En la bodega del colegio
Las travesuras que sucedían cuando no entraba a clase
En la bodega
Les traigo otro relato recuperado, este creo que no gusto tanto pero bueno de odos modos se los dejo nuevamente.
En la escuela sec. donde estudie había en cada piso unos sanitarios para hombres y otro para mujeres, en los sanitarios de hombres del tercer piso había una puerta hacia una bodega que estaba entre los baños de hombres y de mujeres. Los chicos de mi salón se dieron cuenta que era fácil abrir la dicha puerta pues aun que tenía un candado al poner de manera horizontal el candado el pasador de la puerta se podía recorrer lo suficiente para que se abriera la puerta y de esta manera entrar a la bodega. Los chicos me contaron que dentro de esta bodega había orificios en los cuales se podía observar hacia el interior de los sanitarios lo cual era cierto pues arriba de la palanquita para bajarle al escusado había unos agujeros pero debido a que en la bodega no había luz pues en esos orificios nunca se observaba nada en su interior. Los chicos me comentaron que en algunas ocasiones ellos entraban a la bodega y espiaban por medio de esos agujeros al sanitario de chicas y pues a casi todas las chicas de la escuela ya les habían visto todo.
Yo no les creía pues no había entrado al baño de chicos y mucho menos a la bodega, y aunque me constaba que había orificios en la pared eso no quería decir nada pues nunca había visto nada.
Los últimos seis meses antes de terminar el segundo año escolar yo me iba mucho de pinta (así decimos en México cuando los estudiantes no entran a la escuela y se van a otro lado) con los chicos, a veces solo íbamos a dar la vuelta a un parque, al centro, alguna plaza comercial o a casa de algún compañero o a la mía, yo llevaba buenas calificaciones y aun que reprobara el último bimestre pasaba el año sin ningún problema, también en ocasiones aun que entraba a la escuela me saltaba las clases, normalmente química, física y álgebra pues no me gustaban.
Platicando en una ocasión durante el receso con Miguel, uno de mis compañeros, me dijo que no quería entrar a la última clase pues la clase le aburría le dije que yo tampoco quería entrar. Antes de que iniciara la última clase sacamos nuestras cosas del salón y nos fuimos a esconder cerca de las escaleras, comenzó la clase y todos los grupos entraron a su salón, nos quedamos cerca de las escaleras sin hacer mucho ruido pero aun así las prefectas se dieron cuenta de que había alguien escondido por ahí y nos tuvimos que mover rápido de lugar, nos dirigimos hacia el tercer piso y corrimos hacia los sanitarios, las prefectas subían las escaleras y no nos quedaba de otra más que entrar a los sanitarios, miguel me jalo hacia el de los hombres pero no teníamos a donde más escondernos y ahora era peor la situación. Qué pensarían las prefectas si me veían en el baño de los chicos con miguel. Ya ni sabía ni donde esconderme y las prefectas se acercaban, en eso miguel giro el candado de la puerta de la bodega y la abrió rápidamente entramos y cerramos la puerta, aun que solo la jalamos pues la puerta se cerraba por fuera, alcanzamos a escuchar que las prefectas entraron al baño y revisaban los cubículos de los sanitarios pero no encontraban nada, silenciosamente aguardamos a que ya no se escuchara ruido y pensamos en salir pero no nos queríamos arriesgar a que nos encontraran entonces aguardamos dentro de la bodega a que acabara la clase y tocaran el timbre de la escuela para salir.
Dentro de la bodega observe por medio de los agujeros hacia el interior de los sanitarios tanto de hombres como de mujeres, aun que no vi a nadie pues estaban en clase, la bodega era un pasillo angosto donde había muchos productos de limpieza, hasta el fondo había una pequeña escalera con una puerta hasta arriba la cual no tenía ningún candado, seguro ni nada, esta puerta salía a la azotea pero no subimos ya que ahí podríamos ser vistos, entonces nos quedamos ahí.
