En el reflejo de sus ojos pardos. San Andres II
Los lamentos se juntan como viejos amigos; Aquí para revivir tus momentos más oscuros No veo el camino, Y todos los demonios salen a jugar y yo soy su juguete.
Segundo capitulo de la trilogía, dedico en su totalidad el relato a tres personas RigoSama hijo nos uní en un relato XD, a taurus182 es fantástico, es increíble y es autentico y a Dann un gran lector, A mis lectores a ustedes mis amigos que me han acompañado, a los que creen en mis escritos a todos ustedes gracias. Aaah antes de que se me olvide el artista de estas canciones es Florence & The Machine.
CAPITULO II
FELIPE.
Empuñaba mis manos con fuerza sobre el reposa manos mientras recordaba cada maldito instante en que toque el cuerpo de Anderson, como podía meterme de esta manera con mi sobrino en estos momentos de mi vida donde finalmente podía creer que había alcanzado la estabilidad, desde que me había alejado de San Andrés.
Miraba la ventana a mi costado, miraba la vía que quedaba atrás del carril le intentaba decir a mi cabeza que razonara que el ya no estaba, que el había caído a comienzos del movimiento del tren, lamento haberlo lastimado de esa manera… deje caer mi frente sobre la ventana intentando que mi compañero de asiento no notara que lloraba por que existen lagrimas que no se pueden contener, lagrimas que simplemente salen y se dejan caer sin ni siquiera dar orden de parpadear. Como las lágrimas de Anderson todo fue tan bello hasta hace unas horas entregándonos el uno al otro a la pasión del lago.
Entonces por que tomaste esa decisión me reprocho la conciencia que aun no comprendía el por que, por que al amanecer lo vi dormir recostado en mi pecho aferrando su vida a mi, no me importaba si el era menor que yo por que la verdad es que desde que el era un niño me ha cautivado, y yo… y yo le daría todo si el me lo pidiera pero resulta que yo no tengo lo que el se merece; San Andrés es un lugar frio donde las personas se esfuerzan por aparentar y su única función es señalar… y no soportaría que lo señalaran, que le humillaran, que le juzgaran, que le dejaran solo… no, Anderson merecía una vida mejor. Dije apretando mi mano en puño.
Por otro lado esta Javier mi novio hace siete años he logrado amarlo, corresponderle a su cariño, a todo lo que el ha hecho por mi desde que llegue a la ciudad, el no merece que le abandone después de todo lo que hemos pasado juntos; el dejo a su familia por mi, el nos creo un hogar, el me hizo sentir cosas que no había sentido, el me dio cariño; yo le debo mucho a Javier a demás que me he acostumbrado a el le amo podría decirse.
Anderson no tiene nada a mi lado ¿acaso en San Andrés si? Me reto la conciencia; en San Andrés tiene a su madre la bella Catalina, también por ella tome la decisión no puedo alejarla de lo único bello que tiene de sus ganas de vivir; no pretendo buscar excusas a mi cobardía pero digo la verdad tampoco podía perder lo que he construido en siete años por experimentar como niño pequeño junto a Anderson… ¡nadie! Absolutamente ¡nadie vive de amor!
Faltaban unas cuantas estaciones para llegar a la ciudad, guiaba torpemente mis manos para que secaran mis lagrimas pero están seguían saliendo, me lo imaginaba junto a las vías del tren sin levantarse de donde callo esperando mi llegada, leyendo la carta una y otra vez intentando comprender mis palabras, preguntándose el por que… pero el no lo entenderá, la vida es dura y el debe aceptarlo y quizás… yo… yo deba también.
El tren resoplo su ultimo vendaval de carbono, nos invitaba a salir, las personas salieron cada quien a su velocidad yo me quede sentado un momento para luego levantarme tomar mi maleta y salir del vagón me pare en la acera, Javi no vendrá a recogerme pues se encuentra trabajando a estas horas de la mañana mire de un lugar a otro ilógicamente creyendo que aparecería corriendo. Me pasaba de idiota esos momentos pero la conciencia no me quitaba el peso de encima y desde que lo vi caer al pavimento temo por el.
Salí de estación para tomar un taxi, le indique la dirección y salimos del lugar… las horas pasaron durante el viaje ya el sol resplandecía en los edificios, y el aire resoplaba mas, cálido mas tranquilo.
-señor le suena el celular ¿no piensa contestar?
No había notado que sonaba mi celular, al sacarlo me di cuenta que era Anderson, colgué de solo ver su nombre que me diría o peor que le diría yo a el; el celular continuo sonando insistente, de la misma forma continuaba colgando, luego de unos minutos finalmente dejo de sonar, lance el celular a mis piernas mientras resoplaba un poco de aire me lleve las manos a la cabeza atenazando mi cabello con las manos y llevando mi cabeza hacia a atrás.
Fueron cortos los instantes en que inhale aire antes de que el celular volviera a sonar me alertaba que era un mensaje. – tío ya no soy un niño recuerdas; no te preocupes no creo que algún día pueda odiarte, no pronunciare tu nombre seguida de una frase de odio por que no puedo hacerlo… yo te amo y por un instante pensé que tu también sentías lo mismo por mi; me niego a creer que lo que paso fue producto del desfogue, pero tío no sientas lastima por mi, no vale la pena… solo lamento que lo que siento no se fuera como te fuiste tu, pero el amor es así una batalla donde juegas a perder.
