En espera del 2 de Marzo

Una agente viajero relata 3 de sus salidas de trabajo aprovechando muy bien esas visitas a distintas ciudades de México. ¿¿Me recibirías en tu ciudad??

En espera del 2 de marzo

Me considero una mujer feminista, no sé que entiendan ustedes por ello, pero estoy completamente a favor de que se nos den las mismas oportunidades que a los hombres. Tal vez alguien piense que soy lesbiana o marimacha, pero no es así, soy muy femenina, pero siempre antepongo mi fidelidad hacia las mujeres.

Esta filosofía me ha llevado a hacer cosas que antes sólo las hacían los hombres, como ir manejando y al ver un chico guapo, gritarle: ¡Adiós papacito!. Coquetear a diestra y siniestra, tener un amante sin que mi marido lo sepa y ahora aceptar un trabajo de agente viajero, trabajo que regularmente era asignado a los hombres. Tengo poco tiempo que acepte dicho trabajo, se me dan muy bien las ventas, tengo la oportunidad de viajar y lo mejor de todo, sola. Les voy a relatar 3 de mis viajes, los pondré en orden cronológico.

2 de diciembre de 2006

Me llama mi jefe ese día muy temprano informándome que tenía que visitar la sucursal de Torreón, recoger las nuevas muestras del producto y entrevistarme con Pete, quien es regiomontano, como yo, pero aceptó el traslado a cambio de un excelente sueldo. Pete ya tiene 6 años en Torreón, se casó y esta haciendo su vida como si fuera de ese lugar.

No pude salir temprano por más que lo intenté, le marqué a Pete a su teléfono móvil para informarle que estaría llegando cerca de las 9:00 p. m. Cuando llegué sentí un frío atroz, se me congelaban las manos y la cara, al salir de los andenes de la central camionera Pete ya estaba ahí, amablemente me ayudó con mis maletas, pero al hacerlo nuestras manos estuvieron en contacto una fracción de segundos donde sentí que algo me recorría, volteé a mirarlo inmediatamente y noté que él también lo sintió mas no dijo nada, sólo me pidió que lo siguiera hacia donde tenía el carro.

Durante el trayecto al hotel donde me hospedaría me fue contando parte de su vida así como el tiempo que tenía en esta ciudad. Al llegar al hotel él espero a que me asignaran habitación y me acompaño hasta la misma para dejarme instalada. Ya en la habitación dejó las maletas y me preguntó que si no se me ofrecía algo más, le dije que sí, que por favor me acompañara a cenar que no me gusta hacerlo sola y a pesar de que ya era tarde yo tenía toda la tarde sin probar alimento, a lo que amablemente me contesto que sí.

Le pedí entonces que me esperara ya que quería darme un baño, porque a pesar del frío no me sentía muy limpia después del viaje. Me metí a la regadera y escuché que él habló por teléfono para informar en su casa que llegaría más tarde, después oí la televisión. Al estar en el agua pensé en él, Pete no es un tipo guapo, pero tampoco feo, tiene un cuerpo normal, ni gordo ni flaco pero es agradable, no sé que tenía pero yo estaba excitada, algo de él me atraía me mandaba señales que me pedían llevármelo a la cama. Pensé entre mi, decide mujer, ¿Comida o cogida? Sí, ya me conocen, jamás dejaré de ser caliente, me decidí por la cogida, aunque a mi en lo personal para coger necesito saber que el tipo en cuestión sea extremadamente cachondo y de Pete no podía saberlo porque obviamente ese no era el tipo de conversación que se esperaba entre nosotros, así que quise jugármela.

Salí del baño sólo envuelta en la toalla, ésta era muy corta por lo que únicamente me tapaba lo más necesario, la cara de Pete no podía ser más expresiva, tenía la boca totalmente abierta, estaba acostado viendo la tele esperando que yo saliera; así que, me acerqué a la cama y le dije: ¿Nunca has visto a una mujer desnuda? Él se rió y dijo ¡claro! Pete estaba recién bañado fue lo primero que noté al conocerlo en la central, tenía el pelo muy mojado que obviamente con el frío tremendo que hacía en la ciudad no se le podía secar, también porque me dio un olor rico a loción de hombre limpio, tal vez esa fue la razón por la que yo estaba excitada.

