde estaban.

Pues Eli tenía que ir al servicio y Félix muy amable le ha acompañado, pero no te preocupes, que cuando él venga voy a ir yo... por si se siente mal, aliviarla. Jajaja.

No te molesta, ¿verdad?

Claro que no, pero tened cuidado de que no se entere nadie, por favor.

No te preocupes que ya me encargue yo de eso. Dijo mi primo.

El morbo no me dejaba pensar con claridad y en un descuido fui al baño a ver que pasaba.

Entré en el de chicos y allí no había nadie. Ufff, creo que deben estar en el de chicas, y eso que les dije que no fueran cantosos.

Me acerqué al de chicas y cuando comprobé que no había nadie, entré.

No oía nada, pero había una puerta cerrada y pensé que estarían allí. Me metí en la cabina que estaba al lado y me puse a escuchar y se oía un ligero ruidito que no identificaba. Me subí a la taza del inodoro y por encima de la pared miré a ver si estaban ellos allí dentro.

Efectivamente, allí estaba Félix de pie, con los pantalones en los tobillos y mi mujer sentara en el inodoro, con las piernas abiertas y tocándose el coño, mientras le hacía una mamada de escándalo a su novio.

Seguí mirando sin casi respirar para que no me oyeran. Al cabo de un ratito Félix empezó a dar convulsiones, se estaba corriendo y en ese momento apretó su polla contra la garganta de mi mujer y miró para arriba. Allí me vio de pie, tocándome la polla y con ojos como platos, viendo esa escena tan erótica.

Él en vez de cortarse, me sonrió y seguía corriéndose.

En bajito, pero lo suficientemente alto para que yo me enterara, le dijo a mi mujer una vez que terminó de correrse:

Ahora voy a llamar a Manuel para que venga y cuando termines con él quiero que vayas a darle un beso en los morros a tu marido de mi parte.

Ella seguí limpiándole la polla y tocándose el coño como una posesa. Afirmó con la cabeza, pues no podía decir nada con ese pollón dentro de la boca.

Me bajé de allí y salí despacio para que no me oyera nadie, con la polla muy dura y un calentón de puta madre.

Cuando salí, me fui donde estaba Manuel esperando y le dije:

Menuda puta, joder. Félix acaba de correrse en su boca y ha dicho que te llamará para que vayas tú.

Pues no espero más, voy ahora mismo. En el de señoras, no?

Eso es. En la segunda cabina.

Manuel se fue para allá y se cruzó con Félix en el pasillo, charlaron un segundo y cada uno a su tarea.

La gente me preguntaba por mi mujer y les dije que estaba por allí, que creo que en el coche o hablando con el dueño... yo que sé cada vez me inventaba algo, pero el caso es que no fue mucho tiempo y por eso no llamó excesivamente la atención su falta.

Yo me fui a seguir organizando las cosas, pero al cabo de un rato mi mujer me buscaba y cuando me vio, se acercó a mí y sin media palabra me dio un beso en la boca y cual fue mi sorpresa que con su lengua me introdujo parte de la corrida que acaba de hacer. Menuda guarra.

Me ha dicho mi novio que supieras lo que acabo de hacer, pero esto no es de él es de Manuel, que lo sepas.

Ya lo sé cariño, te he visto cuando estabas con tu novio. ¿Tú te has corrido?

No, yo no, pero lo haré pronto. He pensado en llevarme a los dos a casa mientras que la gente se va. Ya me inventaré algo para no llamar la atención.

Y me dio otro beso en los morros.

Después de un buen rato, en el que mi mujer empezó a hablar con todo el mundo, haciendo de anfitriona y decidí que nos fuéramos de allí a tomar unas copas al barrio.

Empecé a decirles a todos donde quedaríamos y los más mayores se fueron para sus casas respectivas, agradeciéndonos la invitación. Nos quedamos los jóvenes, mi madre y mi suegra.

Elisa dijo que tenía que ir a casa a cambiarse de zapatos, que la estaban destrozando los pies.