Conversábamos en voz baja por si alguien entraba a los sanitarios no se dieran cuenta de que estábamos ahí y aun faltaba alrededor de media hora para que acabaran las clases, iluminados por la poca luz que entraba por los huecos de las paredes comencé a aburrirme un poco así que me puse a hurgar entre las cosas de limpieza y demás tiradero que había para encontrar algo en lo que me pudiera distraer, me di la media vuelta quedando de espaldas a miguel y me agache subí un par de escalones de para buscar algo cerca de la puerta cuando sentí como la mano de miguel acariciaba mi pierna con suavidad.
–Que estás haciendo?- pregunte a Miguel, a lo que el respondió –Estoy cachondo, podemos aprovechar muy bien la situación para coger- coloco su otra mano en la misma pierna y me acariciaba lentamente, subió sus manos hasta meterlas debajo de mi falda y acariciar mis nalguitas por encima de la panty, con sus manos acariciaba mis nalgas en forma circular, me tomo de la cintura y me jalo fuertemente hacia él –Ándale mamita- y pude sentir su rígido pene entre mis nalgas, -Bueno está bien, pero no hagas ruido y cierra bien la puerta- Miguel me soltó y se dirigió a la puerta la jalo pero no había nada con que asegurarla, volteaba buscando algo con que asegurar la puerta para que no se abriera pero no había nada, solo puso una cubeta con productos de limpieza pegada a la puerta para impedir que esta se abriera, de inmediato se desabrochó el pantalón y se lo quitó, yo me baje de las escaleras y me acerque a él, nos comenzamos a besar mientras con mi mano tome su pene y movía lentamente mi mano de arriba abajo, podía sentir la rica sensación en mi mano de su pene cálido y palpitante… y como comenzaba a expulsar liquido pre seminal que dejaba pegajosa mi mano y lubricaba su riquísimo pene, miguel pasaba sus manos por todo mi cuerpo por encima del uniforme, tomo uno de mis pechos con su mano mientras con otra acariciaba mis nalgas por debajo de la falda, yo me comencé a excitar y rápidamente sentí como mi panty se mojaba. Desabrochó mi blusa dejando mis aun pequeños pechos a su disposición, me quité el bra y lo deje caer al suelo, él se abalanzó sobre de ellos y los comenzó a besar con dulzura, mientras yo pasaba mis manos entre su cabello, deslizó sus manos hacia mis nalgas de nuevo, y comenzó a bajar mi panty, la bajó un poco hasta la mitad de mis muslos, puso una de sus manos sobre mi vaginita y comenzó a acariciar mi clítoris provocando que mi excitación aumentara, metía un poco su dedo en mi, le levante el rostro y nuevamente nos besamos, nuestras lenguas se acariciaban la una a la otra y nuestros labios se frotaban entre besos llenos de lujuria y pasión.
Escuchamos un poco de ruido en uno de los sanitarios, nos quedamos quietos unos instantes, discretamente nos asomamos por los agujeros de la pared, era una niña de otro grupo que había entrado al sanitario, observábamos como levantó su falda dejándonos ver sus calzoncitos color morado y como lentamente los bajo agachándose mientras admirábamos sus redonditas y pequeñas nalguitas, se sentó en la taza del escusado y comenzó a orinar, miguel ante tal espectáculo comenzó a masturbarse mitras yo observaba a esa niña e increíblemente me gustaba lo que estaba viendo y me estaba excitando mas, la niña termino de hacer sus necesidades, se agachó para volver a subir sus calzoncitos y salió del baño.
Cuando escuchamos que la niña se alejo volvimos a lo nuestro, creo que la excitación generada por ver a la niña orinando ya estaba ansiosa por qué miguel me hiciera suya.
- Ya métemelo - le exigí a Miguel.