Gracias por todo tío.
Cerré los ojos con fuerza, prefería mil veces que me fuera escrito que me odiaba pero Anderson no podría sentir eso por nadie.
♫ “Howl Aullido” Si tan sólo pudieses ver la bestia en que me has convertido. La contuve pero ahora parece que la has dejado libre Gritando en la oscuridad, aúllo cuando estamos separados Arrastro los dientes sobre tu pecho para saborear tu corazón palpitante♫ Finalmente llegue a la casa, le pague al taxista observe mi casa, un lugar grande acogedor, pintado de colores pasteles, con un tejado empinado y un patio en frente; saque las lleves sentía el nudo apretarme la garganta cortándome el aire. Al ingresar Javi me esperaba en la mesa sonreí al verle tenia esa costumbre de esperarme de preocuparse por mi. No podía lastimarle.
-amor te espere. Dijo acercándose para besarme los labios
-te pasa algo pipe. Dijo al ver que no obtenía repuesta, sus manos se apretaron a mi cintura, levanto la cabeza y me miro a los ojos.
-no me pasa nada solo es la melancolía que causa el viaje ya te lo dije. Acto seguido le bese deje que su lengua invadiera mi boca que sus manos se apretaran a mi cuerpo.
-yo estaré para ti siempre pipe, me tomo de la barbilla y me volvió a reiterar sus palabras.
El dolor no desaparece solo se disfraza, se debe intentar olvidar aquello que te atormenta para poder seguir, acostumbrarse a que no siempre se gana que en este mundo se juega a perder y que Anderson quedaría en el olvido; mi prioridad es Javier por que se lo debo, por que se lo merece.
Lance con delicadeza a Javi contra el sofá me mordí el labio al ver su cuerpo acomodarse luego de su caída, Javier es ese tipo guapo con el que todos sueñan un joven de de veintiocho dos años menor que yo, ojos pardos, cabellera negra, piel dorada, un cuerpo de atleta, una espalda ancha con una cintura un poco mas delgada, sus abultados pectorales muy bien entrenados, su dura tableta oculta entre esa camisa gris, sus pernas, su culo, su abultado paquete custodio de tan delicioso néctar.
No le debes nada resonó nuevamente la voz de la conciencia, llevo siete años desde que Salí de San Andrés y lo único que me ha dado fuerzas a sido el hombre que esta frente a mi y lo que siento por el no es agradecimiento es amor, es confianza, es lealtad, es respeto… Javi me ama y yo… solo he cometido un error.
Me abalance a su cuerpo y le tome del cuello, Javier gimió sorpresivamente mientras se dejaba llevar, invadí su boca con mi lengua, recorría sus labios, sus mejillas, rosaba su lengua, su paladar le apreté un poco mas del cabello me monte sobre su cuerpo. La mano que tenia libre recorrió su cintura recogí su camisa a la altura de sus pectorales.
Busque su tetilla entre caricias, al sentirla comencé a darles suaves pellizcos al poco tiempo estaban duras. Deje su boca bese su cuello le proporcionaba cálidos chupetones a su piel Javi dejaba en el aire sus gemidos; sus manos tomaron mi camisa me senté sobre su paquete y deje que me la quitara. Le agarre del cabello y le guie a mis tetillas me encantaba su forma de chupármelas me las cubría en saliva para luego sorberlas con fuerza.
Me apretaba con la punta de su lengua, agarre más fuerte su cabello me deje caer un poco le observe morder mi tableta su cabello caía sobre su frente sus manos se dirigieron a mi pantalón me desabrocharon el cinturón y junto a el su botón; gemí mientras me bajaba el cierre su mano se dedico a tocar mi pene sobre el bóxer lo miro un par de segundos y comenzó a besarle. El morbo de Javier era de aquellas cosas que me cautivo al conocerle.
Siguió el camino de mi palo humedecía mis bóxer con su saliva, me apretó un poco la punta con sus dientes y me miro.
-aaah. Resople mientras llevaba mi cabeza hacia atrás
Mientras me apretaba el pene en un camino de besos y mordiscos, sus manos bajaron un poco mas mi pantalón dejando mi culo expuesto a sus manos fue con Javier que yo descubrí los placeres de ser lo que aquí etiquetan como pasivo; sus manos apretaron mis nalgas su tacto era bastante frio; me bajo de golpe el bóxer dejando que mi pene golpeara su boca.
Me lo tomo de la base y con una mano agarrada a mis nalgas le apretó a su boca, comenzó con un movimiento despacio en lo que me descapullaba y probaba las primeras gotas de pre seminal que salían de mi miembro; su lengua me recorrió el glande circularmente poco a poco me lubricaba mas y lograba descapullarme con mas facilidad. Apreté fuertemente su cabello y le metí mi pene a la boca Javi simplemente me miro gustoso sabia lo mucho que le gustaba tragársela de golpe.
Le oí una leve arcada pero luego su boca fue cediendo y fue adquiriendo más velocidad, mi pene se sofocaba en el calor apretado en aquel poco espacio. –te amo, me dijo sonriente mientras me pajeaba.
Le tome de los hombros y le deje descansar en el sofá; pose mi frente sobre la suya le observe cerrar los ojos e inhalar con fuerza, volví a besarle, su mano aun no abandonaba mi pene le pajeaba con mas dificultad debido al corto espacio entre nuestras tabletas. Su pulgar se encargaba de sobarme el glande… Javier… Javier repetí su nombre mientras ahogaba mis gemidos en su boca.