Elisa, si quieres te llevo yo, que no me importa. Dijo Félix.

¿Podéis llevarme a mí también, que tengo que ir al cajero para sacar dinero? , les pregunto mi primo Manuel.

Nos hay problema, lo malo que irás un poco incómodo en el asiento trasero.

No pasa nada, tampoco hay tanto trayecto, ¿no?

Ok, pues tú encárgate de llevarte a las niñas a mi madre y la tuya, que yo me voy ya, no aguanto más.

Mónica se mosqueó un poco bastante cuando vio que se iban juntitos los tres y me lo hizo saber.

Les vi marchar e hice lo imposible para retrasar la salida de los demás, pues me imaginaba que no iban a cambiarse de zapatos, obviamente, sino a desfogarse del calentón que tenían los tres mientras el baile de después de la comida.

Al cabo de un rato llegamos al barrio todos y por supuesto… ellos no habían bajado aún.

Pedí una ronda para todos los que estábamos allí,  la pague, nos la tomamos y no aún no daban señales de vida.

Mi madre, ya un poco nerviosa, me dijo que llamara para ver si había pasado algo, que tardaban mucho y no era normal.

¿Qué no era normal?, pobrecita mía si ella supiera…

Con las mismas la llamé y.... la muy puta coge el teléfono jadeando. La situación fue súper violenta pues mi madre estaba a mi lado y podía oír el teléfono, así que lo bajé lo que pude para que ella no se enterara lo que me decía.

Yo, nerviosito, disimulaba hablando de que se bajara ya, que si le había pasado algo. No paraba de hablar para que no oyeran los jadeos de mi esposa al otro lado de la línea.

Al rato se calla y me dice.

¡¡¡Maricón!!!.  ¿Dónde has puesto el lubricante, que no lo encontramos?

Mi madre a 15 cm de mí.

Manuel me está partiendo con ese pollón que tiene.

Te necesitaría aquí para que me comas el coño mientras me folla, ¡perrito chupador!

Ahora te paso a mi hombre y le dices donde tienes el lubricante que yo tengo otra cosas más importantes que estar hablando contigo.

Mi corazón latía a 200 pulsaciones por minuto, mi polla reventaba mis pantalones.

Hablé con él y le dije donde estaba el lubricante. Eso significaba que se la iban a follar por culo y por el coño....

Al menos tardaremos unos 20 min más, así que invéntate algo convincente, me mandas un sms diciéndome que trola les has contado ok?

No te preocupes, creo que María, la madre de Clara, tiene que tener en su casa, llámala y pregúntaselo.

Y colgué.

¿Qué ha pasado? Preguntó mi madre.

Nada, que le ha salido una ampolla en el pie y no encuentran unos  apósitos especiales que tenemos y le he dicho que una amiga suya seguro que tiene y que se los pida. Que en un ratito viene.

Eso me salvo un poco pero mi madre estaba muy mosqueada.

Después de un buen rato bajaron muy sonrientes, los muy cerdos.

Ya todos allí, se comportaron estupendamente, como si no hubiese pasado nada. Nos tomamos algo más y mis hermanos se empezaron a ir. Luego todos los demás menos Félix mi hermano mayor, Manuel y un amigo vecino.

Ya solos, les invite a subir a casa y picábamos algo para cenar, a lo que aceptaron gustosamente.

Todo iba normal, la peque reventada de todo el día, pero aguantó allí como una campeona.

Mónica llamó diciendo que iría a dormir que se quedaba en casa de Susana.

Luego después de un ratito la pequeña se moría de sueño y su madre decidió llevarla a acostar y nuestro vecino, en ese momento, también decidió irse a su casa.

Así que viendo quien se quedaba en casa me empecé a acojonar.

Después de otra copa más y unas risas, mi hermano y cuñada le dijeron a Félix que era tarde y que si quería podría dormir en su casa.

Este Félix, cae muy bien cuando le conoces y te embauca el muy carbón,

Elisa dijo:

No hace falta, puede quedarse en la habitación de Mónica que no vendrá a dormir, ha llamado diciendo que se queda en casa de Susana.

