En el tren talgo
De regreso de unas jornadas de trabajo,en Madrid, una chica joven me provoca hasta que terminamos fo...en...
EN TREN TALGO
Regresaba de unas jornadas de trabajo, en Madrid, una chica joven me provoca hasta que terminamos fo en
Había pasado unas jornadas en Madrid, por motivos de trabajo y regresaba a mi provincia, al subir al tren, todo parecía normal, poca gente en el vagón, bastante calor, a pesar del aire acondicionado. Pero comencemos el relato
Me había acomodado ya en el sitio, cuando apareció ella, una chica joven, unos dieciocho años, acompañada de una persona de edad avanzada, estatura mediana y un cuerpo delgadito, unas tetillas, que aun no desarrolladas, excitaban al verlas.
A pesar de mis cuarenta años pasados, al verla, note como en mi entrepierna algo se movía.
Hola, estos son nuestros asientos.
Me ayudas a subir las bolsas, porfi?
Si, como no, le conteste.
Al girar para coger la bolsa, yo ya estaba de pie, note como su camisa blanca, dejaba ver por el escote la parte superior de la tetilla y un pequeño panzón. Ello hizo que me pusiera a mil, observándolo y obsequiándome con una sonrisa.
Nos sentamos, me presento a su abuela, María y se presento ella; Eva.
El tren inicio la marcha, la abuela se durmió y ella se puso unos cascos para escuchar música, colocando los pies, en lo alto del asiento y ofreciendo en algún cambio de postura, al estar enfrente, el espectáculo de su entrepierna y sus braguitas blancas. Ello hizo que mi calentura subiese a unos extremos que estuve tentado de ir al servicio y desfogarme.
Me encontraba yo absorto en mis pensamientos y medio adormilado cuando ella se levanto, una vez en el pasillo, una sonrisa picara y su mano tendida me invita a seguirle, cosa que hago como poseído y sin pensar.
Tras andar unos pasos, tras ella, y cogido por su mano, me dice sonriendo.
¿Que te ha gustado el espectáculo?
El tuyo, tampoco esta mal, me dice mirando mi entrepierna. Estas súper mega excitado.
No supe que contestar, Estaba en ese momento como anestesiado o extasiado.
Hablando esto llegamos a la puerta del servicio, ella lo abrió y tras mirar a ambos lados me dijo:
¿Entras o te vas a quedar ahí como un pasmarote?
Hay que reconocerle que tenia, a pesar de su edad, bastante carácter.
Fue entrar, cerrar la puerta e inmediatamente Eva desabrocho los dos o tres botones de la camisa que quedaban abrochados, dejando ver sus senos, aun prisioneros de un pequeño sujetador blanco, y con unos pezones que se señalaban escandalosamente y que de no ser pronto liberados, amenazaban con romper la tela.
Yo seguía intentado creerme aquello y que no era un sueño provocado por los agotadores días de trabajo.
Eva, mientras tanto, se había quitado la falda y mostraba su cuerpo, un cuerpo de los denominados yogurcitos, solo cubierto con el sujetador y unas pequeñas braguitas blancas.
¿Oye, no te gusta lo que ves?
¿Estas como ausente?
Me dijo.
Me vas a follar o me hago un dedito, mientras se sentaba en el Walter y metía su mano en la entrepierna, empezando a moverla sensualmente.
Tras esto, recupere algo del conocimiento, me desnude a una velocidad que ni en el Servicio militar y abrazándome a ella, que al verme desnudarme se había puesto en pie, nos dimos un beso donde nuestras lenguas empezaron a soltar todo lo que teníamos acumulado, mientras yo daba suelta, tras desabrochar el sujetador, a las tetillas, apareciendo unos pezoncitos de lo mas apetecible, los cuales empecé a chupar glotonamente, provocando los primeros gemidos de Eva.
Ella mientras había agarrado mi poya, que estaba de palo total y la pajeaba pausadamente provocándome un éxtasis cuasi total.