Ni tardo ni perezoso, me estiró hasta acostarme a un lado de él y comenzamos a besarnos, ahí fue cuando me di cuenta que Pete es un hombre cachondísimo, porque inmediatamente me quitó la toalla diciendo que le estorbaba y sus manos asemejaban las de un pulpo, las sentía por todos lados, en mis tetas, en mi pubis. ¡Cómo estaba disfrutando esos besos! Aun me faltaba más por disfrutar él se fue bajando poco a poco primero a mis tetas diciéndome que desde que me vio se le antojaron, que no podía creer que estuvieran tan grandes, chupo mucho mis pezones y las apretó todo lo que quiso, después bajo por mi vientre hasta llegar a mi panochita depilada y fresca, no lo pensó dos veces y se dedico a darme placer con su lengua, provocando que yo empezara a gritar como una loca debido al placer que me estaba provocando Pete, mis manos no sabían que hacer sólo atinaba a agarrar la cabeza y pegarla más a mi pubis. No se quedó ahí hasta que yo terminara dejándome por eso muy caliente, se paró y se desvistió mientras yo lo veía con una cara de deseo, con los ojos le decía que se apurara, que me urgía tenerlo en mi boca, cuando quedo desnudo se acostó e inmediatamente tome su miembro que con los besos y el sexo oral que me dio estaba súper excitadísimo, firme y duro, era una verga normal pero para mi eso no es importante a mi ya me tenía a mil, así que mamaba su rico falo desde la cabecita hasta los huevos de forma rica, lenta, suave, no es por presumir pero mi boca es caliente suave, enjundiosa, mama como si tuviera una rica paleta de dulce y más porque Pete no fue un hombre callado, no, gemía cada vez que yo metía toda su verga en mi boca, esos gemidos me encendían más, le dije, papito métemela necesito tenerla dentro, cógeme, se detuvo en seco y me dijo no traje condones, ahhh, pero yo sí traigo, poniendo una cara de pinga, inmediatamente sonrió y me paré a sacarlos de mi maleta. ¿ Por qué traes condones? Me preguntó, ¡Porque soy muy puta papacito! Nunca sé cuando un macho me pueda gustar y claro que no me quedaré con las ganas de llevármelo a la cama.

Se puso el condón y me la dejo ir toda, no batallo porque yo estaba muy mojada de mis jugos y de su saliva, me tenía acostada, sosteniendo mis piernas en alto, muy abiertas y el hincado frente a mi con movimientos ricos, era un mete y saca delicioso, cuando sentía que se podía venir se quitaba y me cambiaba de posición, pero lo que más me gustó de la cogida con él es que antes de cada metida me volvía a mamar mi panochita, me puso de perrito y antes de metérmela me volvía a lamer mi conchita, ese hombre me tenía a mil, parecía perra en brama, de verdad, porque el sexo oral es mi obsesión y él lo hacía antes de cada posición. Pero no sólo eso hizo que me gustara su cogida si no que también me daba a mamar su verga, la sacaba de mi panochita toda mojada de sus jugos y me la daba a mamar, a mi no me gusta mamar con condón pero no se sentía el hule, sólo mis jugos estaban ahí.

