En la boca del lobo
Lucía se reencuentra con su primo con él que vivió toda su infancia luego de 8 años sin verlo. Basado en hechos autobiográficos. Es mi primer relato, espero que les guste!
Siempre fui diferente a las demás chicas de mi edad. Desde pequeña me gustaba jugar al fútbol, trepar árboles y pegarnos patadas con mi primo. A pesar de que él era dos años menor que yo, teníamos el mismo tamaño entonces
luchabamos
sin ningún problema. Mi familia no era muy grande, vivíamos todos juntos en un gran terreno: mi abuela, mi
tio
con su esposa y su hijo, mis padres y yo. Cada uno tenia su propia
casita
, pero
compartiamos
el enorme patio y el baño.
Todas las tardes, cuando volvía del jardín de infantes, siempre iba a ver a mi
primito
.
Prácticamente
era como el hermano que no tenia. Eramos mejores amigos, totalmente inseparables... Los mejores recuerdos de mi infancia se relacionan con él. Años después comprendí porque esos recuerdos
significaban
tanto para mi. Por ejemplo, una de tantas tardes
jugabamos
abajo de la mesa del comedor de la abuela cubiertos de frazadas.
Habiamos
armado un escondite acompañados por nuestros osos de peluches, y de repente
Federico
me clavo la mirada
diciendome
"Sos muy linda, muy pero
muuuy
linda" ¿Un nene de 5 años coqueteando con su prima? Lógicamente en ese momento no reaccioné, solamente grité un "
Callate
mentiroso!" seguido de un oso gris que fue a parar a su cabeza. En ese momento mi mente inmadura
suponia
que mi único primo varón me estaba haciendo una broma. Yo tenia casi 8 años, pero eso no me impedía verme fea: apenas me peinaba, tenia el pelo corto con
rulitos
, media
gordita
, y siempre me la rebuscaba para estar
desprolija
a pesar de los peinados llenos de
brochecitos
de colores que me hacia mi mamá. ¿Por qué
Fede
iba a verme diferente? Si todos los nenes en el colegio me decían
fea y gorda. ¿Qué ganaba
Federico
diciéndolo a cada instante? Solamente conseguía más golpes o gritos de mi parte.
Pasaban los años y nuestra amistad fue creciendo cada vez más. Aunque de todas formas, tenia un grupo de amigas que comencé a ver más seguido. Eramos compañeras de escuela y vecinas, por lo que también estaban en mi casa muy a menudo. A veces sospechaba que mi mamá quería que pase más tiempo con ellas que con mi primo. Años después comprendí que era porque yo me comportaba como un varón, y no me gustaban las cosas de nenas. Estúpidas ideas de mi madre, pero en fin... Volviendo al relato: mis amigas siempre me comentaban cosas muy irreales para mi "
Fede
me contó que a veces cuando te estás vistiendo te espía por la ventana" "Tu primo quiere casarse con vos, pero yo le expliqué que está prohibido y se enojó" "Dice que te quiere dar un beso.. en la boca!" y demás cosas de niñas, que no
creia
en absoluto. Luego de escucharlas estallaba en risas y aunque les explicara que era como un hermano para mi, sus comentarios no cesaban.
Cuando cumplí 11 años, hubo una pelea familiar que provocó que me mudara no muy lejos. Pero como la disputa era entre mis padres y los de
Federico
, me prohibieron verlo. Al principio sufrimos
muchisimos
los dos, un par de veces nos
escapabamos
del colegio para vernos pero como nos descubrieron decidimos dejar de lado nuestra amistad para no causar más problemas a la familia.
De esta forma, perdí contacto con él durante 8 años. Perdimos miles de momentos hermosos, miles de peleas que terminan con un abrazo, miles de salidas. Y todo eso fue arrebatado por problemas ajenos a nosotros. Fue muy injusto, demasiado.
