En el cabo de gata (2)

Continuamos con la historia, con una sorpresa muy mu agradable.

EN EL CABO DE GATA (2)

Hola de nuevo. Les recuerdo que me llamo Kike y me gustaría continuar la narración de mi relación con Elena, una amiga y vecina…con una sorpresilla.

Les recuerdo que tras volver de la playa en el Cabo de Gata, Elena y yo estuvimos juntos, por así decirlo. La cosa es que estuvimos la semana que mi madre estuvo fuero yendo a la misma playa. Con el paso de los días, el estar solo Elena en topless se transformó en que los dos estábamos en bolas. La sensación es indescriptible, de libertad. Me lo pasaba genial. Pero como se suele decir, todo lo bueno se acaba y mi madre regresó de visitar a mi abuela. Tras los besos y saludos de rigor me preguntó que como lo había pasado y me salió un "genial" que mi madre quedó sorprendida. Indagó sobre lo que había hecho y le dije que iba con Elena a la playa y eso. Comentó que sonaba bien…que se apuntaba. En fin…que o cambiábamos de playa…o en el Cabo de Gata con bikinis. Se lo fui a decir a Elena.

  • Bueno, a lo mejor no es tan malo…en fin, tú dices que tu madre hace topless en Málaga y Granada, a lo mejor se anima a hacerlo aquí, ya que no es la playa "habitual"- razonó Elena

  • Ya, pero no se como entrarle a eso- fue mi respuesta

  • Eso…déjamelo a mí- rió mi amiga.

Al día siguiente estábamos listos para salir

  • Bueno y… ¿a que playa vamos?- preguntó mi madre al entrar en el coche de Elena

  • Solemos ir a una del Cabo de Gata- respondió Elena- a menos que tengas otra sugerencia, pero esta playa es genial.

  • No…me parece muy bien…quiero decir, que no conozco esas playas y así lo haré.

Hicimos el camino que ya conocíamos muy bien hasta "nuestra" playa. Al llegar, como siempre hice el agujero para la sombrilla y pusimos las cosas juntas. Se tumbaron a tomar el sol. Como habíamos convenido, casi en seguida me fui al agua, para que Elena hablase con mi madre. Se sentaron en las toallas mientras se fumaban un cigarrillo.

  • Bueno, Patri, que tal en case de tu madre

  • Bien, la verdad es que me gustaría llegar a estar como ella con los años que tiene.

  • Bueno…habrás visto que en esta playa hay muy poca gente- empezó a decir Elena

  • Si…es genial, una suerte.

  • Pues verás…no quiero que le digas nada a Kike, pero me ha dicho que cuando no estamos en Almería haces topless

  • Ese chico…bueno si, pero allí, ya sabes

  • Ya, ya se…bueno lo que te quiero decir es que, bueno en Almería yo tampoco lo hago, pero aquí me he animado…-decía Elena

  • ¿Con Kike delante? – mi madre puso cara de sorpresa.

  • Bueno, si. La verdad es que mejor con él que con otros que te mirarían con cara de babosos

  • Visto así…tienes razón- dijo mi madre

  • ¿Me guardarías un secretillo?- continuó Elena

  • Sabes que si- dijo mi madre, ya que como he comentado son muy buenas amigas

  • Pues, verás…esto

  • ¿Qué mujer?- mi madre desesperaba

  • Pues que en los últimos días incluso nos hemos atrevido, Kike y yo a hacer nudismo

  • ¿Qué?...no me lo puedo creer ¿Kike? Eso es imposible, si es muy vergonzoso- replicaba mi madre.

  • Pues no se…se animó

  • En fin, supongo que ya no es un niño.

