En el mercadillo con el padre y el hijo
Una calurosa mañana de verano, en el pueblo donde vamos a veranear con mi marido e hijos, me voy al mercado de compras y me vuelvo llena de esperma y de nuevas sensaciones
Me llamo Elena y tengo 46 años, estoy felizmente casada con Héctor que es director de banca y tenemos 2 hijas preciosas de 12 y 15 años.
Llevamos 18 años de felicidad conyugal y desde siempre me he encargado de llevar la casa, criar a nuestras hijas intentando colaborar y apuntándome a todas las actividades en las que participaban nuestras hijas.
Soy una mujer normalita, mido 1.67 algo rellenita pero con un cuerpo bien proporcionado y unos pechos grandes, duros y con unos pezones muy grandes. Siempre me he cuidado y me gusta salir siempre arreglada a la calle, aunque sea para ir al gimnasio.
Nuestras vidas transcurrían con total normalidad, nos llevábamos bien, y el sexo que durante los primeros años llenaba todas mis inquietudes, poco a poco se empezó a volver rutinario, hasta el punto que de vez en cuando tenía que recurrir a mis amiguitos darme placer y calmar mis necesidades más íntimas.
Todo iba bien, hasta que el verano pasado estando en la casita de la playa sucedió lo que nunca imaginé.
Eran las 10 de la mañana, un día de calor insoportable, mucha humedad y día de mercado en el pueblo. Me salí a hacer las compras del día, iba vestida con una camisola que se me ajustaba bastante y que dejaban ver la parte de arriba de mis pechos, que como he dicho antes, aún se conservaban grandes y duros a pesar de mi edad. Para la parte de abajo llevaba una malla ajustada como las del gimnasio que me llegaba hasta mis pantorrillas, fuertes y duras gracias a mis sesiones en el gimnasio.
El mercado estaba lleno de gente y a pesar de la hora y el calor que hacía, me iba encontrando con gente del pueblo, parando a hablar con uno y con otros. De repente me acerqué a una parada de ropa interior de mujer, iba pensando en mis cosas, me puse a remover entre las prendas y un chico de aproximadamente unos 24 o 25 años se acercó a atenderme.
Mientras hablábamos y me ofrecía alguna prenda del color que le estaba pidiendo, mi vista se fue por un momento detrás del chico, junto al lado de la furgoneta donde pude ver detrás de las típicas cortinas que separan las paradas de venta, una persona que a la postre pude saber que era su padre y que miembro en mano estaba orinando.
La situación no hubiera ido más allá del estupor de ver a una persona meando en medio del descampado, si no fuera por el tamaño del miembro que era sostenido por esas manos que tampoco eran pequeñas. El individuo medía casi 1.90 metros, fuerte, piel morena del sol y de espaldas anchas, quién casi sin finalizar su faena giró la cabeza y zas.. me pilló en infraganti mirando su extremadamente grande pene.
Una sonrisa dibujó su cara sin soltar su verga y no sé porque pero tuve un acto reflejo de abandonar la paradita y con mucha prisa y sin dejar de pensar en lo que acababa de ver.
El chico se quedó extrañado ante mi inesperado movimiento, pero al darse la vuelta y ver a su padre llegar desde detrás de la furgoneta subiéndose la bragueta ya lo comprendió todo, acababa de advertir que había visto a su padre haciendo sus necesidades sin vergüenza alguna y que yo le había cazado en medio de la faena.
Mi cabeza no paraba de darle vuelta al recuerdo de las imágenes de éste hombretón con ese pedazo de herramienta en la mano y soltando una meada descomunal. En mi interior algo me hacía cosquillas, iban desde la boca de mi estómago hacia la entrepierna e incompresiblemente mi sexo ya estaba húmedo. Y lo peor de todo, tenía que volver a pasar por delante del puesto del mercado para volver a casa.
Me quedé pensando unos 5 minutos sin poder quitarme de la cabeza aquella situación, cuando al final me armé valor y decidí volver hacia atrás.
Puse camino hacia casa a pasos agigantados, mis ojos no dejaban de mirar el suelo cuando de repente alguien me llama. La voz era claramente la del chico del puesto de bragas y sujetadores, no iba a parar, lo tenía más que claro, salvo que en su tercera e insistente llamada me dijo “Señora, que se ha dejado la cartera”.