Aunque, por suerte, nuestros vieron que la poca familia que eramos
debiamos
estar unida. Esto llevo a que
comienzen
a haber llamados con la excusa de "¿Cómo está la
abuelita
?" y, por suerte, volvió la paz y se organizó una cena para festejarlo. Por suerte, te pude volver a ver...
Al principio no tenia ganas de ir, estaba atravesando por una etapa típica para algunos adolescentes: me
sentia
fea, gorda, tenia pocos amigos, no salia mucho y odiaba estar rodeada de mucha gente. Mis padres me convencieron que vaya ya que me daban la opción de irme temprano si me
aburria
, por lo que accedí. Apenas ingresamos a la casa, pude ver llena de
alegria
el gran abrazo que se dieron mi abuela, mis
tios
y mis padres. También pude ver a pequeños niños revoloteando por la casa, 3
primitos
nuevos que los conocía por primera vez. Pero solo alguien se robaba mi atención: un chico de 17 años, mucho más alto que yo (calculo que casi 1.80), flaco pero con el cuerpo típico de un futbolista, mirada penetrante y labios perfectos acompañados de un lunar que siempre me llamó la atención. Gracias a dios,
habia
revuelo a mi alrededor por lo que nadie pudo ver mi cara al encontrarme con
Federico
.
Ninguno articulaba palabra, solo nos mirábamos como si fuéramos dos
desconocidos
... o si estuviéramos en un boliche y viéramos a pasar frente a nuestros ojos la persona perfecta para pasar una noche. Luego de unos pocos pero intensos segundos,
Fede
fue el primero en hablar
-
Luci
... Hola... ¿Qué haces vestida así tan... rara? Pero debo admitir que los labios negros te quedan bien... y esa
pollerita
también -de pronto hizo una breve pausa y siguió con una risa cambiando de tema - Se nota que cambiaste... Ahora te peinas!
jajaja
- Siempre vos el mismo tonto, no cambias más... Me hiciste mucha falta boludo - le dije aparentando voz tranquila.
Ambos nos acercamos al mismo tiempo para darnos un abrazo y pude sentir su calor. Esos abrazos eran únicos, me hacían sentir bien como nunca nadie lo pudo hacer, pero con una pequeña diferencia: esta vez
habia
una gran dureza en su entrepierna que, al parecer, mi primo no trataba de disimular.
Durante la cena, su presencia me perturbaba, no podía dejar de mirarlo como a la vez tampoco
podia
dejar de sentir su mirada en mi recorriendo mi cuerpo. La gente que había a nuestro alrededor ni lo notaba. Luego de la comilona hubo brindis y baile hasta altas horas de la madrugada. En un momento pensé "Es mi momento para aprovechar..." pero hubo una voz interna que me dijo casi al instante "¿para aprovechar qué? Mejor
andá
retirándote antes que cometas algún error que provoque otra pelea..." Como ya era tarde para pedirme un
remis
, me fui a acostar a la habitación de mis primos más chicos con la excusa de que iba a cuidarlos. Cuando llegué me encontré con la sorpresa de que los 3 pequeños no estaban, seguramente dormían en la habitación de al lado. Entré, prendí el televisor, me acomodé en una cama vacía y comencé a relajarme...
Tirada en la cama pude observar con detalles la habitación en la que me había metido: una cama matrimonial,
posters
de "
Wisin
&
Yandel
", otro de un jugador de
Basquet
que no reconocí y bastante desorden. En la
mesita
de luz había una foto de un pequeño sentado en el suelo y una niña dándole un beso en la mejilla, me incorporé de repente y comprendí justo en el momento en el que
Federico
entraba en la habitación: me había metido en la boca del lobo...
- Si estás acá tirada en mi cama, quiere decir que durante toda la noche pensaste lo mismo que yo...
Nota: Perdón por cortar acá el relato, es que la otra parte la estoy terminando. Estaba ansiosa por subir el primero! Quiero saber que piensan, en que puedo mejorar. Desde los 14 años que escribo, pero nunca publique nada. Recién ahora con 18 años pude animarme. Gracias por leerlo!
En breve voy a estar subiendo la segunda parte :)