Me levante del sofá su boca me siguió y al no sentirme abrió los ojos, me baje por completo el pantalón y el bóxer me deje contemplar desnudo por sus ojos; le tome de las piernas y hice lo mismo, al tenerlo desnudo me arrodille a un costado del sofá Javi se acomodo dejando su miembro de diecinueve centímetros de largo apuntando a mi boca; me lo metí de golpe y comencé a mamarle con ganas le tome de la cintura para empujarme con mayor facilidad.
Su mano acaricio mi espalda, le escuchaba decirme que me amaba preferí guardar silencio, dedicarme a hacerle feliz y por que no, a serlo yo también… me agarro de la mano para que me volviera a montar sobre él nos dedicamos a besarnos un buen rato, me indico que me levantara y que posara mis manos en el reposabrazos quede en cuatro dejando mi culo a su merced; me beso las espalda y comenzó a descender al llegar mi culo le contemplo un instante para luego besar mi ano poco a poco su lengua reseguía mis pliegues mientras yo no dejaba de sudar.
Fingía una penetración con la misma, me lamia una y otra vez para luego levantarse e insertármela despacio. Gemía mientras la sentía centímetro a centímetro ingresar cuando la tuvo a dentro la saco despacio dejando su glande aun en mi interior.
-Javi joder aaah.
-te gusta he. Dijo mientras volvía a meterla lentamente
Su movimiento de cintura fue aumentando sus bolas chocaban mi culo, me dedicaba a pajearme al ritmo de sus envestidas, me tomo de la nuca y me obligo a buscar sus labios. Me saque su miembro mientras me giraba para quedar frente a él; los dos de rodillas mirándonos el uno al otro con la respiración agitada, los cuerpos bañados en sudor que luego seria lamido.
-te amo, dijo posando su frente sobre la mía dedicándome toda la atención de sus ojos pardos como el amabar.
Le acaricie el brazo, baje por este toque su cintura y le agarre el miembro le sonreí cómplice; dedicamos a pajearnos respirando cerca a la boca del otro, le tome del cabello cuando sentí la presión en mi abdomen permanecí cerca a su rostro con mi nariz tocando la suya, con mi frente sobre la suya. Parpadee un poco.
-te amo, te amo con toda mi alma; jamás te aria daño. Abrí los ojos y vi a Anderson… volví a parpadear con fuerza y vi a Javier frente a mi. Amo a Javier me repetí mentalmente, Anderson ha sido un error pensé mientras apretaba mis dientes de ira, de confusión, de impotencia…
Sentí la lefa de Javier bañar mi miembro y parte de mi abdomen, varios cálidos reposando en mi cuerpo entre sus gemidos; me corrí al tacto de su semen en mi miembro, mis trallazos cayeron sobre su tableta, sus bolas, su pene.
Le mire mientras el me devolvía una sonrisa, me caí junto con el al sofá me acomode en su pecho y deje que jugara con mi cabello mientras caía dormido en sus brazos. Me repetía una y otra vez a quien debía amar y que todo acto pasado debe permanecer ahí como un bonito recuerdo, como nada mas… perdóname Anderson. Fue la última frase con la que mi mente callo cansada.
ANDERSON.
Me senté en la colina, miraba mi patético reflejo en el lago sin dejar de llorar, lamentando todo aquello tan bonito pero que se fue con las vías del tren. Recuerdo que me quede ahí tirado en el pavimento luego de mi caída aun me duelen las rodillas pero me lo merezco. Por que yo fui quien se hizo ilusiones yo busque a Felipe anoche yo deje que las cosas llegaran a donde llegaron.
Me quede ahí en el suelo mirando el tren alejarse esperando que en algún momento se detuviera y el bajara y me dijera que todo había sido real que el también lo había sentido, pero por mas que espere no paso nada… el no volvió. ¡Y es que valgo tan poco! Grite mientras golpeaba el agua del lago
-…no soy mas que escoria… resople mientras dejaba que mis lagrimas cayeran al lago y lo aturdieran al punto de causar pequeñas ondulaciones.
De camino a la colina me detuve a llamarlo pero el no me contesto, le deje un mensaje pensando que este le aria llamarme, que al leerlo en lo primero que pensara fuera en aquella noche tan maravillosa pero no fue de esta manera… el no vendrá el me lo dijo por que no creerle cuando sus ojos me suplicaban que le entendiera.
Me levante airado me agarre del cabello y me lo peine hacia atrás esperando tomar algo de aire que se fuera el sofoque, caí de rodillas frente al lago contemple mi reflejo nuevamente pero el agua se movía furiosa impidiéndome siquiera ver quien soy ahora; me lave la cara.
Camine colina abajo, me adentre a San Andrés con la mirada caída el pavimento.
-¿Anderson? ¡Hey Anderson!
Gire en tono a aquella insistencia, la observe acercarse como siempre con paso seguro totalmente erguido para la cantidad de años que lleva encima, el contorno de sus ojos es teñida por una sombra negra, sus labios casi secos ni la esencia de lo que una vez fueron… pero sus fríos ojos verdes no habían cambiado y la frialdad que refleja tampoco.
-que quieres abuela. Dije cansado.
Ni la abuela ni yo nos acercamos, jamás le gustaron las demostraciones de afecto y respeto su decisión, al fin de al cabo ni que muriera por consentirla.
