En el cine

Ir a ver una película y ser la protagonista mmmmmmmmmm.

Faltaba poco para el invierno y había quedado a las ocho, como un ritual yo me empecé a vestir para mi cita con él, decidí ir esa noche toda de negro, mi color favorito, primero mi pequeña tanga que dejaba traslucir mi sexo, luego el sujetador con aros que dejaban mis pechos como una exuberante balconada. Me puse para la ocasión medias y liguero. Ahora la ropa: arriba algo escotado y de terciopelo y para la parte de abajo una falda por encima de las rodillas y calzado... unas botas altas y de tacón muy fino. Salí a la calle y allí estaba él en su flamante vieja moto, con esa cazadora de motorista que hace tiempo no se ponía, doble mi pierna y me senté detrás de él, tan pegada que podía sentir mis pechos anhelosos, le agarre por la cintura y salude brevemente a quien más tarde me haría tan feliz. Me encantaba el sonido de esa moto y el aire que desplazábamos al andar en ella, llegamos a nuestro destino, un cine, un lugar muy escogido entre los jóvenes amantes y quizás también los viejos. Nos sentamos, las luces se apagaron y la película comenzó, de repente note como su mano se deslizaba entre mis muslos abriéndolos suavemente, ante ese movimiento tan leve yo empecé a excitarme, de tal forma, que para cuando deslizó sus dedos en mi sexo ya estaba mojada, con la otra mano se dirigió a mi escote y descubrió uno de mis pezones erecto de impaciencia, su boca, no se como lo alcanzó y lo lamía y mordisqueaba aumentando aún más mi placer, mientras sus dedos seguían hundiéndose en mi sexo. De repente me pareció que alguien nos miraba, efectivamente un hombre joven que se sentaba dos asientos mas a la derecha de mi no nos quitaba ojo. El me susurró: No importa sigamos. Le dije: No sé si podré. Me dijo: Claro que sí. Le dije: No..., No... Me dijo: Mírame y déjate llevar. Seguimos nuestros juegos y mi mano bajo la cremallera de su pantalón, ahí estaba ella, toda para mí, esperando que mi boca la lamiera y le diera mi calor, agache mi cabeza mientras él seguía con una de sus manos investigando en mi sexo, mientras estaba así no pude más y el placer recorrió todo mi cuerpo y seguía con mi boca en su sexo todavía con mas ímpetu, me aparto convencido de que todavía no era su hora, el extraño seguía mirando, me cogió de la mano nos levantamos y me llevo a unas escaleras que conducían a la terraza del cine y allí al final de las escaleras me dijo que me diera la vuelta y levanto mi falda. Yo como chica obediente levante mi falda y me agache levemente dejando relucir mis nalgas adornadas con mi tanga. Inmediatamente él se puso a manosear mi culito y eso me puso mas caliente todavía. Me puso una mano en la espalda obligándome a agacharme mas de tal manera que ahora tenía frente a él toda mi vagina, diciéndole cómeme, cómeme. Giré la cabeza hacia un lado, intentado ver lo que estaba a punto de hacerme y de reojo pude ver al extraño de la fila, que nos había seguido y estaba cerca viendo todo lo que sucedía. Con un dedo él hizo a un lado la tanga y se puso a lamer mi chochito que ya era un manantial. Al momento tenía toda la cara empapada en mis fluidos. Empecé a gemir y empujar mas mi vagina hacia él. Estaba casi dentro y apenas él podía respirar. Sentía que su pene se salía de su bragueta. En un momento dado, con mis manos separé mas mis nalgas y le mostré mi ano y... Le dije; Ahora, como has sido un chico malo últimamente, me vas a comer todo el culito. Mientras miraba al extraño quien ya tenia su pene en su mano y se estaba masturbando. El empezó a lamerme el ano y a introducir su lengua en él. Esto me empezó a poner loca. Y pensé que los gemidos iban a hacer subir a todo el cine, pero no me importaba, eso me excitaba más. En un momento dado él se incorporó, saque su rabo dolorido de su bragueta, después de tanta excitación. Estaba más grande que nunca y directamente lo puso en mi culito. Yo le dije; No, por ahí no! Ya sabes que no me gusta..., está demasiado grande... Uumm..., no va a entrar. Y él me dijo: Relájate esto te va a gustar. Me agarró de las caderas y estaba tan mojado y jugoso que presionó y empezó a entrar. Yo le decía; No, no... Después de un grito de dolor, empezó a mecerlo suavente y a tocarme el clítoris con la otra mano. Después de unas sacudidas me empecé a mover descontroladamente, era la primera vez y sentía una mezcla de dolor y placer indescriptible. Exclamé: Uumm, si, si, metemela toda, oh me estas rompiendo mi culo, dale dale¡¡¡ uumm... me estoy corriendo. Estábamos en esas cuando miré de reojo al extraño y luego miré a mi acompañante pidiéndole su aprobación. El extraño se acerco y se puso frente a mi deslizó sus manos en mi blusa, saco mis pechos del sujetador dejándolos al descubierto y empezó a manosearlos y apretarlos, bajo su cara junto mis pechos y metió los dos pezones en su boca los succionaba y chupaba como si estuviera muerto de hambre, en ese instante bajo la mano e introdujo uno de sus dedos en mi, mientras mi amigo seguía acariciándome mi culito, después un dedo acompañó al otro así hasta que estaban los cuatro dedos de la mano de ese hombre explorando mi húmedo y caliente sexo. El hombre se retiro de mi un momento metió la mano en la bragueta y pude ver como asomaba su pene erecto, yo mire asustada pero mi amante me susurraba al oído: - Tranquila, estoy aquí..., déjate llevar, disfruta... El extraño hizo que me agachara y acerco su pene a mi boca yo no quería pero mi amigo acercó el suyo y entonces confundida lamía uno u otro según se acercaban a mi boca. Después el extraño me cogió por la cintura y me sentó en una de las barandillas de la terraza, me abrió las dos piernas dejando mi sexo totalmente abierto, mi amigo miraba excitado, y de repente y sin miramientos introdujo su pene hasta el fondo a la vez que manoseaba mis pechos. Sacaba y empujaba su pene sin cesar hasta que al final los dos nos corrimos. Y así es como terminamos la sesión de cine... con una buena película no?.