En la ciudad: 2º Vanesa la amiga de Mariela

2º parte de la hitoria de Mariela y Fernando, esta vez que sorpresa.

Hola a todos, agradezco las críticas recibidas por el relato anterior y espero ir mejorando para llevarlos al mundo pornográfico que tengo en mi mente.

Bueno sin ánimos de prolongar más, vamos a la 2º parte... relájense y déjense llevar

Nota: Para aquellos que no leyeron la 1º parte, les aconsejo leerla antes para estar más al tanto y entender bien esta. La pueden encontrar en categoría: Hetero (infidelidad): "En la ciudad 1º parte: Mariela, la novia de mi amigo"

EN LA CIUDAD:

2º PARTE: Vanesa, la amiga de Mariela

Después del episodio con Mariela, la novia de Jorge, decidí que por el bien de mi amistad con ellos lo mejor era acelerar el trámite de conseguir mi nuevo lugar, Mariela estuvo totalmente de acuerdo de que cuanto antes me fuera sería mejor, todo para no caer de nuevo en la tentación. Vale decir, que si bien tardé un poco más de una semana en conseguir mi lugar, la tentación nos llamó varias veces a Mariela y a mí y ambos respondimos al llamado gustosamente, pero por ahora no voy a abundar en detalles al respecto. La cuestión es que no le dimos ni bola a la promesa de no volver a hacerlo, más aún con las lastimosas actuaciones sexuales de Jorge de todas las noches, que yo escuchaba y al otro día remediaba dándole a Mariela el placer que él no sabía darle. De todos modos era prudente irme antes de que Jorge se enterara o levante sospechas.

Mariela me dijo que tenía una amiga que administraba un edificio, que ya le había hablado de mí, que quería conocerme y que podría conseguirme un lugar fácilmente. Fuimos a verla a su lugar de trabajo, era una chica joven de unos 28 años sumamente elegante, vestía un trajecito azul oscuro con el pantalón ajustado en las caderas y suelto en las piernas, acompañado de un blazer desabrochado que hacía juego y una camisa impecablemente blanca que tenía tirantes los botones producto de la presión que ejercían su enormes pechos, anteojos discretos, pelo muy rubio, lasio y largo, atado con una cola de caballo, cutis perfecto, ojos verdes, nariz pequeña y labios carnosos. Realmente una mina muy llamativa, atractiva y de la mejor categoría. Mariela nos presentó, se llamaba Vanesa. Conversamos de todo entre los tres mediando los datos personales que Vanesa me solicitaba para llenar sus registros. Sus gestos y forma de hablarse me dejó en claro que había una gran amistad entre Mariela y Vanesa.

Noté que Vanesa me miraba como examinándome con picardía, se miraban con Mariela y se sonreían cómplices, en ese momento tuve la certeza que Mariela le había contado lo que pasó entre nosotros. Eso fue suficiente para que me haga los ratones pensando en ella y nuevamente me perdí en mi mente sexópata. Me fui excitando muy rápido, sentí nacer una erección poderosa en mis pantalones, quería abalanzarme sobre Vanesa y tirarla en el escritorio, hacerle de todo, arrancarle la camisa y ahogarme en sus enormes pechos, morder sus pezones, penetrarla profundamente y que me pidiera más y más, hacerla gritar de placer, y a modo de broche de oro: integrar a Mariela para un poco de acción lesbiana.

Gracias a que no había mucha gente, pudimos darnos el lujo de tomarnos todo el tiempo que quisimos. Terminamos tarde, cerca del mediodía. Vanesa me dijo que tenía un departamento a punto de desocuparse, y que apenas lo liberaran me avisaba. Nos levantamos para saludar a Vanesa antes de irnos y ni siquiera hice el intento de disimular la erección que sobresalía del pantalón, de todos modos no hubiera podido, seguía muy excitado y me costaba dejar de pensar en las cosas que quería hacerles a las dos. Los ojos de Vanesa no pudieron evitar dar una relojeada al bulto, disimuló con gran categoría e hizo como que no había visto nada. Mariela también se dio cuenta de que yo estaba totalmente al palo y también se hizo la que no se dio cuenta, pero los tres sabíamos que yo estaba al palo y que la razón eran ellas dos.

