En el cepo (2)

"- Esas piernas las tengo escaneadas de sobra, las he tenido tanto tiempo en la mesa de al lado que las conozco de memoria, cada manchita, las rodillas… la de pajas que me he hecho pensando en ella …¿Eres...?"

EN EL CEPO (2)

  • ¿Miguel, Carlos?

  • Oye tío, ¿ésto no será una broma, no?

El más alto de los dos me miraba con cara de mosqueo. Deduje que era él tal Carlos porque con su compa lo había tenido más fácil para convencerlo, incluso fue él quien ayudó a convencer a Carlos… Aunque confieso que hasta que no les ví en la barra lo dudé.

El capullo me estuvo haciendo mil preguntas por wasap, que de dónde había sacado su número, que quien era yo, que… Bah! Que tocayo más idiota

Miguel era más morboso, a él los detalles que le dí le entusiasmaron.

  • Joder, que nos han cobrado 30€ por entrar

  • Normalmente cobran 45 a los tíos que viene sin pareja, este es un precio que he negociado

  • ¿Te estás quedando conmigo? ¡De qué…!

En un tris. Estuve a ésto de mandarlo a tomar polculo si no hubiese sido porque Miguel lo calmó y pronunció las palabras mágicas “ya que estamos aquí, vamos a ver”

“Ostia puta” y “era verdad” fueron sus primeras palabras al entrar en la habitación. La cara de mosqueo de carlos se transformó en ojiplática, si no babeó le faltó poco, lo que es seguro que a ambos algo les estalló en la entrepierna.

No es para menos: una tia con todo bien puesto y bien hecho, las piernas abiertas de para en par, inclinada hacia adelante y apoyada en el cepo que aprisionaba su cuello y muñecas… y la capucha que solo dejaba al aire el hueco de su boca… esas tetas colgando sin estrías, los tiernos mofletes del culo en la posición exacta para ser marcadas en rosa con el perfil de una mano… que fue precisamente lo que hizo Carlos al acercarse a ella “ostia puta” - repitió, monotemático que era el tío

  • Quién… quién es?

  • Secreto de confesión - contesté a Miguel sonriendo

Estuvieron un rato observándola como quien analiza una moto o algo así, tocándola, agachándose para verla desde abajo, abriendo su boca… ¿pretenderían reconocerla por los dientes? jejeje.

  • ¿Quién eres, tía?

  • Danos una pista, anda

  • ¿Y perdernos el juego? ¿el morbo? No

  • ¿De qué la conocemos?

  • Buen intento… mira, os voy a proponer el mismo juego que hice con el tipo de antes…

  • ¿Ya se la han follado?...

  • Sí, claro… yo y otro más… y aún queda noche

  • Joder que puta!

  • Pero si no quereis...lo dejamos aquí y…

“NO, no…” a Carlos ya le estorbaba el pantalón, por los empellones que le daba a su bragueta… Y supongo que se le pondría mucho más dura cuando les expliqué el juego

  • Como decía, como supongo que os conocéis le preguntaré a ella por vuestros nombres… si los sabe le dejamos la capucha, si no, si es una perfecta desconocida ya no es necesaria la capucha, ¿verdad, chica?

La “chica” movía su cabeza a derecha e izquierda sin descanso… me imagino que porque no estaría muy de acuerdo con las reglas del juego.

  • No seas cabrón - me dijo en voz muy bajita mientras me agachaba junto a ella

  • ¿En serio los conoces?

Hube de apartar a Carlos con la mano y la mirada cuando intentaba acercarse a escucharnos y su amigo contribuyó a separarse.

  • No, déjalo, acabemos con ésto

  • Ni de coña, preciosa, porque tienes los ojos tapados… ¡si pudieras ver el empalme que tienen! estos no van a aceptar irse sin vaciarse.

  • No seas cabrón

  • Sabes perfectamente que lo soy… ¿recuerdas sus nombres?