Cogimos de todas las formas, el climax llegó cuando la metió en mi culito, estaba fascinado Pete con mi culo y se puso peor de caliente al sentir como apretaba yo su verga, esos gemidos que emitió fueron totalmente diferentes, me excito de recordarlos, me lo dijo después, al otro día que nos vimos, que no se imagino nunca que yo pudiera apretar la verga así. Mi adorado Pete después de pasado mucho tiempo de estar cogiendo, me preguntó que si ya quería que me viniera, ¡Qué hombre Dios mío! No se había venido hasta que yo le diera la orden, por supuesto que le dije que si y lo hizo estando dentro de mi culito, yo estaba agotadísima, cuando volteé a ver el reloj habían pasado dos horas y media desde que llegamos a la habitación, fueron dos horas seguidas de estarle duro y dando, Pete es un hombre que sabe controlar muy bien su eyaculación, porque cuando sentía que se venía se quitaba y me besaba o me acariciaba o me volvía a hacer oral, cuando por poco no lo soporta fue cuando lo apreté, tal vez porque no se lo esperaba y nunca lo había sentido o quizá que ya habían pasado dos horas de esfuerzo. Lo que más me gusto de él es que me persiguió por toda la cama, estuve en las cuatro esquinas de todas las formas, pero más cuando hubo un momento que luciendo fuerza y resistencia me sostenía las piernas, me daba dos metidas la sacaba y se agachaba a mamarme sin soltar mis piernas, repitiendo ese mismo movimiento muchas veces, claro que yo gritaba como loca, al sentir verga y lengua, verga y lengua alternadamente.

Después de dos horas de coger, nos levantamos, nos duchamos juntos y salimos a la calle a cenar, muy sonrientes y felices, claro que eso me costó una enfermedad tremenda, de estar en el cuarto tan caliente y salir al frío mi cuerpo no lo resistió y el lunes 4 de diciembre amanecí con la novedad de que no iba a trabajar y con una incapacidad de 3 días. Pero ¿Qué importaba? Pete me había cogido muy rico.

2 de enero de 2007

Después de mi viaje a Torreón, ya pasadas las fiestas decembrinas me encontraba de viaje de nuevo, esta vez a Querétaro, en ese lugar iba a ser recibida por otro regiomontano, Cristóbal, él también aceptó el trabajo allá y más cuando después de eso se casó con una queretana, sus hijas nacieron ahí y eso lo hace feliz. A diferencia de Pete, Cristóbal y yo ya habíamos tenido contacto por internet, de esa forma nos comunicábamos para pasarnos datos, todo era estrictamente laboral, pero de vez en cuando nos hacíamos preguntas personales, así que el día que llegué con él ya lo conocía un poco.

Cuando nos vimos, nos saludamos con gusto y enfilamos hacia el hotel donde yo me quedaría, durante el trayecto le comenté que me dolía el cuello y la espalda que el viaje me había cansado mucho, -tal vez necesites un masaje Paty- me dijo, sí verdad, fue todo lo que dije, porque mi mente calenturienta me decía eso es una proposición, como siempre, queriéndome coger a todos los hombres, no, son imaginaciones tuyas Patricia, deja de pensar sólo en sexo.

Al llegar al hotel de igual manera me acompaño hasta la habitación para ayudarme con las maletas y dejarme instalada, pero yo no necesite decirle que se quedara, Cristóbal me tomó de las manos y me llevó a la cama, diciéndome, -te voy a dar un rico masaje, ven- claro que yo no opuse ninguna resistencia, como dicen, flojita y cooperando, pero de verdad fue muy rico, empezó a darme un masaje tan delicioso que ni cuenta me di cuando me estaba desnudando, pero yo estaba en una situación que a veces me pasa y se lo dije, sabes Cristóbal, tengo muchos días sin coger y eso hace que batalle para excitarme y lo que es peor, no me puedo venir, tengo como un orgasmo atorado, él sólo contestó, ¿Qué me das si logro que lo tengas?, pues no sé, le dije, ¿Qué quieres? Pregunté con algo de reserva, no sabía bien que trataba de pedirme, cuando sin pensarlo me dijo, que me dejes tomarte fotos, ¿Qué? Grité con un tono de espanto, sí, por favor, desde que vi tus tetas me enamoré de ellas, deja que les tome una foto. Me reí y le dije que sí, que estaba bien, pero que a mi no me gusta tomarme fotos, definitivamente no me gusta, jamás me ha gustado como salgo, no me gusta lo que veo y claro que no me refiero a lo gorda, si no a lo fea, también lo hice porque estaba segura que no podría tener mi orgasmo, ese orgasmo atorado, como yo le digo, siempre lo he logrado sacar, porque es la única forma de hacerlo, masturbándome. Déjame a mi, contestó y empezó a tocarme toda, desde el pelo hasta los pies, pero más que nada se detuvo en mi sexo, francamente pensé que yo ganaría esa apuesta, porque yo sabía lo que se tardaría y no creí que él lo lograría y sobre todo que tuviera la paciencia para hacerme llegar.