  • Lo que te quiero decir es que si no te molesta me voy a poner en topless

  • ¿A mi? Si ya sabes que yo también lo hago, fuera de digamos nuestro círculo cercano

  • Ya…te digo yo allí no lo hago por las críticas de la mayoría de hipócritas que hay- Elena intentaba justificarse

  • Estoy totalmente de acuerdo

  • ¿Entonces…?- quiso saber Elena

  • ¡Bikinis fuera!- replicó mi madre, despojándose de la parte superior de su dos piezas

Desde el agua pude ver como se quitaban el bikini, pero decidí aguantar un poco más en el agua. Al llegar estaban las dos boca-arriba tomando el sol, en topless. La verdad es que verlas, a las dos así, me produjo algo que tuve que controlar, para evitar males mayores

  • Así que te animaste a ponerte en bolas, ¿Eh?- dijo mi madre, lo primero. Yo miré a Elena, que sonrió. Eso quería decir que no se lo tomó a mal

  • Bueno, si…una experiencia- dije yo, quitándole importancia

  • Si, una experiencia…que por mi, si quieres, puedes seguir- ahí me habían dado

  • No se…así de buenas a primeras, ponerme en bolas yo…no se- ¡uf! que apuro estaba pasando.

  • Bueno a ver que te parece esto…si tu te pones en bolas, nosotras, también. Bueno si a Elena le parece bien

  • Por mi, genial- dijo mi "amiga"- Venga Kike, que no se diga

  • En fin, vosotras ganáis

  • A la de tres, todos nos quitamos la parte de abajo- dijo mi madre- uno, dos…y tres- al tiempo que todos nos quedamos como Dios nos trajo al mundo.

Era la primera vez que le veía el coño a mi madre. Lo tenía más peludo que Elena, pero igualmente bien arreglado.

  • ¡Vaya, vaya…mi niño ya no es tan…niño!- dijo mi madre con una sonrisa viendo mi polla.

Estuvimos un rato en la playa tomando el sol, luego jugamos a las palas. Lo mejor fue cuando jugaron Elena y mi madre. Fue una gozada ver esas cuatro magníficas tetas moviéndose libremente. Nos metimos en el agua, y estuvimos jugando a las ahogadillas. En un momento dado, sin que mi madre se diese cuenta le pase la mano por el coño de Elena, que se puso roja como una amapola. Cuando salíamos del agua, para tendernos en las toallas, mi madre me cogió la polla con una mano.

  • ¡Mamá!- exclamé

  • Pues si, pues si…ya no eres tan niño- rió mi madre, dándose una carrera hasta la arena.

Pasamos un buen rato más en la playa y recogimos las cosas para volver. Quedamos en nuestra casa para cenar. Al fin y al cabo estábamos solos. Fui a comprar unas cosas que me indicó mi madre para la cena. A eso de las nueve y media llegó Elena a casa. Tenía el pelo mojado, señal que se había vuelto a duchar hacía poco. La verdad es que era otra de esas noches de calor insoportable. En el patio preparamos una mesa para cenar. Pero antes tomamos un poco de vino blanco, fresquito que entraba muy bien. La cena fue a base de ensalada, embutidos y una empanada que a mi madre le sale muy buena, todo regado en abundancia con casi tres botellas de vino blanco. Al terminar traje unos pasteles de postre y una botella de licor. Comimos los pasteles y serví las copas de licor. Mi madre sacó un par de pitillos, para Elena y ella misma

  • Bueno…Kike, como ya eres un hombre esta noche te dejo fumar un cigarro

  • ¿Un cigarro?- pregunté yo, y se me iluminó la bombilla- ¡Vale!- dije y me levanté, para volver con un habano de los que hay en un mueble del salón

  • ¡Ja, ja, ja!- Rieron las dos.

  • Esto es un cigarro, ¿no?

  • Tienes razón, hijo, tienes razón…acuérdate que en ese no se traga el humo

  • Ya, ya

Allí estábamos tomando una copa de licor y fumando. Una vez, incluso, Elena me cogió el habano para darle un par de caladas. Cuando terminamos mi madre propuso echar una partida de trivial.

  • Vale, pero vamos a hacerlo más divertido- dijo Elena- Cuantos quesitos hay ¿seis, no?...pues bien todos partimos de seis piezas de ropa y por cada pregunta fallada te quitas una y si aciertas la recuperas. Si las tienes todas no acumulas para luego, seis es el máximo. Cuando uno gana una partida los otros dos pierden una prenda de ropa "irrecuperable" y un deseo a realizar por los otros dos. Así hasta que uno gane, y entonces el campeón podrá pedir dos deseos, uno a cada uno de los perdedores… ¿os parece bien?

