En el centro comercial (3: Chivita)

A pesar de todos mis prejuicios acudi a la cita con aquel hombre que me atraia como si tuviera un iman. Jamas pense que que aquello me pudiera ocurrir a mi.

EN EL CENTRO COMERCIAL 3 (CHIVITA)

Me costó trabajo dormirme recordando lo que había pasado aquella mañana, a pesar de haber follado de nuevo por la noche con Luisa, seguía muy caliente, soñaba con Juan una y otra vez, lo veía delante de mí con aquella enorme y dura polla, me veía bañado en leche mamando y mamando sin parar.

Serian las 10 de la mañana cuando desperté empapado en sudor, la luz del día entraba por la ventana y anunciaba un Domingo soleado y agradable, Luisa seguía durmiendo plácidamente a mi lado. Me invadía una sensación extraña entre el remordimiento por lo que había hecho y las ganas de repetirlo.

La noche anterior habíamos estado cenando y tomando copas con un grupo de tres matrimonios amigos con los que solíamos salir algunos fines de semana.

Tenia la sensación de haber disfrutado de un sueño placentero donde se entremezclaban imágenes, personas y lugares; Luisa…Juan…los servicios…el aparcamiento…un matrimonio amigo…escenas de sexo….Luisa follando con Juan… en fin todas las fantasías posibles

Observé el cuerpo desnudo de Luisa completamente bronceado. Nuestro lugar de veraneo es una playa familiar donde abundaban los top-less pero es impensable ver a nadie desnudo completamente, sin embargo ella estaba totalmente bronceada lo que me indujo a pensar que había visitado unas playas nudistas que hay cerca del lugar. Luisa es copropietaria junto con una compañera de un centro de belleza, y en el trabajo tienen convenido que Lola, que así se llama su socia, tomaría las vacaciones los meses de Junio y Septiembre (decía que eran los más tranquilos para descansar) y ella los meses de Julio y Agosto con lo que podía estar 60 días consecutivos de vacaciones y prácticamente en total libertad, ya que yo, en esas fechas y debido a mi profesión es cuando más carga de trabajo tengo y solo disfruto de los fines de semana. Eso le da facilidades para llevar durante dos meses una vida totalmente libre e independiente, y viendo como se estaba comportando en los últimos días creo que además ha debido tener alguna aventura que le ha hecho despertar su sexualidad pues se comporta de forma más liberal y provocativa.

Me levanté y entré en el baño, una ducha me despejaría y estaría en condiciones de afrontar un nuevo día.

Cuando estaba terminando de ducharme apareció Luisa y se metió conmigo en la ducha, hacía tiempo que no lo hacía, estuvimos jugando y sobándonos hasta que mi polla comenzó a crecer, entonces Luisa con una sonrisa pícara me obligó a salir de la ducha:

.- Eres un cochino; fuera de aquí, jajá jajá

Yo, simulando enfado, contesté:

.-¡ Y tú una putita calientapollas!

En ese momento sonó el móvil, salí precipitadamente a contestar y lo cogí sin mirar quien era.

.-Sí…hola ?

.-Hola.... soy Juan, te acuerdas de mí?.

Hubo un momento de silencio.

.-Ayer en el centro comercial me dijiste que cuando quisiera podíamos repetir.

La emoción no me dejaba articular palabra, me sentía excitado inquieto y algo nervioso. Respire hondo:

.-Claro que me acuerdo.( Casi no me salía la voz del cuerpo).

.-Entonces te espero esta tarde en mi casa a las cinco.

Me dio la dirección, que yo anoté y guardé rápidamente para evitar que Luisa pudiera salir del baño y descubrirme.

Las imágenes del encuentro con aquel hombre en los aseos volvía una y otra vez a mi cabeza y un estado de excitación se apoderó de mí.

Ahora surgía el problema. Cómo justificaba yo la salida de casa un domingo a las 5 de la tarde.

Me acordé de mi amigo Eduardo quien había sido mi salvador y cómplice en alguna que otra ocasión.

