En la casa de la playa con el futuro bombero
Los protagonistas de hoy son dos amigos que vivieron su propia aventura, espero que os guste este relato de un lector.
Este relato no trata de mi si no de un lector, de su experiencia con su amigo. Antes de empezar quería daros las gracias por vuestros mensajes y valoraciones, espero seguir estando a la altura.
Manu que es el protagonista de esta historia tenía un poco de barriguita, medía 1,75, pelo recortado por todo el cuerpo pero no depilado, y un fantástico rabo de 17,5 cm (Quien pudiera meter tal mástil en la boca, yo leí esto y empecé a sudar)
Alex músculos definidos, depilado entero a excepción de las axilas y el la zona de la pelvis, y 15 cm de rabo.
Una tarde de verano quedamos unos cuantos amigos para ir a la playa. Cuando el sol estaba cayendo, decidimos recoger e irnos a nuestras casas.
Yo había quedado con Alex en que me quedaría a dormir en su casa, que estaba prácticamente al lado de la playa. Nuestros padres eran amigos, así que, aunque los suyos estaban de viaje, ninguno puso ninguna pega.
Llegamos a su casa y decidimos darnos un baño en la piscina antes de cenar. Cuando se quitó la camiseta que llevaba puesta no pude evitar deleitarme con cada centímetro de su cuerpo. Tenía 19 años (yo 18) y estaba opositando para bombero, así que estaba bastante definido.
Debía ser discreto, ya que yo creía que él era 100% hetero, y no quería provocar una situación incómoda, aunque estar los dos solos allí relajados en su piscina y viendo ese cuerpo hizo que mi polla se pusiera dura debajo del bañador, teniendo que disimular la erección si no quería que me descubriera.
Cuando nos entró hambre pasamos a la cocina, pusimos unas pizzas y nos pusimos a ver una película en su portátil. La verdad es que era bastante mala y nos estaba aburriendo mucho, así que, una vez hubimos cenado, nos fuimos al salón y decidimos buscar algo mejor. Entonces fue cuando Alex me sorprendió. Escribió en el buscador el nombre de una web de porno bastante conocida y seleccionó un vídeo hetero que estaba bastante bien.
Yo soy bi, así que no me pareció mal la elección que hizo. El rabo me iba a reventar, entre la escena en la pantalla y el torso de mi amigo a mi lado. Yo notaba su bulto debajo del bañador, que difícilmente podía disimular el empalme que llevaba y no pude reprimir el impulso. Llevé mi mano sobre su paquete y empecé a masajearle los huevos.
Por un momento pensé que podría habérselo tomado fatal y haberme echado de su casa, pero lejos de eso se acomodó y se dejó hacer. Como veía que no le desagradaba, fui un poco más allá y metí la mano dentro de su bañador hasta agarrarle la polla que ya estaba babeando y me pringó bastante la mano.
En ese momento mi amigo me dijo que tenía calor y que le apetecía darse un baño, pero que el bañador le sobraba porque le dolía la polla de tenerla guardada. Entonces los dos nos quitamos la poca ropa que llevábamos y nos fuimos a la piscina. Dentro del agua empecé a hacerle una paja hasta que él se animó y también comenzó a pajearme a mi.
De pronto paró y se salió de la piscina. Yo me quedé con cara de poker observado su culo redondo y duro mientras se metía en la casa. Al momento apareció con un tarro de lubricante y un condón. Se sentó en el filo de la piscina y me hizo una señal para que empezara a mamar. No me he comido una polla con tantas ganas en mi vida. No paraba de dar arcadas, pero estaba disfrutándolo mucho, y mi amigo también.
Cuando me cansé, salí del agua y él ya estaba esperándome en una tumbona con la polla apuntando al cielo. Entonces me senté sobre su cara y me comió el culo de una forma que creo que los gemidos se podían oír en varios kilómetros a la redonda. Una vez que noté que ya estaba preparado la puse el condón, eché lubricante en mi ojete y en su polla y me la fui clavando hasta que sus huevos chocaron con mi culo. Esperé un momento para estar bien acomodado y entonces empecé a cabalgarle mientras le miraba fijamente a los ojos. Su cara de vicio, el calentón que llevaba y la paja que me estaba haciendo, unido a la forma en la que martilleaba mi próstata hizo que me corriera en menos de 5 minutos.
Entonces me levanté, le quité el condón y le chupé de nuevo la polla hasta que inundó mi garganta con su corrida, la cual me tragué sin pensarlo.
Después de esta situación, nos dimos una ducha y nos acostamos en pelotas en su cama. A la mañana siguiente hicimos un 69 nada más despertarnos, desayunamos, me fui a mi casa y no hemos vuelto a hablar del tema.
En la actualidad tenemos 26 años yo y 28 él, hace ya 9 años y nunca hemos vuelto a hablar del tema.
FIN
Os doy las gracias a todos por leer hasta el final. Espero que leer este relato os haya puesto tan cerdos como a mí, me alegra tener seguidores tan salidos y tan "curiosos"