En familia
El se despertó con una gran sorpresa.
En Familia
Odio despertarme con una erección. Antes de espabilarme, incluso, mi mano ya estaba bajo las sabanas intentando domar la bestia. Mis párpados temblaron y cambie mi posición para masturbarme mejor. Me pajeé ferozmente bajo las sabanas y, después de unos minutos, me corrí.
Suspirando, quité lentamente las sabanas de sobre mi cabeza. Limpié mi mano en un costado de la cama y empecé a levantarme. Vi a mí alrededor, y mi madre estaba mirándome fijamente boquiabierta. Mi mente pervertida pensó inmediatamente que la forma ideal para llenar ese espacio, era mi verga.
Incapaz hablar, ella tartamudeó. Vi a sus ojos pero estos no me devolvieron la mirada. No podía despegar la vista de mí, aún medio erecta, verga. Agarré una toalla del respaldo de una silla cercana, y empecé a ponerla alrededor de mi cintura. Mi madre había recobrado la calma suficiente para susurrar un "No". Creyendo que había escuchado mal, termine de taparme con la toalla y pase junto a ella camino al baño.
No lo logré. Cuando estuve al alcance de sus manos, ella agarró la toalla y de un tirón me la arrancó y, agarrando mi brazo, me hizo girar en redondo. Su mirada estaba llenas de lujuria. Mi madre me miró de arriba abajo como si quisiera comerme. Sus ojos se detuvieron en mi verga. "Es tan grande como la de tu padre" - Dijo y, antes de que otra palabra saliera de sus labios, ella se dejó caer de rodillas y tragó entera mi polla.
Cuando mi miembro comenzó a erguirse en su boca, pensé sobre lo que estaba haciendo o lo que estaba permitiéndole hacer. Aunque mi verga habían alcanzado ya toda su extensión, me las arreglé para emitir un "No". Por toda respuesta, ella continuó tragando mi falo hasta que mis rodillas temblaron. Nadie había tragado toda mi verga antes. Agarré a mi madre por los hombros, la puse de pie y, sin mirarla o pensar en lo que estaba haciendo, la tiré hacia mi cama.
Tiré de la bata que llevaba puesta y fui premiado con la siempre bella vista de una mujer desnuda... debajo de ésta no llevaba nada más que su piel maravillosamente lisa. Sus senos eran absolutamente redondos con las areolas grandes de color castaño oscuro, simplemente perfectas para chupar. Los pezones ya habían empezando a endurecer. Comencé a chuparlos mientras me preguntaba lo que se sentía ella al tener su hijo chupando sus tetas de una manera sexual.
Me moví de un pezón al otro mientras ella se retorcía bajo mi lengua. Yo empecé a bajar lentamente por su cuerpo. Cuando llegué su raja, me sorprendió que ella ya estaba mojada, muy mojada. Cuando yo bajé mi cara para disfrutar de su dulzura, ella agarró mi barbilla. "Permítame hacerlo, también" - dijo. Le di vuelta y me puse debajo de ella y así cuando volvió a engullir mi pene, estábamos en la posición del 69, me costó mucho no correrme en ese momento. Comencé entonces a lamer su chocho como un gatito que bebe su plato de leche...
Después de unos momentos, mi madre tuvo un espasmo y una abundante corrida inundó mi boca. Aunque yo agarré sus caderas e intenté continuar comiéndola, ella se soltó de mí y se dio la vuelta. Sin sacar mi verga de su boca, ella se puso entre mis piernas. Ella sorbió mis pelotas, y lamió mi culo ferozmente. Nunca me habían lamido el culo, pero después de cuatro lengüetadas, extendía mis piernas para darle mejor acceso. Con gran deleite de mi parte, ella empezó a abrir lentamente mi culo con su lengua. Una vez era totalmente dentro, comenzó a girarla en círculos logrando volverme loco de placer. Ella empezó a regresar lentamente con su lengua hacia mi verga...
"¡Lo disfrutaste!", dijo y empezó a lamer al pre-semen que había caído en mi estómago. Cuando termino de lamerlo, ella regresó a verga como intentando ganar el premio a la mejor mamadora de vergas y, mientras chupaba, comenzó a amasar mis testículos. El mundo empezó girar. En algún momento, ella deslizó su dedo índice en mi culo. Era lo que faltaba... empujé con mis caderas, y disparé chorros de leche en su boca. Al sentir los impactos mi madre empezó a tragar.
Cuando terminé de correrme, ella empezó a chupar mi verga muy suavemente. Increíblemente, empezó a ponerse dura de nuevo. Yo gemí y de pronto escuche desde la puerta "Sus mamadas han enviado a dos de tus hermanos a la universidad". Intenté sacar mi verga de su boca mientras mi padre y uno de sus amigos, José, se reían de lo que a mí no me parecía un chiste. "Está bien hijo... deja que lo chupe". Luego se dirigió a mi madre y le dijo: "¿Cariño, te importa si disfruto un poco de esto también? Ya sabes, también ayude a hacerlo." Refiriéndose a mí.