Caminamos sólo unos pasos sin decir nada, de repente Vanesa llama a Mariela desde la puerta de su oficina, yo me quedé donde estaba. Desde mi lugar no pude escuchar la conversación, Vanesa le hablaba y la miraba con cara de petición, algo le estaba pidiendo e intentaba convencerla, sonreía y la miraba fijo desviando a veces la vista hacia donde yo estaba. Y otra vez: no podía tranquilizarme de la calentura adentro del despacho de Vanesa y ahora en mi mente las estaba viendo a las dos paradas en la puerta desnudándose y besándose sedientas de placer, me quedé embobado sumido en mi fantasía.

Terminaron de hablar y volvieron a despedirse con un beso en la mejilla. Mientras Mariela se dirigía nuevamente hacia donde yo estaba, escucho que Vanesa le dice "pensalo" a lo que Mariela respondió "después vemos". Retomamos camino con Mariela, yo no le sacaba la vista de encima, quería que me cuente, quería saber qué habían conversado, y más aún estaba seguro de que me habían incluido.

¿qué hablaron? - Le pregunté

Hay nada!!! No seas metido. – Me dijo, pero al mismo tiempo noté que quería que le siga preguntando

Dale decime. Qué hablaron? Van a tener sexo Uds. dos? – le dije mientras me reía. Ella también rió.

No pensas en otra cosas vos eh!

No. Que hablaron? Contame...

Bueno, te cuento. Pero ni una palabra a Jorge.

Soy una tumba...

Bueno... – prosiguió – Resulta que Vanesa es bisexual y está casada. Y ya hace un tiempo que me propone una relación de tres entre nosotras dos y su marido.

Aha... – dije yo mientras sentía que la erección en mi pantalón se fortalecía . – y vos no querés?

Noooo! Ni loca, el marido de esta es un asco!!! Y aparte es un vejo verde que no se le para sin viagra. Y anda con esos aires de que se quiere tirar dos minas. – me reí a carcajadas pero tenía la cabeza funcionando a mil, la sola imagen de Mariela y Vanesa juntas me transtornaba.

Y con ella que onda? estarías con una mujer? – pregunté casi agitado y todavía riendo

No sé – dijo en tono pícaro – habría que probar.

Eso me terminó de sacar de mi juicio y se me borró la sonrisa que me quedaba. La confesión de Mariela sobre probar estar con otra mujer aumentó más la calentura que ya traía, y la idea que traía del despacho de Vanesa de estar los tres juntos podía darse si sabía manejarlo, tenía que hacerlo bien. Pero de todos modos en ese momento ya estaba súper excitado, la pija me estaba doliendo y sentía que iba a romper el pantalón para salir.

Vamos al depa? – le dije a Mariela

Tan pronto, demos unas vueltas. Para qué querés ir? – me preguntó como si no supiera.

No sé – le dije haciéndome el estúpido – Vamos y vemos que sale

Ay, no sé! – dijo sarcásticamente

Dale vamos – insistí mientras la agarraba de la cintura y la traía violentamente hacia mí.

Bueno vamos – dijo pasando una mano por detrás de mi cuello y dándome un besito simple - Calentón!

Agarramos un taxi que justo pasaba por ahí. Subimos y nos sentamos muy juntos. La abracé, empecé a oler su pelo y su cuello, acaricié su piel con mi nariz y mis labios, mordí suavemente sus orejas, saboreé el perfume de su cuello. Agarré una de sus piernas por la parte interna sin llegar a tocarle la entrepierna, pero acercando mi mano peligrosamente a la zona y retirándola. Mariela se prestó de lleno a mis caricias y besos –al menos eso creí-, cerró los ojos y se dejó llevar, respiraba con la boca abierta y dejaba escapar pequeños gemidos. De repente siento un sonidito de su celular que me hizo abandonar la tarea. Levanté la vista y por el retrovisor me encontré con los ojos del taxista que me miraba fijo, hizo un gesto de aprobación, se sonrió y siguió manejando. Le pregunté a Mariela de que era el ruido de su cel. Me dijo que le había mandado un mensaje a Jorge para saber a qué hora volvía. A los pocos instantes vuelve a sonar el celular. Alcancé a leer la respuesta "ya salgo para allá" decía. Sentí que reventaba del odio "este infeliz me cagó la joda con su novia" pensé. Rápidamente disminuyó la erección, y mi cara se transformaba de rabia, me consolé que al menos me dejaba de doler la erección.

