En el supermercado IV
Voy a comprar unas cosas que me hacen falta en el supermercado y una vez ahi dejo suelta mi vena exhibicionista sin imaginarme como iba a terminar la tarde
María no contesto, simplemente miraba y sentía, estaba absorta en ello y ese fue el motivo por el cual no vio como Juan también se había sacado su polla y la había llevado hasta su mano, fue en el momento en el que sus dedos tocaron la piel del hombre cuando se percato del hecho.
De repente, se encontró masturbando a los dos hombres, una polla en cada mano, y si la primera era grande la otra casi era monstruosa, no tan gorda, pero si mucho más larga, sus ojos iban de una a la otra en un afán de no perderse detalle de ninguna.
Mientras hacía esto, observo como el segundo vigilante cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás gozando por las caricias, en cambio el primero le estaba acariciando con una mano los pechos. Su mano abarcaba el seno al tiempo que con un dedo frotaba el pezón que ya para esos momentos estaba duro como una piedra, cada roce del dedo le producía una descarga que le recorría la columna terminando en el interior de su sexo, y cada vez eran mas intensas, mas fuertes y mas placenteras.
Juan aparto la mano de la chica, y se coloco detrás de ella, empujándola suavemente hacia la mesa, en esta posición abarco los pechos con ambas manos, frotándolos en círculo, al tiempo que pellizcaba y estiraba los pezones, el olor de su pelo le envolvió mezclado con el fuerte olor a coño que traspiraba la chica.
Las sensaciones se multiplicaban, sentía las manos del hombre liberando una pasión acumulada hacia tiempo, desde que comenzó las conversaciones con su novio hasta que termino en el probador mostrándose a los muchachos, todo esa tensión se acrecentaba al sentir ya no solo las manos estrujándole las tetas sino la enorme herramienta del hombre golpear su culo a cada movimiento.
Dejándose llevar, echo para atrás la cintura para así sentir más intensamente la polla que se frotaba contra sus nalgas mientras que se apoyaba en el borde de la mesa con una mano, al hacerlo el otro hombre se puso de pie acercando su polla, esta quedo a pocos centímetros de su cara, centímetros que se eliminaron cuando una mano presiono su cabeza para que bajara, siempre había imaginado como seria mamar una polla, incluso con las amigas habían fantaseado con hacerlo, pues ahora iba a saberlo. Los labios de la chica se apoyaron contra el rojo capullo del hombre, mojándose con las gotas de liquido pre-seminal que habían brotado de el.
El olor a macho le inundo las fosas nasales erizándole la piel, y ante la presión abrió los labios tragándose por primera vez una polla. Poco a poco fue engullendo acompañada por la mano que la presionaba, hasta que unas arcadas le obligaron a retirar la cabeza bajo amenaza de vomitar, pero enseguida volvió a abrir la boca para que la polla se alojara dentro, ya esta vez sin tanta presión de la mano, agarrando para aguantarse mejor, la base del miembro del vigilante, comenzó a chupar la polla.
Los gemidos de placer junto con las palabras alabando sus movimientos la animaron, lo estaba haciendo bien, aunque nunca lo había hecho, su lengua comenzó a jugar con la punta del glande, lamiéndolo como si fuera un caramelo, como había visto hacer en alguna película porno, sus labios abrazaban el rojo capullo succionándolo para después sumergirlo dentro de la boca, al tiempo que sus manos jugaban con la base o subían y bajaban por el tronco, cuando por fin cogió el tranquillo, consiguiendo acompasar los movimientos, la polla comenzó a aparecer y desaparecer entre los labios de la chica, arrancándole al hombre, sonoros gemidos acompañados de largos espasmos de placer que movían su cadera incontrolablemente, hundiendo la polla dentro de la boca de la chica.