No sé cuanto tiempo paso, pero fue mucho lo que él me estuvo ahí mamando, logró excitarme con los movimientos de su lengua sobre mi clítoris, su lengua y boca tienen una humedad exquisita, como si me tocaran con algodones mojados, claro que me puso a mil y efectivamente hizo que llegara a mi orgasmo, pero llegué de una forma increíble, como jamás lo he hecho, nadie me ha escuchado pegar ese grito, que si en el hotel alguien lo hubiera escuchado se podría imaginar que habían matado a una mujer, fue un grito que aun me estremece el recordarlo, ese es un mérito para Cristóbal, decir que es el único que ha logrado sacarme ese grito y ese súper orgasmo. Claro que nadie fue a tocarnos para ver que pasaba, podían saber muy bien la razón de mi grito porque jamás he sido una mujer pasiva al coger, no, mientras me mamaba yo le decía muchas cosas y no precisamente al oído, cosas como, así papito, sigue, sigue, no me dejes, por favor no me dejes, ya mero llego, ahí, si ahí, oh qué rico es eso, qué rico me mamas chiquito.

Aún ahora que lo escribo me sonrió de recordar que al terminar yo de llorar y reír como siempre sucede en mis orgasmos, él en lugar de dejar que siguiera yo la que le diera placer, se levantó de la cama y fue por su cámara, tomó muchas fotos, pero me gustaron 3, enormemente, son mi orgullo, una que es mi preferida donde mis piernas se ven doraditas, gorditas, bonitas, tal vez sea por el efecto que causaba la colcha roja, donde se alcanza a lo lejos a ver mi lunar que siempre se me ha hecho sexi, pero más que nada porque quien ha visto esa foto se le ha antojado tener esas piernas abrazadas a su cintura. La segunda foto también me gusta mucho, en ella estoy mamando, porque después de tomarme algunas fotos a mis tetas y a mis piernas lo estiré para que se acostara y pagarle el placer que me había dado a mi, estaba yo de forma enjundiosa mamando su rica verga cuando sentí el flash de la cámara, le pedí que me enseñara la foto y me gustó porque no se veía totalmente mi cara, el pelo me la tapaba, esa foto me gusta porque mi boca se ve muy sensual con la verga entre ella y porque mi pelo que es medio chino adquirió unos rayos muy bonitos con la luz del cuarto, siempre me quejo que no se me ve el pelo rojo y ahí si salió el tono de mi tinte.

La última foto que escogí para quedarme con ella es la de mis tetas, no se ven bien, no se les ve el pezón, pero me gusta porque se ven muy blancas y grandes. Después de la sesión de fotos seguimos cogiendo, Cristóbal tiene una verga muy rica, grande y gruesa, sabe darle placer a una mujer y puede hacer que se le pare las veces que sea necesario. Ese día cogimos 3 veces, por todos lados y en todas las posiciones, dejamos de hacerlo cuando nos acabamos los 3 condones que trae el paquete, esta vez no los llevaba yo, él se hizo a la idea desde que me conoció que me cogería en cuanto nos viéramos. Lo que más me gustó es que yo siempre le pregunté como se sentiría ser una sumisa y él me dio una demostración cuando por 5 minutos no me permitió que lo tocará, no tenía yo permiso, hasta que él lo dijera, debo decir que no me gusto, es decir prefiero tener un sumiso que serlo yo.

Gracias Cristóbal por esa cogida rica, ese recibimiento y sobre todo por mis fotos.

