En el súper

No se conocen, coinciden haciendo la compra, hay atracción mutua y....

Yo soy George, 42 años, directivo en una multinacional, 1.75, moreno, delgado, deportista, atractivo, viajado,

culto ,

muy seguro de

mismo, casado y padre de un niño y una niña.

Ella es María, 40 años, responsable de marketing en una empresa exportadora, 1.65, rubia teñida, delgada, guapa, muy femenina, divertida, juguetona, casada

y

madre de dos niñas.

Aprovecho la vuelta al trabajo después de comer para parar a comprar algunas cosas en el

súper

. María hace lo mismo a la salida del trabajo de vuelta a casa.

Estoy en la frutería cogiendo melocotones cuando veo a María, no puedo evitar fijarme en ella: lleva

una  mini

que luce unas piernas muy bronceadas y muy bien torneadas, sandalias de

tacón

y una camiseta

blanca

muy ajustada que le marca unos pechos grandes

y muy bien puestos, seguramente operados.

Va maquillada. Es muy

sexy

pero a la vez elegante y guapa, me siento inmediatamente atraído por ella y no puedo evitar quedarme observándola como compra ella fruta también. Inevitablemente ella se da cuenta, me mira, me mantiene la mirada unos segundos y me sonríe.

Bien, buena señal, empieza el juego….

Ambos seguimos comprando fruta, los dos sabemos que el otro está allí y parece que los dos tenemos ganas de jugar. Periódicamente nos miramos, nos aguantamos la mirada, nos sonreímos… Al principio creo que será mi imaginación, pero no, puedo ver claramente como desde que ha iniciado el juego se le han empezado a poner duros los pezones, ahora ya se le marcan claramente en esa camisetita tan ajustada que lleva, pese a que a mi pesar

lleva sujetador

. No solo tiene unas tetas

grandes,

sino que ahora parece que los pezones también. Me excitan mucho los pezones duros y eso justo con el juego hace que a

también se me ponga ya dura la polla.

En el juego de miradas ella se da cuenta de que yo me he fijado en sus pezones luchando por salir de la camiseta y ella se da cuenta de

cómo

se me marca la polla dura en mi pantalón de traje, el juego sigue bien pues…

Estoy convencido de que le gustan los hombres seguros de

si

mismos, así que decido salir de la zona de la frutería y seguir con mi compra, no sin antes sonreírle y despedirme con un “hasta luego”.

Efectivamente al cabo de unos minutos nos volvemos a cruzar en la zona de las conservas y ambos nos sonreímos abiertamente y acompañamos la sonrisa con un “hola”.

Me detengo en la pescadería, coge un número y al cabo de un rato ella me sonríe y hace lo mismo. Estamos cerca, parados y esperando, es el momento de iniciar la conversación. La saludo y le digo que no soy muy experto en pescados (cosa que es mentira), que qué pescado me recomendaría de los que hay allí para hacerlo para cenar, María me recomienda que compre un rape a rodajas y sencillamente a la plancha quedará muy rico.

Le agradezco la recomendación y empezamos a hablar. Nos presentamos, veo por su manera de expresarse que es una mujer con clase y la conversación empieza a fluir con total naturalidad, trabajos, donde vivimos, hijos, que hemos hecho estas recientes vacaciones etc… Ambos estamos muy a gusto y es muy evidente que tenemos

feeling

. Yo pido mi rape, ella su rodaballo y seguimos haciendo el resto de la compra juntos, charlando, bromeando, cada vez más cerca. Como ambos somos muy tocones entre bromas y risas ya nos acariciaos el brazo. A la vista de cualquier persona del

súper

parecemos ya amigos de toda la vida o novios.

Cuando ya tenemos todo le digo que me faltan por comprar preservativos, que si sabe

dónde

están. Me dice que no, que ella no utiliza de eso, que le gusta más a pelo y me guiña el ojo, reímos, yo le digo que en casa tampoco utilizo pero que siempre va bien tener a mano por si se necesitan par alguna “emergencia”, ríe y me dice que sí que buena idea, así que vamos a buscarlos.

Acabamos con la compra, pagamos, seguimos charlando, riendo y acercándonos cada vez más. Vamos hacia el coche, como el mío está más cerco le digo que dejo yo mis cosas en el mío y después la acompaña al suyo que está más apartado, así lo hacemos.

Guardando las bolsas en mi maletero s eme marcan claramente los bíceps, ella se da cuenta y me dice bromeando “

mmmmm

que fuerte que estás…” , yo le digo que o hay para tanto pero que si quiere tocar que adelante, ella se ríe, acepta el reto y me aprieta el bíceps mientas cargo la bolsa de patatas de 5

kgrs

en el maletero. “sí

si

, estás muy bien” dice mientras se muerde el labio inferior y los pezones se le vuelven a poner duros como escarpias. Yo le contesto que no exagere, que aún no ha visto nada y le guiño el ojo.

