En la casa de la vecina sin permiso

Consegui una llave para entrar al departamento de mi vecina y me masturbe con sus tangas.

Hola, es mi primera vez que escribo y espero hacerlo bien.

Hace un par de años era un adolescente caliente que no controlaba sus hormonas. Al ver a cualquier mujer con un buen culo y buenas tetas inmediatamente me empalmaba y me masturbaba pensando en su cuerpo.

En el edificio donde vivo hay una familia que está conformada por tres hijas (todas de muy buen cuerpo) Una de ellas se embarazó y se fue a vivir a otro estado, quedando la hermana mayor de 22 años y la hermana menor de 17 años.

La mayor se llama Adriana, es alta, morena y pequeñas tetas. Tiene un culazo estupendo que no puedo dejar de admirar cada vez que me la encuentro subiendo o bajando las escaleras.

La menor se llama Ximena y es un poquito más bajita, pero tiene una hermosa cara y ya ha desarrollado un par de tetas deliciosas y un culo que contonea de aquí para allá cada vez que sale de su casa para ir a la escuela.

Sus padres trabajan casi todo el dia y por lo tanto casi no se la pasan en la casa, a diferencia de las hijas que en la mañana se van a estudiar y en las tardes regresan para volverse a ir al gimnasio o a la natación.

Cómo decía en un principio, era un joven que solo pensaba en el sexo y por ese entonces estaba obsesionado con las dos hermanas antes mencionadas.

Era tal mi deseo de poseerlas que continuamente observaba y media sus horarios para saber cada cuando salían y regresaban.

Una vez saliendo de mi casa vi que esta familia estaba bajando varias maletas desde el quinto piso que es donde viven. Me quede un momento escondido viendo como subían y bajaban maletas y hablaban de cosas sin importancia.

En un momento me di cuenta que la familia entera estaba abajo metiendo las maletas al auto dejando la puerta de su casa abierta, me armé de valor y entré a su casa buscando alguna llave de la misma.

No fue difícil hallarla, ya pues, tenían un portallaves en la pared y tome la única copia que estaba. Baje rápidamente a mi casa y espere a que se fueran.

Pasados los minutos vi como la familia entera se iba en su carro para quien sabe cuando volver. La emoción me invadía. Tenía en mi poder una llave que abriría su departamento y así conocer el mundo en el que viven Adriana y Ximena.

No esperé más y subí frente a su puerta para entrar. Mientras lo hacia me imaginaba que podría encontrar en sus cuartos. Quizá un dildo, algunas fotos de ellas, algún tipo de diario que podría leer y enterarme de sus oscuros deseos. El corazón me latía fuertemente y me decidí a entrar.

Primero me aseguré que no había nadie en esa casa. Toque el timbre varias veces y pegué mi oído junto a la puerta esperando escuchar algún sonido. Pasaron 5 minutos y nada sucedía. Tomé la llave y la fui metiendo lentamente por la cerradura. Al final la puerta se abrió y di un largo suspiro antes de entrar.

Al momento de dar el primer paso sabía que estaba mal lo que hacía, pero era más la adrenalina que no me importó. Caminé lentamente cerrando la puerta de la manera más silenciosa posible y observé el lugar.

Estaba la sala ordenada, se escuchaba el tic tac de un reloj y en medio un gran televisor. No le di importancia y seguí explorando el lugar. Había dos habitaciones… deduje una para los padres y la otra para las hermanas.

Entre en donde había una litera. Había un cesto de ropa sucia y en la cama ropa limpia. El closet estaba cerrado y su ventana daba a su estacionamiento. Eso me tranquilizó porque si la familia regresaba de improvisto podría verlos pasar en el auto y así me daría tiempo para salir de su casa.

Miré el cesto de ropa sucia e inmediatamente me excité. El tan solo pensar que las braguitas y tangas que ahí estaban habían estado en sus colas me ponía a mil. Adriana y Ximena tenían unas nalgas riquísimas. No esperé más y agarré una tanga de color morado. La acerqué a mi nariz y aspiré su olor. Delicioso!

Noté que había pequeños fluidos y me prendió aún más. Saque mi verga y comencé a meneármela mientras olía esa exquisita tanga. No podría deducir a quien pertenecía. No me importaba, las dos hermanas estaban riquísimas.

Luego hurgué más ropa sucia y encontré más tangas y algunos sostenes. Tenía todo para mí. Lo estaba disfrutando al máximo. A veces pasaba sus tangas por mi verga y las impregnaba de mis líquidos. Luego me imaginaba a Ximena cambiándose en esa misma habitación. Quitándose su tanga y mirándose al espejo. Sobandose sus ricas tetas y sabiendo que sus nalguitas antojaban a cualquier hombre.

Revisé los colchones y algunos cajones pero no encontré algún dildo. Comencé a pensar que podrían ser vírgenes por ser muy antisociales (jamás los vi con algún novio, a excepción de su hermana que se embarazó… quizás por eso temieron pasar por lo mismo y se abstienen)

Seguí meneándomela durante un rato viendo esas tangas sucias. Había blancas, rojas y azules. Eran tan pequeñas que seguramente se les metía entre sus nalguitas.

Minutos después no pude aguantar más y explote en un rico orgasmo llenando de leche toda su ropa interior. Sin duda fue de lo más placentero.

Me reincorporé y revisé el closet buscando algún diario describiendo sus fantasías. No hallé nada… en su lugar hallé varios billetes… pero me abstuve. No podía arriesgarme. Suficiente tenía con haber entrado a su casa y masturbarme con la ropa interior de estas hermanitas.

Revisé la habitación asegurándome que no dejaba alguna pista y Salí de ahí. Pasaron algunos días y cuando la familia regresó no se dieron cuenta de nada.

Debido a mí considerado triunfo pensé en instalar alguna cámara de video oculta o entrar durante la madrugada para ver que ropa vestían mientras dormían. Jamás lo hice

En vez de eso entré a su casa cuando no había nadie unas 3 veces más e hice lo mismo. Me masturbe con su ropa interior y eyaculaba en sus tangas.

Después tuve una novia con la cual tuve mucho sexo y perdí el interés de volver a entrar a la casa de mis vecinas.

Aun tengo la llave pero ya no me interesa volver a hacer lo que hice en esos años. Fue una gran experiencia. Ahora las hermanas han crecido y siguen igual de buenísimas. Con sus ricas tetas y ese rico culo. Talvez algún día me atreva a hablarles y consiga algo mejor con ellas que con sus tangas.

Gracias por haber llegado hasta aquí. Espero sus correos!