En el trabajo (3)

Sucesos ocurridos en el trabajo y después de él. Como mi jefe me ordena y yo obedezco.

En el trabajo – Parte 3

Aquella tarde todo iba normal en el trabajo, hasta que se hicieron las 18h y mi jefe me llamó llamar a su despacho.

  • Siéntate José que quiero comentarte unas cosa.

Cerré la puerta y me acerqué a la mesa para sentarme delante de mi jefe.

  • Tu dirás.

  • Mira, me ha gustado mucho los encuentros que hemos tenido últimamente y quiero hacerte un pequeño regalo, así que dentro de media hora recoge tus cosas y vete al Corte Inglés que quiero comprarte un detalle. Nos veremos a menos cuarto en la entrada de Colón.

Asentí con la cabeza y me fui a mi sitio para seguir trabajando o hacer cómo que trabajaba.

A las 18.30 me levanté de mi sitio con mis cosas y me despedí de mis compañeros hasta el día siguiente. Me dirigí hacia el Corte Ingles y allí estaba ya esperándome mi jefe.

  • Hola Juan, espero que no lleves mucho tiempo esperándome.
  • No, tranquilo, solo un rato, pero a partir de ahora me tendrás que hablar con respeto ¿de acuerdo?
  • Vale, como usted diga. ¿A dónde nos dirigimos señor?
  • Así me gusta, lo de señor te ha quedado muy bien. Ahora vamos a ir a comprarte algo de ropa interior que la que llevas es un poco de abuelo, así que tira delante de mi que pueda verte el culo y dirígete hacia la planta de hombres y la sección de ropa interior.

Me puse a andar y la verdad es que me sentía un poco excitado pensando que detrás de mi iba mi jefe mirándome el trasero y que iba a elegir ropa interior para mi. Mientras subíamos por la escalera parecía cómo si notara su vista clavada en mi culo y esto era algo que me gustaba.

Cuando llegamos a la sección de la ropa interior me paré, me giré y le dije que ya habíamos llegado.

  • Muy bien, ahora vamos a ver qué hay por aquí. Los shorts esos que llevas no me acaban de gustar para ti y quiero algo que te esté más apretadito, que hagan resaltar tus cualidades y te sea cómodo. Vamos a ver estos.

Estuvimos un rato viendo ropa interior y finalmente cogió 2 calzoncillos de Calvin K y 4 tangas. Dos de ellos llevaban un hilo de forma que me quedaría metido entre las cachas del culo y los otos dos me rodearían la cintura y las piernas de formas que no tendría nada entre las cachas del culo.

Después de pagar la ropa interior me dijo que ahora íbamos a dirigirnos a sección de ropa interior femenina que me quiera comprar otras cosillas, ya que como zorrilla suya que era quería que fuera de forma femenina en algunas ocasiones.

  • Ya estamos aquí, a ver que quieres comprar.
  • Pues mira, vamos a ver esos camisones negros ¿Qué te parece este cortito?¿te quedara bien?
  • Pues ni idea, nunca me he puesto nada de este tipo.
  • A ver, deja que te lo ponga así un poco por encima. Ves como no te queda muy mal.
  • Pero por favor, que aquí hay más gente, ¿que van a pensar?
  • Eh! Zorra, tu tranquila, que piensen lo que quieran, así que tranquila.
  • De acuerdo señor.
  • Venga, vamos acoger estas medias negras, este liguero, estas braguitas, este tanga y este sujetador. Seguro que te sienta bien, además el color negro este y el encaje es muy bonito.
  • Si señor.
  • Así me gusta, voy a pagar y nos vamos a otra planta.

Una vez pagado fuimos a la planta de hogar y me dio la bolsa de ropa de mujer que había comprado.

  • Ahora vas a coger la bolsa, te vas al baño, te metes en el de discapacitado, te desnudas, te pones la ropa que hemos comprado y me esperas sin echar el pestillo mirando hacia la pared. En tres minutos iré a ver que tal te queda.

Cogí la bolsa y m dirigí al baño, me metí en el de discapacitados, cerré la puerta y eché el pestillo. Comencé a desnudarme, empecé por la camisa, la doblé un poco y la dejé en el bidé. Luego me quité los zapatos, los calcetines, los pantalones y los boxes que llevaba. Lo dejé todo más o menos arreglado en el bidé para que no se arrugara y comencé a ponerme la ropa interior femenina que me había comprado. Empecé con las braguitas legras, luego me puse el liguero y las medias. Las enganché al liguero. Luego me puse el sujetador, quité el pestillo de la puerta y me puse cara a la pared. Estaba nervioso y temeroso de que entrara alguien que no fuera mi jefe, no debió pasar mucho pero a mi se me hizo una eternidad y se me quedaron los pies fríos de pisar el suelo descalzo. El momento noté como se abría la puerta y entraba alguien.

  • Muy bien zorra, veo que has hecho todo como te ordené. No te des la vuelta y relájate.

