En la boca del lobo 2
¿Qué pasó con Lucía y Fede en la habitación? Acá la continuación del encuentro de estos dos primos.
-No no no... esperá... no pensés cualquier cosa... yo... estemmm... me dolía la cabeza y... había mucho ruido y... -tragué saliva y continué con mi flojo discurso -Yo no estuve pensando lo mismo que vos... eso creo... emmm... ¡no! no pensé lo mismo porque basicamente no sé que... estás... pensando
Mientras pronunciaba las últimas palabras ví como la cara de mi primo se iba transformando hasta convertirse en una gran sonrisa seguida de una carcajada
-Te iba a decir que si querías que vengamos acá a charlar tranquilos para actualizarnos después de tanto tiempo, porque abajo entre todo ese ruido era medio difícil.. ¿Vos qué pensaste loquita?
-Nada... absolutamente nada -respiré profundo y desvié mi mirada hacia el suelo.
Él lentamente se fue acercando para quedarse sentado en la otra punta de la cama. Tuve el presentimiento que se dió cuenta que su presencia me perturbaba. Posiblemente, la imagen que tenia ante sus ojos era patética: ahi estaba su primita sentada al borde de la cama luciendo un aspecto de "nena mala" (vestida como punk, pintada excesivamente con maquillaje color negro junto a mi pelo corto con algunas mechas rojas) pero su voz y su cara ruborizada mirandose los cordones de sus zapatos no combinaban con el aspecto que queria aparentar.
Hubo unos minutos de silencio absoluto hasta que Federico comenzó a hablar. Comenzó a contarme sobre su vida en estos años: basquet, campeonatos, salidas, el nacimiento de sus tres hermanos, anécdotas con la abuela, etc. Hasta que tocamos un tema que me hizo dar un respingo, algo que me hizo ver que el cariño que le tenia iba más allá de una amistad.
-Tuve 5 novias de verdad pero solo me garché a 3 de ellas. Las otras dos eran vírgenes y me dijeron que era muy pronto perder su virginidad... ¡Entonces las dejé! jajaja -al ver como mis ojos se iba agrandando a medida que avanzaba su relato hizo una pausa y me aclaró -No las amaba de verdad Luchi, sino no las hubiera dejado... no quiero que pienses que yo...
-No es eso Fede... no es eso- dije tristemente mientras mi mirada otra vez se desviaba al piso -es solo que me resulta extraño hablar de sexo adelante tuyo... Bah, en realidad me resulta raro hablar de sexo con cualquiera porque yo nunca...
-¿QUÉ? ¿Con 19 años sos virgen?- exclamó mi primo al mismo tiempo que se levantaba de su lugar -decime que es un chiste Lucía, por favor!
-¿Qué te pensás nene? ¿Tiene algo de malo ser virgen? Nunca se me presentó la oportunidad y punto. Tampoco es algo que me importe demasiado eh... - respondí bastante molesta ya que odiaba ese tipo de comentarios de la gente.
Como dije anteriormente, nunca me considere bonita. Pero era muy común para mi recibir comentarios como por ejemplo "Una chica hermosa como vos no puede estar sola sin novio". Tal vez no era fea, sin embargo no era la más hermosa. Digamos que era (en realidad, soy) una chica normal: 1.60, ojos marrones grandes con muchas pestañas, con la cantidad justa de tetas y una contextura física tirando a gordita. Lo único bueno que destaco de mi (y las personas de sexo masculino también) es mi culo. No hago demasiada gimnasia pero siempre estuvo bien paradito, redondo y firme.
En fin, volviendo al relato...
Estabamos los dos al borde la discusión, yo comenzaba a mostrar síntomas de enojo por lo que Fede se dió cuenta y decidió interrumpir.