Eduardo era el ex marido de una amiga de Luisa, que antes de separarse habían formado parte del grupo de matrimonios amigos, era un poco mujeriego y juerguista por lo que a Luisa no le terminaba de agradar que yo tuviera mucha relación con él, sin embargo trabajaba en la Federación de Futbol y de vez en cuando me conseguía entradas gratis para algún partido importante. Ese domingo jugaba el Real Madrid con el Sevilla y podía echarme una mano.

Luisa podría enfadarse, no me importaba ya se le pasaría, pero yo no quería perder la oportunidad de encontrarme de nuevo con mi amante masculino.

.-Quien era?. Preguntó luisa saliendo del baño con una toalla reliada al cuerpo.

  • Era Eduardo, tiene dos entradas para el partido con el Real Madrid y quiere que valla . con él.

.- Con el Real Madrid?, que bien, y vas a ir?

.- Le he dicho que sí.

.- Y a que hora es el partido?

.- Creo que a las siete pero hemos quedado a las cinco para tomar unas copas antes

Me preparé para oír la bronca pero ante mi incredulidad Luisa se limitó a decir:

.-Entonces yo aprovecharé la tarde para organizar algunas cosas de casa .

Me quedé algo sorprendido por lo fácil que había sido. Luisa estaba irreconocible. Desde la vuelta del verano era otra persona.

Mientras Luisa terminaba de arreglarse para salir a tomar unas copas bajé al garaje con el pretexto de coger algo del coche y de esa forma poder llamar a mi amigo Eduardo y ponerle al corriente del plan. Obviamente le mentí diciendo que la cita era con una hembra en lugar de con un macho.

Terminamos de arreglarnos y salimos a tomar algo como solíamos hacer todos los domingos. Luisa vestía bastante sexy como venía haciendo últimamente desde que se quedo sola en la playa este verano mientras yo estuve trabajando.

Durante todo el tiempo estuvo provocándome y provocando al personal cosa que me ponía a cien. En resumen me mantuvo caliente todo el tiempo que duró el paseo y la comida.

Regresamos a casa. Las horas se me hacían interminables. Por fin a las 4,30 me dispuse a salir para acudir a la cita con mi "macho".

Durante el camino pensé que debería dar la vuelta, volver a casa y abandonar aquella aventura pero mis deseos de volver a mamar aquella polla eran mas fuerte que mis prejuicios, además había imaginado mil fantasías distintas en los brazos de aquel macho que me empujaban a seguir adelante.

olvidar la tontería que estaba a punto de cometer pero solo pensar en volver a repetir la experiencia del los aseos del centro comercial me producía un excitación tal que sobraban todos los razonamientos y todo el sentido común.

Pero mi excitación y mi calentura era tal que decidí seguir adelante con todas sus consecuencias

Llegué al lugar indicado, el apartamento estaba situado en la planta 11, mientras subía en el ascensor iba poniendo un poco en orden mis pensamientos. Era extraño, no me gustaban los tíos pero había algo en ese hombre que me empujaba hacia él. La mañana anterior en el centro comercial me sentí dominado por su personalidad y su virilidad y desde el primer momento sentí una atracción hacia él que nunca había sentido por ninguna mujer.

Al llegar a la puerta del piso mi excitación era total, el corazón latía a mil por hora, trate de relajarme, respire hondo y toque el timbre.

Se abrió la puerta y allí estaba él observándome con una sensualidad irresistible. Me quedé paralizado mirándole... iba descalzo... vestía un pantalón vaquero... su camisa blanca abierta y suelta hacía que el moreno de su piel destacara enormemente.... su cautivadora sonrisa me dejo como hipnotizado, mi corazón volvió a saltar desbocado en el pecho. Mis piernas temblaban de nervios y de emoción

Me pareció muy atractivo, tenia un torso espectacular, la camisa desabrochada dejaba entrever unos pectorales bien formados y marcados rematados por unos pezones enormes. Su vientre estaba marcado por unos músculos abdominales duros como la roca. Por encima de la cintura del pantalón vaquero sobresalía un reguero de vellos que era la prolongación del vello púbico y que terminaba en la cintura. Sus hombros eran anchos y robustos, sus brazos musculados terminaban en unas manos grandes y masculinas....en resumen: tenía un cuerpo espectacular que me provocaba una excitación nada parecida a lo que yo había experimentado hasta entonces.