Vamos ya hacia su coche que queda apartado en el parking y

guardo sus bolsas en su maletero. Le digo si quiere volver a palpar bíceps y me dice que encantada, esta vez lo hace durante más rato, mientras observa

cómo

se me ha vuelto a formar una tienda de campaña en mi pantalón. Le digo que no es justo, ella ha palpado ya dos veces y yo ninguna. Me dice que es cierto, que es una niña buena y me deja que palpe yo también, me pregunta que qué me gustaría palpar. No le respondo, directamente le amaso sus tetas enormes

, me deja hacer, y le pellizco el pezón que parece que va a romper la camiseta, suspira y me mira con cara de deseo descontrolado.

Inevitablemente nuestras bocas se acercan y nos fundimos en un beso lujurioso y lleno de pasión, nuestras lenguas se entrelazan y nuestros cuerpos se aprietan uno contra el otro.

Le aprieto fuerte el culo, ella me coge de la nuca, nuestras lenguas son una sola, mi polla se clava contra ella, sus tetas contra mí.

La cojo

de la mano y la llevo dentro del coche, nos sentamos en la parte de atrás, cerramos las puertas y damos rienda suelta nuestro deseo. Nos seguimos morreando salvajemente, le sigo mareando las

tetas

pero ya por debajo de la camiseta y una vez sacado el sujetador, son fabulosas, grandes, bien puestas, operadas sí y lo que más me pone son sus pezones gigantes.

Mi boca se concentra ahora en su cuello, debajo de la oreja, se lo lamo con puntita y se le pone la piel de gallina, mi lengua sube y baja por su cuello y evidentemente le gusta por

coo

jadea fuertemente. Le saco la camiseta, sigo bajando y me como sus tetas enteritas, están deliciosas, me encantan, le chupo fuerte el pezón, lo succiono, se lo mordisqueo, le debe

doler

pero le gusta por los grito de placer que emite. Ella me deja hacer, disfruta y goza mientras me acaricia mi polla por encima de mi pantalón.

Es evidente que está muy cachonda y excitada, como yo, pero decido comprobarlo por

mi

mismo. Introduzco mi mano dentro de la mini, acariciando sus piernas por la parte interior, suavemente, subiendo y bajando, ellas las abre para facilitarme el movimiento, cada vez las subo más introducir mis dedos por debajo de su tanga. Efectivamente está todo empapado, su tanga, su coño y hasta el asiento está ya algo mojado, me encanta.

Le saco el tanga y m

i dedo empieza a acariciar su clítoris, ella se contorsiona, mueve su cuerpo acompañando mis

movimientos,  jadeando

cada vez más fuerte, literalmente me dice “cerdo como me

pones

!!

no pares so guarro!!!” y yo claro, obedezco, aumentando el ritmo y la presión de mis caricias sobre su clítoris

, cada vez más rápidas y más intensas a la vez que ella aumenta sus jadeos y sus gritos y se corre escandalosamente durante un buen rato mojando aún más el asiento trasero de su coche.

Me mira con una cara de vicio increíble, ya no es la princesa dulce del

super

, ahora es una gata en celo salvaje.  Me dice que soy muy bueno, que desde que iba a la universidad no tenía un orgasmo así, que otra vez no es justo, que ella ha vuelto a tener más que yo. Me desabrocha y me saca la camisa, me acaricia mi pecho peludo y me beso cuello, pello, cintura, todo… mientras me acaricia mi polla a punto de reventar aun por encima del pantalón. A medida que va bajando me desabrocha el pantalón, libra la polla de la presión de los calzoncillos hasta que se la mete en la boca.

Me hace una mamada de campeonato, empieza suave, lamiéndola entera con la punta de su lengua para acabar metiéndosela entera dentro y follándome con su boca a la vez que sus preciosas tetas rebotan al ritmo de sus movimientos.

Le digo que pare si no quiere que me corra tan rápido, ella dice que qué pena que hayamos dejado los preservativos en i coche, le respondo que no, que me los he guardado en el bolsillo de la americana y le guiño el ojo. Me confiesa que me ha deseado desde el primer momento en que me ha visto mirándola con cara de deseo en la frutería.

Cojo los preservativos, los abro, me pongo uno y le digo que es toda suya. Ella se sienta encima de mí, se pone la punta en la entrada de su aún empapado coño y se la mete dentro de golpe. Es toda una amazona, me empieza a cabalgar, primero suavemente y cada vez más

rápido. Yo le aprieto con fuera los pezones lo que parece que le gusta por los gritos que pega, menos mal que su coche está apartado del resto. Me excitan muchísimo sus pezones gigantes, sus gritos desenfrenados y la situación en sí, en el parking del

super

con una mujer que he conocido hace media hora.

Me grita: “Cerdo!

Guarro!!

Cabron

!!!como me pones!!!

No pares!!!

”  Me cabalga cada vez más rápido, grita, jadea, suda, goza… hasta que los dos nos corremos al unísono gritando salvajemente, me quedo agotado en el asiento trasero de su coche ella abrazándome y besándome de nuevo en el cuello.

Vamos poco a poco recuperando la energía, le digo que es una folladora increíble, me lo

agradece,  me

dice que soy muy bueno, que hacía unos 20 años que no disfrutaba así y que le ha dado mucho morbo la situación en sí.

Nos vestimos y nos despedimos. No nos pedimos el

teléfono

pero me dice que cada miércoles a esa hora suele ir a comprar a ese

super

….