  • Muy bien- dijo mi madre- mejor vamos dentro, por si acaso

  • OK.

Entramos en la casa y sorteamos el orden de inicio y decidimos las prendas, ellas camiseta, sujetador, pantalón, bragas y dos zapatos y yo gorra, camiseta, y el resto igual. Empezamos a jugar y al poco mi madre se quitó la camiseta, que recuperó en la siguiente mano. Seguimos y fue mi madre la que ganó la primera partida. Luego ganó Elena dos veces, yo otra más, mi madre, otra de Elena, mi madre, yo y otra vez Elena por lo que fue la campeona absoluta. Hasta entonces los pagos habían sido casi todos beber una copa de un trago, excepto una vez que mi madre dijo que fuesen dos, por venganza.

  • ¡Campeona, campeona, oe, oe, oe!- cantaba Elena, de pie, con un pitillo en la boca y subiendo alternativamente sus brazos. Mi madre y yo nos miramos y reímos. Esperábamos nuestro castigo.

  • Bueno, Elen…que castigos nos vas a imponer- preguntó mi madre

  • No se, no se…lo estoy pensando

  • En fin, esperamos tu benevolencia- dije yo riendo

  • Bueno, bueno…lo primer, esto no es castigo, sino las reglas del juego, habéis perdido, así que bragas y gayumbos fuera.

  • Pero si ya hemos terminado- intentó protestar mi madre

  • Las reglas son las reglas

  • Vale- dijimos y nos quedamos en bolas

  • Es que no se…hasta donde son los límites

  • No se…yo creo que los pones tú, que has ganado- dijo mi madre, un poco perjudicada por la bebida

  • ¿Y si me paso?

  • Lo que aquí pase…aquí se queda, ¿de acuerdo?- preguntó mi madre y Elena y yo asentimos.

  • ¿Sea lo que sea?- insistió Elena

  • Sea lo que sea- se reafirmó mamá

  • ¿Y si te pido que se la chupes a Kike?

  • Si ese es tu deseo

  • Va…ese es mi primer deseo- mi madre se levantó de su sillón y vino hasta donde yo estaba.

  • ¡Hola, mi amor! Vamos a ver si es verdad que ya no eres un niño, como parece- dijo mi madre, me dio un beso en los labios y se arrodilló delante de mí, comenzando a chuparme la polla como una profesional. Era genial, cuando estaba a punto de irme se lo hice saber a mi madre

  • ¡Mami…estoy a punto…me voy!- exclamé. Mi madre apartó su boca, me la siguió meneando con la mano, apuntando a sus tetas. Pude ver como Elena estaba sentada en un sillón con las piernas bien abiertas, tocándose por encima de sus bragas, supongo que bien húmedas

  • ¡Échasela a mami, mi amor!- pedía mi madre al tiempo que chorros de mi leche llenaban sus dos espléndidas lolas. Ella cogió un poco de mi recuerdo con su dedo índice y se lo llevó a la boca, pasándose luego la lengua por los labios.

Mi madre se ausentó un momento para asearse, volviendo en un periquete, encendió un cigarrillo y se sentó en el sillón que quedaba libre, de forma que tenía el codo del brazo derecho, con el que sostenía su cigarro sobre el apoyabrazos del sillón y la pierna izquierda la pasó por encima del otro apoyabrazos, dejando una buena perspectiva de su chumino.

  • Y, bueno, Elena… ¿Cuál es la segunda prenda?- dijo mi madre exhalando el humo de una calada.

  • La verdad es que no se…estoy entre dos opciones, pero decida lo que decida…una se queda a medias, a ver, si decido que Kike se venga conmigo…tu, a medias y si digo que se vaya contigo, yo me quedo al palo.

  • ¿Y si nos vamos todos a mi dormitorio? ¿Podría ser ese tu segundo mandato?- preguntó mamá con aires de loba

  • Es la mejor idea de la noche- exclamó Elena.