Estaba gozando, tenia a dos hombres disfrutando con ella y eso la hacia sentir especial, absorbió fuertemente la polla que tenia en su boca para sentir su sabor, era una sensación increíble notar latir ese trozo de carne entre sus labios, entonces sintió algo que hizo que su espalda se tensara, algo estaba acariciando su sexo, algo plano que no podía identificar, ese algo frotaba sus coño chafando su carne contra su propio cuerpo llenándola de extrañas y placenteras olas de placer, al ir apretando sus labios se abrieron sientiendo como algo duro tocaba a la vez su clítoris mezclando las nuevas sensaciones con las ya conocidas por ella, por fin reconoció lo que le estaba dando placer, era la mano puesta plana de Juan, sin poder contenerse mas, se saco la polla de la boca y emitió un sonoro gemido que lleno la habitación para seguidamente volver a meterse la polla en la boca y renovar con mas ansias la mamada.
La mano seguía trabajándole el coño, separando los labios, jugando con la entrada de la vajina, castigándole el clítoris, y todo eso unido hacia que su cuerpo se convirtiera en una fuente.
Sentía como de su coño salía una ingente cantidad de liquido que se desparramaba por sus ingles en dirección a sus muslos abiertos para que accedieran mas fácilmente a su secreto.
Las sensaciones le tensaban la barriga al tiempo que ponían toda su piel de punta, erecta, como millones de micro clítoris que respondían a cualquier roce.
Poco a poco sintió como si un enorme cubo se le fuera llenando en su bajo vientre, llenadose mas y mas a cada caricia hasta llegar un punto en el que sin poder controlarlo este se derramo al tiempo que ella gritaba al sentir el orgasmo arrasándole el cuerpo por completo.
Pero las caricias no cesaron y sin haberse recuperado del primero sintió como de nuevo el cubo se iba llenando de agua, de liquido caliente y placentero a medida que la mano experta del vigilante la acariciaba.
El compañero de este, celoso por la falta de atención que estaba recibiendo volvió a empujar la cabeza de la chica contra su polla, clavándosela de un golpe, enredando las manos en el pelo de la chica, comenzó a penetrarla sin descanso, ella, simplemente pudo abrir la boca para dejarse follar por la polla que momentos antes chupaba.
Tenia los ojos cerrados, llenos de lagrimas que se le escapaban por la cantidad de arcadas que la follada le producía sin piedad, clavándose hasta el fondo de su garganta sin ningún cuidado, su única preocupación real era poder recoger el suficiente aire para no ahogarse.
Y en ello estaba cuando sintió algo que duro y grande que se habría paso dentro de si, intento girar la cabeza pero le fue imposible por tener esta cogida por el hombre, y sin poder moverse ese algo entro dentro de ella quemándole las entrañas.
Juan, apoyo la punta de su polla en la entrada del coño de la chica, la había estado preparando para ello con largas caricias para que el coño se dilatara, sabia por experiencia que era la única manera de poder meter su enorme herramienta dentro de una mujer, y esta tenia la pinta de no haber recibido muchas, y menos como la suya.
Lentamente fue empujando sintiendo como el joven coño comenzaba a tragar la enorme barra de carne, poco a poco fue entrando, sintiendo en un principio los movimientos evasivos de la chica al sentir la presión, pero estaba bien cogida, así es que continuo empujando lentamente pero sin pausa, hasta que topo con algo que le impedía el paso.
Maria estaba aterrada, era virgen y por todo lo que le habían contado sus amigas sabia que el momento de hacerlo por primera vez no era nada agradable, y menos con una polla como la que el hombre tenia, sabia que le iba hacer daño, mucho daño, pero no podía evitarlo de ninguna manera, por una parte tenia la cabeza bloqueada por el hombre que se la estaba hundiendo en la garganta y por otra el otro tipo estaba entre sus piernas abiertas y ya tenia un trozo dentro de ella.
Volvió a cerrar los ojos preparándose para lo inevitable, en ese momento pensó en su novio que hasta el dia de hoy se había esperado para hacerlo.
Juan se agarro bien fuerte con las dos manos a la cintura de la chica y así cogido dio un fuerte golpe de cadera sintiendo como la barrera cedia a su empuje, una vez conseguido no ceso de empujar hasta que sus huevos estuvieron pegados al culo de la chica.
Sintió temblar las piernas de la muchacha cuando la atravesó, incluso un leve gemido amortiguado por la polla que tenia en la boca.
Ahora solo debía esperar a que se relajara un poco para poder follarla en condiciones.
