En el cine

Como puede dar de si una tarde de cine

Después de muchos intentos frustrados al final logramos organizarnos para pasar juntos un día completo, tu pareja estaba de viaje y la mía no volvería hasta el día siguiente, el plan era sencillo: por la mañana playa y bocadillos y por la tarde unas copas y cine.

El plan prometía, hacia un día precioso y la cala que habíamos elegido estaba completamente vacía….como siempre cada uno llevaba sus propias ideas en la cabeza: yo tenía muy claro lo que deseaba, deseaba seducirte, quitarte ese pequeño bikini que estaba seguro de que  llevarías y disfrutar de tu cuerpo durante horas tendidos entre la arena y el mar. Tú te morías de ganas por hacer lo mismo pero los malditos remordimientos no te dejaban hacerlo, querías que te sedujera, pero no podías dejar que te tocara, querías que te arrancara el bikini, pero no querías pensarlo, querías quitarme el bañador, pero no podías permitirte el soñarlo….

La verdad es que a pesar de todos nuestros deseos insatisfechos  el día fue transcurriendo de la mejor forma posible, el mar estaba precioso y el sol lo inundaba todo, baños, paseos y mucho tonteo… por más que yo intentara disimularlo mi cuerpo me traicionaba y cada vez que te acercabas a mí se notaba claramente lo que sentía y lo que deseaba, tu sonreías pícaramente como si no te dieras cuenta haciéndote la despistada y mirando hacia otro lado, pero te encantaba rozarme y hacer que mi deseo se multiplicara por cien. Con la excusa de jugar, de darnos crema, de tirarnos agua, estábamos en permanente contacto tocándonos cada vez que podíamos: era un juego con el que queríamos apagar un poco el deseo y lo único que conseguíamos  era inflamarlo cada vez más…. Una mirada a mi bañador fue suficiente para que te dieras cuenta que yo ya estaba al límite, querías jugar no hacerme sufrir así que después de unos cuantos chapoteos más nos salimos a las toallas y comimos tranquilamente dejando que el deseo se apagara un poco

Nos echamos una siesta de esas que solo puedes tener en la playa un día de verano, nuestras manos se entrelazaban de tarde en tarde y los dos, haciéndonos los dormidos, nos lanzábamos de vez en cuando alguna que otra caricia, me volvía loco mirar la braguita de tu bikini marcada sobre tu cuerpo, mis ojos bajaban una y otra vez hasta allí como queriendo acariciarte, tú con los ojos entrecerrados notabas como te miraba y siguiendo el juego movías tu cuerpo para que pudiera ver como la tela húmeda dibujaba mi deseo: era una tortura deliciosa….

Después de otro largo baño nos dimos cuenta de que la hora se nos echaba encima y de que todavía queríamos tomarnos unas copas… cogimos el coche y rumbo a la ciudad.

La terraza estaba preciosa dando al mar y nos cogía muy cerca de los cines…. Con la pena de no haber podido hacer mis deseos realidad, recogimos todas las cosas y nos fuimos para allá dispuestos a tomarnos esas copas.

Lejos de tranquilizar nuestra sed, los gin tonic lo único que consiguieron fue darnos ese punto de atrevimiento que nos faltaba.

Tu no parabas de jugar conmigo como tanto te gusta cuando hay gente delante y sabes que todo va a seguir bajo control aunque yo por dentro este descontrolado, el alcohol te había dado el valor suficiente para iniciar un nuevo juego y ponerme de nuevo al límite….Empezaste por rozarme ligeramente con tu pie descalzo, apenas un roce, dos, tres, para luego ir deslizándolo lentamente por mi pierna, nadie nos miraba pero cualquiera que se volviese podía adivinar la escena que se desarrollaba bajo la mesa, eso te excitaba todavía más y te hacia cada vez más y más atrevida: tu primera exploración te llevo solo hasta el borde del bañador, mis ojos y mi cara eran un poema, eso te hizo avanzar otro poco….me quería morir, deslice mi mano para agarrar tu pie pero ese era tu juego y no ibas a consentir que te lo estropease, retrocediste de nuevo hasta los tobillos para ir ascendiendo de nuevo por toda la pierna, esta vez traspasaste la línea del bañador, me mirabas fijamente para adivinar qué es lo que sentía y por si se me ocurría intentar volver a dirigirte, no pensabas llegar hasta el final pero mis contorsiones, mi deseo, el tuyo y el alcohol que ya hacía su efecto hicieron el resto: en un momento sentí como los dedos de tus pies me acariciaban por encima del bañador, estaba muy excitado y eso hacía muy sencillo que tus dedos se deslizaran arriba y abajo… creía morir de placer sintiendo tu pie sobre mí y tus ojos posados en los míos, solo ellos demostraban el fuego que te consumía, el resto de tu cuerpo excepto tu pie parecía sufrir una completa indiferencia hacia lo que estaba pasando. Sabiendo que si te tocaba el juego se acabaría me limitaba a dejarte hacer mientras me esforzaba porque ningún gemido saliera de mi boca….