  • Si, la mejor, con diferencia- confirmé

  • Es que a veces pienso…y cuando lo hago, puedo ser muy mala. Creo que os podría sorprender…y mucho- mi madre puso cara de vicio mientras nos dirigíamos a su dormitorio. Llegamos y nos acostamos de forma que yo quedaba en el centro, como no podía ser de otra manera. Empezamos a besarnos de forma que primero besé a mi madre y luego a Elena- ¿Vosotros…?- preguntó mi madre al tiempo que hacía un gesto juntando sus dedos índices

  • Bueno…si, pasó una situación similar a la de esta noche…y como una no es de piedra

  • A mi no tienes que jurármelo- rió a carcajadas mi madre, que se puso sobre mi para darle un beso a Elena

  • Esto…yo nunca he besado a una mujer- dijo Elena

  • No es diferente a besar a un hombre…incluso puede ser más placentero- dijo mi madre, de lo que deduje que ella si que había besado a una o varias mujeres- Ven aquí- le dijo mi madre al tiempo que la atraía hacia ella para seguir con su beso. Se besaban sobre mi cuerpo. Yo estaba a mil por hora- Ya os dije que os podía sorprender- volvió a decir mi madre al tiempo que me daba un beso, esta vez a mi.

Seguimos jugando un rato en la cama, de forma que cuando besaba a Elena, mi madre aprovechaba para comérmela o chuparle el coño a Elena. Nos pusimos como motos. La cosa estaba clara…el problema era a quien me iba a follar en primer lugar. Yo creo que mi madre pensó lo mismo que yo, de forma que nos empujó a que fuésemos Elena y yo los primeros. Ella abrió bien las piernas de forma que me fui encajando hasta tener mi polla en la entrada de su precioso conejo. La miré a los ojos y se la clavé hasta el fondo. Empecé bombear, al principio de forma suave y luego más rápido.

  • Así mi amor…que bueno eres sigue, sigue- gemía como una loba Elena, mientras mi madre le chupaba las tetas, metiéndose su esplendoroso pezón en la boca

  • Como me gusta, Elena…como me gusta- le decía una y otra vez. Seguimos follando hasta que noté que mi corrida era inminente- Elena…mi amor…me voy

  • Vente conmigo, cariño…vente- me decía Elena en una prueba irrefutable de estarse corriendo. Cuando no pude más dejé derramar todo mi producto dentro del coño de Elena, que se estiró en el momento de llegar al clímax.

Caí sobre el cuerpo de Elena y nos dimos un beso, profundo y de nuevo me puse entre mi madre y Elena. Estaba casi extenuado, después de la mamada de mi madre y el polvo con Elena. Tenía que recuperar fuerzas. Una de las ventajas de ser joven es que te recuperas muy rápido. Así en unos pocos minutos mi hermano menor estaba en disposición de jugar de nuevo. Cuando mi madre se dio cuenta de ello sonrió de forma maliciosa, pasándose la lengua por los labios, luego me pasó esos mismos labios por la polla y se puso encima de mí, preparada para ser penetrada. Puso cada una de sus piernas a cada lado de mi cintura y con su mano derecha se abrió los labios del coño para guiar la entrada de mi polla. Cuando lo hizo dejó caer su cuerpo sobre mi mástil e inició un movimiento de subida y bajada. Su cara era de vicio total. Se notaba que mi madre era una mujer ardiente

  • Oh…mi rey…que buena polla tienes…sii…siii- mi madre no gemía…gritaba, al tiempo que me arañaba el pecho con las uñas

  • Mami…que buena estás

  • ¿Si? ¿Le gusta su mami a mi nene?

  • Ya lo creo

  • Pues debes saber que tu mami es una perra caliente que le gusta el sexo como nada.

  • ¿y…que es lo que más te gusta?

  • Todo…mi amor…me gusta todo, todo, que me follen…follar…que me chupen…chupar…todo

  • Eres una jodida puta calentorra

  • Siii…una puta…que le gusta follar, como ahora, mi amor- empezamos a aumentar el ritmo, hasta llegar a follar como auténticos animales hasta que mamá llegó al orgasmo de una forma muy escandalosa- ¡Si, si, siiii…que bueno, dios, que bueno…me voy, me voy, mi amor!

  • Y yo mami…me voy

  • Lléname con tu leche, cabrón, lléname el coño…- suplicaba mi madre

  • Dentro, te la doy toda dentro…- le dije cuando me vaciaba por tercera vez.