Me quede un instante en extasis hasta que el cerro la puerta y tomándome por la cintura me atrajo hacia sí.

Yo siempre había sido el macho dominante, el que llevaba la iniciativa pero en aquel momento me sentía débil.., frágil…sumiso, mi cuerpo necesitaba caricias, me invadía la necesidad de ser sometido, de entregarme a otro hombre de sentirme deseado, necesitaba ser usado, violado, sometido por mi dueño

Una sensación femenina me inundó por completo, su cuerpo era mucho más grande que el mío, el era el macho dominante y yo me sentía "pequeña" frágil, "pasiva", suave.........

Me rodeó con sus brazos, yo me abandoné, me colgué de su cuello y me dejé llevar.

Sentí que me derretía, las rodillas me temblaban... cerré los ojos....abrí mi boca y se la ofrecí. Nuestras lenguas se fundieron en un apasionado beso de lujuria

Sin dejar de besarme me susurró ...

.-Hola Chivito, estoy deseando que mames otra vez mi leche.

Tomándome de la mano me invito a pasar. La estancia era un salón amplio con un ventanal al fondo desde donde se divisaba toda la ciudad, tres sofás situados estratégicamente formaban una "U" con una mesa de centro, todo me resultaba hermoso.

Me acerqué a el y, sin mas preámbulos, comencé a acariciarle la polla por encima del pantalón, sentí su calor y noté como crecía bajo mis caricias, le desabroché el pantalón y lo fui bajando lentamente hasta que él con un gesto mecánico movió las piernas y ayudó a que lo despojara de la ropa quedando totalmente desnudo de cintura para abajo y con la camisa desabrochada. De nuevo aquella maravilla volvía a aparecer ante mis ojos

Con una mirada de lujuria fui acercando mi boca hacia aquella presa, necesitaba desesperadamente saborear de nuevo aquel trozo de carne. Recordé la frase que me había dicho el primer día:

.-La mamas como la mejor de las putas.

No quise defraudarlo y comencé lamer despacito como el que se come un helado, fui pasando la lengua por el glande, fui bajando toda la polla muy despacio lamiéndola hasta llegar a los testículos para subir de nuevo, así una y otra vez hasta que fue adquiriendo unas proporciones descomunales, las venas se marcaban tanto que parecía que iban a reventar de un momento a otro, sin poder resistirme más cogí la polla con mi mano, me la metí en la boca y se la empecé a mamar.

Tuve que hacer un gran esfuerzo para que me cupiera dentro, comencé a chupar y saborear los líquidos preseminales que ya salían sin cesar. Le daba pequeños mordiscos mientras le acariciaba los testículos y las piernas.

Para entonces ya me había despojado de toda la ropa y me encontraba de rodillas a sus pies con una erección tan grande que hasta me dolía y podría correrme solo con el roce del aire

Mamé durante un buen rato, sus gemidos eran cada vez más fuertes la respiración se hacia oír en toda la casa, alcé la mirada y pude ver la cara de placer que tenia mi macho, eso me excitó aún más y me esmeré en mi trabajo mientras me acariciaba mi verga que estaba a punto de reventar

De pronto estalló en un ruidoso orgasmo, a la vez que su semen salía disparado. Sentía el esperma golpear dentro de mi garganta. Era la segunda vez que saboreaba la leche de aquel macho, me lo tragué todo y seguí chupando, se apartó dio varios pasos hacia atrás y se dejó caer rendido sobre uno de los sofás.

.-Ven límpiala, me ordenó entreabriendo bien las piernas y ofreciéndome el paquete

No espere dos veces, caí de rodillas entre sus piernas y comencé chupar los restos de leche que aún le quedaban hasta dejar su verga totalmente limpia y brillante.

-Que bien la mamas. Desde hoy serás mi "Chivito", o mejor, mi "Chivita" .