La maldita camarera eligió ese preciso momento para venir a dejar la cuenta encima de la mesa y con un sencillo “chicos aquí os dejo la nota” destrozó con una sola frase todo ese juego que habíamos empezado. La maldije para mis adentros y tratando de serenarme un poco me levante a buscar la cartera.

Tu mientras aprovechaste para entrar en el baño para cambiarte de ropa, entonces te diste cuenta de un problema inesperado: contabas con que el bikini se secara del todo para la hora del cine pero para tu sorpresa todavía estaba completamente húmedo, el pareo que te habías puesto para ir a la terraza había impedido que le diera el sol a la braguita y esta no se había secado. Mirabas la braguita y mirabas la falda blanca que habías traído para ir al cine sin saber muy bien que hacer, poco a poco una sonrisa se fue dibujando en tu boca, con un movimiento te deslizaste las braguitas hasta los tobillos y haciéndolas un ovillo las guardaste en tu bolsa, la falda se transparentaba por algunos sitios pero no dejaba adivinar que no llevabas nada debajo, por tu cabeza pasaban mil imágenes a toda velocidad y el alcohol y el deseo se entremezclaban para hacer que esa sonrisa que había sido fugaz en tus labios brillara triunfal en tus ojos.

Yo te esperaba al lado del coche con el bañador recién cambiado por unos pantalones cortos secos  y te vi venir absolutamente resplandeciente y con una sonrisa tremendamente erótica bailando en tus ojos, notaba que algo pasaba pero no podía adivinar el que…

Llegando al cine fue a mí al que le tocó sonreír maliciosamente: no sabías la película que había elegido para ver y esta iba a ser mi pequeña venganza por todos tus juegos. Por primera vez a ese cine  le había dado por ser original y habían tenido la idea de hacer un ciclo sobre el cine erótico español, en líneas generales era bastante patético pero había dos películas que eran bastante fuertes: “Lucia y el sexo” y “Las edades de Lulú”. De la segunda recordaba algunas escenas realmente eróticas y excitantes y pensé que sería un final genial para un día tan….especial.

Cuando llegamos y saqué las entradas los dos sonreíamos ensimismados en nuestros propios sueños: yo en la película que íbamos a ver y tú en el secreto que se escondía bajo tu falda…

Al sentarnos en el cine descubrí porque la programación estaba plagada de grandes estrenos y de películas americanas: ni siquiera con el reclamo del sexo lograban que la gente se animara a ver cine español, es cierto que era una sesión de media tarde pero en todo el cine solo estábamos nosotros y otra pareja y eso, en la sala más grande de todas las que había, era como estar completamente solos.

La curiosidad me llevo a mirar detenidamente a la otra pareja, ella era mona, alta y muy morena de piel, pelo color castaño y unas buenas proporciones, pero el que me llamó realmente la atención fue el chico, la verdad es que era impresionantemente atractivo, alto, muy guapo de cara y con un cuerpo de escándalo: llevaba unas bermudas azules y un polo celeste de corte ceñido y la verdad es que todo le sentaba de miedo, la ropa ajustada dejaba adivinar un cuerpo de gimnasio tostado por el sol.

Aunque la idea de ver la película a mi lado te había hecho estar alejada de todo, la visión de la pareja también despertó en ti la curiosidad, examinaste al chico con ojo crítico y también a ti te pareció un chico muy atractivo…sin un porque, la mezcla del alcohol, la idea de la película, el día de locos que llevábamos, el chico escultural, el tenerme a mí a tu lado y sobre todo, el pequeño secreto que había, o mejor dicho, que no había entre tus piernas, hizo que te sintieras tremendamente excitada….

Después de organizarnos con las coca colas y las palomitas  y  de unos pocos tráilers comenzó la película…

Tus nervios iban en aumento y con cada escena tu excitación subía de nivel, lo que verdaderamente deseabas era pasar la mano por debajo de la falda y acariciarte para aliviar un poco este momento tan erótico que estabas sintiendo, no querías perder la cabeza pero sentías que ese momento cada vez estaba más cerca… Una mirada te bastó para descubrir que yo estaba igual que tú, mi excitación se marcaba claramente en el pantalón como antes se había marcado en el bañador, tu cabeza no dejaba de darle vueltas a una idea “¿llevará ropa interior o tampoco llevará nada debajo?”, la forma no dejaba adivinar nada pero estabas como hipnotizada mirando cada vez que podías y eso no hacía otra cosa que calentarte aún más…

Nuestros ojos coincidían en cada escena de sexo y parecían pedirle ayuda al otro para solucionar esta tortura, nuestras manos se chocaban y se acariciaban nerviosas cada vez que cogíamos palomitas como en aquella primera película que vimos juntos en ese mismo cine, cada roce era como un latigazo de dolor que lejos de calmarnos empeoraba todo mucho más….