  • Jo-der!... uno se llama Miguel el otro… se quien es pero no recuerdo…

  • ¡Mala respuesta! - dije en voz alta mientras me levantaba

  • NO! - se le escapó un pequeño grito que siguió con murmullos y movimientos de cabeza hubiese querido gritarme muchas cosas pero rápidamente comprendió que eso la delataría - MMMMHHH!!

  • Solo ha acertado el nombre de uno, así que podéis sacarle la capucha

  • MMMMHHHH!! - la “presa” agitaba su cabeza desesperada. Los tipos, claro, babeaban

  • Pero venga, seamos buenos, vamos a darle una segunda oportunidad. A ver, como a tí no te recuerda por la voz a ver si te reconoce la polla, ¿se las a chupar para refrescarle la memoria?

  • ¡Encantado!

Fue un visto y no visto, cremallera bajo, polla fuera y boca empalada… hube de calmarle un poco

  • Tranqui, tío, no nos la rompas que ha de durarnos toda la noche

Calmó las embestidas, aunque intentaba que fueran lo más profundas posibles. A ella no le costaba mucho enfundarse ese sable, no es por alardear pero si el mio se lo metía hasta la empuñadura, éste… en fin…

El tipo le follaba la boca tomándola de la nuca… y la otra mano acariciando el pequeño candado que cerraba la capucha. Cuando le enseñé la llavecita su cara explosionó. si se la llego a dar seguramente se hubiese corrido en la boca antes de poder abrir el candadito pero…

  • Venga tío, sácasela… luego sigues… a ver si te ha reconocido la polla

  • Joder!... ¿cómo sabes que ya me ha comido la polla antes? ¿quién es?

  • No lo se… ni siquiera si alguna vez la has visto en bolas… aparta un poco

Justo al agacharme una voz pastosa susurró “Charly, charly..:”

Me levanté con parsimonia mirando al “mamado”

  • ¿Te llamas Charly?

  • No. Error! ¿Me pasas la llave?

  • Venga, tío - terció Miguel - Todo el mundo te llama Charly

  • Me llamo Carlos… ¿porqué te metes, capullo? ¿no quieres verle la jeta a la puta esta?

  • jeje - sonreí mientras me volvía a guardar la llavecita en el bolsillo - Yo también sé que te llaman Charly… pero esa es una buena señal, ¿no? Te ha reconocido la polla

  • ¿Amanda? - dijo mirando a la chica - No, no esté tan buena. ¿quién coño eres, tía?

  • Tío, yo no aguanto más ¿boca o coño? - Miguel ya se había despojado de los pantalones y apuntaba la escena con su polla firme

Tras unos segundos de titubeo mientras palpaba la cabeza enfundada intentando encontrar algo que la identificara se decidió.

  • Coño… ¿o puede ser culo? - dijo mirándome

  • Tú mismo. Ahí tienes los condones

  • ¿No puede ser a pelo?

  • ¿Y dejarla encharcada para los demás? Si quieres correrte en su boca aún porque se lo tragará, pero…

Se abrió la veda. Miguel no tardó en vaciarse en la boca mientras que Carlos/Charly fue alternando coño y culo.

Mientras se pajeaba para intentar el segundo asalto, sentado, mirando el vaivén de las tetas, el culo empotrado y los manotazos que de vez en cuando le soltaba su compañero, soltó un grito

  • ¡YA SE QUIEN ES!

Carlos detuvo sus embestidas, yo también le dirigí la mirada y seguro que de haber tocado su pecho hubiese detectado el aceleron en…

  • ¡Merche!... ¡es Mercedes!

