En el cine

Una mamada en algún lugar publico, fantasía que muchos compartimos por lo que sin pensarlo mucho le propuse hacerla realidad.

Hola chicos, mi nombre es Fabiola (es mi nombre real, el nombre de cualquier otro personaje será ficticio por obvias razones) tengo 20 años, soy de la ciudad de Irapuato Guanajuato, México, mido 1 60 de estatura, soy de tez blanca, cabello negro hasta los hombros, mis ojos son de color verde herencia de mi madre, soy delgada y mis medidas no son las de una supermodelo pero no me quejo, debo señalar que nunca e sido la mas bella de mis amigas ni de mi escuela pero por comentarios de amigos y compañeros puedo decir que e sido la fantasía de mas de uno, espero hayan leído alguno de mis relatos y les haya gustado. La siguiente historia es acerca del cumplimiento de una fantasía que todos hemos tenido, y que por suerte pude cumplir con mi novio, espero les guste.

Todo sucedió en el cine mas concurrido de la ciudad, como ya se estaba haciendo costumbre los sábados por la noche salía con mi novio al cine ya no importaba que película estuviera en cartelera solo nos importaba salir y pasar el rato, (para quien conoce la ciudad sabrá que no ay muchas cosas interesantes aquí), por semanas estuvimos planeando algo para cambiar esa rutina, Manuel mi novio, me había platicado que una de sus tantas fantasías era el que le hicieran una mamada en algún lugar publico, fantasía que muchos compartimos por lo que sin pensarlo mucho le propuse hacerla realidad.

Tal ocasión tenia que ser algo especial y no como las ocasiones anteriores, así que para ese día decidí vestirme lo mas sexy posible, una blusa tipo ombliguera color roja que dejaba al descubierto mi vientre, decidí no llevar bra para mayor comodidad por lo que no pude evitar que un par de puntitas marcaran la ubicación de mis pezones, llevaba una falda negra muy, muy corta, de las que yo llamo cinturón porque cubren poco más, la falda resaltaba mis hermosas piernas las cuales no son ni gruesas ni demasiado delgadas, perfectamente depiladas por supuesto, opte por una tanguita color negra semitransparente y por unas zapatillas con tacón mediano de aguja color negras que hacían ver mis piernas mas largas y mucho mas sexys, el cabello lo traía suelto como de costumbre totalmente lacio que cubría en algo mis hombros, una vez lista solo me cubrí con un suéter que me tapaba hasta mis rodillas por lo que cuando Manuel paso a recogerme a la hora acordada no pudo apreciar lo que traía puesto, ya que quería que fuera sorpresa. Como era costumbre la plaza estaba a reventar y en el cine unas filas enormes para comprar los boletos, la noche no era muy fría pero ya se imaginaran dentro de la plaza el calor que hacia, teníamos mas de media hora y teníamos que formarnos para comprar los boletos, por lo que no pude aguantar mas y decidí quitarme el enorme suéter que traía puesto, de inmediato todas las miradas de chavos y mayores voltearon hacia mi como abejas sobre la miel, a Manuel se le salían los ojos tomándome de la cintura y acercándose a mi oreja solo pudo decir "gracias" a lo que le conteste, "espera que aun no te as ganado nada".

De repente comenzó a apretarse la cola al abrirse las salas, y me encontré a centímetros delante de mi novio. Mi esfuerzo por aguantar los empujones y esquivar las miradas de cuanto tipo se encontraba en la plaza era lo único que me separaba de abalanzarme sobre Manuel, e incluso un par de veces sentía como me tocaba la falda y mi culito con su entrepierna, pude notar como su pene acabó de despertar en ese momento, lo que me permitió disfrutar el momento y sentirme como lo que parecía una putita caliente, no sabia que me excitaba mas, el saber que ponía a 1000 a mi novio, o que las decenas de hombres que me miraba desearan cogerme ay mismo.

