En el museo (2ª parte)

Al día siguiente decides volver al museo, quieres volver a exhibirte, pero con alguna variación.

Al día siguiente decides volver al museo, quieres volver a exhibirte, pero con alguna variación. Entras al museo, como cualquier otra persona, te diriges al baño que está junto a la sala donde te vas a exhibir, como hiciste ayer. Dejas el andador junto a tí, hoy no viniste en tu silla eléctrica, te quitas la blusa blanca, con transparencias, que no deja mucho a la imaginación, o mas bien nada, te sacas la falda corta que llevas, y ya desnuda te diriges a la sala de exposición.

Esta vez no habrá ninguna cristalera que te proteja, lo cual te excita mas todavía si cabe. Dejas el andador junto a tí y  decides ponerte arrodillada en el suelo, cuerpo echado adelante, cabeza entre tus piernas, salvo que alguien te pida lo contrario, lo cual harás, y brazos abiertos en cruz.

De repente empieza a entrar gente a la sala, al verte en semejante posición, te rodean en 360º, muchos se preguntan si es necesario dar semejante espectáculo, otros que si no te da vergüenza, otros pasan absolutamente de tí, muchos te insultan, llamandote PUTA, ZORRA, GUARRA, ...no saben que te excita, que te pone a mil, otros directamente te acarician, el pelo, la espalda, el culo, la raja de tu coño, los muslos, ...donde pueden con disimulo.

Notas manos de todas clases, incluso, labios y lenguas sobre tu cuerpo. Estás tan concentrada que puedes distinguir entre hombres, mujeres y preadultos.

Hay manos muy torpes, tanto en chicos como en chicas, que te acarician el culo, que incluso tratan de meter algún dedo por tu vagina y tu culo, aunque sin lubricar, pero por la puerta trasera no lo permites a cualquiera, tiene que notarse que sabe, para que no te haga daño. Que te trate como una puta sí, daño no, o no al menos por su torpeza y no saber dar placer.

Junto a tí hay una nota que dice,...SI TE GUSTA LO QUE VES, DEJAME TU EMAIL Y ESTAREMOS EN CONTACTO.

Una chica, te pasa las uñas por la espalda suavecito, te acaricia el culo, de forma sexy, tan sexy como huele, lo cual te lleva a imaginar como es, pero...no quieres mirar, deja tu email en la nota, y te dice al oído, espero noticias tuyas PUTA, lo cual te excita, pero sigues sin moverte, para cuando sea el encuentro. Por cierto, me llamo Estrella.

Al rato, te vuelven a acariciar unas manos, son de chico, tira de tu pelo, para verte la cara, pero no dejas que te la levante, no quieres que te vea. Te dá una sonora zurra, te duele, y emites un pequeño quejido del que no se dá cuenta, acto seguido se pone detrás de tí, te acerca una polla que sientes grande y gruesa, pegada a tu coño. Te agarra los pechos, recostando su pecho sobre el tuyo, tira de tus pezones, hasta hacerte daño, pero sigues en la misma actitud, no hacer nada. Te deja una nota, y te dice que se llama David, que si quieres sentir su polla dentro que te pongas en contacto con él.

Pasa el tiempo, y vuelves a notar una presencia en la sala, te sientes observada, lo cual te calienta, es un hombre, huele muy bien, por lo que detecta tu olfato, pero...se vá. Te dá rabia no haberle dicho nada, pero...así es la vida, no todo es posible.

Falta una hora para cerrar todavía, de repente notas una presencia, es otro hombre, es un hombre mayor, piensas, por la colonia que lleva, aunque también detectas que no huele demasiado bien. Te acaricia la espalda, sus manos mas que acariciar raspan, son manos grandes, toscas, y un poco torpes. Te acaricia el culo, con ganas, te pone nerviosa, te gusta y te disgusta a partes iguales, te agrada que tenga buenas manos, que intenta ser sensible aunque no lo consiga, o no como debería. Te disgusta el tacto de sus manos, manos de labrador, de hombre de campo, así como su olor disfrazado con una colonia barata.

De repente te dice con una orden seca, que te levantes, y sorpresa, lo haces, sin mirarle. Te ordena ir al baño adaptado. Te lleva al WC, te ordena que te agarres a las barras del mismo. Acto seguido te mete 2 dedos en tu coño, mientras con otro juega en la entrada de tu culo. Estás muy excitada, tus piernas tiemblan, tu orgasmo se avecina, y no tarda...Te corres como una puta, lo cual disfruta, pues es viudo hace 10 años, no ha tenido contacto con otra mujer. Te manda que le chupes la polla, una polla vieja, arrugada, maloliente, con unos testículos colgantes, poco agraciados. Chupas con fruición, o eso quieres hacer creer, te dá mas asco que otra cosa, al rato anuncia su corrida, la cual recibes, caliente, y espesa, decides no desaprovechar ni una gota, poniendo todo el sentido en tragar para no disgustarle, en cierto modo te da pena. Finalmente, y como ya esperabas, quiere follarte el culo. No crees que aquella herramienta que has desbocado con tu lengua, tu boca y tu saber hacer, te pueda caber dentro. Estás asustada, temerosa, dubitativa, pero...el señor te calma, con una voz tierna, dulce y agradable. Decides ayudarle, separando tus nalgas, incluso agarras su polla y la restriegas entre tu vagina y tu culo. Haces que te la meta poquito a poco, primero la cabeza, muy gorda por cierto, tanto que solo con ella crees que te pueda romper el culo, acto seguido te mete la mitad de un tirón, empieza un mete saca muy poco a poco, hasta que al final se desata la fiera, y te la mete entera, de forma que sus ya duras pelotas, chocan con tu culo, no sabes que te duele mas, si los golpes de sus testículos o la polla chocando con el final de tu vagina, pero aguantas estóica cada embestida, hasta que te agarra de los pechos fuertemente, y sin anunciarse se corre en tu vagina...sale de tí, y mientras te repones, busca entre tu ropa, la cual encuentra, pero no tu sujetador ni tus bragas, ya que no las has traido. Te deja una nota y dice...Me ha contado mi hijo lo que haces, y he venido a verlo. Soy tu suegro.