Llegamos al depa y entramos, me puse a preparar mate intentado lo menos posible cruzar la mirada de Mariela, ella me miraba y se sonreía dulce, comprensiva yo miré hacia otro lado y me di vuelta, dándole la espalda para no tener que verla. De pronto sentí que me abrazaba desde atrás y me decía que me calme, que habría otra oportunidad, que no pasaba nada. Su voz era tierna pero no me calmaba, igual yo sabía que tenía que cambiar la cara antes de que llegara Jorge o quedaría para el culo que el llegue y yo lo mire mal, aparte sospecharía y eso no sería bueno.

Me senté y encendí un cigarrillo tomamos mate en silencio. De a poco me fui autoconvenciendo y calmándome. En eso siento pasos acercarse a la puerta. Golpean, Mariela se levantó y abrió, miró a la persona del otro lado y se sonrió con toda la malicia que se puedan imaginar. Después me miró a mí, que no entendía nada, y se echó a reír mientras por detrás de ella entraba Vanesa con aires de puta en celo. Mariela cerró con llave... La guacha de Mariela no le mandó ningún mensaje a Jorge, fue a Vanesa mientras la acosaba en el taxi, sin que yo me diera cuenta.

Se me iba a dar, iba a estar con las dos juntas, y yo que pensaba que iba a tener que hacer un trabajo fino, me las estaban sirviendo en bandeja de plata... Estaba totalmente exaltado, mi corazón golpeaba fuerte en mi pecho, una erección brotó con fuerza abriéndose paso por el borde del pantalón hasta asomar toda la punta de mi pija. Sentía que me moría de un infarto y toda la sensación aumentó cuando las dos se dieron un suave y sensual piquito para luego mirarme con cara de gatas en celo.

El cinto me molestó en la pija y tuve que desabrocharlo con una maniobra rápida mientras al mismo tiempo desabroché el pantalón. Vanesa me vio lo que hacía y me desaprobó "no tan rápido señorito" me dijo. Tomó su cartera y sacó dos pares de esposas. "Ahora vas a ser un nene bueno y te vas a portar bien" dijo mientras me agarraba de la mano y me llevaba al sillón, yo me sentí confundido pero a la vez curioso y muy excitado de lo que tenían planeado para mí. Vanesa me sentó en el medio, me sacó la remera dejando el torso desnudo y me esposo las manos en los apoyabrazos del sillón. Vi que Mariela desde atrás miraba atentamente y empezaba a masturbarse por encima de la ropa. Vanesa mientras seguía ocupándose de mí, se arrodilló en el piso, me descalzó y me sacó los pantalones y el calzoncillo, para dejarme totalmente desnudo, siempre mirándome desafiante y atorranta. Yo sentí que me explotaba la pija, creí que me la iba a chupar y estaba muy exaltado, pero no, cuando terminó de sacarme la ropa, me agarró la pija, la examinó y me dio un besito en la punta "estás caliente papito?" me preguntó con vos de atorranta, "mucho" respondí, "que bueno, pero por ahora quieto...". Ya en ese momento quería zafarme de las esposas, pero ellas recién arrancaban y yo iba a tener que esperar en mi posición de espectador esposado.

Vanesa fue a poner música, entretanto Mariela se escapaba hasta la pieza y traía una colcha que acomodó delicadamente en el piso. Vi que Vanesa se arrodillaba en la colcha y sacaba de su cartera un consolador de color rojo transparente con forma de pene que dejó muy a mano. Mariela me miró y se acercó, puso una de sus rodillas en el sillón entre mis piernas, su mirada era tierna y complaciente me dio un beso cortito sin decir nada, bajo la vista a mi pija, la vio dura, enorme, más grande que las veces cuando estuve con ella, volvió a mirarme y sonrió "disfrutalo" me dijo.

