En la Boda
Infidelidad en una boda, con la tensión de que cualquier invitado pueda descubrirnos....
Es un sábado soleado, los dos estamos en la misma boda, tú vienes por parte de la novia y yo vengo por parte del novio, eso si, venía acompañado de mi mujer. No nos conocemos de nada y nuestro primer encuentro se remonta a la despedida de solteros conjunta que hicieron los novios el fin de semana anterior, donde nuestras miradas se cruzaron en infinidad de veces y donde tu cara y tu cuerpo se me quedaron clavados en la mente.
Ese día sólo pudimos cruzar unos leves saludos, pero fueron suficientes como para que tu dulce voz fuera una maravillosa sinfonía de notas perfectamente dispuestas.
Tú vas vestida de forma espectacular, eres sin duda y, con permiso de la novia, la verdadera reina de la boda, el centro de todas las miradas, las masculinas de lascivia y las femeninas de envidia y, por supuesto la culpable de todos y cada uno de los sueños eróticos y en ocasiones casi pornográficos que me han invadido durante la última semana.
El vestido deja al descubierto tu espalda dejando entrever el inicio de un maravilloso culo, además el escote y el talle del vestido moldean la perfección de tus tetas, su redondez y la excitación momentánea de tus pezones, indicación clara de que no llevas sujetador. Todo ello provoca que la imaginación haga su trabajo y entre todos los invitados se noten más de una polla empalmada por tu culpa.
Hoy me he propuesto que seas mía, de nadie más, pues deseo tener entre mis manos y mi boca esas tetas perfectas, poder comerme tu boca, acariciar tu culo y follarte como te mereces. No se como lo haré, pues mi mujer está conmigo, pero se me ha metido en la cabeza conseguirlo.
Antes de la ceremonia nos cruzamos varias miradas de complicidad, tú estás con tu grupo de amigas y nosotros con nuestro grupo de amigos, pero ambos nos hemos colado estratégicamente para que podamos vernos y mirarnos.
Yo aprovecho para guiñarte un ojo y sonreirte, tú por tu parte me dedicas una pícara mirada acompañada de una leve sonrisa, al tiempo que estiras tu vestido, remarcando aún más tu figura.
Nosotros entramos a la ceremonia antes y nos colocamos en la mitad de los bancos dispuestos para los invitados, al poco rato entras tú, me buscas con la mirada y al localizarme te colocas justo en la fila delantera a la mía, con lo que durante toda la ceremonia me dedico a admirar tu precioso culo, advirtiendo cuando te sientas la silueta del tanga que llevas puesto. Tus movimientos al sentarte y levantarte provocan, muchas veces de manera premeditada por tu parte, que tu silueta se marque más aún y tus tetas y culo queden más expuestos.
Al salir de la ceremonia yo estoy cardiaco, procuro disimular como puedo la erección que me has provocado con la sola visión de tu perfecta anatomía moviéndose delante de mi enfundada en el maravilloso vestido que has elegido.
En la salida te busco con la mirada, y también premeditadamente, nos acercamos hasta donde tú estás con la excusa de saludar a la gente que se encuentra en tu grupo, pues con algunas chicas estuvo hablando animadamente mi mujer el pasado fin de semana.
Cuando te saludo con los dos besos de rigor aprovecho para agarrarte de la cintura, y palpar tu cuerpo, bajando por un par de segundos mi mano hasta tu culo, tú no protestastes, lo cual me sirvió como señal de que tenía permiso y vía libre para ir a por ti esta tarde-noche.
En el saludo también aproveché para soplarte suavemente en el oido y en el cuello, haciendo que tu piel se erizase y tus pezones se marcasen aún más en la fina tela de tu vestido.
Mi mujer se dedica a saludar al resto del grupo de amigas, sin darse cuenta del pequeño juego que tenemos entre los dos. Es peligroso, pero eso le añade morbo y el premio final merece la pena.
Nos ponemos a hablar tú y yo animadamente, pero con una voz susurradora para que sólo nos oigamos nosotros, aprovechando ese momento de soledad me acerco a tu oido y te susurro:
“Me has puesto como una moto, esta noche no te escapas sin que te de tu ración de polla, zorrita”.
Tu sonrisa me demuestra que te ha gustado y estás deseosa de que cumpla con mi promesa, al momento me replicas:
- “¿Acaso me estás diciendo que quieres follarme?, jajajajaja
- “No, no te estoy diciendo que quiera follarte, sino que voy a follarte y que vas a disfrutar como nunca en tu vida”
- “Jajajaja, eso tendrás que demostrarlo, que luego se os va a todos la fuerza por la boca”.
- “No te preocupes que te lo demostraré”
Y diciendo eso puse mi mano sobre tu culo, dándote una suave palmada para que te hizo dar un respingo.
El resto del tiempo hasta llegar al salón donde se celebraba el banquete pasó sin grandes novedades, más que alguna mirada lasciva por ambas partes y varias insinuaciones por la tuya, que no hacían otra cosa que calentarme sobremanera.
Al llegar al salón de celebraciones, nos encontramos que primero había un cóctel de recepción que duraba una hora, aproximadamente,………. allí nos buscamos rápidamente con la mirada hasta que nos encontramos.
Tú te diriges a la barra a por una bebida, mientras que yo aprovecho la excusa para ir a por otra para mi también.
En el pequeño tumulto de gente que hay para pedir bebidas nos colocamos tú delante y yo detrás, lo que aprovecho para apoyarme en tu culo y cogerte bien por la cintura, al tiempo que te soplo suavemente en la nuca….quiero que te excites y para eso bajo disimuladamente una mano metiéndola por debajo de tu vestido y alcanzando con mis dedos tu tanga.
