En el Thyssen
En el Museo Thyssen:Parte es realidad y la otra parte ficción, pero me gustaría que se realizara completa .
Parte es realidad y la otra parte ficción, pero me gustaría que se realizara completa .
El domingo 27 de este mes de febrero estaba en el museo Thyssen-Bornemisza en Madrid. Había ido a pasar el fin de semana y a ver algún musical que otro (lo típico: CABARET).
El sábado como os cuento me fui a ver Cabaret y la verdad es que no te puedes imaginar como están los macizos que actúan . JODER yo estaba a mil por hora, pero el resto del público que había allí eran parejas mala suerte la mía!
Al salir del teatro y dirigirme al metro veo que dos de los actores entraban a la vez que yo en el vagón .. Que suerte! pensé, pero nada de nada eran heteros y muy heteros. Detrás mía en el vagón venía un pollito que no estaba mal, treintañero, wapete, ojos claros y me miraba como diciendo acércate y veras lo que es bueno . Pues eso hice, pensando en que aquella noche mojaba.
Me acerque con las entradas y salidas de la gente y me pase hasta de estación soñando con una buena cogida, cuando llegue a su altura el seguía mirándome y de vez en cuando se pasaba la lengua por los labios y yo le respondía el gesto insinuándome descaradamente. Justo cuando estaba a su altura y aprovechando un traqueteo del metro le coloco la mano en el paquete, para comprobar la mercancía, y como llevábamos los abrigos pues la cosa era muy discreta. El paquete prometía .era grande y parecía a punto de estallar y los huevos se apreciaba también de buen tamaño (el llevaba un pantalón de vestir). Disimuladamente se abrió la bragueta y yo pude sentir todo el esplendor de aquel rabo, OH! Que hermosura . Y era mío!
Avanzamos en esa situación como tres paradas de metros y yo se la iba literalmente cascando, cuando se cierra de improviso la bragueta, me deja entrever un guiño y le escucho decir, "vamos Charo, esta es la nuestra" ¡Que corte! El tío iba con la parienta y me dejo a dos velas!
Al día siguiente tenía previsto ir al Thyssen y como era tarde y el colega me había dejado frío pues me fui al hotel.
La mañana del domingo me fui pues al museo y allí tras ver cuadros y tomarme un par de cafés y algún bollo que otro (por cierto muy buena la cafetería del Thyssen) volví para continuar por donde me había quedado, en el MATA MUA de Paul Gauguin. Allí estaba un chico alto, melena por los hombros, rubio, vaqueros azules oscuros sin marcar nada pero dejando entrever todo, con un jersey beige, gafas cuadraditas, bufanda de color turquesa y una mirada que me cautivo desde que lo mire. Esa fue mi perdición! Si habéis estado alguna vez en el museo (y si no os lo cuento) si te pones a mirar de frente el cuadro que hay a la derecha del hueco de puerta que hay entre dos salas, puedes ver perfectamente a la persona que esta haciendo lo mismo en la otra sala. Pues bien, estuvimos un rato jugando a ese juego: yo lo buscaba y el me buscaba yo lo miraba y me insinuaba pasándome la lengua por los labios y el hacia otro tanto. Al llegar al final del "laberinto" como llamo a esas salas, llegamos a una sala donde hay una maqueta del museo. Alli el se había quitado ya las gafas y ¡DIOS! Que mirada! Descaradamente y casi delante suya le pregunte a una empleada por los lavabos, y me dijo que estaba precisamente en esa sala de la maqueta. Sin pensarlo dos veces le eche una mirada de ¡VEN PACA! Y
Aquí empieza mi fantasía, porque el no se acercó, Salí por dos veces del lavabo y el estaba allí, una de las veces creo que imagine que me miraba domo preguntándome ¿Dónde?, pero nada de nada. Volví a entrar al lavabo y allí me masturbe, de la manera mas salvaje que creo haberme masturbado en mi vida, soñaba que entraba, que abría la puerta y me besaba sin mediar mas palabra, que cerraba la puerta y me empezaba a "amasar el culo" yo me derretía con ese febril sueño. Me hacia descender hacia abajo, pero sin forzarme, yo me dejaba caer sin necesidad de empuje suyo alguno, lentamente le fui abriendo la cremallera y deslizando fuera un rabo de tamaño muy considerable, regio, duro, no muy grueso pero de los que dan mucho juego, me lo metía mentalmente en la boca como poseído, le lamía los huevos, le sorbía el jugo preseminal y le frotaba con mi lengua todo el prepucio. AH! Que placer me estaba dando mi imaginación (y mi mano, claro esta). Después me soltó una serie de trallazos en mi cara y yo no atinaba a tragar toda su leche . Me corrí. Cuando volví a salir ya no estaba .lo busque por todo el museo, pero no lo volví a ver.
Lastima de fin de semana más tonto. Por cierto di él lo lee que me escriba que quiero conocerle.