En el mes de marzo (3)

Salva y yo, eso si fue una historia

Estábamos en Marzo (Tercera Parte) Salvador se queda en mi vida

El sonido del despertador me hizo volver a la realidad, eran las 9 de la mañana y tenía un día un poco apretado, gire mi cabeza como para ver todo había sido un sueño pero no, Salva estaba allí, dormido a mi lado y hecho un ovillo, me deslice con suavidad de entre las sabanas y me dirigí al baño, ese es un momento muy mío y pensé que si lo despertaba no tendría ni la libertad ni la intimidad de mi rutina matinal, lo primero mear, que bien sienta esa primera meada y luego la ducha, larga, tibia, cadenciosa, con el regusto del agua que cae acariciando tu cuerpo, estaba así con los ojos cerrados gozando del placer húmedo cuando la el sonido de la mampara de cristal me sobresalto, Salva se introdujo conmigo y tomo literalmente la propiedad del chorro de agua.

-Porque no me has dicho nada?, anda que si no me despierto solo eres capaza de irte y dejarme aquí , claro que ya me las hubiese apañado hasta tu regreso pero no tengo ni tu teléfono ni sé dónde vas, además hoy has prometido que vas a escucharme cantar, ya veras, seguro que te gusto

A todo esto empezó a frotarme la espalda, entre mis piernas, mi polla y darme besos rápidos de esos que casi te cortan el ritmo al respirar, retome la propiedad del mando del agua, lo recoloque en su soporte para evitar salpicaduras y abriendo la mampara, salí de la ducha, no pareció sentarle muy bien mi reacción pues un cambio de expresión lo denotaba, pero ¡ , siempre hay un pero, su juventud le hacían incapaz de captar ciertos matices y en un visto y no visto ya volvía a sonreír, y saliendo el también de la ducha dejando todo el suelo perdido de agua exclamó.

-Anda, vete arreglando que veo que tienes prisa.

-Absolutamente verdad, tengo, tenemos prisa, pero hay que preparar algo para desayunar o desayunamos fuera, también hay que poner un poco de arden, dejar la cama hecha, recoger el baño

No quería resultar ni mandón ni autoritario pero la monotonía de la soledad te auto crean un orden racional en tus cosas, a mi me gustaba encontrármelo todo en perfecto estado de revista, eso conlleva el limpiar, ordenar, poner la lavadora, planchar, recolocar en los armarios, y algunas veces, y reconozco que menos de las que quisiera, cocinar y recibir amigos en casa, asi que mientras el se arreglaba de una manera incomprensible su despeinado dedicándole un tiempo que no comprendía, hice la cama ordene las toallas del baño, abrir el balcón para que corriese el aire y fui a la cocina a preparar café, fueron actos mecánicos, sin ningún tipo de ceremonia, pon café en la cafetera, ponerla al fuego, en el intervalo abrir la nevera, servir dos vasos de zumo, calentar un poco de leche en el microondas, guardar el tetra-brik de nuevo en la nevera, servir el café, azúcar, cucharillas, una vez tomados los consiguientes cafés con leche recolocar todo en el lavavajillas, coger llaves, teléfono apagar luces y a la calle.

Conducía lento, el estudio de grabación estaba en pleno gótico, en una travesía de Puerta del Ángel, descendí por Vía Layetana, entre por detrás de Comisaria en dirección al Parking y con solo dos pasos ya estábamos en el estudio.

Cruzamos el vestíbulo casi sin aliento y al entrar en la sala control, Javier el jefe me saludo con afecto mientras le daba una ojeada a Salva.

-Alguna vez llegarás tarde, aunque solo sea por demostrar que eres humano, pero hoy te perdono tu puntualidad, porque me vas a permitir durante algún tiempo más de la visión de esta belleza que te acompaña, dime y hazlo rápido! Quien es este chico tan apuesto

No hizo falta que dijese nada, el lo hizo por mi y sin ningún tipo de timidez

-Me llamo Salvador, Salva para los amigos, estoy con Víctor y además soy cantante, espero que durante esta mañana me puedas escuchar.