No habiendo terminado de decir esto, aparece Vanesa detrás de ella y la abraza por la cintura apoyando una mano un su panza mientras con la otra corría su pelo para besarle el cuello... el show empezaba y se habían asegurado que yo no las interrumpiría. Si yo ya venía caliente, ahora estaba irreconocible. Ver a esas dos mujeres hermosas en el acto más sensual concebido, me estaba sacando de mi juicio, dejé de escuchar la música, mis latidos retumbaban en mis oídos, me dolía la mandíbula por la tensión y la excitación, vi asombrado que la cabeza de mi pene se hinchaba y deshinchaba con cada latido, como si fuera un segundo corazón y un dolor impresionante que lo acompañaba y a la vez me mantenía super caliente.

Mariela se dejó llevar sin vacilar. Vanesa la llevo hasta la colcha que habían puesto en el piso, las dos se arrodillaron, siempre quedando Vanesa detrás de Mariela. En esa misma posición Mariela dejó caer su cabeza hacia atrás sobre el hombre de Vanesa para fundirse las dos en un largo, profundo y apasionado beso, que Vanesa acompañaba acariciando los hermosos pechos de Mariela, mientras le desabrochaba lentamente la camisa, para después sacarle con toda lentitud, luego la guió para que se ponga en cuatro patas y en esta posición la despojó de su pantalón, dejando puesta una hermosa tanguita de encaje rosa tan chiquita que apenas cubría sus partes y que pondría al palo a cualquiera. Vanesa acarició la cola de Mariela, la disfrutaba con las manos y con los ojos al igual que yo desde la posición que estaba. Era el turno de Vanesa de sacarse la ropa. Mariela se levantó e hizo parar a Vanesa, yo me moría de ganas de ver las tetas de Vanesa, pero tuve que esperar.

Mariela arrodillada frente a Vanesa, la tomó por detrás de las piernas justo abajo del culo y se la acerco para desabrochar su pantalón con la boca y del mismo modo bajarle el cierre. Luego la giró quedando Vanesa de espaldas a mí, y lentamente fue bajando el pantalón, tragué en seco, respiré hondo, la excitación me estaba ahogando y respiraba con dificultad, sin embargo lo estaba disfrutando muchísimo. Mariela descubrió completamente el culo de Vanesa, los ojos me explotaban, tenía un culo tan hermoso como el de Mariela era solo un poco más grande, pero igual de redondo firme y tieso con la piel casi brillante como si estuviera aceitado, apenas cubierto con una diminuta tanga igual a la de Mariela pero en color blanco, con portaligas y medias del mismo color y diseño. Definitivamente un paraíso para los ojos. Después de sacarle el pantalón, Mariela tomó las manos de Vanesa para traerla nuevamente a la posición junto a ella. Se besaron, vi sus lenguas acariciarse mutuamente, morderse los labios, mirarse a los ojos con toda la sensualidad que puede tener una mujer, se disfrutaban la una a la otra con sus bocas, sus manos y sus ojos.

Mariela desabrochó desde abajo la camisa de Vanesa mientras ella ponía su mano en la entrepierna de Mariela y empezaba a masturbarla por encima de la tanga. Mariela descubrió los pechos de Vanesa, eran enormes casi tres veces más grandes que los de Mariela ,pero aún así muy firmes, redondos, con los pezones rosados, perfectos. Se abarazaban, se besaban y rozaban sus pechos, acariciaban sus cuerpos, se recorrían de arriba abajo, disfrutando cada parte de su hermosura delicada y femenina.