Entonces, todo se quedo así.

Se fue mi hermano y cuando se cerró la puerta quedábamos Elisa, Manuel, Félix, yo y la peque en la cama.

Les puse unas copas y empezó Manuel a contar que yo le comía la polla mejor que Elisa. y que era muy maricón y cosas similares.

Yo me quedé de piedra, no me esperaba que la primera frase que dijera fuera esa.

Lo único que dijo mi mujer fue:

No habléis muy alto para no despertar a la niña.

Las conversaciones que empezamos a tener se basaban todas en las historias sexuales que nos habían pasado a cada uno. La verdad que fue un rato divertido y agradble, con risas, picardía y morbo a raudales.

Volviendo a lo de antes, Félix increpó a Manuel diciéndole:

Elisa come mejor la polla que tu primo. Me juego lo que quieras a que tengo razón.

Ni de coña, él la come mucho mejor, seguro que me hacer correrme antes que ella.

Empezamos a bromear de con las chupadas, que si mejor Elisa o yo.

Entonces pasó algo que me humillo bastante y empecé a preocuparme…

Félix dijo:

Cariño vete a la habitación de la niña a ver si está dormida.

Joderrrrr, disponiendo de mi casa de mi mujer de todo como si él fuera el señor de la casa. Era yo el dueño de la casa, el padre de la criatura y era yo quien tenía que haber dicho esas palabras y no él. Juro que eso me descuadró mucho y me humilló aún más.

Ella se fue sin rechistar a lo que le había ordenado su novio, que estaba sentado en el sillón grande con cara lasciva y sonrisa incipiente en la cara. yo me quede sin saber reaccionar.

Cuando volvió mi mujer se acerco a Félix y le dijo:

No te preocupes cariño la peque está muy dormida

Joderrrrrr eso me lo tenía q haber dicho a mí y no a él, mierda. Me sentí como que en mi propia casa ya era un intruso.

Al rato, pregunta:

¿Canalla, que se te ha ocurrido ahora?

Nada, solo que vamos a hacer un concurso a ver quién de los dos le come la polla mejor a Manuel.

Jaja , se rieron los tres. Yo me quedé mudo y con la polla super dura y además tenía una mala leche encima indescriptible.

Félix mando a mi primo sentarse en el sofá y a mi mujer y a mí a arrodillarnos delante de él. Accedimos.

Manuel empezó a quitarse el pantalón delante de nosotros dos y mientras se lo quitaba, Félix, comenzó a relatar la follada que habían tenido hacía un rato allí mismo.

Me miro y vio mi polla empalmada.

Se descojono insultándome y diciendo lo cornudo y maricón que era.

Empieza chupar, puto mariconazo, que te mueres por comerte el rabo de tu primo recién salido el coño de tu mujer, ¡Vamos cerdo! Y límpiale bien los restos de semen.

Agaché tímidamente la cabeza y agarré la polla de mi primo con la mano derecha y me la acerqué a la boca.

Manuel tenía aun la polla floja pero cuando empezó a contar q había hecho una doble penetración a mi mujer en el mismo sitio q estaba yo... se le puso como un mástil.

Manuel con la polla muy dura y yo de rodilla chupando y chupando como si se fuera a cavar. Me estaba martirizando pero estaba gozando de rodillas ante él.

Félix empezó a contarme. Me hablaba a mi solamente y decía algo así...

Esta tarde, has hecho bien en ponerme cerca de tu primo, así nos hemos conocido y hemos hablado de nuestra relación, de lo puta que es mi chica y de o maricón que eres tú. ¿Y sabes?, tu primo me lo ha confirmado.

Mientras, Elisa le sobaba la polla a su novio por encima del pantalón, esperando su turno para comerle la polla a mi primo.

Así que ya se le habías comido la polla a él antes que a mí. ¿verdad gilipollas?

Mi primo dijo:

Tío no te pases, que esto es ya un poco fuerte.