Todo esto sucedía mientras Salva me rodeaba con sus brazos mientras apretaba suave pero certero, su polla contra mi culo hablaba con su boca sobre mi hombro, el aliento cálido acariciaba mi oreja haciendo que mi piel se erizase como un movimiento reflejo, como era posible que aquel chico me tuviese tan caliente desde el primer momento en que se cruzo en mi vida, lo miraba y no me cansaba de hacerlo, alto piel blanca unos labios carnosos, aquellos ojos entre verdes y azules, su cuerpo, aquel culo y sobre todo aquel paquete que no dejaba casi nada a las imaginación.

La mañana transcurrió con rutina, el material a grabar ya estaba seleccionado desde hacía días y solo restaba ordenarlo editarlo en cinta abierta y pasar el resultado a casete.(aun no existía en CD grabable).

Justo terminábamos el proceso, durante el cual Salva estuvo muy atento a todo lo que allí sucedía que exclamo casi con vergüenza

-Ahora me vas a dejar cantar, no sabes que ganas tengo de que me escuches aunque me da un poco de apuro, seguro que has escuchado chicos con mejor voz y más experiencia que yo, mientras puedo o no me dices donde está el servicio, decidí acompañarlo ya que había que salir del estudio e ir al lado opuesto del vestíbulo, detrás del almacén de material, así que se lo dije a Javier y nos dirigimos al baño, la secretaria de recepción había salido a comer por lo que el vestíbulo estaba desierto, entramos en el almacén y le indique donde estaba el baño, casi sin dejarme respirar se lanzo sobre mi, y empujándome y abrazándome me introdujo con él en el baño.

-Cómeme la polla una vez más, estoy súper caliente y yo también te la voy a comer, voy a cantar en un estudio y todo gracias a ti, pídeme lo que quieras pero ahora cómeme la polla, el culo, los huevos, estoy que exploto.

En un segundo tenía el pantalón y el bóxer bajado y aquel rabo duro que había trastornado mi vida desde hacia unas 20 horas volvía otra vez a enloquecerme y a conseguir que perdiese la compostura, estaba de rodillas comiéndole el culo a un niñato en el baño de un estudio de grabación donde yo normalmente realizaba el montaje musical de mis espectáculos, el tiempo transcurrido y los gemidos de Salva llamaron la atención de Javier, qué curioso vino a ver qué sucedía, y aunque esto lo supe más tarde debo agradecerle su discreción ya que se coloco en una posición de observador gracias a un juego de espejos donde pudo vernos en plena acción mientras se masturbaba frenéticamente.

Salva de pie apoyado en la pared del baño con sus puños crispados golpeando las baldosas del baño mientras yo le devoraba el ojete con pasión y empujaba su polla dura como el acero hacia abajo alternando mi boca entre su ojete sus huevos y su capullo, gritaba como un poseso, se giro bruscamente e invirtió la posición, ahora era el el que estaba en el suelo, me mordía la polla sobre mi pantalón y hasta arranco el botón de la presilla con sus dientes, bajo mi cremallera y con un gesto brusco me bajo pantalón y slip, mi polla salto fuera y la mamo con ansia, como si fuese la primera comida de un hambriento, me daba mordiscos medio fuertes en el capullo bajaba a mis huevos y se los introducía en la boca con fuerza provocándome placer y dolor al mismo tiempo, siguió así por unos minutos se incorporo frente a mí, y sin dejar de besarme con una pasión desenfrenada empezó a masturbar nuestras pollas al unísono con su mano con autentica maestría, no pudimos soportar más de unos minutos y mientras me mordía el labio inferior lanzando un gemido mezcla de lamento y gozo, nos corríamos al mismo tiempo lanzando chorros de esperma que nos llenaron a mi camisa y a él la sudadera de Tommy que llevaba puesta.

Después de unos momentos apoyados el uno sobre el otro para recuperar el aliento estallamos los dos en una sonora carcajada que fue coreada por los aplausos de Javier que salió en aquel momento de su discreto punto de observación.