Mi jefe cerró la puerta, echó el pestillo y empezó a acariciar mi cuerpo lentamente. Empezó tocándome los hombros y poco a poco fue bajando por mis brazos, mi pecho, mi espalda, mi culo, mi paquete y poniéndose de rodillas  siguió bajando por mis piernas.

  • Es perfecto, ¿has visto que bien te queda todo zorrita?, ahora vamos pasar un buen rato.

Dicho esto empezó a chuparme las piernas por encima de las medias y poco a poco fue subiendo su lengua hasta llegar a mi culo.

  • Ahora inclínate hacia delante que quiero chuparte bien el culo.

Obedecí, me incliné y noté como las bragas iban mojándose y como su lengua masajeaba mis nalgas. De pronto noté como con sus dedos separaban un poco las bragas de mi culo y su lengua comenzaba a bucear entre las nalgas de mi culo buscando mi ano e insistiendo llegó y comenzó a meter la lengua todo lo que pudo mientras me abría las nalgas con las manos.

  • Parece que ya tienes el ano bien ensalivadito, ahora quiero que te lo abras bien con las manos mientras te follo el culo.
  • Como usted ordene señor.

Apoyé la cabeza sobre la cisterna del wc y me abrí bien el culo con las dos manos. Noté cómo apoyó el capullo y comenzó a empujar lentamente. Poco a poco iba entrando su polla en mi culo y la iba sacando. Metía un poquito de polla y la sacaba, cada vez iba metiendo un poco más la polla y comenzó a jadear. Yo temía que alguien pudiera oírnos y llamar a la policía o a seguridad pero el placer que estaba sintiendo y la excitación del momento hacia que me relajara y me diera un poco igual. Al ratito tenia toda su polla en mi culo entrando y saliendo sin piedad, rápidamente y golpeándome en los huevos con los suyos, cosa que me excitaba muchísimo.

  • Veo que te esta gustando.
  • Si señor, siga no pare.
  • Claro que no voy a parar, voy a seguir así hasta que esté a punto de correrme y entonces sacaré la polla de tu culo y te la daré a comer para correrme en tu boca y que puedas limpiarla bien.
  • Claro señor, lo que usted desee, aquí estoy yo para complacerle.
  • Perfecto zorra, vete preparando que no queda mucho. Toma pedazo de empujón, espero que no te esté doliendo demasiado. Corre, date la vuelta y abre la boca.
  • Si claro.

Me di la vuelta, me puse de rodillas, miré la polla dura de mi jefe con un poco de sangre que imagino que será de mi culo y comencé a chapársela con fuerza.

  • Muy bien zorra, que bien lo estas haciendo y que guapa está, sigue sigue que ya sale. Ahhhg!!!

Y empezó a correrse en mi boca mientras seguía pajeándolo y chupándole la polla. De pronto me cogió del pelo, sacó mi polla y siguió pajeándose delante de mi cara.

  • Quiero ver tu cara llena de mi leche, tómala, toda para ti, restriégatela en la cara como si fuera una crema facial y comete lo que sobre.
  • Como usted ordene.

Me restregué su leche por mi cara y me limpiaba los dedos chupándolos y trabando el semen que sobraba.

  • Muy bien zorra, que bien te queda la crema. Ahora límpiame la polla que en breve nos tendremos que ir.

Abrí la boca y comencé a chuparle bien la polla evitando que quedaran restos de semen, movía bien la lengua y recorría todos los recovecos que tenia.

  • Para, para que vas a hacer que me vuelva a empalmar.
  • Claro señor.
  • Venga levántate y déjame que te vea. Vaya, si estas empalmadísimo.
  • Si señor, estoy supercachondo.
  • Pensaba que te habrías corrido ya.
  • No señor, solo me correré si quiere usted que me corra.
  • Muy bien, zorra, así me gusta.

Y comenzó a sobarme la polla por encima de las braguitas negras que llevaba puestas. Tenia la polla dura hacia un arriba y a la izquierda.

  • Bájate las bragas que voy a pajearte.
  • Gracias señor.

Me bajé las bragas y me quedé allí de pie con la polla tiesa al lado de mi jefe que también estaba de pie. Acercó su mano a mi polla y la cogió con fuerza y comenzó a pajearme. Primero fue lentamente y poco a poco fue moviendo la mano más rápido.

  • Veo que te gusta zorra. Tienes la polla durísima, veo que estas excitadísimo, espero que te guste y que disfrutes con la paja.

Entonces se agachó cogió un zapato mío y siguió pajeándome.

  • Venga, ahora, córrete en tu zapato.

Y sin poder evitarlo solté unos grandes chorros de semen que fueron a parar parte a mi zapato, parte al suelo y un poco que quedó en su mano.

  • Muy bien zorra, ahora hay que dejar esto bien limpio que sino la señora de la limpieza se escandalizará. Chupa el zapato, chupa mi mano y limpia la corrida del suelo con los calzoncillos que llevabas puestos.
  • Claro señor, como desee. ¿esta bien limpio?¿así?
  • Muy bien zorra. Ahora quítate la ropa de mujer, ponte este tanga y te espero fuera que todavía queda una cosa por comprar.

Continuará. - Jose.-.1978@hotmail.com