Bufff, eso me desconcertó totalmente, ya no tenía otra elección que volver pasos atrás y recoger la cartera.
La sonrisa del padre e hijo al llegar al puesto era más que evidente una mezcla de complicidad y perversión a la vez. Pedro, que así se llamaba el padre, me dio la cartera sin perder la oportunidad de rozarme con sus fuertes manos. Su tacto me dio un escalofrío, su mirada era penetrante, el pelo canoso y sus rasgos de hombre fuerte provocaban en mí una atracción que no podía controlar. Bueno, eso y que llevaba más de una semana sin mi ración de sexo.
JAVI – Me llamo Javi y éste es mi padre Pedro a lo que yo tímidamente les contesté que mi nombre era Elena.
JAVI- “Porque no aprovecha y se prueba el sujetador, al final he encontrado el color que buscaba”.
Otro escalofrío recorrió mi cuerpo, solo de pensarlo, que tenía que pasar a la trastienda, quitarme la ropa y probarme la prenda interior, allí al aire libre y a la vista de los dos individuos.
Javi me cogió de la muñeca, empezó a estirar de mí y me puso en la mano el sujetador de color verde turquesa que estaba buscando. Yo tímidamente lo dejé de inmediato en la mesa, intenté zafarme de sus fuertes manos pero siguió insistiendo, y cada vez me atraía hacia el final del puesto de venta.
Pedro, su padre no paraba de mirarme, estaba disfrutando de la situación. Su mirada se clavaba ahora en mis pechos, grandes y duros y se los imaginaba dentro del sujetador verde. Mi respuesta fue totalmente inconsciente y se me pusieron los pezones duros como una roca. Y allí estaba yo, intentando zafarme de su hijo, pero cada vez más cerca del enorme vergón que pocos minutos antes pude ver en todo su esplendor.
La cabeza me daba vueltas, entre el calor y la excitación que llevaba dentro en apenas un minuto ya estaba detrás del puesto de venta y a punto de probarme el sujetador delante de estos dos pervertidos.
Me llevaron dentro de una especie de probador, como una estructura metálica pero rodeada de cortinas de tela.
Está bien –les dije yo-, me lo probaré, pero seguro que no me queda bien, no encuentro casi nunca de mi talla.
JAVI – Pasa ELENA, pasa por aquí, no te preocupes la tela es opaca y no te va ver nadie.
Una risa llena de perversión llenó la cara de su padre.
Me quité la camisola, me quité el suje que llevaba puesto y comencé a probarme el primer sujetador que me pasaron. Por supuesto me quedaba pequeño..
Yo- Ves te lo dije, nunca encuentro de mi talla.
JAVI- Tranquila, te paso otro, aquí tenemos de todas las tallas y colores ( le dijo Javi a su padre guiñándole un ojo”
Le pasé el sujetador al chico, quedándome con los pechos al aire, apenas tapándolos con mis pequeñas manos.
Al traerme el segundo sujetador, su padre que ya estaba detrás del probador no perdió oportunidad de verme la espalda y al asustarme y girarme, la parte lateral de mis pechos.
JAVI- Toma cielo, aquí tienes la talla que buscabas… seguro que te queda bien.
Javi también aprovechó y me dio un repaso a todo el cuerpo, incluido el pecho ya que al estirar la mano lo dejó caer, obligándome a abandonar una de las manos que me tapaban, dejando al aire mis hermosos senos.
Mi excitación iba en aumento, allí estaba yo con el hijo por delante, el padre por detrás y semidesnuda probándome una prenda interior delante de dos desconocidos.
A continuación hice la tontería más grande que podía hacer en esos momentos…saliendo del habitáculo les pregunté ¿qué tal me queda chicos?. Nada más acabar la frase supe la estupidez que acababa de decir y las consecuencias que iba a traer.
Javi se acercó para verme y dándome otro repaso me dijo “Estás espectacular, eres muy hermosa”.
