En el ordenador
Una mamada mientras reparaba una averia,desata toda la sensacion de dependencia
Estoy aparcado delante de tu puerta,hace unos minutos te he llamado al móvil para decirte con tono imperativo que bajaras a la calle. Tienes que bajar con la minifalda de ayer -te he dicho-. Has empezado a decir balbuceante que no estás sola, que tu novio está en casa, pero mi requerimiento no admite excusas. O bajas o subo a buscarte -he dicho-. No no, bajo ahora mismo...pero no subas por favor. Por tu voz se que dices la verdad y que la idea de que tu novio pueda saber que existo te aterra. Es cuestión de segundos que aparezcas por el portal......
Todo empezó ayer cuando llamaste a mi taller para decir que tenías algo en el enchufe del ordenador y que no funcionaba, tu voz era displicente aunque denotaba un punto de urgente nerviosismo. Tenia la tarde ocupada pero hubo algo en tu llamada que me hizo dejar todo y acudir a la dirección que me habias dado.
Cuando abriste la puerta y te vi supe que había acertado con ir, tu visión lleno mis ojos de luz, tan alta tan rubia tan preciosa, la minifalda blanca dejaba ver unos muslos perfectos y el top ajustado denotaba unos pechos turgentes que se entreveían por un escote delicioso. Solo tu mirada a juego con el tono displicente de la llamada te delató como su autora. Me dijiste cual era tu urgencia y me dispuse a examinar el enchufe problemático, tu mientras te sentaste con un revuelo de tu minifalda en un ordenador a batería en la misma habitación.
Enseguida ví la avería, no estaba en el enchufe sino en la caja de derivación que hay encima, supe que había un cable de tensión suelto, así que levantandome del suelo te pregunté que si había una escalera de mano en la casa. Levantaste la mirada de la pantalla y me miraste como si fuera extraterrestre, seguramente pensabas.. que dice este tio? mis ojos no resistieron la tentación de hundirse en tu escote que dejaba entrever una buena parte de tus preciosas tetas. Vaya a la cocina, ahí debe de haber una y con un calculado desdén seguiste a lo tuyo en el ordenador. Una vez subido en la escalera y conectar el cable suelto de la ficha me puse a observarte ahí desde lo alto. La minifalda se te había subido y podía ver tus muslos morenos y cada vez que te inclinabas sobre el ordenador veia mucho de tus tetas. Debo decir que me pusiste muy caliente, parecías una de esas niñas pijas y sexys que pululan por los centros comerciales. En la entrepierna podía notar ya los efectos de tu visión con una incipiente erección.
Sin pensarlo bajé de la escalera dejé la herramienta en la bolsa y me acerqué a ti con todo el bulto en la bragueta,me puse a tu lado y abriendo la cremallera dejé salir todo el pollón que tanto ansiaba libertad. Te giraste con un tono de impaciencia para decirme ..Que quiere ahora? y al verme se te pusieron los ojos desorbitados...pero...que?..... que hace...miraste mi cara y luego miraste la polla alucinando, incapaz de comprender la situación, Solo te dije,,, chúpamela zorra. Intentaste levantarte balbuceando...pero por favor... será posible....llamaré a la po....... En ese momento te cogi del cabello con fuerza, te asia el pelo dorado en un puñado de forma que casi no podías moverte e hice que me miraras a la cara muy cerca. Mi acerada mirada se estrelló contra tus ojos, éstos desorbitados absorbian el fulgor de los mios y algo cambió en tu expresión despectiva, algo como un velo de comprensión cubrió tu cara y girándote sobre la silla hundiste la polla en tu ávida boca. Mis manos no soltaron la presa de tu bonito cabello y acompañaron el vaivén de tu cabeza en la mamada mas espectacular de mi vida. Tu mano como si tuviera vida propia buscó entre tus piernas descubiertas con la minifalda arriba y hurgó en el chocho empapado haciendo un chop-chop que me volvía loco. Te masturbaste como una perra mientras me la chupabas con fruición, ahí sentada en tu silla giratoria. Supe que te corrias por el temblor de tus piernas justo cuando mi leche a borbotones fluía de la comisura de tus labios cayendo sobre tu escote.
No dijimos nada, recojí mis cosas y salí de tu casa dejándote sentada y aún alucinando del poder de mi dominio.
Ahora estoy esperandote y se que vendrás rauda y sumisamente.
Ahí apareces, en tu portal, con la minifalda que llevabas ayer, miras a hurtadillas a todos los lados y corres a sentarte a mi lado en la furgoneta de la empresa, tu mirada ya no es despectiva pues tengo la impresión de que has despertado a la sumisa que llevas dentro. Mientras me miras tus manos deslizan la cremallera de mi bragueta........