  • ¿Quién coño es Mercedes?- preguntó Carlos sin soltar las caderas que asía firmemente

Ahora sí que el sudor frío estaría haciendo estragos en la capucha de… Merce, o Merche…

  • Sí, tío, ¿no te acuerdas de la tipa aquella que estuvo trabajando con nosotros hace unos años? ¿La de la mini de cuero en la cena de empresa? ¿Tan afectado ibas? Si estuviste echándole los tejos toda la noche

  • No jodas!... ¿la caravinagre esa? No me lo creo

  • Esas piernas las tengo escaneadas de sobra, las he tenido tanto tiempo en la mesa de al lado que las conozco de memoria, cada manchita, las rodillas… la de pajas que me he hecho pensando en ella …¿Es Merche, verdad? - preguntó mirándome y levantándose

No se si se hacer bien la cara de farol de poker, pero me limité de hombros y le sugerí:

  • No se, pregúntale a ella

Merche agitaba la cabeza a derecha e izquierda mientras él le inquiría una y otra vez

  • ¿Eres tú verdad? Joder si eres tú… sí que eres tú

  • Pero, ¿la tía esta no tenía novio? ¿No serás tú el novio cornudo que te gustan los…?

  • A mí no me lies - respondí a Charly - Yo solo la follo, ni siquiera se si el nombre que me ha dado es verdadero

  • Es Merche, seguro - insistía Miguel

  • Pues aquí te va mi corrida, puta avinagrada, un saludo al cornudo de tu novio - Aferrándose firmemente a las caderas de la chica, Carlos se corrió en el condón que ocupaba sus entrañas, los espasmos, uno, dos, tres… mostraban a las claras las lechadas que iba depositando en él… se dejó caer unos segundos sobre su espalda pero cuando comprendió que aquello se deshinchaba salió de su interior para encarar su polla enfundada con restos hacia la boca de…

  • NO - Mi voz sonó firme - No le vas a dar de comer eso

  • Es su mierda - dijo Charly

  • No de coña. Sácate el condón, si quieres te la limpia pero sin condón.

Hubiera podido proponerle que, como el anterior, se lo diese de beber pero… me cae mal ese tipo.... y me siguió cayendo mal. Mientras intentaba mantener un poco de rigidez en su ya pachucho miembro comenzó a soltar improperios:

  • Así que eres la puta esa de la oficina? Pues me parece que vamos a ser muy buenos amigos, sino quieres que se entere tu novio de los cuernos que le pones… y tus padres y todo el grupo de wasap… vas a ser muy buena conmigo, estate atenta a mi llamada porque te voy a follar muchas veces, hasta en tu cama, ¿te casaste ya? Te voy a preñar, puta…

Miguel, en cambio, no perdió el tiempo. Mientras su amigo iba diciéndole al rostro enfundado todas esas gilipolleces, él cumplía su anhelado sueño de follarse a la dueña de esas piernas por las que tanto semen derramó.

Ni siquiera intentó hacerse su culo, sus manos recorrían cada palmo de la mujer, su admirada Merche, estaba a su alcance, esos pechos firmes, las piernas tan deseadas, ese culo que marcaba perfectas curvas sobre las faldas, esa falda ceñida de cuero marrón que le tuvo obsesionado toda la cena…

Tras correrse, con una cara de satisfacción infinita se agachó para dar sendos besos en los mofletes del culo.

Su salida de la sala fue desigual. Mientras el capullo de Charly insistía en que se verían muy pronto, Miguel, una vez vestido, se acercó a la cara encapuchada y musitó un “Gracias” mientras besaba la cabeza

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  • Sácame de aquí. No quiero seguir con ésto. Eres un cabrón.

  • No chica, ¿Merche?, jeje.

  • El cabrón ese va a joderme la vida por tu culpa, sácame de aquí

  • El idiota ese no va a hacer nada, se pajeará muchas veces soñando chantajearte pero no sabe seguro quien eres. Si se pone pesado le bloqueas el wasap, ni puto caso. Si se pasa ya le pondré firme pero, ya sabes “perro ladrador….”

  • No puedo más, sácame de aquí, me duele todo, tengo que mear.

  • Pues mea… este suelo está preparado para todo tipo de fluidos.

  • Vete a la mierda ¡suéltame!, no quiero seguir, no quiero volver a verte jamás. te denunciaré…

  • Venga, venga, chica… ya solo quedan dos. Cuando acaben ya me enviarás a galeras, ahora cálmate, el próximo seguro que te trata mejor...es medio novato, sin duda serás la tía más buena que se haya follado jamás. Aunque siempre tienes la opción de decirle quien eres y que te suelte él.