En el mes de marzo

Algo que me ocurroio hace años, exactamente 20, se que suena a raro, pero es real, la memoria nos juega pasadas pero intentare acordarme de todo, por cierto este relato tendra dos o tres entregas.

Barcelona Marzo del 2009

Hace ahora 20 años de lo sucedido y sin saber porque los recuerdos han vuelto….

Estábamos en Marzo de 1989, aquel invierno no había sido excesivamente frío, más bien benigno y una primavera aun gestándose pero con deseos de estallar y llenarlo todo de colores inundaba con su fuerza cada rincón de la ciudad

Todas estas sensaciones se notaban en la manera de vestir de la gente pues los colores alegres y claros ya substituían a los oscuros de los días fríos, en las sonrisas dibujadas en los rostros y en el juego de miradas que la gente se entrecruzaba a su paso por las calles, el sol empezaba a calentar los paseos y las primeras mesas de terraza eran habitadas por los ansiosos del buen tiempo cuando de repente, mis ojos se cruzaron en su camino, era un chico guapo para que negarlo, pero era de esas bellezas que sin ser evidentes se incrementan a medida que las contemplas, como expresarme, como si sabiéndose guapo se lo negara a si mismo, estaba parado en una esquina con una bolsa de viaje y una pequeña mochila, su desaliño vistiendo su pelo revuelto, esa dejadez en el porte y sobre todo la tristeza reflejada en el rostro, sin saberlo con certeza presentía que pedía ayuda por cada poro de su piel, su mirada perdida mirando a todos y a todo pero a nadie en concreto, caminaba sin saber a donde pero su cuerpo se movía con una cadencia sensual, sus espaldas anchas y bien formadas, medio cubiertas por una camiseta de manga larga ceñida que un día fue blanca y un chaleco desabotonado de lana, con los pezones duros marcándose como cúspides de unos potentes pectorales, aquellas piernas fuertes que encajaban a la perfección en unos jeans gastados y rotos, aquel culo redondo, de manzana, que te pedía a gritos muérdeme, unos pies grandes seguros enfundados en unas viejas zapatillas y un paquete que dejaba bien poco a la imaginación.

Su imagen me turbó, pero el siguió caminando perdiéndose entre la multitud, hasta que deje de verlo, pero el seguía en mi mente, aquel muchacho me había realmente impresionado, hasta tal punto que solo pensaba en llegar a casa y calmar aquel fuego que había encendido mi cuerpo desahogándome con mi mano, mi polla empujaba mis pantalones hacia delante como queriéndose alzar gloriosa por la visión de aquel dios pagano que la había despertado y un cerco húmedo en mi entrepierna hacia visible donde mi glande pugnaba por explotar.

Pensé simplemente en el momento disfrutado, lo hacia mientras regresaba a casa consciente de la circunstancia, la verdad aquel chico me había puesto caliente, aquello era un simple cruce de caminos con alguien que no era nadie pero sin saber si el destino me conduciría otra vez hacia su encuentro, al fin y al cabo, soñar era un capricho que costaba poco.

Pasaron dos o tres días y la primavera se afianzaba cada día con más fuerza, las flores inundaban la ciudad, el aire olía a limpio, el sol calentaba las calles y la ropa se iba desprendiendo poco a poco de los cuerpos dejando ver pedazos de anatomía en casi todo el mundo, y toda esa amalgama de circunstancias hacían que los instintos más primitivos de deseo y sexo afloraran por cada poro de la piel de cada uno de los habitantes de la ciudad.

Aquella mañana, y siendo mi día libre, decidí tomar el metro hasta Plaza Cataluña y una vez allí bajar por la Rambla para inundarme de luz y de cosmopolitismo, amen de contemplar mas de un chico guapo que sin ningún pudor embutía su generosa anatomía en ropa levemente más pequeña que su talla normal, consiguiendo así atrapar las miradas de más de una y de uno, convirtiendo aquel paseo en un juego de seducción.

Mis pasos se apartaron de la Rambla y torcí hacia la izquierda, entre en Puertaferrisa, descendí por Petrixol y apareci en Plaça del Pi, para quien no conozca ese rincón de Barcelona se lo recomiendo, es una pequeña plaza cuyo centro ocupa la Iglesia del Pi, una iglesia gótica del siglo XIV famosa por su gran rosetón vidriado, pero eso es solo una característica de la plaza, sus terrazas, el mercado al aire libre de cachivaches, los pintores, la gente tumbada en la calzada, y un sinfín de picaros viendo donde estaba la ocasión propicia…-