Se te nota claramente la humedad producto de la excitación, pues tu tanga está ya húmeda. Notas como mis dedos empiezan a jugar en tu coñito, primero por encima del tanga pasando de arriba abajo y presionando levemente con la punta de mis dedos.
Nos toca pedir la bebida, cada uno solicita la suya, y mientras nos la preparan me acerco a tu oído, aún con mi dedo jugando en tu coñito y te digo:
- “He visto que a la entrada de los salones hay una sala vacía donde no entra nadie, te veo allí en cinco minutos…….”
Y al mismo tiempo meto un par de dedos en tu coño, haciendo que te estires y dificultándote el guardar las formas, sin embargo tú me respondes con una sonrisa y un “pensé que eras maricón y no querías un buen polvo, allí estaré y espero que cumplas bien”.
Cada uno recoge la copa que ha pedido y se va hacia el grupo de amigos con el que está, pero sin dejar de dirigirnos miradas pícaras continuamente.
Al poco tiempo me levanto con la excusa de una llamada urgente y me voy hacia nuestro lugar de encuentro, mirándote de reojo para ver que es lo que haces tú, que me sorprendes levantándote y dirigiéndote también al mismo lugar donde estoy yo.
Llego hasta la puerta del salón indicado, miro a ambos lados y en cuanto estás justo detrás de mi abro con rapidez y nos metemos dentro, cerrando con cuidado para que no nos oiga nadie.
Nada más darme la vuelta te veo de pie, mirándome, me acero a ti y con furia empiezo a comerte la boca, metiendo mi lengua todo lo que puedo dentro de tu boca, recorriéndola de arriba abajo, al tiempo que te muerdo los labios, primero el de arriba y luego cogiendo el labio de abajo con mis dientes.
Mis manos recorren todo tu cuerpo con rapidez y furia, mientras que los tuyos hacen los mismo con tu cuerpo. En un momento acerco mis manos a tu culo y a tus piernas y empiezo a subirte el precioso vestido que llevas puesto.
En cuanto lo he subido lo suficiente cojo tus piernas y te las levanto, quedando enganchada a mi por la cintura con tus piernas, empiezo a andar un poco y te apoyo con brusquedad contra la pared….tú habías aprovechado para sacarme la polla del pantalón, la excitación ha hecho que la lleve totalmente empalmada y en cuanto te he llevado contra la pared aparto un poco tu tanga y……. de un golpe te la meto hasta dentro.
Tu grito, mezcla de placer y mezcla de sorpresa queda ahogado en mi boca, ya que en ningún momento he dejado de comértela.
Ahora marco un ritmo desenfrenado, sacando mi polla de tu interior casi al completo y embistiéndote con fuerza al momento, lo que hace que subas y bajes acompañando el movimiento de penetración al que te estoy sometiendo.
En esta posición, aprovecho para deslizar un poco la parte superior del vestido y así sacarte las maravillosas tetas que tienes, las cuales acaricio, amaso y beso en un primer momento, para luego comérmelas al ritmo dela follada. Milengua y dientes juegan en tus pezones, que ya están totalmente erectos.
Aprovechando que tus labios se encuentran libres me pides que te de más:
- Tú: “Dame más cabrón, fóllame como la zorra que soy, quiero tu polla bien dentro”
- Yo: “ Toma zorra, te gusta que te follen así, verdad guarra?, mira que eres puta, llevas pidiendo polla desde que nos vimos, pues aquí la tienes, disfrútala”.
- Tú: “Ahhhhh, cabrón, me estás matando, si paras te la corto hijoputa….sigue follándome así”.
- Yo: “Tranquila zorrita, que vas a tener polla siempre que quieras”
Tus suspiros delatan que te gusta y que tu corrida está cercana, yo mientas sigo manteniendo el fuerte ritmo de penetración.
En un momento te anuncio que estoy a punto de correrme, tú me indicas que también que no me pare, pero que no me corra dentro…….
Sigo empujándote con fuerza, notando como te vas contra la pared cuando empiezas a gritar, teniendo que taparte la boca con mi lengua y mis labios……te estás corriendo como una perra, me encanta verte así.
Cuando terminas de correrte me miras a los ojos y me dices: “un polvo genial cabrón, pero ahora me toca a mi hacerte disfrutar”.
Te sacas mi polla de tu coñito te agachas y así, con el vestido en la cintura empiezas a comerme la polla con ansia, es la mejor mamada que me han hecho en mi vida……pronto empiezo a gemir y te digo que me voy a correr……no quiero que te manches y por eso hay que avisar con tiempo.
Sin embargo tú me sorprendes de nuevo y, cuando me voy a correr te sacas la polla de la boca, bajas el escote de tu vestido y apuntando a tus maravillosas tetas dejas que me corra en ellas, esparciendo luego toda mi leche por ellas.
Finalmente nos besamos de nuevo con pasión, como queriendo comernos el uno al otro, mientras tú terminabas de esparcir mi leche por encima de tus tetas para finalmente ponerte tu precioso vestido.
Justo cuando estábamos en la puerta para irnos te acercas a mi oido y me susurras: “esto hay que repetirlo, que ha sido muy rápido y quiero disfrutar más de esa polla tan estupenda”.
Mi respuesta no se hizo esperar y lamiéndote la oreja y el cuello te respondo: “tendrás rabo siempre que quieras zorrita.”
Me sonríes y metiendo tus manos bajo tu falda te quitas el tanga mientras te miro con algo de sorpresa……me lo entregas y me dices: “es mi ramo de novia…..que mejor en una boda que llevártelo de recuerdo, no”.
En ese momento salimos y volvimos con el resto de la gente.
CONTINUARA………………????