En el Gimnasio (2)

En el gimnasio.. después de la cura del desgarro.

En el gimnasio (2)

El N* 1 fue "en el consultorio"... pero la situación fue "disfrutada" en un gimnasio y no en el consultorio. Vale el pedido de disculpas?

(si quieren consultar la primera parte... puede ayudarlos a completar la historia)

Luego de que mi instructor en el Gimansio me diera un masaje verdaderamente reparador me dijo: "Me tengo que ir. Me están esperando... . Te veo mañana...?" y me sonríe. Qué les parece que le contesté?"

Sí, es cierto... me había quedado sin palabras y con una sastifacción muy plena en todo el cuerpo.

Sus caricias (habían comenzado como masajes para reducir el efecto del desgarro) habían subido de tono y de calor... y nos habían permitido una acabada (como decimos en Argentina) plena, potente.

Él se tenía que ir (quién lo esperaría??) y tenía que cerrar el gimnasio.

Regresé a mi casa y nuevamente sentí la sensación de que avanzaba... pero que mi cuerpo se quedaba ahí, junto al otro cuerpo, al que me había hecho disfrutar tanto y tan bien.

Dormí bien. Me levanté contento. Sabía que el día me iba a resultar más largo que lo habitual y me preguntaba a cada rato que qué pasaría cuando nos viéramos. Me saludaría con un beso? Me tocaría? Demostraría en público que algo había pasado entre nosotros? Se darían cuenta los otros asistentes al gimnasio? Yo conocía a algunos y tenía terror de que se dieran cuenta y me empezaran a identificar como "maricón".

Fui a trabajar... me distraje muchas veces... volví a mi casa y me preparé con expectativas a la nueva sesión.

Me duché y preparé. Me puse ropa adecuada (para la gimnasia, eh?) y fui al gimnasio. Desde la ventana, lo vi. Estaba atendiendo a otro. Y les juro que miré si lo tocaba, si le sonreía, si le dedicaba mucho tiempo. "Qué pelotudo que soy", me dije. Acaso estaba celoso?

Me reí de mí mismo (para disimular el escozor) y entré. Me le fui acercando por detrás para pedirle instrucciones (ya estaba mucho mejor del dolor y necesitaba su palabra sabia) y me iba regodeando en lo que se veía y en lo que se intuía.

Se dio vuelta, y me saludó con la misma simpatía de siempre, pero sentí que su sonrisa era mayor, y que su voz tenía una cadencia como de susurro (lo que la convertía en una caricia)

Me dio la mano... pero con la otra me palmeó la espalda... y se detuvo un instante como sosteniéndome el hombro. Y mi pija se despertó!

Fue como una conexión. Pero no fue porque me tocara el hombro... sino que pienso que cualquier parte del cuerpo que hubiera recibido su palma...hubiera provocado la misma reacción "orgánica".

Sin soltarme hablamos... me preguntó que cómo andaba.. Le repregunté "de dónde". Y me dice... "de ahí" y bajó su mirada hacia mi bulto (qué linda la sensación de cómo me palpitaba!!). Y me guiñó el ojo y completó: "del dolor de la pierna". Contuve la risa... y le dije "mejor". Bajó la voz y me dijo "no vas a necesitar más masajes?" (e hizo como un "pucherito" con los labios ) Y tuve que detenerme para no darle un abrazo!!

Le contesté: "Y... Ud. sabrá, Ud. es el que sabe " y actué con el "Usted".

"Bueno, bueno –me dice- vamos a comenzar con una entrada liviana en calor"

"Más?" Le pregunté.

"Sí, más -y vuelve a sonreir-. Hacé 10´de cinta, y otro tanto de bicicleta. Sin apuro, eh? Livianito. Sin apuro"... y cuando me doy vuelta me pega un "chirlito" en el culo. Disimulo... y cumplo con la rutina.

Cada tanto pasaba cerca, y me preguntaba si iba todo bien... y yo, sin querer, me acomodaba el paquete...

Seguimos así en el coqueteo mutuo, sereno, varonil... y poco a poco –felizmente- los otros se fueron retirando.

"Todo bien? Bueno, descansá un poco que tenemos que controlar el desgarro". Lo dijo con voz un poco más alta... como si quisiera que alguien más lo escuchara, y ahí me di cuenta de que quedaba TODAVÍA un tipo en el sector de pesas. Y se dio vuelta, y me guiñó el ojo.

