En el cuarto oscuro
Relato escrito por mi esposa de como se lo pasó en el cuarto oscuro de un local.
EN EL CUARTO OSCURO
Esta aventura lo relatará mi esposa, pues es ella quien la ha tenido. De la misma forma que me lo contó, así lo he escrito.
Desde nuestra ultima aventura, han pasado aproximadamente dos meses y medio. Durante este tiempo hemos viajado por toda España, visitando lugares o conociendo ciudades que no conocíamos. Así mismo, hemos pasado, tranquilamente y descansando, las vacaciones estivales en una playa del norte de nuestro país.
De nuevo estamos en nuestra casa y con las labores diarias de nuestros respectivos trabajos.
Desde que estuvimos en el pub XEOR y Yolanda me dijo que debía probar a meterme en un cuarto oscuro de algún local especial, me ronda por la cabeza el poder hacerlo. Pero no sé como decírselo a Juan o que me contestará. Llevo todas las vacaciones pensando en ello, e incluso he llegado a excitarme. He soñado como entraba en esa habitación y estaba rodeada de hombres y mujeres ansiosos de sexo. Pensaba que es lo que podría hacer cuando estuviera en su interior. He llegado a masturbarme imaginando lo que podría ser ese lugar. He llamado a Yolanda para que me cuente como es ese lugar y donde puedo encontrar uno. Después de lo que me ha dicho, mi ansiedad por meterme en "la boca del lobo" se ha ido acrecentando.
Hoy estoy dispuesta a contárselo a Juan y proponerle que me lleve a un sitio de esos. Para ello, me he preparado convenientemente. Sé que está a punto de venir y me he puesto un negligé transparente sin nada debajo. Lo llamo por el móvil para excitarlo:
Juan, ¿estas ahí?. Necesito que vengas lo antes posible, pues tengo un quemazón entre las piernas que no puedo esperar mucho. Lo tengo totalmente empapado y me estoy frotando para que no se me baje esta deliciosa calentura. Si tardas un poco me voy a hacer una paja extraordinaria y no vas a meter tu espléndida polla en mi coño chorreante. El clítoris se va a salir de su ubicación y los labios están tan gordos que van a estallar.
Joder Chelo, como eres, me has puesto en un segundo a mil. Me voy ahora mismo para casa. Pero no dejes de frotarte que te voy a comer tu chocho y absorber tus flujos antes de follarte.
Y en menos de diez minutos ya estaba Juan comiéndome la almeja y follandome extraordinariamente bien. Antes de correrse, le he dicho:
Juan, llevo todo este tiempo cachondisima. Tengo muchas ganas de que me la metan por todos mis agujeros. De comerme coños y pollas. De tragar leche. De que me follen y me den por culo. De correrme infinitas veces.
Si amor, todo eso lo tendrás y todo lo que tu quieras. Deseo hacerte feliz y que seas dichosa.
En ese momento recibí una embestida larga y profunda de su polla llenando el interior de mi vagina con su esperma.
Cariño, eso que te he comentado antes, es que llevo pesando, desde que estuvimos con Yolanda, Emilio y Freddy, el que vayamos a un cuarto oscuro.
Pero Chelo, sabes que en esos sitios lo mismo te dan que das. De igual forma no ves a quien se lo haces. Y sabes perfectamente que a mi no me gusta que me den por culo, pues ya me conoces que yo no soy bisexual. No quiero decir con eso de que tú no vayas. Si tu deseo es meterte en una habitación oscura yo te acompaño al local y tu te metes.
Esa contestación me lleno de alegría y cariño hacia mi esposo. Le abracé profundamente y le di un sonoro beso.
Pues ya sé el lugar para ir. Si quieres mañana mismo nos pasamos por allí.