En una de tus miradas te diste cuenta de que con mi mano libre intentaba recolocar mi pantalón de forma que no se notara tanto mi estado, el verlo hizo que no pudieras aguantar más la situación y  fuiste bajando lentamente la tuya hasta colocarla justo encima de tu falda, un pequeño diablillo te susurraba que no estabas haciendo nada malo, y los Gin Tonics habían ahogado literalmente al angelillo bueno que te hacía mantener la cordura… querías jugar y lo peor es que sabias como hacerlo: sin dejar de mirarme tus dedos empezaron a jugar por encima de tu falda acariciándote muy despacio, en la semioscuridad los veía moverse y pensaba que jamás en toda mi vida había visto nada tan erótico , en un arranque de valor decidí imitarte y bajé mi mano decididamente para hacer exactamente lo mismo que tú estabas haciendo; mis dedos acariciaron mi erección, y deslice una y otra vez la mano poniéndola aún más firme, tus ojos querían penetrar la oscuridad para ver todo lo que estaba sucediendo y las escenas con más luz arrojaban una visión de nosotros moviendo nuestros dedos y nuestras manos al compás en un baile erótico que nos estaba llevando más allá del deseo.

Pensé que habíamos llegado demasiado lejos como para parar y que si tu habías dado el primer paso a mí me tocaba dar el siguiente, con un rápido movimiento bajé mi cremallera haciendo el mayor ruido posible: quería que supieras lo que estaba haciendo, deslice mi mano dentro del pantalón y a través de la abertura de mi ropa interior empecé a acariciarme muy lentamente. A estas alturas el calor era sofocante y los dos sentíamos que algo iba a estallar dentro de nosotros, si queríamos seguir adelante en este juego sabias que el siguiente paso lo tenías que dar tú, lo deseabas intensamente pero tenías un “pequeño” problema: el no llevar braguitas había sido una novedad súper excitante, ahora suponía un contratiempo, deseabas acariciarte, es más, deseabas con locura que yo te viera acariciarte, en cualquier otro momento hubieras deslizado tu mano por debajo de las braguitas y te hubieras acariciado sin ningún problema pero ahora…al ver mi mano subiendo y bajando sin descanso el deseo pudo contigo y muy despacio fuiste subiendo tu falda hasta dejarla enrollada a la altura de tu cintura, entonces tus dedos acariciaron tu humedad y emitiste un gemido de placer, pasados los primeros instantes de vergüenza y vencida ya por el deseo me miraste a los ojos expresando claramente lo que querías…otro paso más: me tocaba mover a mi…

Con un movimiento de mi mano agrandé la abertura del pantalón y con otro logre sacarla fuera, a pesar de la penumbra todos nuestros movimientos se podían entrever y cuando lograste distinguir que yo la tenía entre mis dedos, un nuevo suspiro se escapó de tus labios….nuestras miradas se encontraron y nuestros movimientos se fueron acompasando, era mágico ver como tus dedos se movían al mismo compas que mi mano subía y bajaba.

Nuestros orgasmos estaban muy cerca…

Y de repente sucedió, no habían pasado ni tres cuartas partes de la película y por supuesto nosotros nos habíamos olvidado por completo de nuestros compañeros de sala. A pesar de lo inmensa que era esta, se habían puesto tan solo una fila por detrás de nosotros unas butacas a mi izquierda. Incluso con la música de la película sonando por los altavoces pudimos oír perfectamente un tremendo bofetón, los dos nos giramos al mismo tiempo para ver como la chica con un enfado monumental y colocándose furiosamente la ropa cogía su bolso y salía con un tremendo enfado  de la sala.

Lo más sorprendente de todo es que el chico no hizo ni el más mínimo ademán de salir en su busca, y dirigiéndonos una sonrisa enigmática se reclinó sobre su butaca como si no hubiera pasado nada.

La verdad es que a los dos nos dio la risa, la situación no podía ser más ridícula, los dos tratábamos de taparnos con las manos pero sin querer retroceder el terreno que ya habíamos ganado: tu falda seguía recogida sobre tu regazo y mi cremallera bajada dejando muy poco a la imaginación….