A través de su polla le llegaban las vibraciones del cuerpo de la chica, como si hubiera metido la polla en una plato de sopa, el calor le embolvia casi quemándole, sentía la rugosidad del coño pegado a su piel producto de la tensión.
Poco a poco esta rugosidad fue pasando convirtiéndose en un lugar suave, caliente, pero suave, y ese fue el momento para comenzar a moverse, lentamente hacia fuera un poco para de nuevo volver adentro, para repetir otra vez la operación esta vez mas afuera, así poco a poco, gozando de ese coño nuevo que acaba de estrenar.
Maria sintió una punzada de dolor cuando la enorme polla topo con su himen, preparándose tomo aire, sentía como sus piernas le temblaban al tiempo que toda ella se ponía tensa, le hubiera gustado decir basta, pero no podía, la polla que le estaba follando la boca se lo impedía, de repente una presión taladro su cerebro, y como si algo se rompiera un dolor agudo le traspaso todo el cuerpo doblándole las rodillas, era horrible, comenzó a llorar sin poder evitarlo, deseaba que saliera, que se fuera no podía aguantar la sensación de quemazón que le recorría el coño como si le estuvieran clavando un millón de agujas, se estaba hiperventilando, comenzó a perder la visión y sintió unas fuertes arcadas nacerle de los mas adentro de su cuerpo, pero aguanto, sacando fuerzas de flaqueza consiguió calmarse un poco, lo justo para notar como la enorme polla comenzaba a moverse dentro de ella, rasgando su coño, intensificando el dolor a cada movimiento, no lo aguantaría por mas tiempo, ella no aguantaba nada bien el dolor, y sabia que si no hubiera sido por la situación en la que se encontraba hubiera huido, pero era imposible.
Entonces poco a poco el dolor fue desapareciendo, poco a poco…
Juan notaba el joven coño cada vez mas dilatado, mas suave y comenzó a penetrarla mas fuerte, saliendo cada vez mas para hundirse de nuevo hasta lo mas adentro que podía, sintiendo sus huevos golpear el culo de la chica.
Ya casi no sentía ninguna presión, y eso le hizo soltar las caderas para dejar que ella misma se acompasara a sus embestidas, y así fue, poco a poco la chica se acompaso a el y comenzó a gozar, la sentía gemir aun con la boca llena, y eso le dio alas para follarla sin miedo, entrando y saliendo casi por completo, una y otra vez sin descanso.
Sabia que debía hacer que se corriera, seria la única manera de hacerla suya, de hacer que no olvidara nunca ese dia.
Algo dentro de ella comenzó a nacer, algo placentero, al principio casi inapreciable, pero a cada penetración iba haciéndose mas patente, mas intenso, mas placentero, y de golpe surgió, un placer indescriptible que nacia de una parte de su ser que desconocía, todo su cuerpo era un bolcan y lo que antes casi era una tortura ahora se había convertido en una necesidad, quería mas, deseaba mas, necesitaba mas…
Mas placer, mas roce, mas sensación, mas intensidad, mas polla… si eso era, quería mas polla dentro de si, necesitaba sentir ese enorme miembro llenarle el coño, porque cada vez que se retiraba se sentía hueca, vacía, y al entrar como un tren de mercancías hacia que su sangre girara mas deprisa, quería mas y para eso comenzó a moverse al ritmo que el hombre marcaba, al tiempo que retomo la enorme mamada que estaba haciendo porque ya lo quería todo, deseaba sentir el semen des desconocido llenándole la boca, la garganta todo al tiempo que su coño mamaba la polla del otro, como si de dos bocas hambrientas se tratara, porque en eso se había convertido, en una devoradora de pollas y aunque en parte le sorprendió le gusto.
Luis, agarro el pelo de la chica hundiendo la cara contra su polla al tiempo que un terrible orgasmo le recorría el cuerpo, sus huevos ya duros hacia rato comenzaron a escupir semen a toneladas que la chica no tuvo otro remedio que tragar, sentía como el liquido caliente salía una y otra vez llenando la garganta de la chica que hacia vanos intentos por separar la cara de la mata de pelo, pero no la soltaria hasta que no hubiera escupido la ultima gota, y así fue, cuando se separo la cara congestionada de Maria, con los ojos llorosos lo contemplo, su cara de vicio la cautivo, estaba en trance.
