En el instituto me paso mirando-parte 4-GRADUACIÓN

En la noche de nuestra graduación teníamos reservado un local para ir de fiesta. En el baño, un intruso me empezó a dar de cenar de nuevo y de repende apareció Bruno, de nuevo, el chico hetero del que llevo años enamorado y que me chantajea con mis fotos y mis vídeos

Por fin había llegado el día de nuestra graduación, ese que daría fin a tantos años de soportar a gilipollas, acoso... pero también amistades. Después de un acto menos aburrido de lo que esperaba y una cena decente (aunque demasiado cara), teníamos reservado un local privado para la fiesta, al que también irían lxs invitadxs de xs graduadxs tanto de nuestro instituto como del otro que había reservado el mismo sitio. Nos esperaban muchas horas de fiesta por delante, llenas de alcohol, bailes y desenfreno, e incluso de momentos inesperados, como lo que a mí me pasó.

Todo el mundo va de fiesta con la mente abierta a liarse sin más con gente que a veces ni conoce como si fuera lo más normal, sobre todo por la acción del alcohol, pero yo no soy de los que van de fiesta normalmente. Es más, como mucho voy dos o tres veces por año, pero esta era una ocasión para celebrar que se acababa esa etapa de nuestra vida, así que decidí ir. Lo bueno es que había barra libre y buena música, así que me lo estaba pasando genial. De repente, necesité ir al baño, se me estaba subiendo demasiado lo que estaba bebiendo. Llegué allí y me metí en una cabina a mear, pero no me acordé de cerrar la puerta hasta que otra persona entró conmigo. En ese momento supuse que había sido una equivocación, así que me giré para avisar al tío, pero él estaba perfectamente consciente de lo que hacía. Yo en ese momento no caí en quién era. Era guapo, y tenía un cuerpo normalillo, y estaba sonriendo.

-Ey, tío, que aquí ya estaba yo jajja. Pero bueno, ya acabé, ya puedes quedarte tú. - Hablaba mientras me guardaba la polla y cerraba la cremallera. No obtuve ninguna respuesta por su parte, así que volví a hablar. - Emm, esto es muy pequeño, si no te mueves no podré salir... - Dije poniendo un brazo en su costado para apartarlo un poco y poder pasar, pero no se movió.

-¿Tienes pareja? - ¿Qué?

-Emm, no, ¿por? ¿A qué viene eso?

-Qué pena, me dan más morbo los que tienen pareja. - No pude ni reaccionar a eso que me empezó a besar sin más, hasta que yo me aparté.

-Oye, ¿pero qué haces? ¿Acaso te conozco siquiera?

-Claro que me conoces, ¿de verdad no te acuerdas de mí? Fuimos juntos hace unos años a un campamento. Me llamo Pedro.

-Aaaah, joder, ya me acuerdo, es verdad. - La situación para mí ha cambiado bastante, sobre todo porque con ese tío me llevaba bastante, pero era bastante hetero de aquella. - ¿Y qué te trae por este baño para liarte conmigo?

-Pues que te he visto de repente por ahí, bailando, me he acordado de ti y me han entrado ganas de follar de repente. Estás más guapo que en el campamento. - Yo sigo sin saber reaccionar a este tipo de situaciones, así que por no alargarlo más, me decidí por besarle yo a él ahora.

No sé si fui yo o el alcohol, pero mi mano, mientras nos liábamos, se metió en sus pantalones y empezó a tocarle la polla, que iba creciendo poco a poco. Él hizo lo mismo, pero me tocaba el culo y me metía un dedo por el agujero. El morbo de estar en los baños de una discoteca en la que está toda la gente con la que he estudiado durante seis años actuó e hizo que me agachara, le abriera el pantalón y me empezara a comer su polla. Lo miraba mientras me alimentaba con su cipote y veía su cara de placer. De repente, llegó lo inesperado. Alguien abrió la puerta, que resultó que tenía un pestillo que no habíamos puesto. Me levanté corriendo para intentar hacer como que no estaba viendo cómo le comía la polla y me di cuenta de quién era. Era Bruno, el tío de mi clase que tanto me gusta desde hace años y que me había estado chantajeando con fotos y vídeos durante meses.

-Bueno bueno, mira por dónde, la puta está cenando. ¿Te quedaste con hambre de la cena o qué? - Pedro estaba flipando y se estaba metiendo la polla en el pantalón. - No, no te la guardes, sigue dándole polla, como si yo no estuviera aquí. - Dijo cerrando la puerta, y esta vez sí que poniendo el pestillo.

Yo me tuve que sentar en el retrete para hacer sitio. Estaba nervioso, no sabía qué pretendía hacer ahora Bruno en esta situación y este chico es una caja llena de misterios. Yo, mientras, comencé a comerme otra vez la polla de Pedro tímidamente, ya que me incomodaba que Bruno estuviera tan cerca mirando.

-Qué pasa, ¿esta no te gusta tanto como la mía que te la comes con menos ganas? Dale a tu amigo el placer que se merece y hazle una buena mamada, perro. - Al acabar de decir eso, me agarró la cabeza y empezó a marcar él el ritmo de la mamada, bastante rápido y metiéndomela entera. Menos mal que tengo algo de práctica de la suya, porque esta ya es bastante grande (unos 19cm, no llega a la de Bruno). - Por cierto, ¿tú cómo te llamas?

-Pedro... - contestó tímidamente.

-Pues Pedro, hoy es tu noche de suerte, te vas a follar a un maricón bien puto todo lo que quieras. Tú di por esa boquita lo que quieras hacerle o que le haga yo que tendrá que hacerlo si no quiere que salga a la luz todo lo que él ya sabe. - Habló mirándome a mí con cara amenazante pero pícara. - No sé tú, pero yo me lo voy a follar, así que dejadme pasar que su asiento va a estar algo más alto.