Los gemidos de la pantalla nos devolvieron a la “realidad”, la verdad es que a pesar de todo ambos seguíamos tremendamente excitados, una distracción como esa no iba a calmarnos, un solo cruce de miradas hizo que volviéramos a comenzar de nuevo con nuestro juego particular… tus dedos buscaron el final de la falda y mi mano empezó de nuevo a balancearse suavemente sobre mí.

Las palomitas habían quedado hace tiempo olvidadas y las escenas de la película apenas disimulaban los suspiros que se nos escapaban entre los labios, los dos necesitábamos el contacto del otro pero ninguno de los dos se atrevía a dar un paso más. Las nuevas butacas del cine tenían una novedad fantástica para que las parejas estuvieran más cerca el uno del otro, los apoyabrazos se podían retirar de forma que los cuerpos quedaran juntos…con un ligero empujón subí el único elemento que separaba nuestros cuerpos, por unos instantes mi brazo derecho quedo pegado al tuyo y tu sentías el palpitar de mi brazo subiendo y bajando incansablemente, más que ver podíamos oler la excitación del otro….

En la película en ese momento la protagonista, Francesca Neri, estaba masturbando a uno de los personajes y fue como un relámpago que cruzó por nuestras mentes, muy despacio y sin parar de acariciarte con tu mano derecha, tu mano izquierda se fue deslizando por mi brazo hasta quedar encima de la mía, apretándola casi notabas lo que había debajo, lo deseabas como no habías deseado nada desde hace mucho tiempo, poco a poco y sabiendo que a cada uno le tocaba recorrer un paso nuevo, fui retirando muy despacio mi mano dejando solo la tuya, al principio la duda te paralizo pero al notar como me contorsionaba para lograr el roce de tus dedos empezaste muy despacio a deslizar tu mano por toda ella, estabas como en un sueño sorprendida de tu  valor y de la firmeza que tenías entre tus dedos, ninguna de tus dos manos dejaban de moverse un solo instante una sobre ti y la otra sobre mí, los dos estábamos muy cerca del orgasmo….

Yo quería retrasar el mío todo lo posible así que solo se me ocurrió una forma de hacértelo entender, volví a poner mi mano sobre la tuya imprimiendo un movimiento más lento y cuando tus ojos me miraron con un brillo de comprensión fui deslizándola muy despacio subiendo por todo tu brazo hasta llegar a tu cuello, una ligera caricia te hizo gemir de nuevo, y envalentonado empecé a descender  hasta tus pechos, hice que mis dedos los acariciaran muy despacio, sintiendo tus pezones duros en la yema de mis dedos. El placer paralizaba tu mente pero no tus manos que no paraban un solo momento, después de unos minutos que te parecieron eternos por fin mis dedos empezaron de nuevo a bajar muy despacio por tu cuerpo, tu ombligo, tus caderas, tu falda…llegué hasta tu mano y sin dejar de acariciarte puse la mía encima acompañándola en sus movimientos, si la retirabas el juego seguiría, si no tan solo me dejaría llevar hasta explotar de placer entre tus dedos…

Durante otros momentos interminables seguimos con nuestras manos juntas hasta que muy poco a poco empezaste a retirar la tuya…

Me quede solo entre tus piernas, aquello era sencillamente maravilloso, tus caderas se movían al ritmo de mi mano, necesitaban el contacto de mis dedos, tu humedad recorría mis dedos de lo excitada que estabas y tu mano se agarraba firmemente a mí; cada vez que acertaba con la caricia adecuada te detenías unos segundos presionándome más fuerte como si te faltara el aliento.

Notaba por tus movimientos que estabas muy cerca del final, sabía que después necesitarías un reposo y que seguramente se interrumpiría la magia que fluía entre los dos pero me daba completamente igual: quería, deseaba, necesitaba que te corrieras con mis caricias…

Durante unos segundos aumente el ritmo de mis dedos hasta que con un tremendo gemido explotaste para mí…

En ese instante sucedieron dos cosas: tus piernas se cerraron violentamente alrededor de mi mano dejándola aprisionada  sobre ti, y tu otra mano se había quedado rígida sobre mi ejerciendo una presión y una fuerza que me estaba haciendo daño, con toda la delicadeza que pude puse mi otra mano sobre la tuya para indicarte que debías relajarla pero para mi sorpresa puesto que yo no estaba acostumbrado a esas recuperaciones tan rápidas, mal interpretaste mi movimiento entendiendo que lo que yo quería era que siguieras moviéndola… el séptimo cielo se me venía encima, libre de la presión de sentir mis dedos, tan solo te concentrabas en darme placer a mí… y como lo hacías: todos mis músculos se elevaban al compás de tu mano cuando esta subía y se contraían cuando esta bajaba.

Iba a correrme entre tus manos y tú lo notabas…lo deseabas…

Pero tus sueños y tus deseos aún no habían terminado, ya habías traspasado una línea y no había vuelta atrás, deseabas sentirme de una y mil formas diferentes….

