En el coche - por Locutus

Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.

No había otra opción y tuvimos que irnos los seis en el coche.

A pesar de llevar unas cuantas copas encima fue lo bastante agudo como para hacer que no tuviese otro lugar donde sentarme que encima suya.

Pero para qué quejarme si eso era lo que deseaba desde pequeña, aquello fue lo que estuve provocando durante toda la fiesta; el estar tan cerca de él. Y él sabía mi deseo.

De los altavoces empezó a escucharse música de moda. Noté como sus caderas se movían debajo de mí haciendo que todo su pene acariciase mi culo.

Giré mi cabecita y le dediqué una mirada que le invitó a poner su mano en mi rodilla. Se la agarré y la fui deslizando suavemente por debajo de mi vestido hasta llegar a mi coñito. Quería que sintiese el calor y la humedad que provocaba en mí su cuerpo.

Fui notando como aquella carne objeto de mi deseo iba creciendo y poniéndose cada vez mas dura. Se me clavaba en las nalgas.

Como buenamente pude me di la vuelta y me coloqué encima de él con mi piernas totalmente abiertas para que su sexo y el mío estuviesen en total contacto. Ardía por dentro.

Mi boquita fue directa a su cuello, quería lamerlo, quería morderlo. Sus manos en mi culo, sobándolo

Ahora fui yo la que comenzó a mover las caderas tan sensualmente como pude para hacerle saber que aquella niñita locamente enamorada de él ahora era la mujer que dentro de unos minutos al llegar a casa podía ofrecerle el templo donde disfrutaría de un salvaje e intenso placer.

Pero no iba a ser así. Le haría sufrir, le haría desearme, le haría obsesionarse conmigo para que viniese a mi ofreciéndome todo su cuerpo y poderlo hacer el esclavo de mis fantasías.