-Me dicen que Felipe estuvo en el pueblo. Resalto sus palabras con su mirada, pero no entendía siete años en donde jamás pregunto por el, donde según ella ya no tenia mas hijos que mi padre, siete años donde no contesto sus llamadas, siete años donde no contesto sus cartas, siete años donde mi tío se sintió solo cuando mas lo necesitaba… y luego de lo que sucedió anoche me queda muy claro por que la abuela le obligo a irse del pueblo; evito la vergüenza, los señalamientos de San Andrés por tener un hijo gay.
-si, pero ya se ha ido. Dije en un tono bajo mientras agachaba nuevamente la cabeza.
-mejor. Sentencio la abuela con frialdad, ocultando el matiz de dolor que permaneció en sus ojos por un instante. Pero… pero… para ella ya era tarde el amor no es una cosa que das en las buenas, por que en las malas es donde mas lo necesitas y si este no esta ahí… si este te abandona el amor de esa persona jamás valió la pena.
-te equivocas abuela, si piensas que se fue por ti o por este pueblo de mierda, te equivocas… el se fue por mi, por que no fui suficiente. Dije dándole la espalda siguiendo mi camino dejando a la abuela y su pena disfrazada atrás; por que no puedes mostrar afecto cuando ya es muy tarde; cuando sabes que tu destino esta a punto de culminar, no puedes remediar los errores en un instante… ya para ella es muy tarde.
Llegue a mi casa cargando con el peso de las distintas miradas que murmuraban mi estado, saque las llaves resople nuevamente e ingrese en su interior.
-hijo, ¿¡Anderson por que apareces ahora!? Dijo mi madre levantándose del asiento junto a la chimenea, con su largo vestido azul. Su rostro se mostraba preocupado con leves ojeras debajo de sus ojos.
-madre, estoy bien… dije mientras agachaba la mirada…estoy bien
-¿pero donde has estado?
-esta bien mama, dije esta vez tomándola del brazo… estaba con el tío Felipe pero el ya se ha ido, y no creo que regrese solté de golpe.
Me tomo de la barbilla y me beso la frente en señal de que siempre me protegería.
Me apreté a ella en un abrazo ella removió un poco en un quejido, mire su espalda corrí un poco el vestido y ahí estaba otro morado en la piel que se esmeraba por ser tapado. Me aleje de ella y le mire impotente.
-madre me quiero ir a dormir. Solté en un hilo de voz y sin esperar que me intentara detener.
Al llegar a mi cuarto, hice lo único que puedo hacer en estos momentos llorar, ahogar mi voz en la almohada, golpearla con fuerza, sollozar, jalar mi cabello, remover mi habitación entre golpes cansados llenos de ira, de decepción, de dolor. Tomar su carta leerla una y otra vez sonreír con su recuerdo para luego despertar a la realidad. No supe en que momento pero perdí la noción quede totalmente dormido.
Tiempo después desperté con la boca seca, los ojos totalmente pesados, con el cuerpo cansado me levante de la cama removí mi cabello unos instantes; dirigí mis pasos al baño ingrese a la ducha y deje que el agua comenzara a recorrer mi cuerpo; tenia su sudor impregnado en mi piel, sus caricias marcadas en cada rincón, las gotas de agua golpeaban mi cuerpo se sentían tan bien como sus besos… esto no estaba bien yo me dije que era pecado y no quise atender a mi voz ahora… estoy solo.
-maldita zorra marica. Dije entre lágrimas que nuevamente salían sin permiso sin esperar un parpadeo.
-asqueroso puto de mierda. Repetí golpeando mi puño contra la pared. Me deje caer mientras el agua me mojaba me senté en el suelo sin parar de sollozar, sin que mis dientes dejaran de castañear…por que la vida es tan dura contra quienes intentamos cambiar nuestro destino. Contra quienes han aceptado su realidad y desean ser felices conforme a ella ¿Por qué?
Me levante cuando me sentí ahogado, cuando la garganta se seco ante tanta agua, cuando mis ojos se cerraron al ver mi realidad; tome una toalla e ingrese a mi habitación me vestí casual unos vaqueros blancos, acompañados de una camisa verde en V ancha, me medio peine, me coloque los tenis, resople un poco mientras me aplicaba loción y Salí.
Al bajar escuchaba voces en la sala.
-¿por favor no? Suplicaba mi madre a mi padre.
-por favor no que, madre. Dije al terminar de bajar los escalones y posarme frente a frente con mi padre que se encontraba de pie con mi madre a su lado tomándolo del brazo
-marica hijo de puta me quieres explicar que mierda es esto. Dijo levantando mi carta empuñada a su mano totalmente arrugada.
♫ “Kiss With a Fist, Beso con un puño” Me pegaste una vez Yo te devolví el golpe, Diste una patada
Yo di una bofetada♫ Quede pálido, mi corazón comenzó a latir con fuerza, el calor de mi piel se perdía y a cambio me invadía un perturbador escalofrió, intente abrir la boca pero al no tener algo que decir calle mirándolo directamente a los ojos. –marica, me volvió a repetir mientras empuñaba sus manos. Mire a mi madre cubierta en llanto lamentándose por lo que había echo le sonreí con una capa de lagrimas en los ojos, ella soltó a mi padre y este la empujo ella callo junto con su hermoso vestido azul al suelo y tapo su rostro con las manos mientras sollozaba.