Mariela comenzó a bajar por el cuello de Vanesa, hasta llegar a sus pechos, besó sus pezones delicadamente dedicó tiempo a cada uno hasta ponerlos duros, noté que Vanesa ya estaba muy caliente, se tocaba y apretaba con fuerza las tetas que Mariela besaba y saboreaba, gemía gustosa se tocaba la concha, respiraba fuerte con los dientes apretados, estaba altamente excitada y quería placer del mejor. Agarró a Mariela de la nuca y mientras se recostaba la guió hasta su concha, Mariela se acomodó recostada boca abajo y empezó a besarla encima de la tanga, mientras seguía acariciando sus pechos, Vanesa aumentaba sus gemidos se calentaba más y más, se agarró un pierna por detrás de la rodilla y se abrió asombrosamente dejando expuesta su concha para deleite de mis ojos, que tenía el ángulo perfecto para verle cara, los pechos y no perder el detalle de Mariela chupando golosamente los jugos que salían de su concha y que ya habían empapado la diminuta bombachita. Mariela fue de a poco corriendo la tanga con su lengua para llegar al clítoris empapado de Vanesa, dejando descubierta su concha hermosa, muy carnosa y con los labios internos muy rosados y prominentes. Mariela le arrancó la tanga a Vanesa, dejando a la vista una pequeña franja de pelo tan rubio como los de su cabeza, quiso también sacarle el portaligas, pero yo la detuve con un grito de que no lo hiciera. Continuó chupando y masturbándola con sus dedos mientras Vanesa se retorcía del placer. Levantó la otra pierna de Vanesa para que quedara totalmente abierta, estiró la mano y alcanzó el consolador, con la punta acarició el clítoris húmedo, lo rozó hacia arriba y abajo rítmicamente y luego se lo metió entero, Vanesa abría su concha con sus manos y gritaba de placer al sentirse penetrada.

Mariela la masturbaba con el consolador, chupaba, mordía y lamía su clítoris mientras cruzaban miradas salvajes. Vanesa gozaba enormemente, gritaba, pedía más acababa repetidamente y casi sin intervalos. No terminaba de gritar un orgasmo cuando estaba empezando a gritar otro, y otro, y otro... Casi aturdida y con los ojos desorbitados, Vanesa se levantó como pudo con su sonrisa de complacida y calentona, tomó a Mariela del mentón que todavía le chupaba la concha y la levanto para besarse las dos nuevamente.

Yo ya estaba sufriendo mucho dolor y mucha calentura, no podía creer lo que estaba viviendo. La pija me explotaba y no podía siquiera tocarme como para bajar un poco los decibeles. Les pedí que me quiten las esposas, quería reventarlas darles placer hasta desmayarlas hacerles de todo. Vanesa la miró a Mariela y dijo "que decís vos? Ya sufrió bastante no?". Mariela me miró, sonrió con la peor malicia que jamás le ví y temí lo que se venía "no, todavía no, puede aguantar un poco más" dijo y me tiró un beso en el aire, sin dejar de sonreírse satisfecha, mala, sádica, mientras yo intentaba inútilmente liberarme de las esposas y ellas se acomodaban para seguir.

Continuaron con lo suyo a pesar de mis súplicas y ruegos de que me desaten. Mariela se acomodó en cuatro patas apoyada sobre sus codos y levantando la cola. Vanesa se puso sobre ella separándole los glúteos con sus manos para hundirse de cabeza en sus orificios lamiendo, besando, mordiendo sus partes, saborenado sus jugos, penetrando su vagina con los dedos y estimulando el ano con la lengua y los labios. Mariela gemía, se entregaba sumisa a la voracidad de Vanesa, desde su posición me miraba a los ojos y se sonreía sádica, se chupaba dos dedos simulando una pija, ayudaba a Vanesa masturbándose, mientras yo en mi lugar obligadamente pasivo sólo podía limitarme a mirar y a sentir que mi pija reventaba ante tremendo espectáculo, esperando el momento de mi liberación para saciar mis instintos partiéndolas al medio a las dos .

Vanesa tenía gran habilidad para dar placer a una mujer, y ella misma se regocijaba de gusto con los jugos de Mariela. Mientras seguía golosa sorbiendo a Mariela levantó la mirada para verme, sin dejar de mirarme fijo tomó el consolador, con sus dedos abrió la hermosa conchita empapada de Mariela y se lo metió despacio pero sin detenerse. Mariela gritaba y temblaba de placer, Vanesa comenzó a mover el consolador acelerando cada vez más las penetraciones hasta que Mariela se derritió en un orgasmo que Vanesa supo alargar masturbando su clítoris y penetrando sin cesar con el consolador. Mariela hervía en su calentura, su concha era una vertiente de flujo vaginal que empapaba el consolador. A pesar del intenso orgasmo de Mariela, continuaron en la posición que estaban. Vanesa siguió penetrando a Mariela mientras lamía su ano y lo llenaba con su saliva.

