En el rascacielos de nueva york
Historia real de como poseo a mi sumisa en un rascacielos de nueva york
Estamos en el piso 45 de un hotel de lujo en Nueva York. . Sin mediar palabra te atraigo hacia mí, y te inmovilizó contra el gran ventanal de la habitación. Te arranco la ropa, rompiéndote el tanga que uso para amordazarte. Solo con eso ya has empezado a humedecerte, mis dedos tonca tu coño mojado, estas ardiendo, sin contemplaciones te la meto de golpe, te coge por sorpresa y tienes que ponerte de puntillas para aguantar mis embestidas.
Te oigo gemir a través de la mordaza y tu cara aplastada contra el cristal tiene una expresión de miedo, pero tus ojos me hablan de excitación, así que te doy más fuerte aun, mientras que nuestras respiraciones empañan el cristal. Estas ahí expuesta con la ciudad a tus pies, ves las ventanas de los otros edificios y te preguntas si estarán viendo lo putita que eres y como te están follando salvajemente., tu coño se mojas más y más solo de pensar en que te mire la gente de los edificios de alrededor. Te arranco de la boca ese trozo de tela babeado solo por el placer de oírte jadear cuando el orgasmo se acerca y las piernas te tiemblan mientras que mis manos te sujetan impidiendo que te escapes.
Justo cuando estas apunto de derretirte de placer, me aparto dejándote con las ganas, me miras con los ojos empapados en deseo y suplicando que deje correrte pero yo hago que te arrodilles y empiezo a pasarte mi polla, húmeda de tus jugos por la cara. Golpeándote con ella y haciéndote rabiar cuando te la paso por los labios pero impidiendo que la chupes, aunque sacas la lengua para lamerla desesperadamente. Te paso la polla pringosa por la cara, disfrutando de tus intentos de atraparla con la boca, cuando intentas cogerla con las manos, te llevas un pequeño cachetazo en la cara. Y te riño para que mantengas las manos cruzadas detrás de la espalda.
Solo entonces te agarro la cabeza y comienzo a follarte la boca, metiéndola hasta el fondo mientras que mi polla te obliga a tener la boca abierta al máximo, hasta que te atragantas un poco pero no retiras la cabeza mantienes mi polla ahí dentro de tu boca. .Te cojo en brazos bruscamente y te llevo a la cama, atándote las manos al cabecero, como si fueras una potrilla que tengo que domar. Te vendo los ojos con una corbata, y disfruto viendo cómo te retuerces indefensa y pataleas intentando soltarte.
Tú y yo sabemos que precisamente soltarte es lo último que quieres y que en realidad te retuerces de excitación.
Así atada y con los ojos vendados, aun ardiendo por el orgasmos que me he negado a darte, notas por sorpresa como algo frío recorre tu piel, juego con un trozo de hielo pasando entre tus pechos, haciendo que los pezones se pongan aún más duros antes de chuparlos y morderlos estirándolos con los dientes. Bajando lentamente por tu vientre, hasta llegar a tu coño. Te abro los labios vaginales con el hielo que empieza a derretirse de tan caliente que estas, el calor de tu flujo puede con el frío del hielo, mezclándose tu sabor con el del hielo. Así que subo para llevar a el hielo a tu boca, para que lo chupes sedienta, mezclado con tu propio sabor.
Sin avisar te doy la vuelta y giras tus muñecas acomodándote acabo dejándote a cuatro patas, con el culo levantado sigues atada…y caliente. En esa postura juego de forma descara con tu coño amasando, abriéndolo y estrujándolo, repartiendo tu flujo antes empezar a follarte con un gran trozo de hielo, que poco a poco va metiéndose más adentro hasta quedar completamente encajado en tu interior. Cuando aún no te has repuesto de la sensación de frío y calor en tu coño, te abro los cachetes del culo y empiezo a chupar lamer, con otro trozo de hielo juego en tu culo….mientras cojo lubricante y te lo extiendo por el ano y comenzando a follarte con mis dedos mientras el cacho de hielo gran de tu coño no para de entrar y salir de el…..despacio, es una polla de hielo para ti.
Mis dedos entran muy bien en tu culo abriéndolo, sabes lo que va a venir a continuación:
- Métemela ya….estoy ardiendo- dices tú con la voz rota de placer.
Me da igual tu suplicas y te llevas un azote en culo para que te calles, da igual cuanto supliques yo hago lo que me da la gana, tu cuerpo es de mi propiedad y lo uso como quiero. Empiezo a meterla y te voy abriendo el culo poco a poco, cuando crees que ya ha terminado aún queda más polla por entrar. Resuellas y gimes, agarrándote al cabecero de la cama, aguantas la mezcla de dolor y placer. Sentir como el hielo se derrite dentro de tu coño, mientras te empalo el culo por completo, y mis manos te agarran fuertemente por las caderas, atrayéndote hacia mí para clavártela aún más profundo.
Así empiezo a bombearte sin piedad, solo eres un cuerpo para mi placer más egoísta, el ritmo se acelera, y cuando menos te los esperas, derramo lentamente agua helada por tu espalda haciendo que te retuerzas a un más. Sin dejar de penetrarte sacio mi sed, lamiéndote la espalda mojada, subiendo hasta llegar a morderte los hombros y susurrarte que eres solo mía. Así recostado sobre ti como dos animales, comienzo a jugar con tu clítoris, mientras tu culo se adapta al tamaño de mi polla. Estás empapada por la mezcla de tu flujo y el hielo derretido.
El orgasmo inacabado de antes, hace que apenas puedas resistir que te torture dulcemente el clítoris, y te convulsionas con el primer orgasmo. Pero estas atrapada bajo mi peso, y no voy a dejarte tan fácilmente. Mis dedos no para de jugar con tu coño, mientras que puedes sentir mi polla cada vez más dura y gorda dentro de tu culo. Otro orgasmo te llega sin avisar aún más fuerte que el anterior, haciéndote gritar tan fuerte, que seguramente los otros clientes del hotel pensaran que te estoy matando.
Solo entonces eyaculo dentro de ti y puedes sentir como mi leche te llena en cada latigazo.
Me separo de ti sin decir una palabra, mientras el semen caliente se escurre de tu ano completamente abierto, te saco el hielo que queda de tu coño esta mojado en ti.
Te doy la vuelta pero sigo manteniéndote atada, saco mi corbata de tus ojos y me la pongo al cuello, me miras excitada aun, solo llevo puesta la corbata y me siento en una silla enfrente al gran ventanal, te miro y meto en el vaso de whisky el hielo que saque de tu coño. Sonrío y lo saboreo, el alcohol llena mi boca pero noto el sabor a ti en el. Tú me miras desde la cama atada y expuesta...tu coño vuelve a latir al verme saborear el whisky...Sabes que te estoy bebiendo, eres mía igual que el whisky de mi vaso.