Separándose de ella, la dejo con las manos apolladas en la mesa y la cabeza ahora libre caída, y se sentó en el sofá tocándose suavemente la polla, hacia mucho que no le hacían una mamada como aquella, y la verdad había valido la pena, la chica chupaba de maravilla.
Maria recibió los grandes chorreones de esperma con sorpresa, su inexperiencia no la previno de los típicos avisos que los hombres tienen antes de correrse, y por ese motivo no pudo evitarlo, por eso y porque el hombre la atrajo contra el cuando se corrió, solo le quedo el remedio de tragar todo lo que salía de la polla, hasta la ultima gota, quedando en su boca un ligero sabor agridulce que en el fondo no le desagrado.
El aire fresco que entro de golpe por su garganta la alivio un poco, pero su corazón latiendo a toda maquina la estaba llevando a un frenesí jamás imaginado, el hombre que la estaba follando era como una maquina, arrancándole gritos de placer que ni ella misma sabia que podía emitir, si antes sintió una cubo llenarse en su barriga, lo que ahora sentía era una tremenda cascada que de golpe se convirtió en un enorme tsunami.
La enorme ola crecia y crecia a medida que el sexo del hombre entraba y salía a toda velocidad de su coño, haciendo que todo su cuerpo se convirtiera en agua.
Sentía sus piernas flotar, sus muslos temblorosos apenas la sujetaban y si el tipo le sacaba la polla de golpe seguramente acabaría en el suelo, pero el estaba bien agarrado a su cintura y de esta manera le destrozaba el hasta hoy virgen coño.
Juan sentía todo el cuerpo de la chica en ebullición, notaba cada espasmo y sabia que estaba a punto, aplicando mas fuerza comenzó a sacar del todo la polla para clavarla bien fuerte, rápido, como un martillo eléctrico acelero el ritmo hasta que de repente noto como la espalda de la chica se arqueo de golpe y un fuerte calor húmedo golpeo sus huevos al tiempo que un grito gutural escavaba de la garganta de la chica.
El enorme tsunami arraso el cuerpo entero de Maria, volviendo en negro todo su cerebro, su cuerpo se tenso, impidiéndole respirar y lo único que pudo hacer fue gritar lo mas fuerte que pudo para aliviar la tensión, que para sorpresa de ella no ceso, sino que se intensifico al notar como el hombre no cesaba en su empeño de penetrarla, provocándole de nuevo otro orgasmo que acabo por descontrolar totalmente todos los sentidos de la chica, pues tras este vino otro, y otro y otro, hasta que a cada embestida le venia otro orgasmo, dejándola sin poder hablar, casi sin respirar.
Juan la empujo contra la mesa, haciendo que todo el cuerpo descansara sobre ella, estaba a punto de correse y no quería que se le callera al suelo.
En esta posición, con las piernas a penas tocándole el suelo, acelero el ritmo como si le fuera la vida en ella, hacia tiempo que no follaba de esa manera, tan bestia, tan fuerte, tan intenso, sintiendo los espasmos de placer que cada vez tenia la chica al correse, y por fin lo sintió, su polla se endureció, sus huevos se unieron al enorme tronco formando un todo en uno, y así, agarrando el largo pelo de la chica siguió penetrándola hasta que por fin exploto dentro de ella, uniéndose a sus espasmos de placer.
Maria sintió el calor de la leche del hombre llenarle la barriga, y esta sensación le produjo otro tremendo orgasmo, ya había perdido la cuenta de los que llevaba, en definitiva no le importaba, solo quería poder respirar, poder tranquilizar su cuerpo, su corazón, su universo.
Derramada sobre la mesa, con las piernas abiertas, sintió como su coño se abria y cerraba cuando el hombre se retiro, se sentía vacia y llena al mismo tiempo, pero eran tantos los sentimientos encontrados que no era en ese momento capaz de asimilarlos todos.
Solo quería descansar, dejarse hundir en los brazos placenteros de la infinidad de sensaciones que le recorrían el cuerpo…. Flotar en ellas…. Dormirse en ellas….