Mire a mi padre acercarse para golpearme mientras maldecía mi existencia. –yo te arreglare ahora mismo. Grito empuñando su primer golpe.
Levante mi mano para recibirlo, le mire a los ojos y le cabecee con fuerza, mi padre retrocedió sorprendido empuñe mi mano frente a el y di el primer golpe, mi padre empuño su mano a mi pero mientras retrocedía aturdido me tomo de la camisa y me lanzo contra la mesa observe las cosas caer. Mi cuerpo golpeo el suelo y mi padre callo sobre mi para comenzar a golpearme con fuerza me cubría vanamente con los brazos le empuje fuertemente mientras se desestabilizaba le volví a golpear le patie el abdomen. Lo agarre del cabello y le golpee contra la pared. No paraba de llorar mientras mi cuerpo se calcinaba de ira acumulada.
♫Mi ojo morado no proyecta sombra, Tu ojo enrojecido no ve dolor Tus bofetadas no aguantan Tus patadas no hacen daño Así que seguimos igual Palos ensangrentados y gotas de sudor♫ Mi padre me cruzo el pie para que nuevamente callera al suelo, mi madre gritara no más pero eso no serviría de nada en estos momentos; mi padre me observo unos instantes con el rostro totalmente lastimado, observe sus fieros ojos negros odiándome totalmente. Empuño su mano y golpeo el suelo, le seguí observando su mano comenzó a temblar y miro a un costado agarro un objeto que no alcance a distinguir pues mi madre grito y por acto reflejo le mire. Gire nuevamente la mirada y hay estaba mi padre apuntándome con un cuchillo. Me lo merecía.
No te lo mereces reacciona grito mi conciencia invadida por el miedo de lo que pudo ser y ahora es; mi madre apareció a espaldas de mi padre y le golpeo fuertemente con unos de los jarrones mi padre callo a un costado de mi cuerpo mientras se cogía de la cabeza.♫Te rompí la mandíbula una vez derramé tu sangre en el suelo, Me la devolviste rompiéndome la pierna Siéntate y mira cómo arde la cama (una gran alegoría) ♫
-hijo vete ahora, vete lejos. Me dijo suplicante mientras me tomaba de la mano para guiarme a la salida.
-pero mama no puedo dejarte. Dije tomándola de las manos, dirigiendo una mirada a mi padre totalmente aturdido.
Mi madre soltó mis manos y las dejo caer junto con su mirada –no puedo irme hijo debes entenderlo. Antes de que reprochara su decisión mi madre desato la pulsera de plata de su muñeca y me la coloco en la mano la apreté con fuerza mientras derramaba lagrimas observando a mi madre quebrarse por mi culpa.
-Anderson siempre estaré contigo.
♫Un beso con un puño es mejor que ninguno, Un beso con un puño es mejor que ninguno♫ Me aferre al cuerpo de mi madre mientras ella me tomaba de los brazos para separarme sacándome de la casa, al salir el sol decaía sobre las calles de San Andrés, corrí como pude corrí sin nada, corrí con la pulsera de mi madre en mi muñeca corrí en silencio por sus calles, corrí sin mirar atrás, corrí imaginando sus gritos, corrí recordando su marquillaje tapando sus heridas, corrí por impotencia, corrí sin rumbo, corrí hasta encontrarme con la gran puerta del palacio de San Andrés, corrí a Lourdes. Totalmente agitado, asustado, con miedo yo soy el que se ha equivocado en todo este tiempo. Yo un idiota de mierda.
Toque el portón insistente; los pasos resonaron en su interior, al salir se sorprendió al verme jamás había pisado este lugar por que jamás pertenecí aquí pero ahora el miedo me ha invadido y me a puesto frente a el. El me miro asombrado me invito a pasar camino unos pasos y me miro intrigante.
-padre tengo miedo. Le dije al sacerdote mientras resoplaba aire en la magna arqueología del lugar.
El cura me pidió que me sentara, me noto bastante alterado me ofreció algo de beber pero le rechace mientras intentaba reponer mi cuerpo; el lugar cubierto por grandes vitrales bíblicos totalmente oscurecidos por la caída de la noche, aprecie las piezas dibujadas en su paredes, aprecie la capilla, el confesatorio, todo relucía en oro y plata. Mire al padre vestido con una túnica totalmente blanca con las manos apretadas a su pecho mirándome insistente, intrigante a la espera de alguna respuesta.
-padre déjeme quedar no tengo a donde ir. Dije tomándole de las manos, suplicándole con la mirada humedecida de tanto lloras, con la piel pálida del miedo, con el cabello removido por la desesperación.
-padre por favor.
-Anderson, te conozco desde pequeño; si no me cuentas que sucede no podrás permanecer en el recinto.
Abrí la boca para comenzarle a contar cuando me dijo –hoy estas muy cansado será mañana, solo hay una habitación y no puedes ingresar ahí. Deberás dormir aquí en los asientos de los feligreses.
-no importa padre. Le corte
♫”Shake It Out (Bótalo) sacúdelo” Los lamentos se juntan como viejos amigos Aquí para revivir tus momentos más oscuros No veo el camino, no veo el camino Y todos los demonios salen a jugar♫ El padre me trajo unas mantas y me deseo una buena noche; su figura desapareció entre la oscuridad del recinto. Me acomode en la silla acomode mi brazo para que me sirviera como almohada mientras dejaba que la manta cubriera parte de mi cuerpo… el lugar era bastante frio y netamente oscuro por un momento este lugar me recordó las calles de San Andrés por que al final del día este lugar y mi pueblo siempre estarán unidos, pero ni Felipe ni yo pertenecemos aquí. Lourdes para bien o para mal a creado miedo las personas viven en torno a el es este miedo que les obliga a señalar y a esconderse. La fe ciega es tan peligrosa como no tener fe.