2 de febrero de 2007

Hasta hoy que estoy escribiendo estas memorias me doy cuenta que a Pete lo ví el 2 de dic, a Cristóbal el 2 de enero y que mi siguiente viaje fue de nuevo en día 2, ahora de febrero y otra vez a Coahuila, pero esta vez a Monclova, en esa ciudad iba a ser recibida por un señor de 49 años, soy sincera al decir que jamás me imaginé coger con él porque como estaba a unos meses de los 50 años eso me hacía dudar que pudiera darme batería como dicen vulgarmente.

De todos modos quiero que sepan que cuando hablaba por teléfono con él me estremecía y hacia mojarme y sobretodo dudaba de su edad, tiene una voz algo pastosa, cachonda de hombre joven, aun así no me hice ninguna ilusión, tonta de mi yo no me las hacía pero él si, Alfredo tenía toda la intención de hacerme suya.

Desde que lo ví me excitó, es un hombre de 1.73 m de altura, moreno, de ojos de color, bigote, le sentaba muy bien la ropa de vestir, traía un traje verde oscuro que hacía que se viera más interesante. Al verme en sus ojos me puse chinita, tiene una mirada completamente lujuriosa, me sentí desnuda frente a él, me hizo recordar una fantasía que tuve alguna vez de ser cogida por un viejo asqueroso, ja, no estoy diciendo que él lo sea, me refiero a la sensación que yo pensaba que eso me provocaría, él no se andaba por las ramas, desde que me vio me dijo, mamita vamos al hotel porque te me antojas mucho para darte una cogidota, así con esas palabras, tal vez cualquier mujer le hubiera dado una cachetada, yo no, casi creo que me veía bajándome los calzones ahí mismo.

Antes de llegar al hotel pasamos por un súper 7 para comprar unas cervezas, modelo, que son mis preferidas, cigarros para él porque yo no fumo y condones. Al entrar al hotel lo tomamos con calma, al fin que ya sabíamos a lo que íbamos, me metí a bañar, mientras él se desnudaba y abría una cerveza, bueno, abrió dos, ese detalle me encantó, de caballero, me dio la cerveza abierta ya.

Al salir del baño él ya me estaba esperando, con ansias, la única ropa que se había dejado era la trusa y se le veía un bulto ENORME, pensé que me quiso jugar una broma y que se había metido algo, que se yo, un calcetín relleno, no sé, pero mi curiosidad no lo soportó y lo tomé entre mis manos, descubriendo su miembro, ¡Qué barbaridad! Ahí estaba ante mi la verga más grande que haya visto en mi vida, tanto de tamaño como de grueso, siempre he dicho que el tamaño no importa, lo más importante para mi es el tamaño de la lengua, pero claro que al ver ese monumento de falo estaba yo fascinada.

Alfredo se reía de ver mi cara de golosa con ella, de que no necesitó nada para llevarme hasta ella, él había acercado el sillón a la cama y se sentó cómodamente a tomarse una cerveza, estando él en esa posición me acerqué y poniéndome en medio de sus piernas empecé a mamarlo, esa posición la bautizamos como el trono, porque él se sentía como rey, sentado en un sillón tomándose una rica cerveza y con una rica mujer a sus pies dándole un delicioso sexo oral. Estando yo con la boca llena él me contaba que ninguna mujer se había quedado así, admirando su verga, que eso lo excitaba mucho, no dejó que se lo hiciera por más tiempo, me tomó en sus brazos y comenzó a besarme, a lamerme mis tetas, mi cuello, mi estómago y lo más rico, mi puchita; parecía que me quería comer, me lamía de arriba abajo, su lengua también es larga, rica, ay papito que rico me mamas, le decía yo, de seguro que tu quieres mi culo, pero no te lo voy a dar, no creo que esa vergota me quepa ni en mi panochita, - ¡Cómo no cabrona! Ahorita vas a ver como sí- diciendo eso se paró por los condones y le pregunté ¿A poco hay de tu tamaño? Jamás olvidaré su respuesta, es rico coger con él porque aparte de cachondo es muy ocurrente, me la pasé riendo todo el tiempo, me dijo:- Claro, hay condones chicos, medianos, grandes, extra grandes y los míos!