Fui hasta su gabinete y me dice "Recostate que voy enseguida". Y se quedó con el Fulano. Lo cierto es que se demoró bastante. Bah! Tal vez por el deseo que yo tenía.

Al fin volvió. Con la puerta entreabierta se despidió del "otro", cerró todo, y vino hasta donde lo esperaba, cálido, abierto, simpático, como siempre... pero noté que traía también su propia excitación.

Yo? Acostado, boca arriba... con remera y pantalón largo.

"Me dejás que te vuelva a revisar?"

Uds. le hubieran dicho que no?

Y me puso su mano sobre la pierna... muy cerca de "ahí".

"Duele?"... y oprieta... "No, podés seguir todo lo que quieras" –le contesté-.

"Es que para revisarte mejor, me está molestando la ropa" dice explicando lo obvio. Pero le sigo el juego.

"Le parece bien, Doctor –le dije- que me la saque?".

"Quiere que le ayude?", me dijo disimulando la sonrisa.

Y me fue bajando el pantalón... y al deslizarlo jugueteó un instante con la carpa que yo ya tenía. A propósito me había puesto unos boxers sueltos y largos... así que todo estaba libre... aunque tapado.

"Doctor... –le digo- Ud. no está incómodo con tanta ropa?" mientras deslizo mis dedos por sobre su ´uniforme´... Y es entonces cuando yo lo fui ayudando a él.

Luego me recosté otra vez... y él, ya sin pantalón ni remera... me fue tocando centímetro a centímetro por donde había estado el desagarro. Ya no sentía nada de dolor, pero el placer iba creciendo sin pausa.

Sabía tocar... sabía masajear... y se notaba que era un "doctor" en acariciar..

No me sacó el boxer... y a propósito, descuento, iba y venía bajo la tela. Yo suspiraba y jadeaba... y con mi mano más cercana a su cuerpo, comencé a acariciarle el muñeco que se iba poniendo más y más duro, más y más grande...

Se inclinó sobre mí... y sin sacar su mano de debajo de mi boxer... acercó su lengua a mi tetilla izquierda. Y jugó con ella con roces que provocaban como un chispazo eléctrico cada vez... Muy poco cada vez, centímetro a centímetro y mis pezones se endurecían y se sensibilizaban. Ya me arqueaba... Ya quería más... MÁASSS!!. Y él se hacía desear

Después se fue hasta mi tetilla derecha para iniciar el mismo trabajo de "electrificación".

Y yo quería arquearme para morderle las suyas... pero no me dejaba...

"Dejame...- me dijo- El trabajo lo hago yo".

Y así me tuvo... Creo que estuve a punto de acabar dos veces de sólo sentir su lengua y sus caricias... Y él, sabiamente, se detenía... para volver a empezar.

Fue bajando su boca hasta mi poronga. Me la besó y mordisqueó por sobre la tela... y fue bajando el calzoncillo lentamente, apretándolo con sus dientes...

Si fue lento para pasar su lengua por mis tetillas, no quieran saber (o tal vez sí?) lo que fue cuando la acercó a mi muñeco...!!

Hasta que en un momento, y muy lentamente, lo metió en su boca y comenzó a saborearlo... y recién entonces... cuando se recostó en 69 para estar más cerca y más cómodo... me dejó que yo hiciera también mi parte.

Y si él se caracterizó por hacerlo todo lentamente... yo sentí que tenía que apretar y que morder...

No fui suave con él, es cierto. Estaba sumamente excitado... Quería ACABAR!! Y él me estaba haciendo gozar!!

Y retuve mi ritmo... y mientras le bombeaba la boca... le chupé su poronga con entusiasmo, con gozo, con alegría....

Tenía mi cuerpo partido en dos... y las dos partes se conectaban en explosiones de placer: mi pija, que él succionaba con maestría... y mi boca que era la cavidad que yo podía manejar para darle placer a él.

Y explotamos los dos... Fue magnífico. Fue brutal. Fue ... sin palabras.

Y en la pequeña camilla... nos quedamos los dos, en 69, tomando la verga y los huevos del otro como regazo para apoyar la cabeza y recobrar la respiración

edyargentina@latinmail.com