No pude dormir en toda la noche pensando en mi madre, observaba su pulsera plateada adornada por una replica de la estrella la estrella de Alpheratz una estrella ubicada en la constelación de Andrómeda la mas brillante… según mi madre mi estrella, pero yo solo radio sombra y dolor. …suspiraba pensando a donde iría luego del amanecer búscalo me grito la conciencia… y en el fondo eso quería pero… tengo miedo.
♫Y cada uno de ellos quiere su libra de carne Pero a mí me gusta guardarme cosas únicamente para mí Me gusta conservar mis problemas fuertes Siempre es más oscuro después del alba♫ El amanecer llego bañando cada rincón de Lourdes al no dormir bien anoche note que siempre es mas oscuro antes del amanecer; los pájaros comenzaron a cantar y junto a su melodía el padre apareció. Me senté doble la sabana y se la entregue en sus manos.
-padre debo pedirle un ultimo favor. Le dije agarrándole de la túnica mirando sus potentes ojos azules, pero para mi era como el océano un color bello por fuera pero oscuro en su profundidad.
Antes de que reprochara le conté lo que necesitaba que el hiciese por mi, -padre reúnase con mi madre por favor mire si esta bien.
El padre me miro luego de resoplar, me dijo que lo aria y así fue se vistió, y en su salida me advirtió que no mirara mas de la cuenta y que no le abriera a nadie; al pasar por mi lado le agarre de la túnica y le mire a los ojos padre.-dígale que siempre estaré con ella y que necesito la carta ella le entenderá.
El padre se fue sin decirme palabra, ingrese a la pequeña cocina probé algo de bocado y bebí un poco del mismo; mire la habitación del padre y contra mis impulsos ingrese. El cuarto era pequeño una cama, cuadros por donde se viese, un armario pequeño, una pequeña repisa de cartas, me acerque a la mesa de noche abrí el cajón y mis ojos se abrieron de golpe, mi garganta se seco, retrocedí un poco –hay cosas que no deben verse. Acto seguido cerré el cajón y Salí del lugar.
Me senté en la capilla que daba vista a la puerta, mordía mi mano empuñada, mi mente divagaba, la conciencia permanecía callada, mis ojos no parpadeaban… la puerta se abrió y con ella una gran cantidad de luz ingreso al recinto parpadee un poco para confirmar lo que veía el padre se acerco a mi y me dijo –no te daré nada hasta que hablemos hoy luego de la ultima misa.
Mire en reproche, me levante y le pedí la carta pero al parecer esta influía en la condición; le mire aun mas enojado el pareció neutro empuñe mi mano mientras el relajo la suya removiendo sus labios me dijo que me quedara en la cocina o en el patio trasero. Me quede en el patio toda la tarde era tranquilo hay nada parecido al interior de la iglesia, los pájaros andaban de aquí para halla cantando, me pregunte el por que teniendo el poder de abandonar este pueblo siempre venían. Pero al final la respuesta no llego a mi mente. Llegó las seis de la tarde trepe el árbol y me dispuse admirar el crepúsculo vespertino y en una hora la llegada de la noche. Hoy la noche pintaba pocas estrellas la mía no estaba pero aun así era bello respirar el aire de la noche mientras la luna te baña de plata.
-es bello este lugar. Dijo el padre mientras ingresaba.
-quiero mi carta ¡ahora! Le dije en mismo tono tranquilo.
El sonrió y me invito a pasar se acomodo su túnica y se sentó en el confesatorio al ver que no salía ingrese por el otro lado del cubículo él permanecía sentado y en mi lugar no había nada, Salí un momento ingrese a la cocina y traje un silla la ingrese al cubículo y me senté. Le escuche reír un poco.
-Anderson que ha pasado.
-mi madre padre, mi madre ¿¡esta bien!?
-si hijo ella esta bien, entre lagrimas me pidió que te dijera que te ama y que donde vallas ella estará contigo. Mire un momento mi pulsera y sonreí en silencio mientras me imaginaba como la había pasado.
-quiero que me cuentes todo.
♫Y he sido una tonto y he estado ciega Nunca podré dejar el pasado atrás No puedo ver el camino, no puedo ver el camino♫ Yo asentí a su voz y comencé a contar todo lo que pasaba con mi familia, cuando llegue al fatídico día pensé en Felipe y no sabia que contarle por temor a lo que hiciese a mi carta pero el en la conversación se mostro preocupado puedo asegurar que un nudo se apretó a su garganta. Resople un poco de aire, removí mi cabeza y le conté.
El guardo silencio me paso la carta sobre la rejilla y me pregunto – ¿piensas recibir la penitencia?
-padre ya he pagado suficiente. Dicho esto Salí del cubículo con mi carta.
-no puedes quedarte, me dijo mientras se sacaba la túnica.