No pude dormir esa noche pensando lo que me podría pasar al día siguiente. Durante toda la noche sentí como me ardía el sexo y como se llenaba, este, de flujo. A la mañana siguiente después de una buena comida y de una placentera siesta me dispuse a prepararme para mi gran noche de placer. Estaba nerviosa y al mismo tiempo excitada. Tenia un nudo en el estomago y un placentero cosquilleo en la parte superior de mi vagina. Entré en la ducha y froté todo mi cuerpo con gel perfumado (sobretodo mis partes intimas). Con unas tijeras pequeñas me fui recortando los vellos pubicos (no lo tengo totalmente afeitado sino que por encima de la vagina llevo una línea bien perfilada de pelos recortados y a los lados de los labios vaginales desprovistos de ellos). Me cambio una y mil veces de bragas, esta por que son grandes, esta por que son pequeñas, esta por que no hace juego con el vestido, etc. Voy a Juan me subo el vestido y enseñándole las bragas le pregunto si me caen bien, el me responde que estoy fantástica con ellas y mejor aun sin ellas. Al fina me decido por un vestido completo de generoso escote, de color azul claro, no me pongo sujetador y unas bragas pequeñas, ajustadas, transparentes y del mismo color del vestido. Me pinto los ojos y los labios (estos últimos con un carmín rojo fuerte), me miro al espejo y me veo excitante. Juan también me lo hace saber:
Coño Chelo como vas. Estas como para echarte mas de un polvo.
Para eso me he puesto así. Para que esta noche tenga todas las pollas que pueda conmigo.
Tomamos nuestro coche y le voy indicando hacia el lugar que debe ir. Está en las afueras de la ciudad a unos 20 km. Cuando llegamos observamos un gran cartel iluminado anunciando dicho lugar. Aparcamos y nos dirigimos a la puerta de entrada. Al entrar y ver el local me cojo del brazo de mi marido. Es muy grande con luces de diferentes colores e intensidades. En el centro muchas mesas casi llenas de hombres y mujeres. A la izquierda y al final, una pista de baile pequeña. A la derecha, y bien visible, una tarima alta donde dos mujeres están haciendo un espectáculo lésbico para que el público pueda contemplarlo. Nos llevan hacia una mesa vacía, en el centro del local y pedimos unas bebidas. Una visión rápida a mi entorno y veo que en la mesa de al lado hay una pareja bien vestida y con apariencia agradable, un poco mas adelante tres hombres hablan y se ríen, en otra mesa dos chicos jóvenes charlan animadamente con una mujer bastante mayor que ellos, un poco mas a la derecha hay tres parejas contemplando el espectáculo, a su lado dos hombres cogidos de la mano miran a su alrededor. Mi imaginación empieza a maquinar situaciones excitantes con las personas que nos rodean y mi vagina empieza a inundarse de humedad placentera. Juan que se da cuenta de mi grado de calentura interviene para excitarme aun mas. Con su brazo derecho me rodea por los hombros y con la izquierda, parsimoniosamente, me abre las piernas. Yo me dejo hacer. Me sube un poco mas el vestido hasta dejarlo por medio muslo. Su mano recorre lentamente el interior de mi pierna pero no llega hasta el final.
Mira que eres hijo puta. Me estas poniendo a rabiar.
Veo como la gente de nuestro alrededor miran lo que me está haciendo Juan y la cara de deseo y desesperación que debo tener. Una chica uniformada nos trae las bebidas. Mientras nos coloca los vasos le pregunto:
¿Dónde se encuentra la habitación oscura?
Por aquel pasillo que hay a la izquierda de la pista donde se desarrolla el espectáculo. En medio de ese pasillo hay una puerta y ese es el lugar.
¿Y cuando es mejor para entrar en él?
Dentro de una hora, mas o menos, es cuando la gente suele ir.
Mientras mi esposo paga las consumiciones, miro con insistencia el pasillo que me ha dicho.
Juan continua con su mano metida entre mis piernas y llegaba hasta mis bragas totalmente empapadas. Pasados unos 15 minutos veo como la pareja de hombres se dirige por el pasillo al cuarto de mis deseos. Me revuelvo en el asiento. Me desespero. Deseo que el tiempo pase mas deprisa. Observo como una pareja entra por el pasillo en dirección a la dichosa habitación y a continuación la mujer mayor con los jóvenes se disponen a entrar. Abro y cierro las piernas con ansiedad y desesperación. Sin poder contenerme hago intención de levantarme pero mi pareja me detiene. Lo miro con rabia y él me sonríe. Veo como los tres hombres de la mesa de al lado se encaminan hacia allí. Y una mujer sola entra también. Acerco mi boca al oído de Juan y le digo:
Esa guarra mayor, como se tiene que estar poniendo con los dos jovencitos. Me encantaría que uno me follara, me abriría tanto de piernas que me metería hasta sus huevos. Ya no aguanto mas. Me voy a realizar mi sueño. Pero antes debo pedirte un favor, cuando me levante limpia el asiento pues debe estar chorreando de los flujos que he echado por el coño.