Me sentí orgulloso al saber que mi macho estaba satisfecho con mi mamada.

Me incorpore y mi entrepierna quedó a la altura de su cara, en ese momento noté una descarga eléctrica que bajaba desde la nuca hasta el culo y estallé en un tremendo orgasmo. Mi leche salió disparada salpicando su pecho y su cara, acercó su boca y comenzó a succionar consiguiendo que volviera a tener un segundo orgasmo que me dejo exhausto.

Me senté junto a él y estuvimos abrazados un rato. Juan se levantó

.- Estoy todo manchado voy a darme una ducha

Cuando me quede solo me levanté y anduve por el salón observando la decoración, me detuve en el ventanal con la mirada perdida en la vista de la ciudad mientras ponía en orden mis pensamientos.

Cerré los ojos y respiré profundamente, un mar de sensaciones contrapuestas pasaban por mi cabeza, por un lado no podía entender cómo, si a mi no me gustaban los hombres podía estar en aquel momento y en aquella situación. Por otro lado me parecía increíble que después de haber tenido aquel orgasmo tan bestial siguiera tan caliente y queriendo más. Necesitaba más sexo. Allí seguía desnudo delante de aquel ventanal sin importarme que pudieran verme. Mi estado de calentura y deseo era tal que al final comencé a dudar que fuera cierto lo de que no me gustaban los hombres, por lo menos esté sí me gustaba y mucho.

Estaba ensimismado con mis pensamientos y no me percaté de su presencia, sentí su respiración a mi espalda, apoyó su cuerpo contra el mío y pude notar el roce de su carne y de su miembro en mi espalda.

Un escalofrío recorrió todo ni cuerpo, pode sentir el roce de su piel con mi piel y su abultado paquete sobre mi espalda. Me abrazó y comenzó a besarme el cuello, las orejas... mi ritmo cardíaco se aceleró de forma brutal, giré la cara y le ofrecí la boca que besó apasionadamente.

Me volví hacia él y me abracé a su cuello pegando mi cuerpo al suyo. El roce de su carne me volvió a poner en tal estado excitación que comprendí que lo necesitaba dentro de mí, tenía una sensación de vacío que necesitaba ser llenada por aquel macho.

Las piernas me temblaban, mi mente no regía y el corazón se me salía por la boca, los latidos eran cada vez mas fuerte..

Su polla iba en aumento y rozaba mis piernas hasta que debido al tamaño que estaba alcanzando comenzó a rozar por entre mis nalgas. Una sensación de vacío en mi interior me obligaba a arquear la espalda buscando el premio a mi excitación.

Me volví y le dije:

  • Fóllame, le supliqué

  • Estás seguro?

  • Fóllame, por favor!, volví a suplicar.

No podía creer lo que estaba diciendo. Hasta donde iba a llegar en aquella aventura?.

Cogió el tubo de lubricante que había ido a buscar cuando se ausentó y me embadurnó suavemente toda la entrada del culo. Cerré los ojos y me abandoné a sus caricias tratando de disfrutar al máximo del placer que me producían aquellas manos. Primero introdujo un dedo, después dos y hasta tres, estuvo jugando un rato con mi esfínter tratando de dilatarlo, mi calentura iba en aumento ¡estaba a punto de ser penetrado por mi macho¡, tenia miedo del tamaño pero al mismo tiempo estaba impaciente, ansioso por comenzar de una vez, de sentir su polla dentro de mí.

De repente cogió su poya con las manos y comenzó a refregarla por todo el escroto. Estaba dura y a la vez suave, creí que me moría del gusto, acercó su boca a mi oído y me dijo:

  • ¿Estas preparado?

Casi temblando le contesté

  • Si, estoy deseando ser tuyo

Con movimientos suaves y delicados fue introduciendo su polla muy despacio tratando de hacer el menor daño posible

Un gemido de dolor rompió el silencio, creí que me había partido en dos, Juan paró un momento y retrocedió, pero mi excitación era tan fuerte que le imploré para que siguiera. El segundo intento fue menos doloroso y sentí como entraba la punta del glande, no pude contener otro gemido, y el se quedó quieto un momento pero esta vez

sin sacarla. El dolor cedió y dio paso a una sensación de bienestar nunca experimentado hasta entonces. Le supliqué que siguiera necesitaba un macho dentro de mí.