De pronto paro y bajándose las braguitas y dejando ver un chochito con poquito pelo, me dijo:
¿Preparado para follar?
Si esperar contestación me sentó en el inodoro y ella se situó en mis piernas, dejando su sexo rozando con el mío. Empecé a acariciarle las tetillas de nuevo y achurarle los pezones. Mientras ella cogió con su mano mi pene y tras hacer un recorrido con el glande descubierto por sus labios vaginales, lo situó, en la entrada de su cueva.
No hizo falta más, cogiendola por su trasero empuje mientras ella se agarraba a mi cintura y la penetre hasta las bolas, provocando un gemido, que no se si llego a escucharse fuera, pero que hizo que ella misma se tapase con su mano la boca. Empezamos inmediatamente una cabalgada.
Ummmmm .
follame
así ..
así .
Oh .
si .
Ummmmm
dame
como me gusta
que bien lo haces
No podía más
Estaba ardiendo
Viendo que me venia, hice intención de sacar la poya, para soltar la leche fuera.
Nooooo, fue su respuesta.
Ummmmm ..
.Dame poya
follame
Vacíame dentro de mí.
Quiero toda tu leche.
Eva arqueó su espalda, se agarro más fuerte a mí y exclamo:
Si .
Que bien .
Ummmmm
Al notar y escuchar su orgamos, tres chorros de semen salieron de mi para alojarse, tal como ella había pedido, e inundando todo su sexo, con gran regocijo por su parte, manifestado en un fuerte beso, que entrelazo nuestras lenguas.
Una sonrisa de satisfacción de oreja a oreja inundaba su cara.
Repuesta de su orgamos y cuando yo iba a comenzar a vestirme me dice:
¿Qué haces, todavía queda mucho viaje?
Se acerca a mí y agarrando mí todavía húmedo miembro empieza a pajearlo. Mientras yo, de nuevo, empiezo mis caricias a sus senos y mi atención bucal a los pezones. En un momento es ella lo que se sienta y empieza a hacerme la mamada más excitante que he recibido en mis 40 y años de vida. Pronto mi poya de nuevo se puso súper dura, al notarlo Eva me dijo:
Ya esta
Ahora tienes que llenarme mi otro agujerito.
Mientras decía esto y cogida al lavabo me ofrecía su agujero trasero. Me situé detrás, le metí primero un dedo, para abrir un poco, luego dos y hasta tres, cuando ella dijo:
Metemela ya
no puedo esperar más
Follame mi culito
Partemelo
Tras escuchar esto, puse la cabeza del penen en la entrada y empuje un poquito.
Ah .
Que gusto
sigue, sigue así, para dentro
En un segundo golpe de cintura, mi poya entró hasta tropezar los huevos con su culito, mientras mis manos jugaban con sus tetillas y pezoncitos.
Ummmmm ..
Ah
Si .
Que bueno ..
Se volvía a escuchar.
Tócame el coñito, que me corro.
Baje una de las manos y empecé a recorrer sus labios.
Dentro, porfi, dentro
Introduje un dedo y empecé a moverlo en círculo.
Porfa, tócame el botoncito, el clítoris, por favor.
Si, así .
Que bien .
Que gusto ..
De nuevo su espalda anunciaba el orgasmo. Mientras ella se convulsionaba dos chorros de leche salieron disparados de mi órgano, llenadole a rebosar su ano y provocando que aún ensartada cayésemos los dos sentados y extasiados, en un gran abrazo con un nuevo y sensual beso.
Nos vestimos y no dirigimos a nuestros asientos, una vez satisfechos, al llegar la abuela había despertado.
Llegamos a la estación y un adiós con una sonrisa y un guiño fue nuestra despedida.
Espero os guste, este mi primer relato, para alabanzas y criticas, espero más de las primeras, sobre todo de chicas, mi correo es jhonny576@hotmail.com, ello mi animara a contaros más aventuras. Nuevamente ruego perdonéis los fallos.