Pero al carbón se le ponía más dura dentro de mi boca cuando escuchaba como me hablaba mi corneador.

Félix dijo:

¡Levántate, perro chupapollas!, y de muestra a tu primo que estas empalmado ahora mismo y dile que te gusta que te trate así.

Hice lo que me ordenó y...

Sí, primo me encanta sentir esto, es la forma de que se me ponga dura todo el rato y a Eli le encanta esta situación y si ella es feliz, yo también.

Elisa me bajo los pantalones hasta los tobillos y mi polla salto como un resorte.

Se empezaron a descojonar en alto y les dije que se controlaran que La pequeña estaba acostada.

El hijo puta de Félix dijo:

Voy a ver a la niña a ver si se ha despertado y a darle un beso de buenas noches.

Cabrón, pensé, pero me callé. Ya era su territorio, su casa, su familia… más humillaciones no sé si podré resistirlas.

Me volví a arrodillar pero en esta ocasión era mi mujer la que le comía la polla a Manuel.

Cuando volvió Félix dijo:

Cariño. No te preocupes la peque está grogi, tu sigue lo que estás haciendo.

Luego le preguntó a mi primo:

¿Quién la come mejor?

Mientras y o no paraba de mirar como mi esposa se engullía hasta dentro el pollón e mi primo.

No sabría decirte necesito más tiempo. Jajaja.

Elisa... deja de chupar y tráete el arnés negro.

Chupa tú, maricón de mierda, no querrás que a tu primito se le baje la polla ¿no?

Me agaché y me trague su polla casi entera. Tal y como me ha enseñado mi mujer a hacerlo.

Mientras me decía al oído...

La he desnudado yo, delante de tu primo. La he besado en los morros y la he puesto muy caliente. Ella ha gozado como una perra en celo, solo quería polla y polla.

He ido despacito para que se excitara como sólo yo se hacerlo, esperando a que me pidiera polla con su boquita.

Y no tardó en pedirme que la follara, pero no lo hice.

Como buen anfitrión se la dejé a tu primo que la gozara ella. La muy puta, ya desnuda, se apresuró a desnudar a tu primo y le besaba mientras me agarraba la polla y me pajeaba

Tu primito estaba a tope, se sentó en el sofá y ella encima de él y han empezado a follar como locos.

Yo me he puesto a buscar el gel lubricante para metérsela por el culo a la vez... lo estaba pidiendo a gritos y en ese momento llamaste tu.

Le di el teléfono y te contesto.

Fui por el gel y ....

¿Sabes como tenia la polla en ese momento? uffff

Se la metí de un golpe y caso llora de placer... ¿verdad cariñito?

Sí mi amor, es la doble penetración más acojonante que jamás he tenido.

Qué dos pedazos de pollas, diosssss.

Yo seguía engullendo la polla de Manuel y cada vez tenía el miembro más y más duro, tanto él como yo. Creo que lubriqué un poco, como empezándome a correr sin tocarme.

Miré de reojo para atrás y vi mi mujer estaba con el arnés puesto y lubricándolo mientras Félix se puso cerca del pasillo por si se despertaba La pequeña.

Vamos cielo, folla el culo a ese marica de playa mientras su primito le llena la boca de semen. ¿ves lo empalmado que está?

Se rieron ellos menos mi primo que estaba concentrado en correrse en mi boca, tal y como le había dicho Félix.

Elisa arrimo su polla negra a mi agujero y cuando saque la boca de la polla de mi primo para suspirar... empezó a chorrear semen por mi cara, mi boca, mi barbilla.

En ese momento me apretó bien y me la metió a lo bestia. Me dolió.

Ayyyy, más despacio por favor , dije yo con la cara llena de la corrida de Manuel.

No te quejes, que sabemos que te gusta . Me recriminó Félix

Mi cara llena de semen, mi culo ardiendo y mi mujer no dejaba de empujar y empujar cada vez más dentro.

Yo quise zafarme de la polla de goma de mi culo pero ella me agarró de la cintura y no me dejaba escapar.