Pasó por el lado de la cabina, me levantó, se quitó los pantalones y se empezó a pajear. Rápidamente se le puso lo bastante dura como para follar, me miró y se la señaló, dando a entender que me tenía que sentar. Yo lo intenté hacer lo mejor que pude, pero en esa posición dolía más de lo normal y mi culo no delataba lo suficiente. A él esto le dio igual y empezó a hacer fuerza sobre mi cuerpo hacia abajo para que me entrara entera.

-Bueno, parece que ya has tomado asiento, puedes seguir comiendo. - Mientras hablaba, sacó su móvil y, cómo no, empezó a sacar fotos y vídeos. Pedro todo esto lo observaba con cara lujuriosa, no había vivido una escena parecida en su vida.

-Buah, ¿sabes qué me ha llamado la atención siempre del porno y que he querido probar?

-Dime. - Dijo Bruno interesado.

-Darle hostias a una tía mientras se come una polla.

-Pues pégale todo lo que quieras, como si fuera un muñeco de tela.

Dicho esto, yo temiendo por mi cuerpo pero a la vez disfrutando y lleno de placer, Pedro me empezó a dar hostias en la cara. Al principio eran tímidas y suaves, se ve que no quería hacerme daño, pero poco a poco su lado sádico fue saliendo y me empezó a hacer más daño. A mí nunca me había gustado el dolor, pero lo que estaba sintiendo en ese momento no era más que excitación a cada hostia que me metía en la cara.

-Oye, creo que nos estamos quedando con poco sitio, ¿y si nos metemosen el baño de minusválidos? Así podremos jugar mejor - propuso Pedro.

-Sí, venga, buena idea.

Bruno se levantó y yo con él, ya que todavía tenía su polla metida en mi culo. Ya casi parecía parte de mí. De la cabina salió primero Pedro, con miedo de que hubiera alguien que nos pudiera ver salir juntos, pero no había nadie. Nos dirijimos al baño de minusválidos, que estaba al fondo del baño, y entramos rápidamente. Era del tamaño de tres de las cabinas normales, perfecto para la situación. Una vez cerramos la puerta, Bruno comenzó a darme órdenes.

-Quítate toda la ropa que llevas puesta y déjala por ahí en la esquina apartada, que no te va a hacer falta ahora. - Me dio pena tener que deshacerme de mi vestimenta, ya que los trajes son uno de mis fetiches favoritos, pero ellos también lo llevaban así que el fetiche continuaba. - Ahora agacha el cuerpo para comerme a mí la polla y mientras Pedro tú tienes su culo para follártelo o darle de hostias todo lo que quieras.

Pedro, que siempre había sido muy hablador, ahora no decía casi ninguna palabra, supongo que de la excitación que llevaba encima. Bruno me empezó a follar la boca a saco, sin piedad, y fue una de las veces que más me gustó comérsela, ya que mientras, tenía a Pedro dándome hostias en el culo. Cada vez las daba más fuerte y se acercaban al ano. Me separó las nagas todo lo que pudo y me siguió dando justo en el agujero, lo que me ponía que flipas.

-Muy bien, espero que no hayas bebido mucho y te hayas quedado con más sed del hambre que tienes, porque yo sí que he bebido bastante y no puedes dejar escapar nada de lo que te viene ahora. - Yo me esperaba que se fuera a correr, pero me extrañó porque nunca tarda tan poco, y de repente noté algo muy líquido que no podía ser lefada: era su meada. Yo intenté tragar lo más rápido que pude lo que toda mi vida me había dado tanto asco menos con él.

Poco después, Bruno terminó de mearme en la boca y retomó la follada, y mientras Pedro, cuya polla era más gruesa que la de Bruno pero más corta, me empezó a follar. Como vio que ya estaba bastante abierto, no tuvo reparos en ir bastante rápido ni en meterla siempre entera. Yo estaba disfrutando muchísimo de la mejor follada de mi vida.

-Uff, creo que me voy a correr ya prepara el culo que te viene.

-No, espera, Pedro, córrete aquí - dijo pasándole un vaso que estaba en el baño con una bebida que parecía vodka con piña - y que siga bebiendo en la fiesta, pero esta vez nuestras corridas.

Pedro puso cara pícara y de excitación, aunque yo no la vi porque seguía con la polla de Bruno en la boca y desde hacía un rato no me la sacaba muy a menudo. Pedro sacó de repente su polla de mi culo y al momento escuché sus gemidos de placer y cómo soltaba su lefa en el vaso. duró bastante más de lo que esperaba, y el color de la bebida se volvió bastante más claro de lo que estaba. Se acercó a mí, Bruno sacó su polla y Pedro metió la suya para que se la limpiara. Mientras, Bruno me empezó a dar de hostias en el culo con uno de mis zapatos y lo debió de disfrutar tanto que consiguió correrse en el vaso también. Yo miré con una lujuria jamás antes experimentada ese vaso con la bebida de los dioses.

-Bueno, aquí tienes tu alcohol para el resto de la noche, espero que lo disfrutes. Ahora córrete si quieres y vuelve a la pista, pero te voy a estar vigilando para que te lo bebas así que no te intentes escaquear. Bueno Pedro, no hables de esto con nadie que no seamos nosotros dos hasta que no veas decenas de vídeos de este puto siendo humillado en las redes sociales, que me quiero reservar la exclusiva. Ha sido un placer conocerte y someter a este perro juntos.


P.D: no puedo poner fotos de Bruno ni de Pedro, obvimente, pero últimamente he visto por la tele a alguien que se parece bastante a Bruno y que igual os mola saber quién es para haceros una idea más o menos de cómo es él. Es Samuel, de Factor X España, la edición de ahora.