Me di la vuelta y me recargue en una de las paredes pero el pasillo era demasiado estrecho como para caber los dos con plena libertad.
- No no no, ponte como antes súbete en la escalera y empínate - me pidio Miguel.
Mientras me acomodaba Miguel buscaba en su pantalón su cartera y de esta sacó un condón el cual abrió rápidamente y se lo puso.
Subí dos escalones y me incline hacia adelante dejando libre mi culito, separe un poco las piernas, Miguel se acerco a mí, tomo mis pantis y las bajo hasta mi rodillas, esto provocó que cerrara un poco mis piernas dificultándome mantener el equilibrio, Miguel se colocó detrás de mí y aun que era más alto que yo no me alcanzaba así que tuvo que subir un escalón, puso su pene entre mis piernas rozando mi vagina y frotando delicioso mi clítoris, me sujeto de la cintura y comenzó a embestir pero el menso no le atinaba a mi vaginita, tomo con una de sus manos su pene y lo pasaba por mi vaginita pero nada que le atinaba, metí por debajo de mí mi mano y tome su pene, lo puse en la entrada de mi vaginita y Miguel lo fue metiendo poco a poco, puse mis manos sobre uno de los escalones para apoyarme mientras recibía gentilmente y llena de placer el pene de Miguel en mi interior, Miguel se movía despacio pero rico, cada vez que metía su pene una rica sensación de calor llenaba mi vagina haciéndome gemir de placer, miguel presionó mis nalgas apretándolas la una con la otra y posteriormente juntó mis piernas hacinado que mi vagina apretara aun más su pene cosa que me encanto pues yo sentía aun más rico, aun que Miguel era joven no sé de donde había aprendido a coger tan rico pues en otras ocaciones me ponía en posturas extremadamente ricas.
Me tenía bien apretadita y disfrutando riquísimo de su pene llenando mi joven vaginita, su movimiento lento era delicioso lo cual me tenía mojadisima, sentí como un delicioso orgasmo lentamente surgía haciéndome soltar un largo gemido, mis piernas flaquearon y sentí que me caía, Miguel se dio cuenta de esto y me tomo de la cintura pudiendo así colocar bien mis pies para sostenerme, estaba aun reponiéndome del orgasmo cuando Miguel aumento el ritmo fallándome mas rápido y duro, me balanceaba hacia adelante y atrás con cada penetración, mis manos se me comenzaron a entumecer pero la sensación de un nuevo orgasmo hicieron de lado el entumecimiento de mis manos y me hicieron soltar un gemido ahogado, las sensaciones de mi orgasmo eran acompañadas por las penetraciones de Miguel que continuaban sin descansar, sentí que se acercaba otro nuevo orgasmo cuando miguel termino y su semen se acumulaba en el condón pero aun así se sentía el calorcito de su semen en mi vaginita, pase una de mis manos atrás de mi, tome a Miguel de una de sus nalgas y lo apretaba hacia mí sintiendo su pene en el fondo de mi vaginita, Miguel se corrió abundantemente yo disfrutaba de la larga y profunda embestida que Miguel me propinaba, no llegue al tercer orgasmo pero la sensación era gloriosa.
Una vez que Miguel terminó de correrse se salió de mi, se quito el condón tirándolo en el suelo y con papel higiénico limpió su pene, mientras Miguel se vestía yo también lo hacía, gire mi bra para abrocharlo pues solo lo había desabrochado, abotoné mi blusa y finalmente subí mi húmeda panty.
Tuvimos que esperar unos 5 o 10 minutos en lo que platicábamos hasta que se escucho el timbre, salimos de lo bodega y mientras Miguel cerraba la puerta me acomodaba el cabello frente al espejo, entraron al sanitario dos chicos de segundo año y se sacaron de onda al verme ahí, les guiñé el ojo y me salí del sanitario y me fui a mi casa.
Esa fue mi pequeña travesura, espero los haya hecho fantasear, besitos a todos.