Me encontraba perplejo. Primero mi mamá juega sexualmente conmigo y me chupa la polla, y ahora mi padre quiere participar. Yo ni siquiera me moví cuando mi padre posó su boca alrededor de mi pene. ¡Oh Dios! Su boca se sentía tan buena como la de mi madre. Yo gemí una vez y me puse a disfrutar.
Mientras tanto, mamá estaba trabajando con su mano el frente de los pantalones de José. Él no necesitó invitación alguna. Cuando mamá empezó a tirar de sus pantalones hacia abajo, él la jaló por sus hombros para que ella chupar mejor. Nunca se le tiene que decir a un profesional dos veces. Ella empezó a chupar su miembro febrilmente, mejor aún que lo que me había hecho. Pero, entonces, probablemente debería haberme corrido de inmediato. Y papá era más que suficiente para lograrlo.
Solo habían pasado cinco minutos desde que mi última corrida e hinché las mejillas de papá como yo lo había previamente con las de mi madre. Gracias a Dios papá no lo tragó, pensé.
Él soltó mi verga y con su boca llenada de mi semen, se dirigió a mamá. Cuando senté a ver lo que iba a pasar, José se sentó porque él ya sabía. El papá empujó a mi madre hasta ponerla en posición de perrito con el culo al aire. Él escupió mi semen en el trasero de mamá y me llamó. Yo no podría creerlo. Él quería que follara a mi madre por el culo Aún cuando me había corrido tres veces en la última hora, mi verga estaba aún firme como una roca...
Usando la lubricación que papá y yo habíamos proporcionado, empecé a insertar mi verga en el culo de mi madre. En cuanto me sintió empujar contra su culo, ella empezó a empujar hacia atrás. Después de un par de segundos, mi verga se encontraba totalmente enterrada es su trasero. Antes de que yo pudiera recobrar la compostura y pudiera disfrutar la estrechez de ano, ella empezó a impulsarse contra mí.
Mi padre se había colocado junto a la boca de mamá y se encontraba ahora al lado de José. En cuanto ella viera su verga, dejó la de José y empezó algún chupar en serio. Mientras tanto, José la agarró sus caderas para evitar que se moviera, y se deslizó bajo ella. Un momento después, yo podía sentir su gorda verga estirando la raja de mamá y obligando a su culo a apretarse más aun. Yo gemí y empecé a follarla tan duro como yo pude. Ella, aún con la verga de papá en la boca, pasó las manos hacia atrás para abrirse las nalgas.
José estaba disfrutando con las sensaciones que recibí de mi penetración anal y de papá estaba empujando su verga hasta el fondo de la garganta de mi madre. Excitado, agarré a mi madre por los hombros y empecé a clavarla más duro y rápido de lo que lo había hecho antes en mi vida. Su obviamente lo disfrutaba porque cuando miraba hacia abajo, había semen en toda mi verga. Esto casi me llevó al límite y José lo supo cuando sintió el latido de mi miembro. Él quitó sacó su verga del chocho de mamá y le dijo a mi padre que también se retirara.
El papá me aconsejó que hiciera el mismo. En cuanto yo saque mi verga del culo de mamá, José preguntó "¿Te gustaría correrte en la raja de tu madre?" Como respuesta, puse a mi madre de espaldas y empujé mi palo en su chocha. Yo sólo aguante unos instantes. Cuando sentí que la leche se me agolpaba en las pelotas, miré a Papá y José. Papá dijo: "Córrete en ella" y yo lo hice. Empujé mi verga hasta el fondo de su raja y la inundé mientras ella venía incesantemente. Finalmente saque mi verga de su chocho y me senté en el suelo. Yo iba a comentar que José y el papá no se habían corrido, pero ellos resolvieron ese problema tan rápido que tarde más en pensarlo. Los dos caminaron hacia mí y parándose cada uno a un lado de mi cabeza. Papá ni siquiera se molesto en pajearse, solo empujó la cabeza de su pene contra mi boca y soltó los chorros de leche. Yo saque mi lengua para probar y él permitió que el resto de su semen cayera en ella. Tragué.
Yo no podía evitarlo. Yo era el hijo de mi madre. En cuanto yo terminé con papá, José giró mi cabeza para enfrentarla y disparó su semen. Aterrizó en mis labios, mejillas, en mis pestañas y algunos, igual en mi pelo. Yo no me preocupé. Lamí mis labios alegremente y exhibí una sonrisa.
Entonces papá me dijo "Sabes que tu hermana vendrá a casa mañana. Quizá podamos disfrutar más en familia."