En el trabajo
Un día tenemos que trabajar en un espacio reducido y cada movimiento de ella o mío significa el roce con el otro, quedando a veces atrapada entre mis brazos y después sintiendo mi sexo contra su exquisito culo,
En el trabajo
A pesar de que soy un recién llegado a la empresa en que trabajo me fue bien, logrando que esta se fijara en mí gracias a mis sacrificios y esfuerzos, logrando que me enviara a cursos de mantenciones en electricidad (seis meses), perdí las vacaciones de un año de los dos que llevo trabajando con ellos, y los cursos perfeccionamientos en institutos superiores (dos semestres), trabajando en las plataformas petroleras, ahí estamos veinte días en ellas y luego bajamos doce días a descansar, por estar estudiando perdí los doce días de descanso durante los semestre, menos mal que pude tomar mis vacaciones y visitar mi familia(veintiocho días) y por último me envían a la Universidad a una Ingeniería Superior en Electricidad, respetando el Medio Ambiente, (tres semestres), claro que cancelaban los cursos y la mantención de uno en ellos, pero los gastos extras eran nuestros y los diplomas lo costeábamos nosotros, al igual que las vacaciones se iban en los cursos. Bueno se ganaba más y por último llegaste a ser ingeniero. Finalmente después de siete años en la empresa y de grandes sacrificios por ella, logré ser ingeniero. Ya estaba casado y con una hija, claro que mi señora mientras estudié en tierra, me acompañó por un semestre, luego de vuelta a casa y yo a las plataformas, dos años después logre unas largas vacaciones por días acumulados y descansé tres meses, con mi familia.
Vuelvo y me envían a unos pozos que hay en Alaska En ellos conozco un ingeniero Alemán y no sé por que le gustó trabajar conmigo, era un Ingeniero Superior en Electricidad Industrial y Mecánica de Mantención, con grandes logros y sus resoluciones eran órdenes para la empresa y se respetaban. Me llevó a pasear por varias plataformas en el primer año y al final estuvimos casi otro año en Alaska montando una filial de la empresa en esos aislados terrenos, luego me dejó solo mientras se fue de vacaciones, volvió un mes después y le encanto como había continuado su obra, nombrándome oficialmente su ayudante y mis ordenes pasaron a obedecerse en la empresa sin reclamar y sin preguntar el porque. A él lo nombraron Ingeniero General de Extracción y Mantención, es decir el numero uno de la expresa después del presidente estaba él. Cuando hay reunión de Directorio de la empresa, él debe estar presente y me deja su puesto por esos días.
Mientras trabajaba en la filial conocí una auxiliar eléctrica casada con un técnico de montajes, trabajaban ambos en la empresa por lo menos dos años y era la primera vez que habían logrado estar trabajando juntos mas de un mes, en verdad estuvieron seis meses juntos, Elyn era una morenita de 25 años, hija de una libanesa y el padre un mexicano, baja un metro cincuenta, pero con un par de senos redondos y duros , sus medidas 100-60-90 no dejaban indiferente a ningún hombre, su culo parado lo movía muy bien al caminar que enloquecía a muchos. Su hombre un mexicano también bajo de unos 28 años no destacaba para nada, a excepción de tenerla a ella por esposa.
Por motivos de trabajo no se veían más de dos meses en el año, más la veía yo pues al revisar las diferentes plataformas me cruzaba con ella unos dos días al mes. Hoy estamos juntos en la isla KodiaK (Alaska) montando la parte eléctrica de unas perforaciones, ella habla bien el español y por lo tanto nos comunicamos en ese idioma, el resto de los operarios no entienden nuestras conversaciones, lo que aprovechamos para decirnos algunos piropos entre las órdenes. A ella le encanta, dice mis sonrisas y mis ojos, le pregunto si algo mas porque a mi me encantan sus pechos, sobretodo cuando esta mojada y los pezones se destacan, le digo y tus medidas de culo me distraen, ella solo ríe.
Un día tenemos que trabajar en un espacio reducido y cada movimiento de ella o mío significa el roce con el otro, quedando a veces atrapada entre mis brazos y después sintiendo mi sexo contra su exquisito culo, lo que me estimula y hace crecer mi miembro, ella me mira y trata de apartarlo, pero le es imposible por el poco espacio, luego de varios roces, siento que su respiración se acelera y comienza a acomodar su trasero, para que mi miembro quede en buena ubicación entre sus muslos y sentir entre ellos a mi miembro, eso me acaloro mas y mi campeón creció y la punteaba de vez en vez. Comencé en verdad a desesperarme, ella solo resoplaba estimulada deje los cables y mis manos entraron por el valle que formaban sus senos y me adueñé de unos de sus pezones, el cual acariciaba y apretaba, ella bufaba, gruñía, excitada, por favor me dice ., estamos trabajando, pero mueve su colita refregándose contra mi órgano, saco al aire su busto y la giro chupándoselo, vibró, gimió, se incita desabrochando su buzo y blusa, nos besamos, ella a través del buzo aprieta mi noble pene,
Tras meter mis manos, bajo su buzo arrancándo las bragas de un tirón, me desabrochó los pantalones y los dejó caer a sus pies. Elyn pudo ver de reojo mi enorme miembro ya excitado. Sorprendida por un momento, intentó frenar mi ímpetu de macho, pero mis besos y caricias impedían que la resistencia fuera realmente eficaz. Este rudo miembro, se colocó entre sus piernas haciendo presión hacia ella. Su fuerza hacía que sus piernas se abrieran cada vez más al compás de mis empujones. La atraía hacia mi cuerpo mientras colocaba mi enorme y ennegrecida pene en la entrada de su sexo y fue introduciéndose poco a poco, con total impunidad. No hubo preámbulos, le daba unos golpes de pelvis tremendos que hacían que la pobre Elyn se quejara me partes , me destrozas mi sexo , oohh, me desplazaba lentamente a cada embestida, lo cierto es que pasados unos minutos en que no dejaba de metérselo con brutalidad, tuvo ella uno de los orgasmos más ruidosos de su vida. El polvo no duró más de un cuarto de hora, ni siquiera me preocupó que algunos de los trabajadores pudieran verme, estaba en el séptimo cielo empalándola. Incluso no me preocupó el que dejara mi semilla en sus entrañas me subí los pantalones y me retiré sin más. Ella durante un rato se quedó con las piernas abiertas de par en par, sin poder reubicarse su ropa, le fallaban las fuerzas y con unos jadeos que evidenciaban como la había dejado destrozada su vagina aquel macho.