Y sin decir nada mas me encaminé hacia el maravilloso pasillo. Llegué a la puerta y sin miramientos me metí por ella. Había un hall pequeño semioscuro para poder dejar toda la ropa. La recogió un joven amable y la deposito en un bolsa. Me preguntó:
¿Qué nombre le pongo?
Chelo. Le respondí.
Y me fui directa hacia una nueva puerta tapada por cortinas muy gruesas. Cuando la traspasé me quedé totalmente ciega. No veía nada, absolutamente nada. Solo oía jadeos, susurros, palabras entrecortadas, suspiros, algún grito pequeño de placer. Me entró temor o no sé. Pero tuve la intención de retroceder y salir. Entonces mi mano se dirigió hasta mi coño y empecé a tocarlo. Sentí como mis labios vaginales estaban hinchados y humedecidos. Eso me hizo cambiar de parecer.
Con los brazos extendidos y medio agachada, fui avanzando hacia los ruidos. Tropecé con unos pies y caí sobre un bulto. Supongo que sobre un señor que estaba follando pues las arremetidas con los riñones eran los típicos del joder. Restregué mi vulva y mis tetas sobre aquel cuerpo. Noté como mi vagina iba al compás del culo sobre el que estaba. Mis manos se apoyaron sobre su cabeza y las baje hasta rozar la cara de la persona que estaba debajo. Al cabo de un instante me separé de ellos y de rodillas me fui hacia mi derecha. Entonces el hombre que había tenido abajo me agarró por las caderas y de un sopetón me metió su dura herramienta. Noté un dolor agridulce al sentir el falo dentro de mí. Pero al momento empecé a mover mis caderas haciendo círculos con ella para sentir mas placer. Y oí en mis oídos: "Joder puta que bien follas". Eso hizo que acelerara mas mis movimientos. El movía igualmente su polla mas rápido en el mete-saca. Ya estaba a punto de correrme y gritar de placer cuando aquel cabron me la sacó. Tenia el chocho echo agua, necesitaba una polla dentro de mi coño, no aguantaba mas. Estiré la mano y acerté a tocar una formidable verga. Supongo que la de uno de los jovenzuelos. Me tumbé al lado y estiré dulcemente la polla hacia mí. Me abrí totalmente de piernas y puse la cabeza del miembro en las puertas de mi vagina. Noté que la persona se movía torpemente, pero al momento me di cuenta que por el culo tenia insertado una tranca y no deseaba desprenderse de aquello.
Pero, al fin, me metió toda su polla en mi ansioso coño. Con mis piernas intente aprisionar a los dos hombres, por sus caderas, pues era inmenso el placer que sentia cada vez que el de arriba daba una sacudida, ya que el que me estaba follando metía con mas furor su polla dentro de mí. Cada sacudida me hacían ver las estrellas. Grité de placer cuando me llegó el orgasmo (una corrida descomunal) y casi al mismo tiempo se corrieron los dos hombres. Uno me inundó el interior de mi caverna saliéndose la leche por los resquicios de mi dilatada vulva y su polla, mezclándose con el semen del que estaba en todo lo alto al salirse del ano de mi follador. Me quedé un momento tumbada en el suelo, pero al segundo noté una mano que me magreaba las tetas dirijiendola a continuación al mi extenuado sexo. Tocó los labios vaginales llenos de semen, con un dedo hizo círculos sobre mi clítoris y empezó a meter dos dedos en mi cueva. Comencé a tomar de nuevo temperatura calenturienta. Me aproximé a la persona que me estaba pajeando tan bien y le ofrecí mis labios. Nos besamos ardientemente, metiendo la lengua en su boca y pasándola por todo el interior de ella, igualmente hizo conmigo. Mis manos se aproximaron a la persona que tenia al lado y tropecé con unas fantásticas tetas. Mis dedos se fueron hasta los pezones y los pellizqué hasta sentirlos tiesos y duros. Me puse de rodillas, de nuevo, y con mi boca fui hacia donde suponía estaba su sexo. Cuando lo encontré le hice una mamada de ensueño, le chupaba el interior, le lamía los exteriores, le mordía el clítoris, le metía la lengua dentro. Y en ese momento alguien vino por detrás mío y congiendome por las caderas llevo un dedo hasta mi culo. Sentí como se echaba saliva en el dedo y lo metía por mi orificio para agrandarlo. Dejé un momento de lamer y volviéndome le dije:
- Si quieres follarme por el culo búscate otro para que me la meta por el chocho.