Mi madre encendió un cigarrillo, que le pasó e Elena y ésta a mí, que a su vez se lo devolví a mi madre

  • Bueno, Elena… ¿Qué te parece mi familia?- inquirió mi madre

  • Genial…me parece genial

  • Yo también lo creo- dijo mi madre.

  • Voy a mear- les dije a mi madre y Elena. Cuando volví del baño pude comprobar que la función no había terminado, ya que mamá y Elena se estaban besando de nuevo. Me senté en el sillón del dormitorio de mi madre a ver el espectáculo

Se besaban cada vez con más pasión. Mi madre empezó a recorrer el cuerpo de su amiga con la lengua, haciendo una parada especial en sus magníficos pezones. Continuó su recorrido descendente para detenerse luego en su ombligo, que hizo arquear el cuerpo de Elena. Por último se detuvo en su agujerito de placer, de forma que le pasó la lengua varias veces para luego cogerse una de sus tetas entre sus dedos, para con la misma frotarle el coño una y otra vez. Siguieron un rato así hasta que mi madre se levantó y fue a su armario a buscar algo. Ese algo era un consolador de cinturón, que se colocó en su cintura con el propósito de follarse a su amiga. Lo que hizo fue poner a Elena a cuatro patas de forma que puso el artilugio en la entrada de su coño desde atrás.

  • Veis como os puedo sorprender- dijo mi madre

  • ¿Y esto?- preguntó Elena

  • Pues a mi me gusta pasarlo bien…y a veces a Luís también

  • ¿Papá?- dije yo

  • Si…a veces le gusta que se lo meta por el culo, pero otras veces lo uso con alguna amiga, como ahora.

  • Joder mamá…si que eres puta- me salió del alma.

  • Si, mi amor- sonrió mi madre- pero sabes que…el polvo que más morbo me ha dado es el que me has echado tú, cariño- dijo mientras me tiraba un beso y me enseñaba la lengua de forma libidinosa. Buscó el agujero de su amiga y empujó. Empezaron a follar. A mi lo que dijo de mi padre me dio que pensar, de forma que me acerqué por detrás a mi madre y le pasé un dedo por su ano, que hizo que mi madre diese un pequeño respingo- veo que mi nene es tan caliente como su mami.

  • Ya lo creo, mami

  • No te reprimas, mi amor, fóllate el culito de mamá- me puse enfrente de Elena y le puse a polla en la boca, para que me la preparase. Cuando estaba bien ensalivada me fui de nuevo al culo de mamá. La dilaté un poco con un par de dedos y luego puse mi pepino en la entrada del agujero negro y fui apretando poco a poco. Evidentemente no era un culo virgen y pude penetrarlo sin problemas. Acompasé mis movimientos con los de mi madre y a la vez que ella se follaba a Elena, yo la follaba a ella. Los gemidos iban en aumento hasta que primero Elena y luego mi madre se fueron corriendo, para ser yo el último en irme, en este caso, dejándole un regalo a mi madre en su ano.

De nuevo nos acostamos en la cama.

  • Desde luego, mamá me has sorprendido

  • Pues no sabes ni la décima parte

  • ¿Cómo?

  • Bueno…por ejemplo a tu padre lo que más le gusta es que se la metan…así que si no tiene un hombre a mano, pues usamos el artilugio este- dijo señalando el consolador de cinturón

  • Joder- fue lo único que pude decir

  • Pues si…en fin creo que si bien yo soy bisexual, claramente, el más bien es homosexual, porque follar le gusta poco…le gusta más que lo follen

  • Eso es alucinante

  • Si, la verdad es que lo es. Otra cosilla, por ejemplo cuando fui a ver mi la tía Lola y a Antonio…pues bien los vi y echamos un polvito...bueno, varios

  • ¡Con la tía Lola y Antonio, si es gilipollas!- exclamé yo

  • Si, bueno, es un poco Pili, como tú dices, pero folla bien, y ya sabes lo de tu padre. Una vez nos pilló Lola en plena faena y le propuse unirse, y como somos de naturaleza caliente, creo que ni se lo pensó…y hay varias historias más, pero eso será otro día.

La verdad es que mi madre es una mujer sorprendente…en todos los sentidos