A estas alturas el chico que teníamos olvidado se había dado perfecta cuenta de todo lo que estaba pasando. Como en una de esas salas sórdidas donde proyectan porno barato y todos miran lo que hacen los demás, había empezado hace ya mucho a tener más interés por lo que tenía delante que por lo que se proyectaba en la pantalla. Se había situado justo detrás de nosotros y el ruido que hacía llamó tu atención, yo estaba en el séptimo cielo y no me enteraba absolutamente de nada, pero al volverte para mirarlo descubriste que él también quería participar en nuestro juego….

Vuestras miradas se cruzaron unos instantes y notaste como de nuevo un calor te ascendía por todo el cuerpo, el chico se había desecho de sus pantalones y como yo un rato antes, se estaba acariciando mirándote fijamente….el rubor cubrió tu cara y aunque él no pudiese verte bien con el reflejo de la pantalla te volviste inmediatamente para que no adivinara tu vergüenza….y tu intensa excitación.

¡Dios! Querías tantas cosas en esos momentos, lo deseabas todo y todo a la vez, tus deseos se entremezclaban con tus miedos y la situación amenazaba con superarte….yo seguía reclinado con los ojos cerrados y tu seguías moviendo tu mano sobre mi llevándome hacia el final…

Necesitabas ver más, querías ver más, querías sentir más…lentamente volviste de nuevo tus ojos hacia el: la verdad es que si vestido era guapo desnudo era escultural, el polo pegado al cuerpo dibujaba un pecho bien definido, abdominales marcadas, unas manos largas y estilizadas y unos ojos tremendamente sensuales…pero no era eso solo lo que querías ver…

Su mano agarraba un miembro enorme, era grande y dura y su mano se quedaba pequeña al aferrarla…

Estabas hipnotizada viendo cómo se masturbaba para ti, tus movimientos sobre mí se sincronizaron con los suyos y durante unos instantes sentías como si nos lo estuvieras haciendo a los dos a la vez, dos chicos solo para ti….

No sabías si este momento se volvería a repetir, ni siquiera sabías si tendrías el valor de luego recordarlo pero ya todo te daba igual…el o yo, cualquiera de los dos te servía para apagar tu fuego y tus deseos, sonreíste al chico y sin dejar de masturbarme fuiste deslizándote hasta el suelo hasta que tu cara quedó a la altura de tu mano, seguías sujetándola fuertemente y veías como la luz de la pantalla hacía brillar la humedad que se escapaba entre tus dedos, poco a poco y sin cerrar los ojos fuiste acercando tus labios hasta depositar un beso en el espacio que dejaba libre tu mano, yo abrí los ojos sorprendido y te encontré de rodillas entre mis piernas con cara de diablillo y viendo como recorrías con tu lengua tus labios,  un segundo beso, un tercero y tu lengua empezó a pasearse por toda la punta, tu mano seguía el mismo vaivén mientras la lengua recorría cada rincón, de repente y sin dejar de mirarme para que me excitara aún más retiraste tu mano y mi polla desapareció por completo dentro de tu boca… nunca había sentido un placer tan intenso: la mezcla de erotismo, deseo, excitación, culpa, morbo hacían que fuera una sensación insuperable…quería que aquello durase eternamente…

Al mismo tiempo el chico se había levantado de su butaca, no se resignaba a dejar de ver el espectáculo que estábamos dando, tímidamente al principio se acercó por detrás de mí hasta quedar situado prácticamente detrás de mi cabeza, salvo el polo celeste nada quedaba que ocultara su cuerpo desnudo, seguía agarrándola con su mano masajeándose arriba y abajo, no tenía prisa…

Tu desde tu situación privilegiada podías vernos a los dos, tu boca, tus labios tus dientes no paraban de recorrer mi polla, y al mismo tiempo podías ver la suya que parecía a punto de estallar…

El ruido que hacía el chico por fin llamó mi atención, fue en ese instante cuando lo vi a mi lado, cuando comprendí porque tenías ese brillo en tus ojos: el espectáculo de los dos chicos a punto de correrse por y para ti te había hecho perder cualquier resto de vergüenza, tan solo te quedaba el deseo y una intensa excitación…

Al mismo tiempo que me la chupabas deslizaste tus dedos nuevamente buscando acariciarte y apagar el fuego que había dentro de ti…para mí que lo estaba presenciando todo fue demasiado, nadie me había hecho nunca aquello con tanta sensualidad y tanto deseo: tu lengua, tus labios, tu piercing… te quise avisar con mi mano para que retiraras tu boca pero no me dio tiempo, tu, dándote cuenta de lo que iba a suceder por la enorme presión que notabas en tu lengua, no la quisiste sacar, era tu premio y querías disfrutarlo hasta el final….exploté en tu boca y tú con gran maestría seguiste subiendo y bajando tus labios en torno a ella estimulándome y haciendo que me corriera como nunca lo había hecho…tus ojos me miraron llenos de deseo y con una última pasada larga de tu lengua empezaste a subir lentamente entre mis piernas...