Por fin pudimos comprar los boletos, entramos a la sala buscamos los asientos de la fila alta, la sala estaba casi sola ya que se trataba de una película poco comercial y con algunos días ya en cartelera, a un par de filas de la nuestra había una pareja el la esquina opuesta (posiblemente buscaban lo mismo que nosotros),por lo demás teníamos campo abierto para trabajar todo marchaba a la perfección.

Se apagaron las luces y, pasaron los clásicos anuncios previos, comenzó la película, poco duró mi atención pues de repente noté una mano en mis piernas acariciándolas, subiendo poco a poco hasta mi vagina que ya estaba totalmente mojadita, hizo a un lado mi tanguita llena de mis jugos los que probo ya de por sí estaba bastante excitado sin poder decir ni hacer nada, con la otra mano le baje la cremallera del pantalón, metí mi mano para sacársela y comenzar a masturbarla. No podía creer lo que estaba haciendo: mi novio sentado a mi lado en una sala del cine con su verga totalmente dura, sin pensarlo me incline sobre su brazo hasta alcanzarlo y abrazar su miembro con mis labios, mientras que con una de sus manos seguia acariciando mi vagina. Quería que aquella escena durara por horas, pero en semejante situación terminamos dejándonos llevar por la calentura, Manuel llevo su mano izquierda a mi cabeza para notar como subía y bajaba mientras se la chupaba como una bomba de succión. Su mano derecha no perdió el tiempo, comenzó a masajearme el pecho, haciendo a un lado el top que traía para así poder pellizcar mis pezones, que iban poniéndose cada vez más duros. Abandono mi cabeza para acariciar mis senos con las dos manos, hasta que trate de arrodillarme en el asiento para estar más cómoda. Afortunadamente esta las filas de abajo estaban casi vacías, pues sino el espectáculo sería para que nos hicieran coro y tocaran palmas. Mi nueva posición me permitió desabrocharle los pantalones y bajárselos junto al bóxer para liberarle del todo su rica verga. Con mis dedos acariciaba sus testículos y de vez en cuando se los apretaba como si quisiera exprimirlos. En medio del éxtasis en el que lo tenia con mis labios y mis dedos, me levanto la falda hasta la cintura, descubriendo mi tanguita de color negra que rápidamente me bajo hasta los tobillos e incluso me las quito y guardo en su pantalón. Ya descubierta comenzó a acariciarme entre las piernas, primero mi culito y, al separar completamente mis piernas, mi vagina. Yo me daba cuenta de que, tan excitado como estaba Manuel y con el trabajo que le hacía chupando, lamiendo, acariciando y estrujando; no iba a durar mucho, por lo que le pedí que me hiciera lo mismo. Comenzó a acariciarme el clítoris, amarrándolo con dos dedos y masturbándolo como si fuera un pene, mientras introducía su pulgar en mi ya muy húmedo agujero delantero y el dedo índice, con mucho cuidado y buenas dosis de saliva, en mi culito. Muy pronto hizo estremecer mis caderas, momento que aprovechamos ambos para acelerar nuestros ritmos respectivos. Un abundante y cálido chorro salió de mi interior, empapando completamente su mano, y poco después quede casi inmóvil, sin fuerza. Al notarme sin fuerzas Manuel, no queriendo quedarse a medias, me levanto con sus brazos y, poniéndome sentada sobre sus piernas de espaldas a el, me penetro por mi vagina y, amarrándome por los pechos, comenzó a moverme arriba y abajo. Con lo que ya le había hecho y la calentura que llevaba, mi estrechísimo conducto fue demasiado para su pene, a los pocos minutos de haberme penetrado mi agujero no pudo resistirse más y exploto dentro de mi interior. Se vació completamente, nunca le había visto una corrida tan abundante. Tras vestirnos y colocarme de nuevo en mi asiento casi en estado de shock, terminamos de ver la película, y nos dirigimos a casa, claro sin dejar de hacer notar la cara de satisfacción con la que salimos del cine aquella noche.