Pedro, su padre ya había dado un paso adelante y rozando la parte superior de uno de los tirantes y posando la otra mano grande encima de mi hombro. La sensación de notar su piel en mi espalda, volvió a enviar un impulso eléctrico directamente al centro de mi sexo y se me escapó un pequeño gemido.
Ese fue el detonante para que diera otro paso adelante y me rodeara con sus brazos pegándome a su cuerpo. Mientras una de sus manos subía a mi pecho derecho, su boca ya había tomado contacto con mi nuca. Mi piel se erizó, y echando la cabeza hacia atrás, le dejé camino hacia mi cuello y el lóbulo de mi oreja, donde sus labios hicieron posesión del mismo empezando a besarlos y a lamerlos.
YO- No por favor, dejarme ir… esto no está bien.
PEDRO- Uhmmm Elena… sabía que eras una zorrita con ganas.... bufff menudos pezones gastas los tienes como una piedra.
Pedro comenzó a amasar mis pechos, estiraba mis pezones y no paraba de dar pequeños mordiscos en mi nuca, mi cuello y metiéndome sus dedos en la boca que comencé a chupar con fuerza imaginando que tenía su polla en la boca.
Su hijo ya se había bajado la cremallera, y con su verga fuera del pantalón se estaba masturbando. De tal palo tal astilla, su pene era hermoso, grande, gordo y su capullo rosado casi morado y no tenía nada que envidiar al de su padre.
Mientras tanto mi culo ya podía notar la herramienta fuerte y dura de su padre, volví a imaginarla fuera de su pantalón y mi sexo ya rezumaba jugos mojando toda mi braguita.
La otra mano de PEDRO, ya se había metido dentro de mis leggins, directamente hacia el interior de mi sexo pudiendo comprobar lo húmeda que estaba y empezó a dar pequeños golpecitos en mi clítoris con su dedo fuerte y duro. Nunca había notado una sensación así, era como un pequeño vibrador, de pronto me daba tres o cuatro movimientos circulares y de pronto dejaba de hacerlo haciéndome subir y bajar como en un tobogán.
Yo ya estaba loca perdida de excitación, ya había perdido la noción del tiempo, me lancé hacia adelante dejándole mi culo en pompa a PEDRO, quién aprovechó para sacarse la verga fuera del pantalón y empezando a masturbarse detrás de mí.
Me apoderé de la joven verga de JAVI, dura como una barra de hierro y me la metí poco a poco en la boca con cuidado de no atragantarme ya que no era el tamaño al que estaba acostumbrada en casa.
Mientras saboreaba cada centímetro de aquel miembro, las manos ásperas de PEDRO me cogieron de la cintura y empezaron a bajar mis leggins y mis braguitas dejándolas a la altura de mis rodillas.
Supe exactamente lo que iba a suceder, por eso de inmediato, dejé de chupar la polla de JAVI y dándome media vuelta, iba a darle una buena mamada al cipote de su padre. Aquella polla tan grande que momentos antes vi mear, ahora la tenía a dos centímetros de mi nariz, su olor agradable inesperadamente me impregnó desde mis fosas nasales hasta la garganta y me lancé a por ella. Mirándole a los ojos no paraba de darle lengüetazos, me la metía y sacaba, y de vez en cuando aprovechaba y me comía sus testículos dándole fuertes lametazos.
Sus fuertes manos me tenían cogida de la cabeza y me empezaba a follar como si fuera mi sexo. Me dolía la boca de lo abierta que tenía que tenerla para que me abarcarla toda, pero no paraba de mirarle a los ojos, sé que eso a los hombres les excita y les encanta.
Mi coño seguía mojándose pensando que ese pedazo de miembro que tenía ahora en mi boca pronto iba a empalarme y dejarme sin aliento.
Mi cabeza daba vueltas y vueltas de excitación, de repente JAVI me cogió de los brazos, me dio la vuelta y arrastrándome hacia él, me obligó a meterme su polla en la boca, dejándole vía libre a su padre hacia mi coño chorreando de placer.
PEDRO no tardó ni diez segundos en acercar la punta de su verga a mi coñito y cogiéndome de la cintura dio un pequeño golpe de cadera que me hizo aullar de placer. Mi grito ahogado por la polla de su hijo, no hizo otra cosa que aumentar su excitación y retrocediendo un poco dio otro golpe más grande y me la ensartó hasta la base de su miembro.