En ningún momento habías dejado de acariciarte y estabas muy cerca de correrte tú también pero querías que aquello fuera algo especial, con los ojos puestos en el chico te colocaste a horcajadas sobre mí, largos regueros de mi mojaban tu cuerpo, parecías una diosa y tus ojos brillaban como si lo fueras, lentamente al principio y sin dejar de acariciarte pusiste mi polla entre tus piernas, yo no creía que con la increíble explosión que acababa de tener aquello funcionara pero cuando la cogiste entre tus dedos y la empezaste a pasar por tu coño ya mojado con tu excitación y con los regueros que yo había dejado, noté como de nuevo empezaba a endurecerse…!dios! aquello era increíble… lo único que hacías era rozarte con ella, no la introducías dentro de ti si no que me estabas literalmente masturbando con tu coño, aquello era el paraíso….

El chico debió de pensar lo mismo y viendo su oportunidad dio un paso más hacia delante de forma que tu cabeza quedaba muy cerca de su mano….y de ella. Desde esa distancia parecía inmensa, más grande que la mía y sencillamente preciosa, un hilillo de líquido mojaba su punta adelantando que no le quedaba mucho por explotar.

Tus dedos cogiendo mi polla, tu coño rozándose con ella, y tu orgasmo a punto de llegar….sin pensarlo dos veces acercaste un poco más tu cabeza a su polla y sacando la lengua comenzaste a rozarla con ella, para tu sorpresa el chico llevaba demasiado tiempo jugando consigo mismo y tenía más prisa que yo: poniendo una mano sobre tu cabeza te cogió del pelo y con un movimiento de cadera la hundió en tu boca todo lo que pudo !!!aquel desconocido te estaba sujetando fuertemente y te estaba literalmente follando la boca!!!, con cada movimiento de cadera esta entraba y salía violentamente, tus labios intentaban apretarla y tu lengua retenerla pero era imposible, esa enorme polla solo tenía un objetivo: correrse dentro de ti…

Tenía tu boca y su polla al lado de mi cabeza, ese endiablado vaivén estaba en frente de mis ojos y tu coño me estaba matando de placer, aferre mis manos a tus caderas y con tan solo un movimiento te alce lo justo para que mi polla se quedara justo en la entrada de tu coño, tu todavía la tenías cogida con la mano, si no lo deseabas tan solo tenías que retirarla y seguir con ese juego pero el deseo pudo con todo y con un suave movimiento de tu cadera te la hundiste hasta lo más hondo de ti…

El orgasmo te llegó casi al mismo tiempo que la hundías por segunda vez dentro de ti, el placer de tener una dentro de tu coño y otra dentro de tu boca, y el tiempo que llevabas acariciándote primero con tus dedos y luego con tu “juguete” hicieron que explotaras como nunca antes lo habías hecho, !!eso era mejor de lo que habías soñado nunca!!, tus caderas subían y bajaban una y otra vez sobre mí, nunca había visto a nadie que se recuperara tan pronto o que pudiera seguir como si el placer no hubiera invadido todo su cuerpo…

Comenzaste de nuevo a tomar el control de la situación y mientras me follabas con amplios movimientos, agarraste con la mano la polla del chico para que esta se acomodara perfectamente a tu boca, una vez más sincronizaste todo tu cuerpo y mientras mi polla se hundía una y otra vez dentro de ti, tu metías la suya en tu boca lamiéndola y chupándola sin descanso, tu mano hacía el resto…

De repente notaste que al chico se le inflamaban las venas de la base y se le ponían duros todos los músculos….sabías que se iba a correr y lo deseabas enormemente, querías sentir también su corrida en tu boca…con un gemido profundo, el chico arqueo su espalda y agarrándote de nuevo del pelo la hundió todo lo que pudo una última vez…la descarga fue impresionante, sin apenas pensar por estar amarrada de aquella manera te tragaste una parte y la otra se escapó de entre tus labios cuando él se retiró para volver a embestirte, otra descarga más….aquello parecía no tener fin, después de otros pocos movimientos más comenzaste a notar como todo él se relajaba, a pesar de eso no dejaste de chuparla ni un solo instante…todos los músculos de la boca te dolían pero jamás habías hecho algo tan excitante.

El chico se apartó de ti y cayó rendido en su butaca….!estaba claro que lo habías vencido!