Mariela explotaba de calentura y empezó a masturbarse el culo primero acariciándose alrededor para terminar metiéndose profundamente dos dedos, y como Vanesa ya la había empapado con su saliva su culo se dilató al instante. Vanesa no dejaba de penetrar a Mariela con el consolador, mientras le lamía los dedos por alrededor de su ano lubricandole aún más el culo empapado que se dilataba gustoso con la estimulación que recibía. Luego retiró el consolador y lo acercó al culo de Mariela, que no dejaba de gozar, disfrutando cada instante de su masturbación anal. Le pidió que saque los dedos para meterle el consolador, Mariela inmediatamente sacó sus dedos y pasó su mano por abajo para masturbarse la concha, mientras Vanesa le metía sin problemas el consolador por el culo que ya estaba totalmente dilatado y empapado y la penetraba enérgicamente. Mariela gritaba de placer, le pedía el consolador más adentro, y Vanesa la complacía metiéndoselo y sacándoselo entero para volver a meterlo hasta el fondo una y otra vez dándole a Mariela orgasmos que la hacían temblar y gritar de placer.

Mariela ya casi atontada, bañada en transpiración y con la cara colorada, pero aún caliente, se incorporó un poco me miró y me señaló "quiero esa pija" dijo. Vanesa me soltó e inmediatamente me fui encima de Mariela que todavía estaba con el consolador metido en el culo, se lo saqué de un tirón, me acomodé sobre ella mientras Vanesa guiaba mi pija al culito dilatado que reclamaba mi enorme pija dura como una piedra. Sentí que su culo se estremecía todo alrededor de mi pija mientras iba entrando sin esfuerzo, apretándome de una punta a la otra hasta que lo tuvo todo adentro. Vanesa me acariciaba los huevos mientras se masturbaba con el consolador, ella también gemía y gritaba de placer, la calentura que teníamos los tres, me hizo acabar enseguida, apenas alcancé a moverme un par de veces que ya sentí la leche saliendo de mi pija antes de alcanzar el orgasmo, Mariela también la sintió, le encantaba tener mi pija en el culo y sentir como la llenaba con mi leche le daba el mayor de los placeres. El orgasmo se vino muy fuerte, sentí que me reventaba la pija me ardía en la cabeza, y tuve que quedarme quieto mientras acababa y Vanesa continuaba masturbándome exprimiendo toda la leche dentro del culo de Mariela. Eso le gustó a Mariela, pudo sentir toda la leche caliente que me salía para llenarle el culo y la lubricaba por dentro, me pedía más y yo quería complacerla. Sin sacarle la pija del culo y con Vanesa masturbándome a mi y a ella misma empecé a moverme de nuevo, me sentía muy caliente, mi pija iba a estar dura por un buen rato, y ellas lo iban a disfrutar. Cogí a Mariela con fuerza penetrándola hasta el fondo se la metía toda y se la volvía a sacar, ella gritaba, quería más, quería sentir mi leche de nuevo quería toda la pija adentro y yo la complacía. No tarde mucho en acabar de vuelta y de nuevo fue un orgasmo tan intenso que tuve que quedarme quieto, sentí que mi leche salía en gran cantidad, y llenaba de nuevo el culo de Mariela mientras ella se derretía en un orgasmo que la dejó tirada en el suelo al punto de desmayarse y Vanesa otra vez con su mano ayudaba a sacar toda la leche de mi pija.

