En el tren a hora punta
En el atestado vagon una hermosa joven me dio un inesperado regalo con gran maestria.
Pechos enromes, sexos depilados, labios ardientes La visión de las numerosas imágenes me estaba creando una gran excitación que pugnaba por escapar de mis pantalones. Viéndome solo en la habitación, libere mi pene y con ímpetu me masturbe a la luz de la revista. Me hallaba en el mejor momento, cuando sientes que no hay marcha atrás y que vas a estallar en cualquier momento cuando el timbre de la puerta me desconcertó, viéndome a punto de ser pillado con las manos en la masa, me subí los pantalones y me giré hacia la puerta. Pero mi duro miembro pensaba de forma diferente a mí. Y mientras me levantaba, gotas de esperma salpicaron la mesa y la chaqueta del uniforme. Alarmado intente limpiar todo con servilletas. Cuando todo quedo aparentemente limpio corrí a la puerta y avisé a mi compañero de clase que enseguida bajaría.
Tome la chaqueta, al ser la única que tenia, pues las otras dos estaban en la lavandería, intente quitar las manchas con un paño húmedo, lo suficiente para disimularlas.
Mi compañero me reprocho mi retraso y juntos nos dirigimos a la estación de tren, donde debido a mi tardanza tuvimos que coger otra línea. Nos vimos en un atestado vagón, lleno de ejecutivos y alumnos de colegios que como nosotros se dirigían al campus.
En la primera estación una avalancha humana me empujo contra una esquina del vagón, perdiendo de vista a mi compañero. Quede atrapado contra un asiento que hacia esquina, donde una figura menuda estaba sentada.
-Disculpe- musite mientras intentaba apartarme de la figura-
-No es nada- dijo una voz dulce como la miel, baje la vista y me fije en ella, era una joven de rasgos suaves, cabello de marfil, vestía el uniforme de un colegio católico cercano al mío, camisa blanca abotonada y una larga falda azul plisada- No es culpa tuya, hay mucha gente-
-Siempre se pone así a esta hora- comente intentando hacerme un poco para atrás, pues con los empujones de las demás personas mi cuerpo se pegaba al de ella dejando mi entrepierna junto a su rostro - Esto es incomodo- musite sonrojado
Ella simplemente sonrió y giro el rostro para mirar a su alrededor buscando algo, finalmente me miro y se acerco a mi, alzo su mano y acaricio mi chaqueta llevándose el dedo a la boca.
-Sin duda eres tu - dijo mientras me miraba de arriba abajo- hace tiempo que no lo olía - su rostro se sonrojo mientras acercaba su rostro a mi chaqueta, donde recordé habían caído las gotas de mi acto onanista- ¿me permites?-
Acerco su mano a mi pantalón y la metió acariciando unos instantes mi pene en evidente erección, lo rodeo con su dedo para llevárselo a los labios y relamérselo con evidente gula.
-¿Qué ?- conteste una vez pasado el estupor, mire a mi alrededor pero nadie parecía haberse percatado del movimiento ni de la forma obscena con la que la joven se lamía el dedo- ¿estas loca y si te ve alguien?-
-¿verme?, mira mejor a tu alrededor -dijo en un susurro, me mire otra vez para darme cuenta de que la chica y yo estábamos rodeados de hombres y mujeres que la miraban con un brillo de lujuria en los ojos y que tenían las manos muy cercas de sus sexos- Me has abierto el apetito -
Las manos de la joven bajaron mi bragueta, mostrando un hinchado slip que apenas contenía mi erección. Acaricio con su rostro mi sexo y lamió la tela dejándola húmeda y brillante, con un movimiento libero mi pene que quedo a la altura de su boca, de una proporción normal mi pene era grueso y venoso. Sus manos se fueron hacia mis testículos acariciándolos mientras sus labios recorrían el contorno de mi miembro con maestría.
Cuando noto que mi miembro estaba completamente endurecido, abrió los labios y trago con lujuria medio miembro, recorriéndolo con incesantemente con su lengua hasta dejarlo brillante. Mirándome fijamente mordisqueo el glande haciendo que se me endureciera aun mas. Entonces, de un movimiento se trago completamente mi miembro, que sentía palpitar en su ardiente garganta. Era una locura, allí estaba en un vagón de tren siendo devorado por una joven mientras a mi alrededor los espectadores habían comenzado a acariciase bajo las ropas.
El ritmo de la joven aumento, sentía como su lengua envolvía mi pene y como parecía masturbarme con su garganta. La joven me llevo al borde del orgasmo, en ese momento aparto la boca y comenzó a masturbarme frenéticamente mientras lamía el glande y su lengua exploraba los pliegues de mi miembro.
Suspire mientras pequeñas sacudidas recorrían mi cuerpo y eyaculaba sobre la joven que trago ávidamente mi esperma dejando que algunas gotas resbalasen por sus mejillas hasta llegar a su cuello adornado por una cruz de plata.
Hice el ademán de guardarme el miembro pero ella me detuvo y sacando un suave pañuelo de seda de su bolso y gratamente me limpio con suavidad mi sexo, doblo la tela y se la llevo al rostro para olerla.
- Lo conservare como un recuerdo de ti - susurro mientras se limpiaba el cuello y guardaba la tela en el bolso- tu leche sabe realmente deliciosa -
Mire a la ventana y me di cuenta que mi para seria la siguiente y que debía llagar a la puerta. Ella comprendió mi movimiento, me detuvo agarrandome de la mano y se levanto, era casi una cabeza mas baja que yo. Pero se alzo de puntillas, y acerco su rostro al mío.
-¿sabes?... has puesto un cara tan tierna - musito acercando sus labios a mi oído- Quiero que te lleves un recuerdo de mi - susurro antes de besarme suavemente antes de sonreírme-
Iba a contestar cuando el tren se detuvo y la puerta se abrió, la avalancha humana me arrastró lejos de ella que seguía mirándome. Mi compañero había dado conmigo y tiraba de mí hacia la salida. Cuando las puertas se cerraron tome aliento y me solté de mi compañero. El tren se puso en movimiento y comenzó a alejarse, mire hacia las ventanas y allí vi el rostro de la joven que se llevo la mano al pecho, tomo una gota que ahí quedaba y se la llevo a los labios mientras me guiñaba un ojo.
- Tenemos que coger la otra línea - maldijo mi compañero- Casi no podía respirar ahí dentro -
- Creo que seguiré cogiendo esta - dije mientras me ponía rumbo a la escuela y me decía a mis mismo que el rostro de esa chica seria una llama inextinguible en el mar de mis recuerdos- Si creo que merece la pena .-