Ahora te quedaba yo y también estabas dispuesta a vencer…

Concentrándote tan solo en que yo obtuviera el mayor placer posible empezaste a contorsionar tus caderas sobre mí, cada vez que ascendías contraías los músculos de tu vagina haciendo un movimiento de succión y cada vez que descendías la hundías dentro de ti hasta lo más profundo de tu ser…te separaste un poco de mi para que yo pudiera ver como entraba y salía sabiendo lo excitante que eso puede llegar a ser…no estábamos follando, me estabas follando…

Para nuestra sorpresa el chico además de guapo también parecía estar muy en forma, tan solo habían pasado unos momentos y ya se estaba acercando de nuevo a nosotros, se sentó justo a mi lado acariciándose nuevamente y con la polla tan dura como antes de sacarla de tu boca…

El verle de nuevo masturbándose para ti volvió a acelerar todo tu ser, lo que eran suaves movimientos de cadera se volvieron embestidas con una sola finalidad: que me corriera, que me corriera mucho y que me corriera dentro de ti, necesitabas que lo mismo que me habías tenido en tu boca me tuvieras ahora muy dentro…

Volví a crecer un poco más dentro de ti y cuando me miraste a los ojos te diste cuenta de que ya me tenías…con un último ascenso de tus caderas te dejaste caer sobre mi hundiéndola todo lo que pudiste para que mi primer espasmo te inundara por completo, mi gémido rasgo toda la sala y sin poder controlarme agarre tus caderas para seguir metiéndola una y otra vez hasta que no quedó nada dentro de mi…

Te incorporaste y tuve una imagen mágica, estabas guapísima con los ojos llenos de fuego, esa sonrisa en tu boca, la falda arremangada sobre tu cintura….de tu precioso coño depilado se escapaban hilos de leche que resbalaban por tus piernas, estabas impresionante… y seguías muy excitada…

Mirando al chico te diste cuenta de que su polla estaba tan dura como al principio y sentiste la necesidad de tenerla dentro de ti, pero una cosa era tenerla en tu boca y otra muy distinta tener algo tan grande dentro …

Con un solo movimiento deslizaste tu falda hasta los tobillos y con un pie la apartaste de ti, los dos llevabais la parte de arriba e ibais desnudos de cintura para abajo, tu coño húmedo me tenía completamente fascinado. En un momento te diste la vuelta y aprovechando que los apoya brazos de su butaca seguían en su posición apoyaste tus brazos en ellos y incorporándote con una pierna en el suelo y otra en la butaca colocaste tu coño prácticamente encima de su enorme polla…

Ver como él seguía masturbándose y como tú te situabas justo encima de él volvieron a despertar mi excitación ¿es que esto no iba a parar nunca?, me dolía todo el cuerpo por la tensión y por las contorsiones realizadas, pero mi polla parecía indiferente al dolor que recorría cada articulación y volvía a crecer de nuevo alimentada por todas estas imágenes…

Su polla palpitaba entre sus manos y tu restregabas la punta contra tu coño totalmente lubricado, jugabas haciéndole sufrir, sabias que el ansiaba tenerla dentro de ti tanto como tú lo deseabas, pero tu tenías el control…

Dejándote caer suavemente y con mucho cuidado para no hacerte daño, una pequeña parte de ella entro sin dificultades dentro de ti, a pesar de que el deseo os consumía el pareció entender que debía permanecer inmóvil y dejarte hacerlo todo. Con cada movimiento de tus caderas el entraba un poco más dentro de ti, entonces te acordaste de mi sentado a vuestro lado y recordaste una conversación en la que te pregunte si te acariciabas a ti misma cuando follabas…no se te ocurrió mejor cosa que demostrármelo sin palabras, a pesar de la dificultas de la posición dejaste una mano apoyada en el brazo de la butaca y con la otra y sin dejar de mirarme comenzaste a acariciarte…

Me levanté y me puse delante de vosotros, cualquiera que nos hubiera visto desde fuera se encontraría con una escena cargada de erotismo:

Tú hundías cada vez más dentro de ti aquella polla descomunal, con tus dedos te acariciabas para que tu placer fuera todavía más intenso, tu espalda apoyada contra su pecho y tu cabeza medio reclinada contra su hombro  y yo enfrente de vosotros masturbándome para ti…

Tu orgasmo se acercaba muy deprisa y querías que fuera un final perfecto para todos, empezaste a gemir más fuerte para que ambos supiéramos lo cerca que estabas, el chico entonces empezó a embestirte con fuerza de forma que toda su enorme polla acabo por entrar dentro de tu coño, por fin la tenías dentro por completo y te sentías mas llena de lo que jamás te habías sentido. Todos estábamos a punto de corrernos y no había nada en este mundo que deseáramos más…