Luego sonó la sirena de cambio de turno y acomodando nuestras ropas subimos a la rampa, fuimos a nuestros camarines a vestirnos para irnos a nuestros camarotes , ¿donde pasaremos la noche?, me preguntó, respondí en mi camarote. Están mas separados y son mas grandes, son de los jefes y es menos notorio que y tu entres allí
Esa noche allí mismo detrás de la puerta de mi camarote comenzamos a desvestirnos, ella me quitó el cinturón y desabrochó mi pantalón, mientras le alzaba la falda y le volvía a romper las bragas. Comencé a acariciarme el sexo con esas manotas que tenía. Mientras me besaba en el cuello, en la oreja y en la boca, yo intentaba colaborar abriendo las piernas para que mi mano tuviera más fácil el trabajo, era increíble, la sentía completamente mojada, necesitaba de mi pene, me di cuenta cuan necesitada estaba y retrasé intencionadamente la operación de la penetración. Empecé a restregarme suavemente, la punta de mi miembro por el agujero, subiendo y bajando la punta por la raja hasta tener la vagina bien abierta, sin clavarlo, solo masajeando el glande con la suavidad en la entrada de aquella vagina aterciopelada. Luego la di media vuelta y abriéndole las piernas me adueño de su raja abierta y con los dedos le sacó el clítoris, acerco el pene y lo restregó contra su sexo, subiendo y bajando mi pene con la mano, masajeando, le cambió la cara. Estábamos pegados el uno al otro, la puse de cara al espejo, para que se mirara, separo su pierna derecha y la levantó hasta colgarla de mi antebrazo derecho, no podía más, necesitaba que la saciara ya, me decía no me hagas sufrir , métemelo ., seguía haciéndole cariño con intenciones de que le llegaran sus orgasmos, apenas percibo que le llegaban, la penetro hasta casi partirla, para entregarle mis fluidos de semen hasta el fondo de mi gruta sexual. Se convulsiona y grita sin reprimirse mientras se corría y yo llenaba su útero de leche, tres o cuatro chorros más de esperma untaron su vagina, resbalándome el exceso de leche por la raja hasta su poto abierto que recorrió su esperma, que goteó posteriormente sobre la cama.
Luego fuí bajando lentamente, recorriéndola con la lengua hasta llegar al pubis, su olor a hembra me excitó aún más, acaricio sus vellos, luego separó las piernas y comenzó a morder y excitar muy suavemente, apenas rozando con la punta de la lengua los alrededores del clítoris, suspiraba y se retorcía, le lamía el extremo del clítoris, con caricias apenas perceptibles, casi sin tocarlo, lo humedecía con la lengua y después soplaba muy despacio, luego lo mordiscaba. Estaba muy excitada, su entrepierna estaba completamente mojada y no dejaba de suspirar y jadear, volví a penetrándola de un golpe con las piernas apuntando al techo, comenzamos un bombeo y ahora descansaban sus piernas en mis hombros la cama crujía ante el mete y saca, mete y saca, mis bramidos y los gemidos y grititos de ella, de vez en vez, me enloquecían y lo clavaba más fuerte, gritaba más fuerte y se tensaba, se volvía a aflojar y yo continuaba cogiéndole, después sus orgasmos comenzaron a llegar, su vagina se contraía y dilataba ante el miembro que la penetraba y volvía a meterse en sus entrañas, repentinamente ella grito: me vengo. Me vengo ¡¡¡ hambrienta l grita, dámelo todo amor, dame toda tu leche mi amor. Termina y yo sin poder retraerme ante lo estimulado que estaba y con un AAHHHHHH ¡¡¡ AAHhgghh!!!!!, me descargo. Gemía mientras mi miembro desaparecía en su interior. Aayyy!!..., Ayyy!!.. ¡Sácala que me desgarras dijo!, Por favor despacio
Semidesmayada sólo gritaba cada vez que llegaba al fondo, ya no suplicaba ni se resistía, estaba fatigada y ya no se quejaba, sólo gemía al compás de los embates del pene. Finalmente, casi desmayada dejó de luchar y de inmediato sentí mis testículos chocar contra su entrepierna. Sentía, ella, que la había penetrado un tronco por lo duro y pronto apreciaba como ese miembro explotaba en su interior vaciando su semen, no podía moverse de lo adolorida que estaba pero gozaba al sentirse regada por esa caliente leche que invadía toda sinuosidad de sus entrañas.
Después un reparador descanso y al amanecer fugarse rápidamente de mi camarote para no ser detectada, por el resto de los obreros.