-sabe padre hoy removí sus cajones, al verlo sorprenderse continúe evitando que hablara. Ahora yo le pregunto padre ¿sabe por que Felipe ni yo tememos? Por que a diferencia suya no sentimos que lo que hacemos esta mal… y sabe que mas padre nosotros no buscamos dopar el dolor con el dolor físico. Me dirigí a la puerta me gire para verle una ultima vez –gracias padre, si no es mucho pedir cuide a mi madre.
Dudo que entendiera por que le agradecí, simplemente partí del lugar y al cruzar las grandes puertas supe que quizás jamás volvería a entrar; nuevamente no tenia nada solo mi ropa y una carta, un celular sin saldo, sin dinero pero con un solo rumbo la gran ciudad.
Camine por las calles de San Andrés, observe la luna bañar de plata el lugar, por primera vez no lloraba a pesar de tener un gran peso en mi espalda, un ahogo en la garganta y una espina en el corazón pero… no lloraba. Ingrese a la estación del tren las personas me golpeaban a su paso miraba el pavimento me detuve en el vagón donde lo vi partir; resople algo de aire no mire a San Andrés solo ingrese al tren… me senté en la que supe fue su silla, observe por la ventana las vías que dejaba el tren a su andar; apreté mi mano en puño mientras la otra acariciaba la carta, solté una lagrima fría bañada por el color plata de la noche, la sentí rodar por mi mejilla mientras su frio me calcinaba a cada paso. Mi labio tembló mis dientes se apretaron. Y en un vilo de esperanza nacida de un lobo corazón aullador a una luna de cemento pensé en su rostro… en el reflejo de sus ojos pardos. ♫He terminado con el corazón desgraciado Así que esta noche voy a cortarlo y a reiniciarlo Porque me gusta conservar mis problemas fuertes Siempre es más oscuro después del alba♫
Me dormí unos instantes con la frente apoyada en la ventana, desperté a las tres de la mañana la ciudad se encontraba bastante iluminada, el tren se detuvo y deje que los demás bajaran me quede sentado unos instantes y me levante al salir. Me pregunte que rumbo tomar entonces apreté la carta con inseguridad, mire de lado a lado Salí por donde las personas salían era nuevo aquí este lugar a pesar de su ambiente espeso y frio era bastante bello.
Camine al norte, apreté mis manos a mi cuerpo totalmente descubierto tenia mucho frio, las farolas me proporcionaban un calor relativo al andar.
-¿estoy libre? Grito un taxista al posarse a un costado de la acera, retrocedí unos pasos desconcertado este al verlo volvió a repetir.
-disculpe no tengo con que pagarle. Dije con la mirada en el suelo mientras volví a caminar el taxi me siguió unos pasos y me dijo de golpe el conductor –la pulsera y lo llevo a donde quiera.
-lo lamento no la cambiaria por nada; el taxista miro intrigado con una cara desconcertada… por que me la dio mi madre.
Lo vi sonreír mientras bajaba el retrovisor, -¡anda sube! Te adelanto unas cuadras de ahí en adelante te defiendes solo.
Le di las gracias desconfiado, me termine montando el hombre era muy simpático algo fibrado de espalda bastante ancha, sin nada de cintura, piernas algo gorditas pero entrenadas, le mire por el retrovisor y el hizo lo mismo sus ojos eran verdes mas claros que los míos pero mucho mas cansados.
En comenzó a andar, me pregunto de donde era y le respondí, le pregunte como podría yo encontrar a alguien en la ciudad pero simplemente rio animado, me deseo suerte esa fue su valiente respuesta; llegamos una zona poco habitada bañada por la luz de unos cuantos postes.
-te bajas, te deseo suerte chico.
Le di las gracias y me baje sin saber donde estaba, me quede en el centro de ninguna puta parte solo veía establecimientos cerrados, sus letreros indicaban que estaba en una zona de libertinaje o eso parecía; las pocas personas que aparecían en el lugar no se percataban de mi presencia, un viento helado me extreme cio hasta la medula, luego un trueno sonó y comenzó a llover. Las personas corrían pero yo no tenía a donde hacerlo.
-que pasa chico ve a tu casa, te estas mojando. ¿Podrías enfermarte? Se acerco hombre algo mayor pero bastante bien conservado de grandes pectorales acompañados una dura tableta que se veía a través de la te la mojada. Se acerco a mí colocándome el brazo en el hombro.
-no te are nada, tranquilo. Me dijo al ver que empuñaba la mano
Me convenció de ir con el, al final del día el era lo único que tenia; la noche resplandeció mas oscura ya pronto amanecería me pregunto de mi solo le dije que no pertenecía aquí, le vi sonreír pero no era una mirada limpia como la del taxista era una mirada cruda como si le agradara lo que me pasaba.
-siga don Pablo. Resonó un hombre que custodiaba una pequeña puerta.
El lugar pintaba de luces de todo tipo, en alguna de las habitaciones resonaba música, en otras sonaba el rechinar de los muebles, me apretó acercándome a el palmeo mi pecho en señal de tranquilidad, las distintas personas que estaban hay me miraban algunos con rabia, otros con tristeza, algunos con deseo y unos cuantos preferían no mirarme. A medida que ingresábamos el pasillo se hacia mas angosto y las puertas permanecían cerradas; por lo que deducía el lugar era únicamente habitado por hombres, escuche gemir detrás de una de las puertas un puto escalofrió me recorrió el cuerpo le mire a sus profundos ojos negros. Me dijo tranquilo que no me pasara nada.