Era el turno de Vanesa, no iba a quedarme sin probar esa mina hermosa, que se masturbaba a mi lado mientras yo me encargaba de Mariela y como ya había acabado dos veces iba disfrutarla tranquilo mientras Mariela se reponía. "Te toca" le dije, la levanté del suelo y me volví a sentar en el sillón la traje hacia mi la puse arriba mío y me hundí en sus tetas enormes, mordí sus pezones, se pusieron duros, con mis dos manos agarraba una de sus tetas y la chupaba hasta cansarme para pasar a la otra. Vanesa agarró mi pija grande y mojada, acarició su clítoris y sus labios con la punta, buscaba la entrada de su concha, metía la cabeza y volvía a sacarla para seguir masturbándose y humedeciéndose toda la concha porfuera con su propio flujo, se la fue metiendo suave en su conchita empapada, fue bajando lentamente hasta tenerla toda adentro. Empezó moviéndose suave, se enterraba toda en mi pija mientras me ahogaba con sus tetas contra el sillón, fue acelerando el ritmo, se movía muy rápido, y le encantaba que le chupe las tetas pellizcaba sus pezones y me los ponía en la boca. La agarré del culo para guiarle mejor los movimientos, toqué mi pija en su concha, estaba muy mojada, mojé bien mis dedos y con su propia humedad fui empapando su culo acariciando suavemente su ano, mientras ella disfrutaba de toda mi pija dentro suyo. Cuando sentí su culo bien mojado le fui metiendo un dedo de a poco hasta sentir que se abría sin esfuerzo, intenté meter otro, ella se quedó quieta para facilitarme el trabajo, siguió moviéndose cuando se sintió cómoda con mi pija en su concha y dos dedos en el culo, se fue calentando rápidamente, se movía cada vez más rápido, gemía cada vez mas fuerte, me empujaba contra sus tetas, se enterraba toda mi pija bien adentro, gritaba de placer, empujaba mis dedos más adentro de su culo, clavó sus uñas en mi espalda desgarrándome la piel, me pedía más y más, se desesperaba de placer, hasta que acabó en un orgasmo casi interminable, intenso.

Siguió moviéndose lentamente y yo seguía con mis dos dedos en su culo mojado metiendo y sacando para su placer, cuando de pronto sentí algo extraño en la mano. Era Mariela, estaba detrás de Vanesa, con el consolador en la mano lista para metérselo en el culo. Saqué mis dedos y con las dos manos abrí bien el culo de Vanesa, ella se sintió penetrada y se quedó quieta otra vez. Yo sentí en mi pija como el consolador se abría paso en el culo de Vanesa, mientras ella se perdía en el placer de sentirse penetrada doblemente, su respiración se volvió pesada, gemía con fuerza respirando su calentura en mi oído, acompañó los movimientos de Mariela con el consolador en su culo y mi pija en la concha

Siguió moviéndose lentamente, disfrutando cada movimiento, la sensación de su concha y su culo abiertos, penetrados profundamente la hacían gozar llevándola al placer y un estado de lujuria enloquecedor, se retorcía de gusto, gemía, apretaba sus pechos con sus manos y los llevaba a mi boca, mientras Mariela le hablaba al oído, le decía que era muy puta, le preguntaba si le gustaba, Vanesa respondía a todo que sí y pedía más y más adentro, sus gemidos aumenataban de tono estaba por acabar de nuevo, otra vez fue acelerando los ritmos, subía el tono de voz para empezar a gritar y decidí a ayudarla agarrándola de la cintura para empujarla contra mi pija y metérsela lo más adentro que pude, mientras con la otra mano agarré la mano de Mariela que tenía el consolador y se lo metí también lo más adentro que pude, Vanesa gritaba, se dejó guiar por mi, gozaba como nunca, el placer le inundó el cuerpo hasta reventar en un orgasmo súper intenso que la dejó tirada inmóvil sobre mi, con su concha chorreando flujo, empapando mis huevos y el sillón, mientras Mariela y yo seguíamos moviéndonos y penetrándola lentamente hasta arrancarle su último suspiro de placer.

Sentí que Mariela sacaba el consolador del culo de Vanesa y después mi pija de la concha para chupármela con toda su dedicación, seguí masturbando a Vanesa con mis manos, me volví a perder en sus tetas enormes, comencé a sentir que acababa otra vez, sentí que Mariela se tragaba mi pija entera y casi acabo en su garganta cuando Vanesa se interpuso "esa leche es mía Mari, vos ya tuviste dos y no me compartiste nada" Mariela reconoció que Vanesa tenía razón. Inmediatamente Vanesa bajo hasta mi pija y empezó a chupármela, su boca era la perdición en el mundo del placer, lo hacía muy bien sus labios en mi pija eran maravillosos y me estaba dando muchísimo placer, mordiendo y chupando, golosa, casi enamorad como si fuera la última vez que chupaba una pija en su vida. Mariela se sentó a mi lado, acariciaba mis huevos, nos besamos mientras Vanesa me chupaba la pija para conseguir la leche que tanto quería. Abracé a Mariela y llevé directamente mi mano a su culo, todavía lo tenía dilatado y empapado con mi leche, le saqué el consolador de la mano y la di vuelta, la puse en cuatro patas sobre el sillón y con toda suavidad le fui metiendo el consolador en el culo, mi respiración se aceleró Vanesa me la estaba chupando como una maestra mientras se masturbaba la concha y Mariela también se masturbaba mientras yo la penetraba analmente con el consolador. El orgasmo fue creciendo progresivamente desde mis huevos, sentí que Mariela y Vanesa también se agitaban y sus respiraciones se aceleraban y se hacían más pesadas, de repente no aguanté más, ya estaba a por acabar y aunque le advertí a Vanesa, ella siguió chupando y masturbándome hasta sentir como mi pija explotaba llenando su boca de semen hasta la última gota. Eso la calentó muchísimo, siguió masturbándose frenéticamente, sin sacarse mi pija todavía dura, de su boca llena de leche hasta alcanzar un orgasmo tan fuerte que sentí que casi me arranca la pija de una mordida.

