En el tren
No tendria mas de 16 años, pero lo que habia sentido en su mirada y cuando me apoyo en el tren, me hiciron mojar
No tendria mas de 16 años, pero lo que habia sentido en su mirada y cuando me apoyo en el tren, me hiciron mojar.
Asi fue durante varios meses durante el invierno del 2005, yo tengo 42 años, soy divorciada, mido 1,65mts, 100-65-90, rubia y de ojos celestes. Todos los dias viajo en el ferrocarril San Martin desde San Miguel hasta Palermo en la hora pico, donde viajan a trabajar o estudiar. La mayoria de las veces los vagones vienen llenos y el apriete es bien grande, pero empece a sentir curiosidad y deseo por un adolescente de no mas de 16 años, cuando me apoyo durante la mayor parte del viaje, ya que fui sintiendo en mi trasero como se iba solidificando su pija.
Al principio no sabia que hacer, hacia bastante que no sentia algo así y realmente me sorprendio y me gusto; con el correr del tiempo me di cuenta que buscaba viajar en el mismo vagon que el jovencito.
Poco a poco se fue dando cuenta que me gustaba lo que sucedia, asi es que poco a poco una mañana que subimos a un vagon sin luz y lleno de pasajeros, comence a frotar mi cola contra su pija, resultando que se puso al palo de inmediato.
Ante esto me di vuelta y apoye mis tetas bien formadas en su pecho y vi su rostro en el cielo, me atrevi a bajar mi mano y tocar su miembro por arriba del pantalón, lo que hizo que se estremeciera y llamara la atención de los que nos rodeaban.
Como el trayecto es largo y yo estaba que volaba me anime a bajar el cierre de su pantalón escolar y meter mi mano para acaricar su pija adolescente pero unica, al faltar poco para mi estacion se vino encima de mi mano sin mas que haberlo acariciado.
Al otro dia directamente nos buscamos en el anden de San Miguel y sin decir palabra viajamos en el mismo vagon repitiendo la historia, con pequeños adelantos, ya que fue acaricandome las tetas y emtiendo su mano en mi concha lo mas disimuladamente posible.
Llego el calor del verano y yo suelo vestir con minifaldas muy cortas y bien escotadas, ya que me gustan las miradas lascivas de los hombres, pero necesitaba alguno que tuviera mucho resto y no me animaba con ninguno que me propusiera algo .
Solo me mantenia con este jovencito Jorge, que me daba ese placer unico del ser tocada y tocar entre el publico.
Pero llego el día y me dijo que cuando yo quisiera se mandaba el faltaso a la escuela que iba, yo no sabia que hacer, pero la tentacion era mucha y quedamos de acuerdo que avisara en su casa que el sabado proximo tendria un trabajo en la biblioteca aeronautica en la Capital y que saldria temprano.-
Asi es que el viernes le di mi dirección y le pedi que fuera a casa (vivo sola), siendo lo mas disimulado posible.
Esa mañana me prepare como nunca, me compre para la ocasión ropa muy pequeña y erotica, y preparé la cama para la mejor cogida que esperaba.
Toco el portero, le abri y cuando sono el timbre le abri con mi camisón miniatura, cuando cerre la puerta me tomo en sus brazos, jóvenes y fuertes, su instrumento ya estaba listo, pero . . . no queria que se perdiera toda esa energia.
Lo desvesti rapidamente, me encontre con una hermosa pija bien formada, con una cabeza en punta brillante y unos huevos bien formados , los tome y los fuichupando hasta tragarme la pija, que casi inmediatamente me lleno de leche la boca, que rico, hacia tanto y con sabor a juventud.
No para nada tenia 16 años, le sobraban ganas, se le paro de nuevo y después de masajear mis tetas no tuve inconveniente en meterla hasta el fondo. AHHH!!!, que rico, unas pocas bombeadas y acabamos los dos.
De nuevo se la chupe y no tuvo problema de chuparme la concha con sus jugos, cossa que me volvia chapita chapita, otra vez mas y van. . ., como a la hora , un poco cansados nosotros pero su pija seguia parandose, me pregunto si podia culearme, hacerme el orto.
Como le iba a decir que no a esta belleza, en cuatro patitas y muy lubricada por sus jugos, me ensarto hasta el fondo.
Que placer nos dimos, mientras descansabamos charlabamos o nos besabamos calentandonons nuevamente, para seguir en la cocina, en el baño y en el comedor, donde lo hice sentar en una silla con el respldo en la pared , me sente encima y cabalgue hasta acabar infinitamente, y el no contar .
Finalmente quedamos que debia preparar un plan para encontrarnos los sabados en mi departamento, pero que seguiríamos dandonos placer mutuamente en el tren.
Después tendre que contarles como siguió esta historia con Jorge, y con . . . , que ya les contare.
A quienes lean mi relato espero su opinión de comerme a un adolescente con tanta potencia. Hoy tiene 17 años y nos calentamos en el tren, por mail, y con . . ., ya les contare.
Espero su opinión a hechazas@yahoo.com.ar