Luis, llevaba un tiempo observando como su compañero destrozaba el joven coño con embestidas cada vez mas salvajes, desde el sofá, podía ver como la enorme polla salía por completo para volver a hundirse profundamente dentro de la chica, esa visión le había vuelto a poner dura su polla, y ahora quería su parte, así es que poniéndose de pie se acerco hasta la muchacha que descansaba sobre la mesa, totalmente espatarrada, observo el coño abierto y colocando la punta la penetro de un golpe, la sorpresa hizo que la chica gritara, pero eso no le detuvo, comenzando una rápida cabalgada sobre la grupa de la chica, su polla entraba y salía rápidamente, acompañada de los gritos de placer de Maria, no aguantaría mucho, nunca había sido muy duradero, y menos después de haberse corrido, pero no quería irse sin probar un coñito así.
No había pasado ni un minuto cuando sintió el primer aviso de que estaba a punto, y cuando ya no pudo mas se hundió en lo mas profundo de la joven descargando toda su carga en el coño de la chica.
Maria fue arrancada de su zona dulce de golpe al sentir de nuevo como sus carnes eran abiertas de nuevo, sus ojos se abrieron de nuevo al sentirse follada, y como si simplemente hubieran puesto el pause, su cuerpo comenzó a correrse al poco de la primera embestida, eston eran orgasmos mas suaves, pero mas seguidos, casi se podría decir que era uno eterno, y así estuvo sintiendo hasta que el hombre se corrió con grandes espasmos dentro de ella, una cuando se retiro le provoco un par mas de microorgasmos que le atravesaron el cuerpo haciendo que se encogiera sobre la mesa como un bebe.
No podía mas, desde lo mas adentro, su cuerpo le decía basta aunque su coño iba por libre, ya que sin que nadie la tocara, el mismo se corrió dos veces mas, simplemente con los movimientos espasmicos de su vagina.
Quedando totalmente derrotada sobre la mesa.
El teléfono sono impertinentemente, haciendo que Maria despertara de su sopor, como pudo se bajo de la mesa, evitando caer de rodillas de casualidad, y llego hasta donde estaba su bolso, tras meter la mano, consiguió sacar el móvil y descolgar.
si… - digo con voz entrecortada
Maria, hija, estas bien..?
si mama, porque…?
hay.. no se, te oigo como si estuvieras dormida…
no mama, no, es que estoy cansada… ya sabes… el viaje, la excursión… todo… - aguardo unos segundos para recomponer un poco la voz – mama… donde estais… ¿
cielo… te oigo fatal… oye estamos llegando al centro, esperanos en la pueta… vale
si mama… vale…. Hasta ahora – colgó el teléfono tirándolo dentro del bolso
Medio mareada se puso de pie, observando a su alrededor, no había nadie, solo ella y su ropa en una esquina de la mesa, se sentía dolorida, cansada y mareada, como si hubiera estado durante muchas horas haciendo ejercicio al tiempo que semanas sin dormir.
Medio tambaleante se acerco hasta el pequeño lavabo encendiendo la luz, su cara se reflejo en el espejo, tenía todo el pelo revuelto y unos manchurrones resecos de color blanco, al verlos recordó todo lo pasado, en un principio pensó que había sido un sueño, pero al ver las manchas la realidad se hizo patente.
Abrí el grifo y dejo correr el agua por su cara, borrando los restos de semen que tenía en las comisuras, luego echo un vistazo al resto de su cuerpo y comprobó los churretones sanguinolentos que le recorrían el interior de los muslos mezclados con regueros de semen proveniente de su coño, una simple pasada con la mano por sus labios le confirmo la visión.
Como pudo se lavo con una toalla el coño y los muslos para después recolocarse bien el pelo y salir fuera a buscar la ropa.
Minutos después el aire fresco de la tarde la envolvió despejando en parte sus sentidos, para cuando aparecieron sus padres, casi había recuperado la compostura, y apenas una leve flojedad en las piernas le recordaron lo vivido aquella tarde.
Desde lo alto del edificio, Juan observo como la chica se montaba en el coche, doblando un pequeño papel con un número de teléfono, lo metió en su cartera al tiempo que una ligera sonrisa afloraba en su cara.