Nunca en mi vida había sentido algo así, las paredes de mi pequeño coñito rozaban por todas sus caras con aquella barra vigorosa que me estaba dando tanto placer. Aquello tan duro no paraba de entrar y salir haciendo notar cada centímetro.
PEDRO- Asiiiiiiii… uhmmmm Elena, vaya coñito más estrecho que tienes….hoy te vas a ir a tu casa con la forma de mi polla y bien abierta. No sabes cómo te noto, tus paredes me están exprimiendo.
YO- Por favor.. despaciooooo… bufffff qué locura estoy haciendoooooo… esto no está biennnnnnnn
Mientras tanto Javi me incorporó un poco para darme un beso húmedo y profundo, metiendo su lengua dentro de mi boca. Sus manos no paraban de estrujar mis pechos, apenas lo cubrían y tal era mi excitación que le correspondí como se lo merecía. Mi lengua se entrelazó con la suya, buscando los rincones de su boca y ahogando pequeños gritos que me salían debido al placer que me estaba proporcionando su padre.
PEDRO- Diosssssss cómo te noto perraaaa… cómo te notoooooooo… me estás ordeñando mi verga como a la tetilla de una vaca…. Dime Elena, quieres toda mi lecheeeeee.. quieres toda la leche que tengo para tíiii.
YO- Despacio cabrónnnnnnn despacio que me estás matandooooooo… menudo pedazo de carne tienes entre mis piernassssssss..
JAVI- Calla zorra… calla y sigue chupando…. Vamosssssss sigue así con tu lenguaaaaaa… eres toda una mami experta… Cómo se nota las ganas que llevas dentro cabrona…..
Mi excitación iba en aumento… cada golpe de cadera de su padre, era un eslabón más en la escalada de placer que estaba sintiendo. Nunca me había sentido así, nunca habían salido palabras así de mi boca. Ambos me estaban llevando al séptimo cielo, cada golpe de polla de su padre, era un movimiento hacia la polla de Javi que se metía más y más dentro de mi boca llenándome de su sabor y olor.
Mis piernas comenzaron de repente a temblar, mis fuerzas empezaron a fallarme… un torbellino de placer me estaba envolviendo y hacían que empezara a farfullar palabras sin sentido….
YO- Siiiiiiiiiii… cabrónnnnnnnn… dame más pollaaaaaa… no sabes las ganas que tenía de sentirte dentro desde que te vi detrás de la tiendaaaaa.. No puedo másssssss…. No aguanto másssssssss Diosssssssss… me voy a correrrrrrrrrrrrrr… cómo te notooooooooooooo Pedrooooooooo cómo te notoooooooooooooo.
No pares, no pares, no paressssssss. Dame más fuerteee…. Asíiiiiiiiiiii me voy a correrrrrrrrrrrr… me viene yaaaaaaaaaaaaa … aghhhhhhhhhhhhhhhhhhhh yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa uhmmmmmmmmmmm….
Y mis piernas dejaron de aguantarme de pie, JAVI tuvo que dejar de follarme la boca y cogerme de los brazos, notando como los empujones de su padre no paraban de taladrarme y haciendo que mis jugos empezaran a salir de mi coñito y cayendo por mis muslos.
PEDRO - Jodeeerrrrr Elena estoy notando en mi polla los espasmos de coñito… hacía tiempo que no notaba un coño tan prieto como el tuyoooooooo. Buffff Javi, no la dejes caer ahora. Esta cabrona me está ordeñandooooo… no voy a aguantar mássssssss me viene ya Elenaaaaaaaaaaa.. Tomaaaaaa perraaaaaaaaa toma mi lefaaaaaaaaa…aghhhhhhhhhhhhh aghhhhhhhhhhh Te voy a preñarrrrrrr zorraaaaaaaaaaa… tomaaaaaaaa mi lecheeeeeeeeeeeeee…..
Fueron unos segundos de placer interminables… mis paredes vaginales no paraban de dar pequeños espasmos mientras la polla de Pedro me dejaba dentro toda su esperma.