Pues ahí estaba yo, la suerte me propicio una mesa libre y tras tentarme y pedir mi correspondiente bebida al camarero me dispuse a gozar del espectáculo que la ciudad me ofrecía de aquella desinteresada manera cuando de repente, lo volví a ver, estaba sentado en el suelo apoyado en la pared y con un desvencijado cigarrillo entre los labios, vestía la misma ropa, quizás un poco más sucia que la otra vez, y sus bolsas descansaban a su lado, se le veía cansado, con la mirada perdida y con un aspecto de ser perdido y abandonado, decidí desde mi puesto privilegiado dedicarme a observar a aquel muchacho al mismo tiempo que el paseaba su mirada en el radio de 180 grados que su cabeza le permitía, en un instante su vista se cruzo con la mía, me pareció ver un atisbo de sonrisa pero quizás fue eso, solo me lo pareció ver , sin embargo el repitió la operación y esta vez si, se detuve un breve instante en mi mirada y me sonrió, yo turbado baje la cabeza pero aquel juego comenzó a repetirse y al final ya sonreíamos los dos, no pasaron cinco minutos que él se levantaba y agarrando sus enseres se dirigía a mi mesa, con un "PUEDO" de su parte y un "Claro de la mía, tomo asiento

-Que mirabas con tanta insistencia?, perdón me llamo Salvador, Salva para los amigos.

Me puse un poco a la defensiva, aquel chico (Salva), me había entrado de una manera un poco directa y eso me tenia descolocado.

-Yo Víctor, y que sepa mirar todavía es gratis, Salva, me has dicho Salva verdad?

-Tío no has parado de mirarme me he dado cuenta, que pasa buscas rollo!, mira a mi no me va esto, pero estoy en una situación mala, y por un plato de comida en este momento me lo pensaría.

-Tan desesperado estas, "CAMARERO" , pide lo que quieras por eso no será y esto sin pedir nada a cambio, todavía no estoy tan desesperado ¡SALVA!....

Empezamos a reír los dos, su sonrisa era mágica, sus ojos verdes se iluminaban por

momentos y no estaba seguro si quería librarme, ese chico me gustaba y la verdad alguien que se te pone tan a tiro no acostumbra a suceder.

Entre cosas triviales y algunas más profundas descubrí que era de León, que su padre había muerto y que ahora vivía en Malgrat de Mar, medio trabajaba en una disco los fines de semana, por lo que entre semana no hacia nada y había bajado a Barcelona a buscarse un poco la vida, la primera noche y una sobredosis de discoteca habían acabado con su triste economía y en estos momentos se veía sin dinero, sucio, sin sitio donde dormir y perdido, por lo que aprovechando la situación de ventaja decidí lanzarme a por todas.

-Mira, me gustaría mucho seguir charlando contigo pero, y sin ánimo de ofender, creo que es mucho más importante que te des una ducha y te cambies de ropa, tu aspecto no es precisamente muy fantástico, te parece que vayamos hasta mi casa y veamos que se puede hacer contigo

No le dio ninguna importancia, con un simple "BUENO" se aclaro todo, pagamos la cuenta, agarro sus bártulos, tomamos un taxi y nos fuimos a mi casa.

En cuanto entro y haciendo ese gesto tan masculino de alzar el brazo y olerse el sobaco, empezó a desnudarse delante de mí hasta quedar completamente en pelotas, yo no daba crédito a mis ojos, casi apartando la vista le indique donde estaba el baño, fui a buscar una toalla limpia al armario se la medio deje sobre el lavabo y me dispuse a esperar sentado en el sofá.

-Estas ahí!, escuche, oye vente para aquí y así seguimos hablando, aun me quede más perplejo todavía, pero pensé, bueno, esto no pasa todos los días, así que entre en el baño, me senté sobre la banqueta frente a el que estaba en la ducha y le dije,

-Ya me tienes aquí, ahora tú dirás.

Estaba claro que mi posición era absolutamente privilegiada, mi visión un regalo para los sentidos, Salve estaba mil veces más bueno desnudo que todo lo que te permitía imaginar la vista viéndolo desnudo, su tórax, su espalda, sus piernas, su pecho, su culo!! Y sobre todo una hermosa polla descapullada que dormida ya mediría unos 12 cm reposando sobre un par de hermosos y grandes huevos rodeados por un bosquecillo de pelos negros que hacían como de marco perfecto a una gran obra de arte.

-DESPIERTA!!, me lo dijo con un aire simpático ya que yo estaba como absorto contemplándolo, salió de la ducha, se empezó a secar a unos escasos 40 cm de mi mientras su cuerpo se balanceaba así como su polla dándome un espectáculo indescriptible, una vez termino y con su descarada naturalidad me dijo..