Dónde vas perrito, si acabo de empezar. Ya sé que quieres una polla de verdad, pero hoy no será ese día, hoy te tendrás que aguantar con esta.

Ella seguía dándome empujones.

¿Follo bien, mi amor?

muy bien cariño... dije yo con la voz entre cortada, terminando de limpiar la polla de mi primo que ya se estaba quedando flácida.

A ti no te lo he preguntado, imbécil, se lo he preguntado a mi hombre, jajaja.

Perfecto mi cielo, pero falta algo en esta escena .

Se bajo los pantalones y sin poder limpiarme de la corrida de Manuel... me metió su polla en la boca tocándosela... como haciéndose una paja con mi boca.

Mayor humillación no he sentido en mi puta vida.

Estuvieron los dos empujando hasta que se corrió. Sacó la polla de boca y se corrió en mi cara.

¡Qué imagen tan preciosa!, dijo mi primo. Cogió el móvil y me hizo una foto que se quedó de recuerdo.

después de eso mi esposa sacó la polla de mi culo y me hizo que se la limpiara con la boca como si le hiciera una mamada a ella también.

Al ratito dejamos el juego y nos vestimos por si se levantaba la peque no nos viera desnudos a todos allí.

¿Os pongo otra copa?, pregunté yo, muy servicial.

Mientras les servía la copa, mi mujer dijo:

No puedo quedarme así, me habéis puesto muy excitada y estoy empadísma. Esto hay que solucionarlo ¡¡ya!!

Lo siento yo me tengo que ir, ya no puedo más tengo la polla que hasta me duele de todo el día, si queréis vosotros seguid, yo me retiro.

Más tarde, aguanta un ratito que nos tomemos esto, que Manuel tiene que irse y cuando nos quedemos solos seguimos. Dijo Félix.

Al acabarnos la copa, después de charla un ratito y descansar, mi primo empezó a despedirse con un morreo en la puerta de casa con la puerta abierta... y tacándole el coño con una mano a mi mujer.

Ya estábamos los tres solos.

Yo estaba muy nervioso y acojonado por lo q pudiera pasar.

Bueno amigo ¿ya te imaginas, no?

Y mientras lo decía me agarró de la cabeza e hizo q me arrodillara ante ellos. Levantó la falda a mi mujer y yo instintivamente empecé a comerle el coño, como jamás se lo había comido. Parecía un perrito lamiendo su chochito rico.

Mientras le lamía el coño Félix me hablaba:

Te decía, maricón que mi Elisa y yo nos vamos a tu cama y tu a la de Mónica. Lo has entendido?

Si es q sí, mueve la cabeza.

Yo afirmé con la cabeza mientras mi lengua seguía jugando con el clítoris hinchado de mi esposa.

Bien cornudo, bien. Ahora termina de comerle el coño y no pares hasta que no se corra, que para esto es para lo único que vales.

Nos colocamos en mojor posición. Ella con las piernas abiertas en el sofá y yo de rodillas comiéndole todo, coño y culo, sobñándole las tetas y pellizcándole los pezones, como sé que le gusta que se lo haga.

Ahhhhhhhhh, dijo ella apretando sus piernas contra mi cabeza y dando las convulsiones típicas de cuando se corre. Seguí comiendo para que le fuera totalmente placentero hasta que me ordenó que me parara.

Cayó desvanecida, agotada, no creoque tuviera más ganas de follar esa noche, pero… me equivoqué.

Bien, te has portado muy bien perrito.

Ahora, ponte el despertador a la 7 de la mañana para despertarte antes que La pequeña, vienes a la habitación de matrimonio y me despiertas con una mamada. Luego a Elisa y nos dejas calentitos para echar un polvo mañanero, y asegúrate que la niña no nos moleste ok?. Yo a las 8:30 tengo que irme y te dejaré todo bien sobadito para ti, maricon de mierda. Dijo él.

Así que me fui a la habitación de mi hija mayor que es pared con pared con la de matrimonio mientras ellos se quedaron un ratito más en el salón.