La verdad es que le quedaban muy bien los condones, venía el momento de la verdad, sentir ese tremendo miembro en mi, debo decir que me lleno toda, jamás mi vagina se había sentido así, completamente ocupada por una verga, yo sentía que me iba a dejar abierta, claramente percibía que me topaba en mi bajo vientre, no sabía como era posible tal cosa, pero me cogió muy rico, me tenía boca arriba con las piernas levantadas, él sosteniendo mis piernas, después de eso se vino muy rico, se recostó encima mío, seguimos platicando y tomando cerveza.

No habían pasado ni 10 minutos cuando con la misma plática se le volvió a parar, decía que yo lo provocaba, que yo lo excitaba con mi mirada de golosa hacia su verga, me tenía bien asombrada porque jamás imagine que un hombre de su edad pudiera tener tal vitalidad. Se le paró muchas veces con gran facilidad, pero vino lo más excitante, me dijo que ninguna mujer se la había aguantado por el culo, le dije papito, yo deseo tenerla en el mío, anda, métemela, eso lo excitó mucho más y se alisto para hacerlo, es un cabrón, me la metió poco a poco, rico, cachondamente, primero la puntita, era un dolor rico, soportable, fue delicado al principio pero luego comenzó a moverse de forma tal que yo sentía que me rompería todo el culo, no papito, por favor, despacio y me decía, no cabrona, si lo que querías era que te lo rompiera ahora aguántate y zas, me sonaba mis nalgadas, me quedaron muy rojas mis nalguitas de tanto que me las nalgueó, me excita recordar como me decía cabrona y como se le ponía la voz más ronca al estarme cogiendo, dice que él se excitaba más cuando veía mi cara en el espejo, que yo tenía los ojos cerrados pero hacia unos gestos de cachonda tremendos. Alfredo también sintió como mi culo mordía su verga, creo que él lo sentía más que nadie, porque su verga hizo que mi ano quedara todo distendido.

Cogimos como cuatro veces, él no llenaba de mis mamadas, pero ya teníamos que irnos, ya les dije que me la pase riendo todo el tiempo porque esta muy loco y es muy ocurrente y aun no acababan las locuras de Alfredo, al salir del hotel nos fuimos a un bar, yo me sentía como la mujer más bella del mundo porque iba de la mano de él y él no hacía más que consentirme, entramos al bar y pedimos dos cervezas, aun ahí no dejábamos de besarnos, de vernos, me dijo tócame Paty, al hacerlo, tenía la verga otra vez completamente dura, no inventes le dije, cogimos demasiado, no lleno de ti, me dijo, los ojos de todos estaban dirigidos hacia nosotros, porque no dejábamos de besarnos, de mirarnos a los ojos, yo de reir, él de abrazarme y de decirme tócame cabrona, esa palabra en su boca es excitante, otras veces me la han dicho, pero jamás se ha escuchado como con su voz. Para mi esa era una cita perfecta, porque me besaron, me consintieron, me mimaron, me cogieron y me trataron como toda una puta.

Lo que más me gusto de Alfredo, a parte del tamaño de su verga y de lo cachondo y ocurrente que es, son sus besos, no es algo que me guste mucho, mas sin embargo nosotros nos tomamos nuestro tiempo, estando abrazados en la cama, duramos como 10 minutos de solo estar besándonos, nuestras bocas se conocieron muy bien, su lengua se encontró demasiado bien con la mía.

El sueño terminó cuando regresé a mi ciudad, pero mi más grande deseo es volver a verlos a los tres, aunque habría que preguntarles a ellos si quieren volver a verme a mi, sigo en contacto con dos, cada que hablamos recordamos la cogida tan rica que dimos, con uno no tengo comunicación por cabrona y mula que soy, pero aun así me lo cogería de nuevo, no pasa de que lo hagamos sin hablarnos.

Ahora sólo me queda una duda, nada fue planeado, ¿Me esperará algo rico para este próximo 2 de marzo?