-Tú no te duchas, así estamos los dos limpitos no te parece

Sus palabras sonaron sinceras, pero aun y asi yo no podía seguir su juego sin aclarar antes algunos puntos.

-Vamos a ver, antes de empezar algo que todavía no se si tiene alguna lógica, quiero que me lo aclares aquí y ahora, tu eres gay?, o solo lo haces por dinero?..

-Tú eres un tonto, estoy aquí porque quiero, la verdad es que tenía hambre y lo tengo ahora, no soy un chapero, soy un tío normal me van las tías, pero… digamos que hoy es tu día de suerte, hace tiempo que quería probar que se siente estando con otro hombre, dicen que los hombres la chupan mejor que las tías, y también que si te comen el culo es un vicio del que ya no puedes prescindir, por eso es mejor hablar poco y hacer mucho mas esta situación nos interesa a los dos no crees

Solo dijo esto y me empujo sobre la cama, me sujeto los brazos e inicio un suave beso, delicado jugando con la punta de su lengua en mis temblorosos labios, yo lo dejaba hacer, nuestras pollas, duras las dos, se empujaban la una a ña otra, el olor de su cuerpo me embriagaba y su lengua se iba introduciendo poco a poco en mi boca haciendo filigranas con la mia.

No podía mas, lo gire bruscamente y me coloque encima, sin dejar de besarlo, descendi por su cuello, me entretuve en su nuez, baje a sus pezones que devore con ansia mientras veía como se ponían duros y erectos, lamí sus sobacos peludos, aspirando cada molécula de su aroma, descendí lentamente por su cuerpo entreteniéndome en el ombligo y saltándome la polla me entretuve entre sus piernas, le comía literalmente las ingles, levantando sus grandes huevos hacia dibujos con la lengua en su perineo, buscando con la punta de mi lengua la entrada de su cueva, el viendo mis intenciones alzo las piernas mostrándome toda su intimidad, un culo rosado rodeado por un autentico jardín de pelos, olia a limpio, me lance como con gula, lo devore con ansia, intentando penetrarlo con mi lengua, jugando con su anillo y sintiendo como sus gemidos y convulsiones dilataban aquel esfínter en fuertes contracciones, hice un hábil camino de regreso y me entretuve en sus huevos, los lamia me los introducía en la boca, ahora uno, ahora el otro, ahora los dos, creando una suave presión mezcla de placer y dolor, ascendí por el tronco sujetándolo entre mis labios como si fuese una armónica, subiendo hasta su capullo y entrecerrando los labios creando una leve presión que sabia seria muy placentera me lo fui introduciendo en la boca, relaje mi garganta y no pare hasta que el pelo ensortijado de su pubis acaricio mi nariz, yo sabía que eso era lo que esperaba, lo que una mujer nunca es capaz de hacer, aunque el placer se lo daría jugando con mi lengua en el orificio de la uretra, en el frenillo y en el capullo.

Empecé una serie de oscilaciones suaves arriba y abajo, buscando un ritmo de velocidad cambiante para alargar el placer, no pensaba en mi aunque mi polla seguía dura, solo buscaba su orgasmo, que mi primera mamada se quedara grabada en su mente para siempre, empecé un ritmo más rápido sujetando con mi mano derecha la base de su polla y con la izquierda los huevos dando un suave masaje con mi pulgar mientras mi dedo corazón, anular y mi meñique masajeaban su perineo y rozaban su esfínter, sus convulsiones sus ojos a ratos en blanco y sus jadeos eran síntoma inequívoco de se acercaba su orgasmo, me sujeto la cabeza, tenso el cuerpo, soltó un gutural sonido por su garganta y empezó a derramarse en mi boca, uno, dos, tres, cuatro y cinco disparos de leche caliente me llenaron la boca, era densa, espesa, con ese sabor agri dulce tan propio.

Se desplomo, tomo aire, me miro con una maravillosa sonrisa y me dijo..

-Pero como he podido vivir sin esto!!! Y empezó a reír sin control.

Pasaron unos minutos, se incorporo, salto de la cama y mientras se colocaba mi albornoz, empezó a hablar

-Se que tu no te has corrido, tranqui tío te compensare con creces es solo que ahora tengo mucha hambre, puedes pedir una pizza, familiar de jamón bacón y champiñones, también mucha coca cola, me encanta la coca cola, primero comer, un cigarrito, ver un poco de tele y esta noche prepárate porque será mi turno, me dirigí al teléfono, llame a Boston Pizza hice mi encargo y cuando colgué solo podía pensar en una cosa, este chico me gusta, creo que no lo dejare escapar….

Pero eso, ya es otra historia.