En la biblioteca... (2)
Yo caí desplomada sobre su pecho desnudo, el me abrazo y susurro a mi oído, corazón nunca me habían montado así...
Él se paró y su cintura quedo a la altura de mi cara, acerque mis manos a su pantalón y lo desabotone, baje el cierre y lo jale hasta el suelo, el saco sus pies, después tome sus boxers de la cintura y se los quite, yo me pare y el se sentó, me arrodille y tomé su pene con mi mano y comencé a acariciarlo, subiendo y bajando mi mano con ternura, hasta que el puso su mano sobre la mía y apretó mi mano sobre su pene, yo seguí con el movimiento de sube baja por un rato hasta que el comenzó a gemir, entonces sus manos buscaron mi pecho, tomo, la orilla de mi blusa y la paso sobre mi cabeza, y después fue hacia mi espalda y abrió mi sujetador y me lo quito, yo a mi vez solté su pene y le quite también la camisa.
El tomo mis pechos entre sus manos y comenzó a acariciarlos primero, yo tenía un dolor entre las piernas porque no había quedado satisfecha, por lo que reaccione con gran entusiasmo cuando comenzó a estrujar mis pechos, yo comencé de nuevo a gemir de placer.
Por lo que incline mi cabeza hacia su pecho y comencé a besar y chupar su pezón con fuerza, eso lo sorprendió y su pene se puso aun mas duro, él tomo mi cabeza entre sus manos y la bajo a su pene, yo tome su pene con mis manos y lo comencé a lamer, al principio nada mas la puntita y después metiéndolo en mi boca cada vez un poco mas hasta que tomo mi cabeza con sus manos y comenzó a empujar cada vez mas y mas, justo cuando sentí que estaba a punto de estallar, pare y le dije ahora te toca a ti de nuevo, el abrió los ojos con suplica y me dijo por favor termina, que no vez como estoy.
Por lo que me apiade de él y le pedí que se recostara en el sillón, me senté arriba de él y comencé a pasar mis labios vaginales sobre su pene, sin permitir que este penetrara en mi, hasta que yo también comencé a gemir, entonces me levante, y tome su pene con mi mano e introduje la punta en mi panochita, él por su parte llevo sus manos a mis pechos y comenzó a estrujarlos, dándome pequeños pellizcos a mis pezones, lo que me hacía gritar de placer, yo por mi parte subía y bajaba, sobre su pene, lo comencé a cabalgar, de manera continua, subía y bajaba, y sacaba su pene fuera de mi y lo volvía a meter hasta el fondo, una y otra vez, para arriba y para abajo, contrayendo mi vagina en cada salida.
El comenzó a gritar:
si dame duro vaquerita, dame con todo vaquera.
Yo también comencé a gritar: dime vaquerita, dime vaquerita, mi cabeza comenzó a girar de placer, yo no podía parar
Si, así mas fuerte, mas, mas, hasta que los dos alcanzamos el clímax al mismo tiempo y fue una sensación maravillosa.
Yo caí desplomada sobre su pecho desnudo, el me abrazo y susurro a mi oído, corazón nunca me habían montado así.
Desde entonces cada vez que nos vemos aprovechamos para estar solos y practicar a montar, pero eso se los contare en otra oportunidad