Me llevo al final del pasillo en una puerta un poco mas presentable que las otras, no pidió permiso simplemente entro había un joven de unos dieciocho años, de piel morena, de espalda ancha terminada en una fina cintura. Su cabello negro liso que a espaldas le daba un toque de misterio, sin querer le mire la cola un rabo totalmente parado, duro apretado en esos vaqueros.
-veo que Camilo te caerá bien. Dijo el viejo percatando al joven de nuestra presencia.
Me alegro saber su nombre, sonreí espontaneo alejándome de Don Pablo, Camilo giro tenia los ojos mas bellos que había visto parecidos a los míos unos ojos verde oscuro llenos de una misteriosa luz, de una profundidad cubierta por algo de dolor… su boca delgada, sus rostro de fracciones perfectas. El me miro enojado, con un odio arrasador ante mi presencia removió la boca con desagrado.
-el será tu compañero cuídalo, dale el mejor trato. Le ordeno pablo.
-¿Por qué debo cuidar al nuevo acaso no es grandecito? Reprocho intimidante con las manos empuñadas.
-que puta mierda hablo chino o que, que lo cuides el se ira mañana ¿verdad? Asentí con la cabeza mientras Camilo resoplo cansado algo sarcástico.
-no me mal entiendas no te estoy echando, si no tienes a donde ir podemos llegar a un acuerdo. Dijo totalmente malicioso en un acto que me causo repugnancia.
El tipo salió, me acerque a Camilo y le tendí la mano –me llamo Andrés pero me dicen Anderson usualmente.
El se acerco a mi y agarrándome de la camisa húmeda en puño, me apretó contra la pared de forma violenta –mira marica yo no vine a hacer amigos, mientras mas te mantengas alejado mejor y en cualquier intento que me incomode te parto la cara. ¡Me entiendes! Pedazo de mierda.
Mierda advirtió mi conciencia mientras intentaba calmarme ante Camilo.
El silencio se hizo incomodo me acerque a la cama y me senté en una esquina de ella, apreté la carta en mis manos, el me saco algo de ropa prestada y me pidió que me cambiara al no haber donde removí incomodo –Cámbiate de una puñetera vez que necesito dormir. Me ordeno. Me desnude en su presencia algo intimidado el me miro unos instante directo para luego seguir con lo suyo me despoje de mi pantalón y le mire el solo tomo saliva y giro a su armario. Al vestirme le pregunte donde dormiría.
-estas parado hay.
-dormirás en el suelo, no te molestes yo puedo acostarme en el suelo al fin de cuentas la cama es tuya.
-esa cama no es mía esa cama es el trabajo. Dijo sacando unas cuantas sabanas acomodándolas en el suelo.
-¿Cómo alguien como tu termina acá? Le pregunte de golpe mientras contemplaba el desorden del lugar inhalando el penetrante olor a sexo.
-de la misma marica forma que tu, no preguntes estupideces ¡idiota!
Me quede callado, con la mirada en el suelo apretando la carta con fuerza. –bonitas pulseras. Soltó de golpe.
-me las dio mi madre, le dije mientras le sonreía.
El resoplo algo de aire, -¿Por qué la dejaste?
-no quiero hablar de ello. Dije acostándome en la cama mientras respiraba de forma cansada, cerrando los ojos.
-yo no tengo a la mía. Así que en cuanto puedas regresa a ella.
Me senté intrigado mientras el continuo con un tono mas bajo hablando como para si mismo auto convencerse. –hace unos años cuando tenia trece mi madre falleció, no tenia familia así que me quede con mi padrastro… pero el se canso de mi era un gasto al final de cuentas una noche ingreso a mi habitación me dijo que los favores se pagan… Camilo apretó el puño sus ojos se cerraron de golpe; y sin querer comenzó a llorar. Giro su cuerpo para que no le viera.
Me levante y me pose a su espalda levante la mano para tocarlo pero me retuve a centímetros de su piel –esa noche me hiso suyo, pero el dolor no fue suficiente por que después de esa noche llegaron una tras otra cada vez peor, cada vez me sentía mas asco mas vulnerable a el… Camilo limpio su rostro con el brazo.
Mi corazón palpito con fuerza Camilo, camino unos pasos y apago las luces es hora que te duermas; y sin esperar alguna respuesta se recostó en el suelo… me acosté en la Cama le mire varias veces con la cabeza apoyada en una mano le veía llorar en silencio, entre sollozos ahogados el y yo no éramos distintos.
El crepúsculo del amanecer ingreso por una ventana pequeña lo suficiente para admirar parte de su cuerpo. Cuando los sollozos pararon le vi dormir se apretó mas a el, me levante algo cansado con el sueño en mi cuerpo cogí unas cuantas sabanas y me acosté a su lado. Me arrope junto a su cuerpo. ♫Y soy maldecido si lo hago y maldecido si no, Y estoy listo para sufrir y listo para soñar♫
Sentí su calor, me apreté a su inconsciente cuerpo y le robe algo de calor, inhale su aroma, aprecie su cuerpo. Me apreté aun mas con una mano le apreté su cintura con la otra oprimí mi carta y me dormí.
Pronuncie su nombre ...Camilo...y me dormí… sin ni siquiera predecir lo que el destino nos predecía en un camino lleno de grietas. Luego mi boca clamo su nombre el de él… Felipe...
Los animo a valorar y comentar, sus opiniones son muy importantes para mí a demás que llegar y leerlos luego de un día de clases es totalmente gratificante.