Nos compusimos la ropa como pudimos ya que estaba pringada, la secamos con papel higiénico aunque yo tuve que darle una pequeña lavada al bajo de mi camisa que deje fuera del pantalón para que se secara, el momento se rompió por la voz de Salva que dijo

-Vamos, sin dormirse que quiero que me escuchéis cantar

Entramos en el estudio, yo me quede con Javier en el control mientras Salva que daba la impresión de dominar la situación en todo momento se quedo en el estudio con los auriculares puestos y frente al micrófono, 5, 4, 3, 2, 1, dentro Play-Bak… y la banda sonoro empezó a sonar

-Si tuviera que vivir sin tus caricias, habrá melancolía, yo se que habrá dolor

-Al fin del mundo yo te seguiría, no puedo estar sin tu calor, sin ti no se quien soy

-Jamás podre dejar tu amor, no dudes nunca por favor

-Bésame, te amare, yo sabré llenar tu espacio

-Nada cambiara mi amor por ti, siempre sentirás que yo te amo, no quiero que te vayas

-Te quiero así cada mañana,

-Nada cambiara mi amor por ti. Siempre sentirás

Aquello era realmente increíble, Salva cantaba como un autentico ángel, lo tenia todo, juventud, belleza, atractivo, erotismo a flor de piel y además cantaba, y cantaba muy bien...

Canto, una, dos, tres, no recuerdo ya, creo que un montón de canciones, yo estaba embobado y Javier a mi lado otro tanto, solo de verlo estaba excitado y el cantaba y cantaba lanzándome besos furtivos y guiños, sin darnos cuenta se nos hizo bastante tarde y aun ni habíamos comido aunque creo que las emociones del día nos habían hecho olvidar de la necesidad de comer, salimos del estudio y regresando al parking, recordé un pequeño "bistró" de la calle Avinyo y hacia allí nos dirigimos, el local era realmente acogedor, de decoración muy francesa, con velitas en las mesas y la voz de Aznavour flotando en el ambiente , Como Javier nos acompañaba nos sentamos en la mesa con Salva frente a mí y Javier a mi lado, no pasaron ni dos minutos que ese pequeño monstruo erótico se había descalzado de su pie derecho y me lo colocaba entre las piernas por debajo de la mesa, la situación, y aunque la mesa estaba en un rincón discreto era caótica, Javier a mi lado viendo toda la movida, verdad era que Javier y yo habíamos participado más de una vez en encuentros con chicos y ya sabíamos lo que era el sexo grupal, incluso el y yo habíamos tenido nuestros momentos de morbo, pero a Salva ni pensaba ni quería compartirlo, ese manjar lo quería solo para mí.

No recuerdo lo que comimos y ni siquiera sé si comí algo de los platos que iban colocando en nuestra mesa, eso sí dimos buena cuenta de dos botellas de vino de Burdeos que nos pusieron a los tres más que a tono, como en aquellos años aun no estaba tan controlado el conducir bajo los efectos del alcohol, me entregue con el poco conocimiento que me quedaba a la tarea de conducir hasta casa, Si recuerdo mi cabreo cuando Javier insinuó el unirse a nuestra fiesta, creo que con mi mirada tuvo bastante y nos dejo solos, quizás tardamos un poco más de lo normal en el trayecto hasta casa pues con mi estado prefería ser prudente, claro que aun y así la entrada al aparcamiento fue aparatosa ya que roce con dos columnas y raye el coche, pero no me importaba, ya en el ascensor volvía otra vez a encenderse ese fuego entre los dos y casi acabamos desnudos antes de llegar al piso, cuando cerré la puerta y ante mi evidente mareo consideré que debía darme una ducha para aclarar mi cabeza, me termine de desnudar de camino al baño, se podía seguir mi rastro por las prendas que iba dejando en mi camino, me metí en la ducha y al agua sobre mi cabeza me relajo al instante, casi al instante Salva entraba conmigo me abrazo, me beso, y acariciándome con una dulzura desconocida hasta entonces para mí me dijo.

-Creo que esto nuestro va en serio, al menos por mi parte si y me gustaría micho que por la tuya también, sin embargo antes de avanzar hay algo que tienes que saber de mi… me gustan las chicas, me gustan mucho y si de verdad me quieres vas a tener que aceptar que alguna vez necesito un coño…me gustan mucho los coños, … mucho

Sus palabras sonaron como un disparo en mi corazón, que hacia?, ya no podía vivir el, pero? Aceptaría sus condiciones, aprendería a compartirlo, la cabeza me estallaba pero su boca en la mía me hacía no pensar en ello, comprendí que era mejor esperar al otro día para tomar una decisión, o quizás ya sería demasiado tarde, Salva me había atrapado en su red y no podía o no quería soltarme

(Continuara)