Al instante tenia otro que se había metido debajo de mi e intentaba meterme su formidable estaca. Le cogí la polla y me la puse cerca de mi vagina. Me abrí los labios y me fui metiendo su pene hasta enterrarlo en mi interior. Le toqué los huevos y eran de buen tamaño. Agaché la cabeza y continúe con la comida de coño que había dejado. Mientras, el que estaba detrás mío, ya tenia su glande en las puertas de mi culo haciendo intentos de metérmelo. Yo comía, lamía, chupaba, mordisqueaba como una posesa aquel coño. El de abajo ya me daba sacudidas de follarme. Y el de atrás tenia media polla en el interior de mi culo. El placer que sentía era extraordinario. De golpe, el de atrás, me la metió de un empujón. Al principio sentí un calambre en mi culo, pero conforme iba moviéndose el placer era cada vez mayor.
No sabia que hacer mas. Y con mi mano derecha escudriñe la oscuridad hasta encontrar otra polla. La cogí, la estruje, la masturbé, la traje hacia mi boca y la engullí hasta dentro. Tenia todo lo que podía soñar. Un coño para saborearlo, una polla para tragármela, otra en mi coño y la ultima en mi culo. Todos bombeando en mi interior. Hubo un momento que creía que me iban a destrozar de las embestidas tan fuertes que me daban. Al que se la chupaba me había cogido de la cabeza y metía con tanta fuerza su polla en mi boca que me hizo dar alguna bocanada pues su pene había llegado hasta mi campanilla. Notaba como los labios del coño se iban haciendo cada vez mas grandes y anchos, de igual forma como mi ojete ya había dilatado una barbaridad y el que me daba por el culo metía y sacaba con endiablada velocidad su extraordinario pollon. En un momento noté como, al que se la estaba mamando, empezó a soltar esperma dentro de mi boca. Yo tragaba todo lo que podía y lo sobrante se derramaba por mi cara y por mis pechos. Al instante el del culo se corrió llenando mi interior de leche caliente. Antes de poder respirar ya tenia otro ocupándose de mi ano y otra polla en mi boca.
El que tenia debajo de mí, había dejado su sitio a otro tío, follandome con mas fuerza que el anterior. Así estuve no sé cuanto tiempo, ni cuantos penes pasaron por mí. Cuando uno se cansaba o se corría otro pasaba a ocupar su sitio. No puedo calcular los orgasmos que tuve, fueron infinitos. Lo único que sé es que estaba reventada, dolorida, agotada y sobretodo inundada de semen, por dentro de mi cuerpo y por fuera de él. Tenia leche en mi boca , en mi estomago, en mi vagina, en mi culo, en mi cara, en mis tetas, en todo mi ser. Mi cuerpo ya no aguantaba mas. Así que reptando me encaminé hacia la salida. Antes de traspasar la puerta me senté en el suelo para limpiarme, un poco, con mis manos la cara y el pecho de la leche que llevaba. Y noté como por mis dos orificios inferiores seguían manando esperma. Salí al pequeño hall y el conserje me indicó:
Si lo desea puede darse una ducha en la puerta de al lado.
Recogí mi ropa y me encaminé hacia ese lugar. Me puse debajo del chorro de agua y me quedé completamente quieta, exhausta. Al cabo de unos minutos me arreglé y fui a encontrarme con mi esposo. Este, estaba charlando con otras dos parejas. Al imaginarse la paliza de sexo que había recibido me dijo:
Cariño cuando tú desees nos vamos para casa.
Cogí su vaso y me tome de sopetón toda la bebida que tenia en su interior. Y le contesté:
Pues vamonos que necesito descansar varios días, ya que con lo que he recibido estaré satisfecha para bastante tiempo. Eso sí, lo recordaré siempre.
Y nos fuimos para nuestra casa.