Javi mientras tanto no paraba de besarme y nuestras lenguas se entrelazaban sin parar… Vaya forma de besar del muchacho. Y su polla dándome golpes en mi barriguita como si dijera que ahora le tocaba a él…
Como pude y como pudo él, me llevaron dentro de la furgoneta, pusieron dos trozos de tela y varias toallas que tenían la venta que servían de colchón…Me apoyaron de espaldas contra el suelo y Javi ya entre mis piernas empezó a comerse mis pechos como un niño pequeño.
La verga de Javi, que no tenía nada que envidiarle a la de su padre ya estaba rozando la puerta de entrada de mi coñito y pidiendo permiso para entrar. Más que permiso me estaba dando un aviso para lo que se me venía encima. Mi sexo aun palpitando y sensible por la follada de su padre estaba a punto de recibirle y no tardó en hacerlo.
El camino ya estaba hecho, su padre se había encargado de abrirlo con su impresionante verga. Dio un par de golpes de cadera, y un tercero y ya la tenía toda dentro..
Aghhhhhhhh… resoplé…y gemí de placer al notarlo totalmente dentro.
El chico no tardó en comenzar a taladrarme y a comerse mis pechos mientras su polla entraba y salía de mi sexo.
Sorprendentemente Pedro ya estaba nuevamente en forma y se aproximó a mí, dándome ahora a probar su verga que aún sabía a una mezcla de jugos de mi sexo.
Javi no paraba de bombear y cada vez que me ensartaba un grito se escapaba de mi boca….
Nuevamente me estaban llevando a lo más alto de la escala del placer, mi sexo más sensible que la primera vez empieza a convulsionar de nuevo… le empiezo a dar cachetes en el culo de Javi, le muerdo el cuello y el hombro para ahogar mis gritos… el pequeño dolor que le estoy ocasionando ponen más cachondo aún a mi nene que cada vez me da con más fuerza y me mete su verga hasta los testículos.
Javi me mira fijo a los ojos….y yo estoy completamente abierta y partida en dos por su polla.
Gime cada vez más fuerte… me muerde los pechos… mis pezones aún más duros que al principio.
JAVI - Eres una mami bien calentona sabes Elena…..te voy a llenar de mi lecheeeeeee…. Joderrrrrr me estás exprimiendo mi pollaaaaaa igual que a mi padreeeeeeee. Diosssssss me viene yaaaaaaa.
YO- Siiiiiii neneeeeeeee cariñoooooooooo dale la lechita a tu mamiiiiiiii….. me estás matando neneeeeeeeee… meeeeee voyyyyyyyy a correrrrrrrr de nuevoooooooo….Toma cariñooooooooo toma mi corridaaaaaaaaaa te lo doy todooo neneeeeeee me estoyyyyyyyyy corriendoooooo otraaaaaaaaa vezzzzzzzzzzz aghhhhhhhhhhhhhh.
JAVI- Aghhhhhh cómo te notoooo…. Noto tu coño palpitarrrrrr cómo me aprietas zorraaaaaaaaa… Toma mi lecheeeeeeee me corroooooooo aghhhhhhhhhhhhhhhhh aghhhhhhhhhh perraaaaaaaa… uhmmmmmmmmmmm.
Nos quedamos así abrazados unos segundos…aún notaba la verga de Javi dentro de mi sexo que le costaba perder la forma. Mi coñito de vez en cuando aún daba algún espasmo…nunca había sentido nada igual…
Poco a poco me fui incorporando y vistiéndome…ni siquiera sabía la hora que era.
Padre e hijo también comenzaron a vestirse, mi sexo se encontraba pleno, lleno, y aún notaba la sensación de plenitud dentro de mí.
No pude evitar darle un beso húmedo de gratitud a mi Javi, qué me correspondió con su lengua y con un buen pellizco en mis pezones.. Dos pasos más allá estaba Pedro, a quién también me acerqué dándole mi boca que tras mi despedida me lanzó un buen cachete en el culo y una mirada lasciva que me aseguraban que no sería la última vez que vendría al mercado a por un buen sujetador o unas braguitas.
Gracias por vuestra lectura..