Vanesa se levantó y vino a ayudarme con Mariela, compartió mi leche con ella mientras yo le metía el consolador en el culo. Después vino al lado mío y le sacó la mano de Mariela de la concha y empezó a meterle la suya, empezó con 3 dedos, luego 4, pude ver que la concha de Mariela fue cediendo y estirándose entre sus gemidos de placer, mientras Vanesa la penetraba hasta que terminó por meterle su mano entera. Mariela dio un grito de placer que pareció morirse, sintió toda la mano y el consolador dentro suyo estaba a punto de acabar, se entregaba entera a todo lo que le hacíamos mientras yo me calentaba de vuelta con la imagen que tenía enfrente y sus gritos de placer, de repente explotó en gritos temblores y rasguños al posabrazos del sillón con un orgasmo tan intenso que la dejó tendida en ese lugar.

Vanesa se sentó a mi lado y todavía desnudos prendimos un cigarrillo mientras nos tocábamos todavía calientes y esperábamos que Mariela reaccionara. Terminamos de fumar y Vanesa volvió a bajar hasta mi pija para rematarme con otra chupada excelente dejándome acabar en su boca. Cuando Mariela pudo levantarse, Vanesa todavía saboreaba y masturbaba mi pija llena de leche.

Nos vestimos, acomodamos todo y abrimos las ventanas para que se ventilara. Nos sentamos a tomar mate y las dos se reían cómplices, pregunté qué pasaba. Mariela confesó que todo había sido inventado, que Vanesa si era bisexual pero no estaba casada y que la idea de hacer un trío era de ella, que hasta en la oficina había sido actuado y me había llevado para que ella aceptara unirse. Obviamente que no me importó en lo más mínimo, después de asegurarme que los del dpto. seguía en pie Me habían usado dos mujeres hermosas, me dejaron muerto de cansancio, me dieron la mejor experiencia sexual de mi vida y la sonrisa no me la sacaba nadie por varios días...

Fuimos hasta el centro los tres despedimos a Vanesa, quedamos en que me llamaba por lo del dpto., y fuimos a buscar a Jorge, lo esperamos a la salida de su laburo. Mariela me pidió que disimule un poco, pero no pude.

Y a este que le pasa que anda tan feliz? - preguntó Jorge medio sonriente.

la conoció a Vane, y parece que hubo química...- contestó Mariela hábilmente

Epa!!! – dijo Jorge – te gustó Vanesa? Creés que vas a poder con ella.

Y que se yo? química hubo – dije haciéndome reverendamente el pelotudo- pero me quedé con ganas de romperle el culo... – los tres nos reímos

Este amigo tuyo está mal de la cabeza- acotó Mariela – y seguimos riendo. Pobre Jorge...

Los tres no reímos mucho, pero Mariela y yo sabíamos que era materia pendiente. Esta vez no le hice el culo a Vanesa, pero estaba seguro que tendría una nueva oportunidad...

Bueno gente espero que les haya gustado, puse lo mejor de mí y esto fue lo que salió.

Como saben acepto todo tipo de críticas y comentarios al respecto, para sacar algo mejor en la tercera parte.

Saludos a todos y muy felices fiestas.

Que el ángel de la lujuria los bendiga a todos. Jeje

Ferchu ( ferchudela@yahoo.com.ar )