Puse el despertador e hice lo que me pidió. Pero antes eché un vistazo a mi pequeñita de comunión y dormía como una santa sin enterarse de nada de lo que había pasado.

Yo estaba agotado de tanto día y caí rendido, creo que me dormí al segundo de caer en la cama, pero… algo me despertó. ¿Qué iba a ser?, los cabrones de los amantes, follando en mi cama, se oían los jadeos bajitos, el movimiento de la cama y los suspiros de él.

Me empecé a poner mi cachondo.

Me levanté sin hacer ruido, fui a ver a la peque lo primero, estaba desarropada, la arropé y me dispuse a ir a mi habitación, esa noche ocupada por otro que no era yo.

Abrí ligeramente la puerta y vi una imagen que no se me olvidará en la vida.

Tenían la luz de la mesilla encendida, como si quisieran que yo les mirara desde la distancia sin molestar. Él tumbado boca abajo mi mujer encima de él, con su pollón escondido dentro de su culo y mi mujer metiéndose un calabacín por el coño. Me quise morir al ver lo que vi. Además estaban frente a la puerta y podía verlo todo perfectamente.

La polla resurgió y se me puso dura. Empecé a pajearme, no sabía si entrar y quitarle el calabacín y cambiarlo por mi polla y darle una buena doble penetración o esperarme allí mirando como se lo pasaban en grande.

Decidí hacer lo segundo. Me pajee y me corrí como un crio. Me fui al baño a limpiarme y volvía la cama. Ya no podía pegar ojo, ellos seguía y seguían y seguían. ¿es que estos dos no se cansan nunca?

Por fin me derrotó el sueño y al rato… sonó el despertador.

Me fui a la habitación de matrimonio y realicé lo que me pidió la noche anterior.

Empecé a tragarme la polla de Félix. Tenía un sabor a semen seco, pegajoso pero me repuse y se la puse dura al instante. Se despertó y me giró la cabeza para que despertara a mi mujer de igual manera.

En el coño de mi mujer aún había restos de semen de su macho, eso significa que habían terminado de follar hacía muy poco. También se despertó y ella me subió y me dio un beso de buenos días.

Yo me fui a preparar el desayuno de Félix y cuando volví a la habitación con el café con leche y unas pastas…

Mi mujer estaba a cuatro patas recibiendo la follada de Felix por el coño.

Me esperé con la bandeja en la mano y la polla tiesa hasta que terminó.

Oye, amigo, esto que hemos hecho ha sido lo más excitante, morboso y bestial que hemos hecho nunca, así que... tendremos que repetirlo más a menudo, ¿verdad mi amorcito?, dijo girándose mirando a mi mujer.

Claro cariño, cuando tú quieras, pero mejor que no está la niña, que no he terminado de concentrarme del todo sabiendo que podría levantarse en cualquier momento.

Jajaja, pero si lo divertido ha sido ver como tu marido se preocupaba de que no se despertara. Me hubiese muerto de la risa si se despierta y haber que hubiese hecho el maricón cornudo de tu marido .

No seas malo, anda y venga. Vístete que vas a llegar tarde al trabajo.

Pero si hoy es domingo, no tengo que trabajar.

Es broma que nooo, que me voy ya no quiero que la niña me vea,

Se desayunó, se vistió, se dierno un beso de buenos días y le acompañé a la puerta para cerrar la puerta sin que hiciese ruido.

Me dio un apretón de manos y me dijo.

Esto no lo olvidaré nunca, te has portado como un campeón.

Y también, nunca había visto a nadie follar tanto como a ti, se ve que os compaginais a la perfección. Y se fue.

Cuando volví a la cama me metí con mi mujer que tenía las sábanas como si hubiese pasado por allí la marabunta. Me arrimé a ella, la abracé por la espalada, la olí, la besé y quise follar… pero ella reusó. Estaba agotada y lo entiendo. Me besó y se giró para descansar un rato y yo abrazado a ella, recordando paso a paso todo lo que había pasado.