-Voy a poner música, si no te gusta o te molesta avisame
-Es tu casa bobo, podés hacer lo que quieras jaja -respondí con una sonrisa falsa
Federico me regaló una mirada picarona, levantó las cejas como si se le hubiera prendido una lamparita en su cerebro y respondió:
-Ok, vos me dijiste que haga lo quiera. Muy bien... es eso precisamente lo que voy a hacer -y así sin decir más se sacó la remera que llevaba puesta para tirarla al suelo
-¡Pará! ¡¿Qué hacés?! -mi voz mostraba una rara mezcla de exitación y miedo -ya no te aguanto más, mejor me voy a la otra habitación
Me levante bruscamente y de un solo salto me dirigí hacía la puerta cuando Federico se interpuso en mi camino. Solo nos separaban escasos centímetros y podía notar su respiración agitada. ¡No lo podía creer! Mi primito me estaba provocando una re calentura, esos labios adornados por un pequeño lunar estaban haciendome fantasear cosas únicas. Ese cuerpo adolescente hacia que mi mente se nuble completamente olvidandome de todo lo demás. Y su mirada llena de deseo me llenaba de gozo haciendome creer que el sentía lo mismo por mi. Mi rostro estaba encendido con una combinación de vergüenza, pasión y calor.
-Lu, ¿Alguna vez besaste a un chico menor que vos?
-mm... no que yo sepa -respondí totalmente pérdida en sus ojos -si es poca la diferencia de edad no importa
-¿dos años es mucho para vos?
-no, no me importa- dije más segura de mi misma, sabiendo lo que se vendría después
-y... si es un primo tuyo... ¿te importaria?
En ese momento comprendí que la seguridad que tenia segundos antes habían desaparecido completamente. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, pero casi involuntariamente respondí en un susurro:
-Si la voy a cagar, lo voy a hacer bien. Yo sola me metí en la boca del lobo. Por eso mismo, dejá de hacerme preguntas estúpidas y besame de una vez
Simplemente pasó un milisegundo desde que terminé mi frase cuando pude sentir sus labios chocando con los mios. Tal fue mi sorpresa que me quede inmovil sin responderle al beso apasionado que me queria brindar
-Lu... por favor...dejame que... -murmuraba mientras continuaba rozando sus labios con los mios tratando de hacerme reaccionar.
De repente reaccioné, como si fuera un volcán en erupción, me colgué de su cuello y comenzé a besarlo como si fuera el último. Mis manos se perdian en su pelo, mientras sus manos acariciaban mi cintura bajando de forma disimulada hacia mis muslos. Perdí contacto con la realidad, me entregué completamente a sus brazos. Lentamente me fue llevando hasta el borde de la cama para luego empujarme con delicadeza. Cerré los ojos y suspiré, como señal de mi entrega física y mentalmente. Al parecer Fede comprendió mi gesto porque sin bacilar comenzó su labor.
Con pequeños besos iba recorriendo mi cuello y mi rostro, subiendo y bajando, pasando ocasionalmente por mis labios. "esto es un sueño" me repetia a mi misma, hasta que mis pensamientos fueron interrumpidos por una ola de placer que recorrió mi cuerpo. Sin darme cuenta, Federico ya había echo a un lado mi musculosa junto al corpiño para seguir su camino de besos por una zona inexplorada por ningún chico. Yo solamente clavaba las uñas en su espalda tratando de acercarlo más a mi. Estaba como poseída, embriagada de pasión... por lo que decidí tomar la iniciativa yo.
De un salto, giramos de tal forma que lo obligué a quedarse recostado en la cama mientras me montaba encima de él. Su carita mostraba asombro, y con una gran sonrisa le dije:
-si me voy a portar mal, lo voy a hacer bien... -y para sorpresa de ambos, tuve el valor de comenzar a desabrocharle su pantalón.
Nota: Gracias por sus comentarios! Otra vez pido disculpas por cortarla acá, es que ando estudiando y prefiero ir subiendo así de a poco antes que tardar mucho en la próxima parte :)
En breve publicó la tercera -