Era delicioso sentir como aquella carne dura y caliente se iba abriendo paso y ensanchándome el culo penetrándome. Cuando consiguió meter la mitad se volvió a quedar quieto por unos segundos para posteriormente sacarla del todo dándome un respiro y metiendo sus dedos en mi boca. Mientras se los chupaba con glotonería inició una nueva penetración esta vez sin interrupción pero muy despacio sentí la suavidad de su polla entrando en mis entrañas

Un fuerte golpe de cadera hizo que aquel trozo de carne dura y caliente consiguiera su objetivo de entrar hasta el final.

Alargué mi mano por debajo de las piernas y pude comprobar como sus testículos tocaban mis nalgas

¡Me la había metido toda!.

Se quedó quieto unos segundos tiempo suficiente para que mi culo se fuera adaptando al tamaño de aquella enorme polla. Lo podía sentir palpitar dentro de mí.

Después comenzó a moverse suavemente entrando y saliendo suavemente.

Fue algo inenarrable, el placer físico no era nada comparable con el placer síquico de saber que estaba siendo poseído por un potente semental. Me tenía cogido por las caderas y apretaba su cuerpo contra el mío al tiempo que yo arqueaba toda la espalda tratando de que me entrara mas cantidad de polla.

Podía oír perfectamente sus jadeos y sentir su sudor mezclado con el mío. Estaba en la gloria sentía un poco de dolor cuando las embestidas topaban con mi próstata, pero me entregaba a mi macho, quería sacarle toda la leche y recibirla en mi interior, estaba siendo poseído por primera vez por un macho que llenaba mi interior con su más que enorme polla.

Estaba apunto de correrme por segunda vez en menos de treinta minutos, de pronto los jadeos de Juan y sus embestidas se volvieron más fuertes, estaba a punto de llegar el momento más deseado por mí: recibir toda su leche en mis entrañas, me abandoné esperando su orgasmo que no tardó en llegar.

Un rugido de placer inundó la habitación

.-¡Agggg…..me corro…toma mi leche putón

Un torrente calido de leche inundó mis entrañas, Juan se contraía jadeando en un espasmo brutal

Nunca pensé que una polla pudiera dar tanto placer por el culo.

Mis piernas y todo mi cuerpo comenzaron a temblar. Con un grito bestial me corrí de nuevo pero esta vez tuve varios orgasmos, el gusto me venía desde lo más profundo de mi ser, era distinto a los demás, pensé que así debía ser los orgasmos de las hembras.

En ese momento me sentí mujer.

.

Me besó en el cuello y en la nuca y me susurró al oído.

.-¿Te ha gustado?

No me atrevía a moverme, aún sentía su polla en mi interior y no quería dejarlo escapar, así que giré la cabeza ligeramente y le contesté:

.- Ha sido genial.

En el ambiente se respiraba un tremendo olor a sudor de machos, varios chorreones de leche en los cristales del ventanal confirmaban mi enorme corrida.

Juan se dejó caer derrotado sobre el sofá, yo permanecí de pié junto al ventanal, me encontraba como en una nube, acababa de ser follado por un semental, las sensaciones que había experimentado me habían dejado en estado de shock, cerré un momento los ojos tratando de recordar todo lo ocurrido en la escasa hora que llevaba en aquella casa, por mis piernas seguían resbalando el semen de mi macho. Juan interrumpió mis pensamientos, acercándose me atrajo hacia él y acariciando me cuerpo me dijo:

.-Tienes la piel tan suave como la de una mujer.

.- Ven vamos a darnos una ducha

(CONTINUARA)

(Pido perdón por la tardanza en continuar mi relato, pero motivos muy especiales que no vienen al caso, me he visto obligado a tardar mas de la cuenta. Espero que los próximos capítulos estén menos distanciados en el tiempo)