No podía aguantar más, era el que controlaba más la situación porque me lo estaba haciendo a mí mismo pero la visión de verte follada de esa manera pudo conmigo…tenía un último sueño y quería hacerlo realidad de forma que me recline un poco sobre ti y acerque mi polla todo lo que pude a tus dedos y a tu coño, tu entendiste al momento lo que pretendía y con una sonrisa de placer dejaste que hiciera realidad mi deseo: con dos movimientos más de mi mano empecé a correrme sobre tus dedos y sobre tu coño, quería verlo entero mojado de mí, tus dedos siguieron acariciándose y de repente con un grito que nuevamente resonó en toda la sala el chico se corrió dentro de ti, si polla entraba y salía y toda su leche y la mía se mezclaban dentro y fuera de tu coño…con un gran gemido te dejaste caer sobre él y tuviste el mejor orgasmo que habías tenido en toda tu vida… a pesar de que había perdido un poco de dureza al correrse tu continuaste moviéndote y follándotelo un poco más hasta quedar completamente satisfecha…

Estábamos completamente exhaustos y yo te recogí entre mis brazos para ponerte de nuevo en tu butaca…

El chico se levantó como pudo y se despidió de ti con una intensa sonrisa que le iluminaba todo el rostro…

A la película le quedaban menos de veinte minutos y teníamos que pensar en ir recogiendo, tu estabas casi echada en la butaca muerta por el esfuerzo realizado: por unos instantes te vi más preciosa de lo que nunca te había visto, había disfrutado más que en toda mi vida y cumplido muchas de mis fantasias, en esos momentos hubiera hecho lo que fuera por ti y de repente al verte así rendida se me ocurrió algo que todavía no te había dado, algo que se me daba extremadamente bien…

Sabía que había algo que te encantaba hacer… y que te encantaba que te hicieran. Muy lentamente puse mis labios sobre tus hombros, poco a poco besando, lamiendo, mordiendo acercándome poco a poco a tu cuello, tus suspiros dejaban claro que era lo que sentías: estaba consiguiendo excitarte de nuevo. Girabas la cabeza para que pudiera seguir, el corazón te palpitaba cada vez más rápido y mi lengua seguía recorriéndote junto con mis labios….

Cuando sentí que había conseguido mi propósito, ante tu sorpresa me deslice hasta el suelo y puse mis manos en tus rodillas, lentamente fui deslizando mis manos por la cara interior de tus piernas hasta conseguir hacerme un hueco, muy despacio empecé a besar y a lamer la cara interior de tu muslo, la excitación y la vergüenza se apoderaron de nuevo de ti, aunque parecía una bobada después de habernos chupado la polla a los dos y habernos follado como lo habías hecho, pero eso era algo muy íntimo….que para mi suerte te enloquecía. Colocaste tu mano sobre mi cabeza para detenerme ¡estabas llena de nosotros!, pero mi lengua y mis labios ya se habían acercado demasiado, dos caricias más y tu resistencia se vino abajo por completo, tu mano que quería oponer resistencia ahora me agarraba el pelo empujándome hacia ti, mi lengua se centró en recorrerte de arriba abajo y con cada movimiento un gemido se escapaba de tus labios, pase mi lengua con suavidad por todos tus rincones, cada pliegue era objeto de una caricia, cuando la presión de tu mano se hizo aún más fuerte me centre en lo que mejor sabía hacer y con mucha delicadeza utilice mis dientes superiores para aprisionar entre estos y mis labios tu punto más sensible, mi lengua hizo el resto…unos pocos instantes bastaron para que un último orgasmo te invadiera desde lo más profundo de ti, continué lamiéndote unos momentos más hasta que sentí que las últimas oleadas de placer se desvanecían….

Los dos nos quedamos rendidos tu acostada sobre la butaca y yo en el suelo con mi cabeza apoyada sobre tu regazo…fueron esos momentos de calma los que nos indicaban que todo había sido perfecto, las imágenes de todo el día se agolpaban en nuestras cabezas y una enorme sonrisa de placer se dibujaba en nuestras caras….

La película llegaba a su fin y queríamos salir de la sala aprovechando que todavía no se habían encendido las luces, mientras recogíamos toda nuestra ropa y arreglábamos un poco nuestro aspecto nos dimos cuenta de que a unas filas de distancia nos observaban atentamente dos chicos jóvenes…!Ni siquiera nos habíamos dado cuenta de que estaban allí!, por su forma de vestir estaba claro que eran trabajadores del cine, y por la forma de mover sus manos estaba claro que habían visto toda la escena…una sonrisa se escapó de tus labios, me miraste a los ojos y cogiéndome de la mano empezaste a andar hacia ellos……